Disclaimer: personajes tramas y dos de las escenas pertenecen a SMeyer. Escritura, descripción bla bla a una servidora. No copyright infringements intended.

Aviso: Este fic participa en el Reto Especial de San Valentín: "Amor a través del tiempo" del foro "Sol de Medianoche".


Pasado

n/a

So don't think that I'm pushing you away
When you're the one that I've kept closest

I've been down on my knees
And you just keep on getting closer

The XX Crystalised

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¿Acaso su amiga se había suicidado en aquel acantilado? Alice corrió durante horas, sin descanso, alguno de sus músculos incluso se partió y se curó varias veces, hasta que llegó a casa de Bella. Suspiró. Estaba tan aliviada de poder abrazar a su amiga con vida…

–Jamás había conocido a nadie tan propenso a la idiotez con riesgo de muerte –se quejó y Bella sólo… guardó silencio tragando saliva. ¿Qué encontraba de divertido en saltar de un acantilado?

–¿Se lo has dicho… a Edwa... él? –musitó.

–No… –respondió suave, no quería herirla–. Sólo llama una vez cada pocos meses.

Alice miraba a su amiga, que tenía la vista clavada en el suelo, y eso le hacía daño. La verdad es que Bella no parecía estar bien. "Al menos está viva", pensó Alice y por fin pudo destensar sus músculos y relajarse. Al instante notó un olor a lluvia, a bosque, a hombre, a… lobo. Su espina dorsal se tensó preparada para luchar si era necesario, aquello olía a hombre lobo, y ellos eran una de las pocas cosas que podían acabar con ellos, ni qué decir de lo que podían hacer con una humana. Eran peligrosos.

–Bella, ¿qué es ese horrible olor a perro mojado? –alzó la voz todo lo que pudo. Sentía que aquel bicho estaba cerca, así que si lo cabreaba probablemente conseguiría que actuara demasiado rápido y fallara. Los hombres lobos eran demasiado impulsivos.

–Es… Jacob –masculló.

–¿Quién es Jacob?

–Es… un hombre lobo –confesó Bella, como si su instinto no lo hubiera notado ya.

–¡Los hombres lobo no son una buena compañía! –volvió a gritar Alice. Bueno, Jacob, ¿vas a responder? Ataca, pierde los papeles, pensaba divertida. Sólo un paso en falso y podría con él.

–Habla por ti –gruñó una voz masculina a su espalda.

Alice se levantó al instante y le estudió con la mirada. Un chico… joven pero de aspecto adulto. Piel morena, cálida… Ojos negros, rasgados, fieros…

–Quería ver si estabas a salvo –musitó Jacob mirando a Bella.

–Yo no voy a hacerle daño –susurró Alice herida.

–No, tú eres una inofensiva Cullen. Me refiero a la otra chupasangres que intentó hacer daño a Bella por vuestra culpa –gruñó clavando la vista en ella.

–¿Victoria?

–Sí, ha estado por aquí.

–Yo… ¡No la he visto! ¡Ni tampoco vi cómo te sacaban del agua! –se alteró Alice al verse débil por una vez. Estaba impresionada, indignada… Miró al hombre lobo acusatoria e hiriente –No puedo ver más allá de ti y de… tu manada de… chuchos.

–No me hagas enfadar –gruñó Jacob con rabia, avanzando hacia Alice asesinándola con la mirada–, o las cosas van a ponerse muy feas.

Instintivamente dio un paso adelante, pero Bella se interpuso entre los dos y los frenó.

–Os dejaré… un momento –musitó Alice con odio.

–No te irás, ¿verdad? ¿Vas a volver? –graznó Bella.

–En cuanto saques al perro de casa –le sonrió a Jacob con una elegancia envenenada. Y salió de la casa.