A veces pienso que debería dejar de escribir sobre este trío y volver a mis raíces de Spamano y LietPol pero... ¡mis dedos escriben por sí solos! ¡Yo no los controlo!
Así que por ello aquí vengo con un nuevo triangulo amoroso~ ¡Espero que les guste1 Mención de UsUK~
Francia suspiró casi por quinta vez en lo que iba del descanso de la reunión. Aparentemente hablaba con China y España de temas sobre los cuales no tenía ni idea, pero su mirada vagaba por una esquina de la habitación, donde veía a Inglaterra y Estados Unidos conversar.
Sólo hacían eso, conversar. Pero Francia sabía, por los sonrojos de su vecino y la sonrisa cargada de felicidad del menor, sobre qué conversaban. Recordaba haber estado el día anterior 'enseñando' a Estados Unidos cómo declararse sin que el inglés huyese despavoridamente. Y le costó. Vaya que le costó. Le costó fingir una sonrisa durante toda la plática, le costó ver la felicidad en los ojos del americano al hablar sobre Inglaterra. Le costó y le dolió.
Le dolió porque Francia sabía que podía ofrecerle a Estados Unidos absolutamente todo y, como cuando era apenas un pequeño niño recién descubierto, él preferiría a Inglaterra. Podía ofrecerle las mejores comidas, las más bellas rosas, y todo el amor que podía dar el país del amor, y ese joven de ojos color cielo siempre preferiría al europeo ceñudo. Eso era contra lo único que Francia no podía, esa era la única batalla que en verdad le dolió perder contra Inglaterra, a pesar de no haberla luchado. ¿Para qué lucharla? Prefería ayudarlo a conquistar al inglés y poder ver esa sonrisa que tenía ahora en el rostro, aquella que destilaba luz y felicidad...
–Francia, ¿estás bien? -lo llamó España y él se volteó hacia su amigo, sorprendido por la pregunta-. Estás llorando...
El rubio no supo cómo responder durante unos segundos. Se llevó una mano al rostro donde una única lágrima había descendido por su ojo. Sonrió como siempre lo hacía y negó con la cabeza.
–Ah... No es nada, sólo estoy cansado -fingió un bostezo, a lo que los dos castaños se miraron entre ellos, sin creerle, pero el español decidió sonreír como si lo hiciera.
–Si tú lo dices... ¡Oye, el descanso ya acabó! Tenemos que volver con Alemania -suspiró aburrido, llevándose medio tomate a la boca-. La Economía es tan aburrida -habló con la boca llena, escupiendo pequeños trozos de tomate en el proceso.
–¡Traga antes de hablar, aru! Estos jóvenes de hoy, aru... ¡en mis épocas había más educación, aru! -se quejaba el chino a medida que caminaba rumbo a la sala.
Francia, por su parte, dirigió otra mirada a la aparentemente nueva pareja. Ver cómo Estados Unidos le tomó la mano a Inglaterra le obligó a bajar la mirada y voltearse para dirigirse junto a los demás a la sala de reuniones. Volvió a suspirar ahora por sexta vez. Al menos ahora él era feliz...
