Hola! Aquí traigo un one-shot de Law y Oc ;)
Antes de nada, decir que no quería hacer nada complicado ya que esto es en su mayoría para mejorar mi redacción (no repetirme tanto, etc), por eso lo he repasado muuuuuuchas veces, y espero que haya valido la pena u.u. Y también quería probar cosas nuevas, por ejemplo el narrador en primera persona, hay de los dos personajes y cuando uno termina empieza el otro, no hay saltos sin cambiar de PoV, aun así creo que quedará bastante claro cuando lo leáis ^^
No sé si el título está bien escrito ya que no soy una experta del inglés, así que decídmelo si no lo está xD Y sí, muy típico y simple, pero no se me dan bien los títulos...
DISCLAIMER: One Piece no me pertenece a mi sino a Eiichiro Oda. Pero sí me pertenecen la idea y mi Oc.
Heart game
Mis pasos resonaban por todos los pasillos del submarino, no sé cuánto tiempo llevaba dando un paseo por allí, pensando, pero todo eso se borró de mi cabeza en cuanto escuché unos pasos detrás de mí. Me paré en seco y el sonido de esos pasos también se detuvo, ¿alguien me estaba siguiendo? Me encogí de hombros y seguí andando, no me preocupaba aquello en lo más mínimo, tenía cosas más importantes en las que cavilar.
Los pasos continuaron pero esta vez más rápidos, hasta que esa persona estuvo a pocos metros de mí y convirtió el ritmo en uno similar al mío. Tenía curiosidad, ¿quién podría estar jugando de aquella manera conmigo? Me volví a parar y él o ella hizo lo propio poco después, por lo que se aproximó un poco más. Escuché atentamente antes de girarme, era una respiración agitada, pero se calmó un poco para dejar paso a un suspiro, un suspiro de mujer, de chica joven. Ya sabía quién era, pero ¿cómo se llamaba? Ah, sí.
–¿Qué quieres, Lia-ya?
Ladeé mi cabeza lo justo como para ver el respingo que dio al oír mi voz. Allí estaba plantada con expresión de súplica y preocupación y noté cómo se ponía un poco nerviosa al notar cómo la estudiaba. Su pelo y sus ojos no eran oscuros pero lo parecían debido a la tenue luz de aquel pasillo, era una chica que no llevaba aquí mucho tiempo pero el suficiente como para aprender un poco del oficio mirando, porque, claro está, yo no tenía por qué enseñar a nadie.
–Ha–hablar contigo… –respondió al fin.
¿Se puede saber por qué estaba tan nerviosa? No me encontraba en situación de perder el tiempo, pero su expresión de preocupación me hizo tener curiosidad sobre qué querría hablar y, además, pensé que así me ayudaría a distraerme un poco.
–¿Piensas soltarlo o me vas a tener aquí esperando?
Ahora todavía estaba más nerviosa, podía ser un poco educado al menos, para mí no era nada fácil hablar con él así. Ni siquiera podía mantenerle la mirada, ¿cuándo había comenzado a ocurrirme aquello? Su expresión de seriedad me ponía nerviosa y el corazón me daba un vuelco cada vez que lo miraba a los ojos.
–Es que…
Oí un suspiro por su parte, se estaba empezando a cansar y ese gesto hizo que me encogiera todavía más sobre mí misma. Cerré los ojos con fuerza para poder decirlo o, ante su mirada, jamás habría encontrado el coraje para soltárselo.
–¡Me gustas, Capitán!
Mi corazón se estaba volviendo loco, notaba el pulso, sobre todo, en mi cabeza, y estaba temblando, así que apreté los puños para contenerme como lo estaba haciendo con los ojos. Ahora sí que no me atrevía a mirarle, pero sabía que él era el tipo de hombre que querría más explicaciones. Respiré hondo, me di un tiempo y me dije a mí misma que no podía mostrar debilidad y, no sé de dónde la saqué, pero tuve la valentía de mirarlo a los ojos, que seguían igual de inexpresivos que antes.
–Lo siento, pero… ¡no he podido evitarlo! Perdóname… –Miré hacia otro lado un momento mientras notaba cómo las lágrimas querían mostrarse a la débil luz, pero me recordé que no quería parecerle demasiado débil a mi Capitán–. Pero me gustas mucho.
Creo que con tantas disculpas hasta me había parecido a Bepo. Ahora estaba más tranquila y él se terminó de dar la vuelta para enfrentarme cara a cara. ¿Cuándo había decidido contárselo? No lo sé, pero ya no aguantaba más esa opresión en el pecho, esos sonrojos tontos, esas ilusiones que no conseguían más que hacerme daño. Adelante, Capitán, llévate mi corazón y hazlo añicos porque yo sola no puedo.
Ante todos esos pensamientos mis ojos comenzaron a llenarse con más lágrimas pero aguanté todo lo que pude para que no se desbordaran. Seguro que pensaba que estaba perdiendo el tiempo con una niña, pero se acercó un poco a mí y me examinó con precaución.
–Pero sé que yo a ti no –decidí añadir.
Me había prometido ser fuerte así que me sequé las lágrimas furtivas para mirarlo con determinación. Le acaba de dejar claro lo que quería que hiciera. Por supuesto que yo ya sabía la respuesta ante mi confesión, pero le estaba pidiendo que me lo afirmara o mi imaginación me volvería loca. ¿Cuándo pensaba hablar? Me estaba desesperando por oír lo que tuviera que decirme. Por favor, Law, habla o me voy a volver loca si sigues mirándome así.
–Así es.
Allí estaba la respuesta, por fin abrió la boca en todo aquel tiempo que se me hizo eterno. Noté cómo se me quitaba un enorme peso de encima. Aunque fuera triste, me había liberado y podía respirar más tranquila delante de él, aunque esos ojos grises seguían poniéndome un poco nerviosa.
–No me gustas, pero… –Me hizo mirarlo con atención. ¿"Pero"? ¿Qué iba a decir?–. No sabía eso de ti, Lia-ya.
Y acto seguido se acercó un paso más y me agarró del mentón en un gesto rápido que no me esperé, alzó mi cara para mirarme más de cerca. Espera, un momento, pausa, aquello no estaba planeado, ¿qué estaba pasando?
Al instante comencé a notar temblores de nuevo por todo mi cuerpo, jamás había estado tan cerca y jamás me había tocado. Empecé a sentir vergüenza y a tener calor, se me estaba subiendo la sangre a la cabeza, seguro que a esas alturas mis mejillas ya parecían fuego. Sin embargo, él conseguía mantener la calma, pero también parecía que se estaba divirtiendo, ahí comencé a notar la diferencia abrumadora entre ambos.
Acercó mi cara a la suya, ¿qué podía hacer? ¿Dejaba que hiciese lo que quiera que fuera? ¿Lo apartaba? Creí que me iba a morir allí mismo de un infarto. ¡Me acababa de decir que no siente nada por mí! Y allí estaba, a punto de rozar sus labios con los míos. Mis ojos se iban a salir de sus órbitas y los suyos permanecían tan fríos como siempre, pero ahora el atisbo de diversión estaba más claro. Al final, decidí cerrarlos con fuerza y dejar que hiciera lo que quisiera como siempre hacía.
Me besó. No esperaba que aquello fuera a acabar así, ni mucho menos. Lo hizo con precaución, solo juntó un poco sus labios con los míos y notaba su gesto tranquilo en contraste con el mío, yo no dejaba de temblar, por lo que mis labios también temblaban y eso hacía que tuviera más vergüenza. Además, todavía no me atrevía a abrir los ojos. Eso no debería estar ocurriendo, ¿por qué lo hacía? Ahora hasta podía apreciar su aroma, pero eso solo hacía que me alterara más.
Me separé de ella en cuanto lo tuve en mi mano. Todavía estaba sonrojada cuando abrió los ojos para mirarme, pero tardó un rato en darse cuenta de que tenía su corazón latiendo con fuerza en mi posesión. Se lo robé por unos momentos, me había molestado que me lo dijera de aquella manera, era como si me recriminara a mí de que le gustase, ¿y yo qué culpa tenía? "Como venganza jugaré un poco contigo, Lia-ya".
Pude ver cómo se le pasaba un poco el sonrojo al ver lo que tenía en la mano, pero su corazón no se calmó. Seguro que había oído lo que podía hacer, no estaría tranquila hasta que no se lo devolviera.
–¿Cuándo…?
Por supuesto no se había dado cuenta de en qué momento se lo había robado, que cerrara los ojos me facilitó el trabajo y allí estaba mirándolo ensimismada. Inconscientemente, se llevó una mano al pecho.
–Es una sensación rara, ¿verdad? –le dije mientras jugaba un poco con él lanzándolo al aire y recogiéndolo al vuelo.
"Eso es, juega con mi corazón, Capitán…" Jamás pensé que mi pensamiento de que se lo llevara fuera a hacerse realidad, espero que no decidiera hacerlo añicos de verdad.
Entonces me di cuenta de que él había visto cómo latía tan rápido porque me gustaba, me volví a sonrojar y vi cómo mi corazón comenzó a aumentar el ritmo, pero eso solo hizo que mis nervios se incrementaran. ¿Qué iba a hacer con él? Entonces aumenté la guardia si es que alguna vez la había tenido ante él, y lo miré con desconfianza.
Lo volvió a lanzar. Eso era lo que estaba haciendo todo el rato, jugar con mi corazón y conmigo. Yo no le gustaba, entonces, ¿por qué me había besado?
–¿Por qué? –casi le supliqué.
Se pensó la respuesta un rato que me pareció eterno mientras se acercaba a mí para dejar mi corazón en el sitio que le correspondía, menos mal que no se lo quedó.
–Porque me gusta ver cómo late así por mí –A Law todavía le dio tiempo a ver cómo daba un vuelco ante aquello–. Pero eso no quiere decir que me gustes, Lia-ya.
Acto seguido se dio media vuelta y retomó su ruta inicial por el pasillo, dejando en el aire una leve risa de diversión y dejándome en el pasillo sola y atónita.
¿Qué? ¿Eso que significaba?
Había ido hasta allí, me había atrevido a decirlo, para no solucionar nada, porque ahora todavía me gustaba más.
¿Hasta cuándo seguiría jugando conmigo?
Ay, este Law... No sé por qué decidí probar con él, pero ha sido entretenido y divertido.
Espero que os haya gustado. Se agradecen los reviews con vuestra opinión, si os ha gustado o no la idea en general, lo que se puede mejorar... así que ya sabéis ;)
Muchas gracias por leer!
