Primero de todo gracias a las chicas que me dejaron un review y que siento haber borrado la historia así de golpe. Pues quería hacer los capítulos más largos.

Inmerso en un gran abismo

Capítulo 1: Por mucho que me esfuerzo mis deseos nunca se cumplen

Era un precioso día de verano, el sol quemaba a las pieles de cada uno que paseaba por las calles o que simplemente residía en el instituto. De hecho, todo parecía alegre y animado, pero no para todo el mundo, más bien porque cierta persona estaba presenciando una escena que para nada le estaba dejando feliz, más bien destrozado.

Allí estaban, su querida Rukia y el bestardo de Ichigo besándose apasionadamente, como él nunca podría hacerlo a su querida Rukia, no que ahora pertenecía al chico de pelo naranja quién conquistó el corazón de la shinigami de ojos azules y pelo negro.

Cada segundo que pasaba, que lo contemplaba y lo veía era como una puñalada que se clavaba en su corazón, como una estaca y no le dejaba respirar. Se sentía inútil, idiota y desgraciado. Se le había pasado el arroz y todo porque era un cobarde que no fue capaz de decirle lo que sentía cuándo tenía la oportunidad. Se besaban cada vez con más pasión, con más anhelo y se notaba en sus miradas el amor que sentían el uno por el otro, "que estúpido fui" se decía a si mismo, "perdí lo más preciado por mi", pero ¿Qué haría ahora lamentándose?, la había perdido y ya esta, ya no podría recuperarla ni con suerte, tenía el corazón partido en dos y ya no aguantándolo más salió de allí corriendo, no sabía dónde porque no conocía de nada a esa maldita ciudad llamada Karakura, estaba harto, harto de ladrar a las estrellas pero no alcanzarlas, sus sueños parecían no poder cumplirse, en cambio si los del bestardo de Ichigo, que suerte tenía, suerte tenía de no ser un shinigami como los otros, de ser poderoso y además poder tener a su lado la mujer que quiere, que también era la de él, se sentía desgraciado a más no poder. Quería desaparecer…

Sin saber como, llego a un parque, para él ese sitio era totalmente desconocido y ni sabia como había llegado ahí pero tampoco tenía un destino fijo, así que se sentó en un banco intentando olvidar lo visto anteriormente mirando hacía el cielo inmerso en sus pensamientos.

Mientras, en la escuela, Tatsuki estaba haciendo karate como de costumbre, sus derechos eran de lo mejor, hoy estaba en muy buena forma y lo mejor es que hoy no se había discutido con el imbécil de Abarai, no tener que soportar sus xorradas era lo mejor, ¡Ya lo creía!, aunque por otra parte encontraba extraño que este no le hubiera dicho nada en todo el día ya que nunca se callaba. Ya no pensando más en ello, prosiguió con su entrenamiento y cuándo fueron las ocho de la tarde su maestro le indico que ya era hora de plegar.

- Hoy has estado radiante Arisawa, sigue así y seguro que ganas las competiciones

- De nada sensei, daré lo mejor de mi

Se fue a los vestuarios, se ducho y se cambió de ropa por la de su uniforme de instituto. Iba saliendo del centro escolar y cuándo pisa su pié fuera del centro puede notar una cabeza pelirroja al lado de la puerta principal…

- "¿Qué hace ese tonto allí arrodillado a estas horas?, ¿No tendría que irse a su casa?" – pensó Arisawa con el ceño fruncido

Se acercó a él y cuándo estuvo delante le propinó una buena patada que lo echó al suelo…
- ¡Tu!, ¿¡Se puede saber que haces ahí sentado al suelo a estas horas!?, ¿Es que ahora también tengo que hacerte de madre? – preguntó con su voz chillando

Este sin mirarla se volvió a levantar y estaba de espaldas a ella…

- ¿¡Porque no me contestas!? – decia de nuevo con el ceño fruncido, ese comportamiento por parte de él le parecía del todo extraño y raro, no era propio de él - ¿¡Me oyes o que!?, ¡Pareces un muerto!, ¿¡Es que te ha pasado algo malo!?, ¡Levanta esos ánimos entonces!, ¡Cabeza de chorlito!

No había respuesta y Arisawa harta de su comportamiento coge su hombro derecho y lo hace girar, el sin mostrar su cara…

- Déjame empaz… - y se suelta de ella violentamente para seguir su camino

Tatsuki se queda con muchos interrogantes, no lo entendía por mucho que lo pensará, de verdad estaba raro, al final lo sigue y poniéndose a su lado le pregunta…

- Oye, de verdad parece que te ha ocurrido algo, aunque me caigas muy mal si no te hace nada ¿me podrás decir que te ha ocurrido?

No había respuesta…

- ¡OYE TE ESTOY HABLANDO! – dijo poniéndose a la defensiva

- ¡TE HE DICHO QUE ME DEJES EMPAZ!, ¡NO ESTOY DE HUMOR PARA CONTAR NADA A NADIE NI PARA HABLAR A NADIE! – dijo este explotando de ira

Arisawa, viendo que no conseguiría nada se rinde y le contesta dejando de ir a su lado…

- ¡Muy bien!, ¡ENTONCES QUE TE DEN! – y se fue ella por otra dirección

Desde luego ese no era su día, tuvo que encontrarse con la estúpida humana esa y a sobre tener que aguantar sus insultos y preguntas que no eran de su inconveniencia, ¡Estaba harto!, cuarenta años enamorado de la misma chica, todo por nada, solo por sufrir hasta el punto de no querer hacer nada, si eso es lo que quería ahora, no hacer nada, así que se fue a casa de Urahara y cuándo llego…

- ¡Hola Abarai!, ¿Qué has estado haciendo?, son casi las nueve – decía Urahara con su habitual humor y con su abanico tapando su rostro

- Nada… solo pasear – contestó friamente y de forma muy solitaria Abarai y se fue casa para adentro

- "Vaya, vaya, ¿Qué le ocurre?" – pensó Urahara

Ya adentro, entró en su habitación, lo único que quería era irse a dormir, no quería saber nada de nadie, solo entrar en el dulce mundo de los sueños dónde al menos puede sentirse mejor, pero como era de esperar le interrumpieron…
- ¡Eh!, ¡Cabeza de piña la cena esta preparada! – decía Jinta abriendo la puerta de su habitación

- No tengo hambre, ahora por favor, vete – dijo Renji fríamente

Jinta se fue y cerró la puerta, le pareció igual de raro, siempre comía y más bien mucho. Renji finalmente pudo empezar a dormirse y entró en ese mundo que por unas horas le haría olvidar la amarga situación que había vivido.

Cuándo ya fue de día Renji empezó a despertarse… La verdad es que pocas ganas tenía de hacer cosas hoy, no después de lo ocurrido al menos… Solo quería estarse en la cama y no saber nada de los demás, si, ahora que había despertado todo volvía a ser como antes, la dura realidad, la realidad que tanto le dolía y le hacia sufrir. Pensando todo esto, Jinta abrió la puerta y grito…

- ¡Levántate cabeza de piña!

Venga, a sobre ese pequeñajo le tenía que ir a despertar… Si es que lo que menos quería era ir al instituto hoy, pero sabía que lo tenía que hacer, que tenía que ir a ese odioso sitio dónde encontraría a dos personas que muy bien conocía él y las cuáles no sabría como mirar a la cara. Pensando todo esto, bajo las escaleras hasta llegar al comedor para tomar el desayuno, comió todo lo que le pusieron, eso si, con un semblante triste que todos los presentes notaron pero que prefirieron no decir nada. De despidió de ellos y se dirigió rumbo hacia el instituto.

Por el camino se encontró una de las personas que menos gracia le hacía encontrarse en esos momentos, Rukia quién le saludo alegremente como siempre, al verla su corazón dio un vuelco y escondió su vista y sin parar su ritmo seguía calle para arriba, aunque esta sin rendirse le empezó a hablar…

- ¡Hey Renji!, ¿Por qué no te giras?, ¿Qué te pasa? – dijo poniéndose a su lado

Renji no sabía que decir ni como actuar, demasiado dolor, si, demasiado dolor sentía en ese momento como para responder, su mirada seguía escondida por no ser descubierto. Lo estaba pasando fatal, aún así respondió…

- No me pasa nada Rukia, tranquila, solo es que hoy me encuentro un poco mal, nada más, ya sabes que esto para mi no es nada – decía con ese tono solitario y frío

- Pues yo no te noto bien

Con todo esto a lo lejos se pudo escuchar una voz quién hizo revolver el estomago a Renji y lo hizo enojar, si, ese alguien era Kurosaki Ichigo…

- ¡Hey Rukia!, Vaya Renji. Hola, ¿Qué tal?

A Ichigo si que no le respondió, siguió su paso alejándose de ellos, sin respuesta alguna a la pregunta de Ichigo…

- Oye, estas muy raro Renji, ¿Pero que te ocurre? – le dijo siguiéndolo y esta vez poniendo una mano en su hombro para que le prestará atención

- No me toques – se deshizo de ese contacto violentamente apartándolo con su mano izquierda aún de espaldas y siguió de nuevo su camino

Ichigo se quedó perplejo, se discutían, pero esta vez era diferente, nunca había reaccionado de tal forma, menos tan fríamente y con un semblante tan enojado con él, parecía como si le hubiese hecho algo que no tiene perdón, en todo caso le hizo mucha rabia esa reacción y no se quedaría atrás…

- ¡Será posible!, ¿¡SE PUEDE SABER QUE TE PASA!?, ¿¡TE HE HECHO ALGO!?

Renji no se lo podía creer, no se podía creer que aún le preguntase que le había hecho, le sacaba de quicio pero lo que hizo no tenía perdón, no, no lo tenía. Abarai solo se paro un momento para mostrar el perfil de su cara y mirarle con un rostro lleno de furia, se volvió a girar y siguió su camino…

- ¡MALDITO RENJI! – gritó Ichigo - ¿¡Se puede saber de QUE VAS!? – estaba por ir hacía él y propinarle un buen puñetazo cuándo Rukia lo paró – Rukia…

- Ichigo, déjalo – soltó ella – Conozco a Renji y cuándo esta así lo mejor es dejarlo. No le digas nada, ya se le pasará. Aunque no se porque esta así, pero bueno…

Ichigo no dijo nada, se calmó y hizo caso de Rukia. Tenía razón, fuera cuál fuera la razón por la que Renji estaba así de distante era mejor dejarlo, algún motivo tendría para comportarse así, ¡Porque sino no lo entendía!...

Llegaron todos al instituto, en clase, Renji no prestaba atención a las clases, aunque tampoco lo hacía nunca, le parecían un palo las materias que estudiaban los mortales, pero ese día destacaba mucho porque solo hacía que mirar las musarañas y tener una mirada triste, Tatsuki, quién se sentaba detrás suyo veía esa expresión y no terminaba de entender que caray le pasaba, pero el muy imbécil cuándo se lo preguntaba no se lo decía, "¡Bah!", pensó, "Tampoco debe preocuparme, mejor que este así, porque así no lo tengo que aguantar", pensó alegre y se concentró de nuevo con los ejercicios que estaban haciendo en la asignatura de matemáticas.

Por otra parte, habían dos personas que también se percataron de ese comportamiento en clase, Ichigo y Rukia, pero no solo ellos, sino también Ikkaku, Yumuchika, Matsumoto y Toshiro, nadie sabía que le ocurría.

Cuándo terminaron las clases, Ikkaku decidió hablar con él a la hora del recreo y cuándo salieron se puso a su lado para hablar con él…

- Oye colega, ¿Qué te pasa?, no haces buena cara, parece que te hayan dicho que mañana mismo te tienes que morir

- ¿Y que con eso? – respondió Renji – No estoy de humor para hacer nada

Ikkaku se dio cuenta de la soledad con que transmitía esas palabras, cosa que le hizo preguntar…

- A ti te ha pasado algo de verdad, pero no lo quieres contar, ¿Te hace algo decirme que te ha pasado?, no te obligó, pero si me lo cuentas te sentirás mucho mejor, ya sabes que soy de confiar y no se lo diré a nadie

Continuará

REVIEWSSSSS!!!!, todo lo que queráis, cartas bomba, quejas, halagos, lo que queráis!!!!, XDDDD…