Perdiendo la cordura por ti.
Capítulo 1. Encuentro inesperado.
Mi nombre es Grace Beckett y tengo 17 años, actualmente vivía sola con mi padre al cual odio más que a nadie en este mundo ya que por su culpa ahora estoy prácticamente sola pues cuando yo tenía 13 años el mato a mi madre quien era la única que me amaba de verdad y yo, por el odio y sentimiento de venganza que tenía en ese momento, tome un cuchillo y mate a mi hermana menor, la cual también me amaba sinceramente pero, sin embargo, la mate por ser la persona más preciada de mi padre, su punto débil, así los dos nos quedaríamos sin la persona a la que más amábamos pero cometí un grave error al matarla pues ahora era odiada por toda mi familia a excepción de uno de mis primos el cual era mayor que yo por dos años pero, lamentablemente, solo lo veía una vez al año, así que prácticamente estaba rodeada de odio, rechazo y rencor pues tampoco tenía muchos amigos ya que no era una chica popular ni sociable, mejor dicho, yo era una chica más del montón a la cual etiquetaban como rara pero no me importaba, sinceramente, a mí me vale lo que los demás piensen de mí. A mí solo me entiende una persona, Camila Green, mi mejor amiga; a ella y a mí nos gustan las mismas cosas. Las dos amamos los creepypastas y la misma música, sin embargo ella si tenía una buena vida y no era odiada por toda su familia pero aun así ella siempre me apoyaba.
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Hoy me desperté de mal humor pues hoy venían de visita mis tíos, por una parte estaba bien pues vendría con ellos mi único primo que todavía me dirigía la palabra; pero por otra parte tendría que soportar los insultos y miradas de odio de mis tíos, como si no bastara con los golpes e insultos de mi padre.
Me levante de la cama, me arregle, tome mis cosas y fui, más a fuerzas que de ganas, a la escuela.
Cuando llegue a la escuela, mi única amiga me recibió con un abrazo, era una chica muy carismática de ojos verdes y cabello marrón.
Grace: hola, Cami
Cami: hola, grace (ya más seria) ¿Qué te pasa, no pareces estar de muy buen humor?
Grace: lo que pasa es que hoy vendrán de visita mis tíos y no estoy segura de querer soportarlos
Cami: entonces te puedes quedar en mi casa si quieres
Grace: (suspirando) me gustaría poder quedarme en tu casa pero no quiero meterme en problemas con mi padre
Cami solo hizo una mueca de desagrado y preocupación y nos dirigimos al salón pues las clases ya habían empezado.
Las horas pasaron y pasaron y yo simplemente no podía concentrarme, estaba hundida en mis pensamientos y así seguí hasta que dieron el toque de salida. Me despedí de Cami y me dirigí a mi casa, iba caminando lentamente con un aura pesimista y desanimada, no quería llegar a mi casa y tener que soportar a mis tíos pero desafortunadamente, por más lento que caminara, llegue a mi supuesto "hogar".
Entre a la casa y mi padre me regaño por haber llegado tan tarde, yo solo me dispuse a pedir perdón de mala gana y me dirigí a mi cuarto no sin antes escuchar los murmullos provenientes de mis tíos que decían los mismos insultos que suelen decirme siempre.
Grace: como si enserio me importara lo que digan
Hable para mis adentros y subí a mi cuarto en donde me esperaba mi primo, Nick, un chico alto de ojos azules y pelirrubio.
Nick: hola, grace. Tanto tiempo sin vernos
Grace: hola, Nick
Nick: ¿qué te pasa? ¿Por qué tan seria?
Grace: uno, así soy yo, y dos, no estoy de buen humor
Nick: ¿Por qué? ¿Por qué vinieron mis padres?
Grace: exacto
Nick: por lo menos tú no los tienes que soportar diario
Grace: tienes razón… debe ser fastidioso ¿no?
Nick: ni te lo imaginas
Yo solo me limite a sonreír un poco y seguimos hablando durante horas hasta que se hizo de noche y Nick se fue a su cuarto y yo me acosté en mi cama pero, antes de que me pudiera dormir, sentí una fría brisa así que voltee a ver la ventana y me lleve una gran sorpresa al ver que esta estaba abierta pues yo la había cerrado antes de irme a la escuela así que me sorprendí mucho pero al final no le di importancia y volví a intentar dormirme pero de pronto sentí la sensación de que alguien me observaba, así que abrí los ojos y voltee a ver la ventana nuevamente (n/a: la ventana está al lado de la cama) y esta vez me lleve una sorpresa mayor al ver a un chico, de aparentemente 20 años de edad, al lado de mi cama observándome fijamente
