Es la segunda vez que pasa en una semana.

Bueno; de hecho, la tercera vez, pero la primera vez no cuenta porque… No cuenta. Y punto.

Pero de hecho es la primera vez que pasa en un sitio público.

No sabe cómo han llegado allí.

Estaban en el metro de New York buscando a un vagabundo que tenía información (o eso creían porqué al final sólo ha hablado de pactos del gobierno con alienígenas y terroristas, de persecuciones a las que se ve sometido por saber la verdad y de una conspiración mundial para asesinarle dirigida por Bill Gates; obviamente se han abstenido de explicarle a qué organismo pertenecen).

Ni siquiera sabe por qué están juntas.

Es decir, JJ no suele hacer ese tipo de trabajos, y Prentiss tiene un ligero problema con esa cosa de trabajar en equipo, y de repente, llega el apocalipsis y Hotch decide que ellas dos deben ir juntas.

Inexplicable.

Y ahora están allí.

En un baño sucio y transitado del metro de Nueva York. Como si no hubiera más lugares donde liarse en el mundo. Bien.

Sólo que mal.

Emily de verdad no sabe cómo han llegado hasta allí.

Bueno, quizás tenga una ligera idea

(Y es algo que puede que tenga que ver con JJ revolviéndose el pelo y mirándola a los ojos mientras le anuncia que va al baño un momento, que enseguida vuelve; mojándose un poco los labios al hablar y contoneando las caderas al ir hacia allí. Y definitivamente es algo que tiene que ver con la mirada de reojo que JJ le echa por encima del hombro antes de entrar).

Lo siguiente que recuerda es ella entrando detrás y mirando que no haya nadie en el baño.

Y una mano que la mete en un cubículo.

Lo que viene después de eso es todo lengua y labios; manos bajo la ropa y pelo revuelto.

Y parece mentira eso de necesitar aire para respirar con lo avanzada que está la tecnología; pero al final pasa.

Y Emily se aleja un poco y observa un poco a JJ; pelo rubio despeinado, ojos brillantes, mejillas sonrojadas, blusa desabrochada y cuello mordido, respiración agitada y labios rojos listos para ser besados. (Otra vez).

Prentiss no sabe muy bien qué cojones está haciendo pero en ese momento lo único que puede hacer es seguirla besando. En un baño público del metro de New York. Un baño que está demasiado sucio para ser sexy y demasiado transitado para dar intimidad.

Y sin embargo ahí está (aunque sigue sin saber cómo y por qué), besando a JJ en un cubículo diminuto, empujándola contra la pared y metiendo la pierna entre las de ella mientras le desabrocha la blusa y la besa en el hombro.

Dios.