¡Buenas tardes a todos!

Bien, no se como empezar ni que decir. Estoy bastante (si, muuy, pero muy.. xD) nerviosa. Este fic ya lo había publicado - al menos dos o tres capitulos - pero lo tuve que borrar, porque no pude seguir publicando. Mil disculpas a todas (os) las que lo leyeron esa vez, y les tengo que decir que ahora si publicaré y no lo borraré :).

Antes que empiezen a leer, tengo que aclarar algunas cosas:

Es un Dramione

Están en septimo año y Dumbledore NO ha muerto.

No contiene spoilers ni nada parecido.

Draco se pasó al lado "bueno"

Y Voldemort está muerto (YEAHHH)

Y odio a Harry, hahaaha... ups, eso no va aqui (lalala xD)

Espero que les guste y si no, espero que también me lo digan en un review .

.


Capitulo 1: Boda

- Hermione ¿estás lista? – Preguntó Ginny golpeando la puerta del baño.
- Ya voy… - Conteste mientras le hacia algunos últimos toques a mi vestimenta.
- Herms, te tengo que maquillar, peinar y queda poco tie..
- Cha chan – Respondí dando vueltas, mostrando mi vestido de novia. Me era tan fácil fingir que estaba feliz.
- Te ves… Hermosa – Dijo Ginny con los ojos llorosos.
- Ginny, ¿que te pasa?
- Nada, es que me emocioné al verte vestida de novia
- Oh Ginny – me acerque abrazándola.
- Bueno - Habló limpiándose las lagrimas que momentos antes se habían desprendido de sus ojos – Voy a maquillarte. En poco tiempo serás la Sra. Potter.

Sra. Potter, Sra. Potter, Potter… Potter. Ese nombre se pasaba por mi mente todo el tiempo, no me dejaba tranquila, me sentía tan… tan triste ¡Oh… era el día de mi boda y yo estaba triste! Se suponía que en cualquier casamiento normal, la novia era la más feliz pero no podía estar así. Algo me apretaba el pecho, algo no me dejaba respirar y sabía claramente lo que era, angustia. ¿De verdad quería ser la "Sra. Potter"? No, no quería, pero ya no había vuelta atrás, ya le había jurado amor eterno.
No quería casarme, no quería verlo. Lo único que deseaba en ese momento era huir, correr…desaparecer, sin darle explicaciones a nadie. Odiaba dar explicaciones, me gustaba hacer las cosas a mi manera, a mi gusto, pero claramente en ese momento no podía.

- Herms… tierra llamando a Hermione – Una mano pálida se agitaba delante de mis ojos.
- Oh… lo siento ¿que decías? – Pregunté saliendo de mis pensamientos.
- Ya estas lista. Estamos… bueno, estás atrasada – dijo Ginny nerviosa – Vamos levántate.
- Si, en un momento – Respondí pero me quede ahí viendo como todos daban vueltas. Mi vista estaba clavada en la alfombra de mi habitación y al parecer no quería mirar otra cosa.
- A ti… – Me sorprendió mi mejor amiga, mientras se sentaba a mi lado – Algo te pasa.
- Ginny… llegaremos tarde – ¡Claro que me pasaba algo! Pero mi "buen" juicio no me permitía decírselo. Traté de evadir el tema levantándome.
- No importa – Respondió tomándome del brazo mientras que me tiraba, haciéndome sentar – Dime que te pasa
- Nada… - Conteste con la voz en un hilo. La fuerza me fallaba y en eso era imposible fingir.
- ¿No te quieres casar?
- ¡No! como se te ocurre. Yo amo a Harry.
- ¿Entonces? – Las cejas de la pelirroja se juntaron tanto, que parecía solo una.
- Solo… solo estoy nerviosa – Respondí.

Otra mentira. "¡Eres una tonta!" En el momento en el que podía decir la verdad no decía más que mentiras... más mentiras.
"Te quiero" era la engaño mas grande y ya no la aguantaba, no se cuando me volví tan estúpida…tan despreocupada de mi, siempre hacia lo que los demás querían y mis sentimientos, lo que yo quería, ¿Dónde quedaba? solo me olvidaba de ellos.

El clima no me favorecía. Era invierno, hacia frío y habían pronosticado lluvia. Hasta el día era triste, nada tenia luz… me iba a casar y ¡todo estaba mal!

- ¿Estas lista? – Dijo mi padre entrando al dormitorio, sorprendido por mi belleza – Todos los alumnos están listos, y Dumbledore también - El aludido nos iba a casar. Nos quedaba un año para salir del colegio, aun era muy joven para casarme, pero según Harry no aguantaba más. Yo no quería casarme.
Ese año lo veía menos ya que estaba en la torre de los premios anuales junto con…Malfoy. Lo odiaba, era lejos lo peor que me había pasado en la vida. Cada día se ponía más pesado y arrogante, y a pesar de que en la lucha contra Voldemort, Malfoy se haya pasado a nuestro bando, seguía teniendo esa diferencia por los "sangre limpia e impura" - o al menos así lo demostraba - y eso me sacaba de mis casillas.

- Si papá, estoy lista – Contesté levantándome y mirándome al espejo… me veía tan linda, habría sido el casamiento ideal si no fuera por el marido.

Ya estábamos fuera del Gran comedor, estaban las puertas cerradas, pero yo ya había visto la decoración. Estaba todo tan lindo, obvio como no, si Harry Potter se casaba con una de las alumnas más inteligentes de Hogwarts. Mi padre me sostenía del brazo, porque el me iba a dejar en el altar.

- Estoy lista… - Susurré con la mandíbula más que tensada.
- Listo – contestó y comenzamos a caminar, se abrieron las puertas, comenzó a sonar la canción que anunciaba que estaba entrando.
- ¿Nerviosa? – Pregunto mi papá mientras caminábamos y todas las miradas estaban puestas en mí.
- No – conteste secamente. No estaba nerviosa, estaba triste.

- Estamos aquí para llevar acabo el casamiento de Harry Potter con la Señorita Hermione Granger… - Así comenzó a hablar Dumbledore mientras yo pensaba en la locura que estaba cometiendo, hablo mucho… pero no le preste atención hasta que llego a la parte más horrible del testimonio.
- Hermione Granger, ¿aceptas a Harry Potter para amarlo, respetarlo, cuidarlo… hasta que la muerte los separe?

El mundo se vino a mis pies ¿amarlo, respetarlo, cuidarlo… hasta que la muerte nos separe? ¡Dios! Si acepto, lo mato a los 2 segundos… ¡Como me hacia esa pregunta! ¿Acaso no se daba cuenta que lloraba NO por emoción si no por Tristeza? ¿Nadie se daba cuenta de lo que sentía? ¿A nadie le importaba? No pude mas y exploté.

- Profesor… yo no me puedo casar – Dije mientras que me dirigía a Harry – Perdóname… Yo no te amo, nunca te he amado…
- ¿Qué?
- Lo que escuchaste – Respondí mientras tomaba el vestido con mis manos y emprendía la huida. Se escuchaban muchos murmullos, pero a mi no me importaba… yo quería estar con alguien que de verdad quisiera, aunque todo el mundo se pusiera en mi contra… en ese momento todo me daba lo mismo. No pude seguir caminando… un brazo me detuvo.
- No me hagas esto… tu me amas – La mirada de Harry estaba tan perdida, que por un momento pensé en devolverme y hacer como si nada hubiese pasado.
- Espero que algún día me puedas perdonar – Fue lo ultimo que dije y huí.

Corrí sin un destino, podía ir a cualquier parte, total Hogwarts era grande. El problema era el momento en el que tuviera que regresar, pero ya tendría tiempo para pensar en eso.
Salí y corrí por los terrenos hasta llegar al lago, ahí no pude seguir porque me caí, me caí en la tierra. Miré mi vestido el cual ya no era blanco, pero no me importaba y seguí corriendo. Mi respiración estaba por muy encima de lo normal y mi boca estaba seca, definitivamente ya no podía mas.

Me senté jadeando y me apoye en un árbol. Una de mis manos se fue a mi pecho, no sé para que… supuse que lo hacia para calmarme. Alcé mi vista y vi que el sol ya no estaba y las estrellas comenzaban a salir, se hacia de noche, pero no quería volver. No hace más de 30 minutos había salido corriendo de ahí. Lloraba como nunca, lloraba porque tenía miedo. Aparte de mis sollozos pude percibir que unos pasos se acercaban a mi, pero quería estar sola, no quería ver a nadie… no quería darle explicaciones a nadie.