Capitulo 1: ¡Sorpresa!
Aclaración: la negrita es el diálogo (así se nota mejor cuando hablan en voz alta) y lo demás es dentro del cabezón de Lovi :D Irá cambiando el punto de vista (POV) de Lovi a Antonio e intentaré que quede claro cuando habla cada uno.
Disclaimer: Hetalia y todos sus personajes pertenece a Hidekaz Himaruya
Advertencias: rated T por la bocaza de Lovi e insinuaciones varias xD
Espero que les guste!
Romano dormía plácidamente. Poco a poco comenzó a notar cómo los rayos de sol le daban en la cara. Frunció el ceño. Ese maldito bastardo de España se ha dejado la maldita persiana subida… - pensó.
Se sintió algo incómodo de pronto, algo no andaba bien… podía notar el roce de las sábanas en su cuerpo, ¡oh! ¡Estaba desnudo! Se sobresaltó un poco sin levantarse… Pero no, no era eso… siempre duermo desnudo –se dijo.
De pronto lo notó, algo iba mal en su torso… algo raro… y pesaba mucho… Se llevó la mano al pecho para sentir un bulto, o mejor dicho… dos bultos.
POV Lovino
No podía estar pasándome esto a mí…
-¡T-Tengo tetas! –me incorporé de un salto, palpando mi pecho. Efectivamente, tenía tetas- ¿P-Por qué tengo tetas?
Buena pregunta sin duda. Seguí tocándome un poco, no me lo podía creer. ¡Pero si ayer era un macho Don Juan y muy sexy! ¿Por qué cojones tenía que tener peras?! Así, ¡de pronto!
Espera… España no está… ¿me habrá visto? ¡Oh! Dios, que no me haya visto… a ver, Lovino, piensa con claridad, ¿qué hiciste ayer? ¡¿Qué cojones hiciste ayer?!
Esa también era una buena pregunta… recuerdo… si, recuerdo ir con Antonio y sus amigotes (el idiota albino y el pervertido francés) a un bar. Hasta ahí bien. Bebí de más… quizás… y luego… luego debió de pasar algo y ahora soy una tía… genial.
Dejé de pensar cuando me di cuenta de que no había parado de sobarme los pechos… eso de verdad si que era genial. Bien visto eran grandes y seguro que a Antonio se le caía la baba al verlos… ¡No,no,no,no,no,no,no! No podía ponerme a pensar en ese idiota ahora, ni que me gustase o algo así… jajajajajaja, que va…
Bueno, a lo que vamos… me levanté de la cama para mirarme en el espejo. Todo era ligeramente más alto de como lo recordaba… eso, o yo era más bajito (o bajita… ¡maldita mierda!).
Llegué al baño y me quedé embobado mirándome. Recordad que sigo desnudo/a. Si, mis nuevos pechos eran jodidamente grandes… y bien puestos. Sinceramente, estaba buena. Si, muy buena. Si me viese por la calle me violaba.
Mis pensamientos se vieron interrumpidos por el sonido de la cerradura de la puerta. ¡Mierda! Ese era España, ¡seguro!¡Y me iba a ver!¡Y estaba desnudo/a! Corrí lo más rápido que pude a la habitación y me vestí con lo primero que encontré que por desgracia era ropa de Antonio. Me quedaba gigantesco.
Me asomé al salón y escuché a Antonio tatareando La cucaracha desde la cocina. Con toda la naturalidad del mundo me senté en el sofá y encendí la tele. Tenía que parecer sereno, solo me faltaba que ese bastardo se riese de mi por ponerme a gritar como un/a histérico/a solo porque me habían salido pechos. Realmente no era para tanto. Si me hubiese despertado como un señor viejo, calvo y obeso sería otro tema, pero era una chica guapa, no hay que dramatizar… ¿verdad?
-Ah, Lovi, ¿ya despertaste? –escuché la voz de Antonio desde la cocina –estoy colocando la compra, ahora mismo te preparo el desayu…
Me giré mirándole como si nada. Calma, no empieces a gritar. Había salido de la cocina y me miraba con una cara que no sabría describir… algo así como sorpresa, susto, miedo, felicidad y depravación… todo junto.
-¿Lo-Lovi?
-¿Qué pasa, bastardo? –intenté sonar lo mas casual que pude.
-¿Eres tu?.. bueno, eres una… una…
-¿Chica? –completé.
-Esto… si, eso –vi como se sonrojaba y comenzaba a temblar –¿q-qué ha pasado?¿Por qué eres…?
-¿…una chica? – ¡Si! Soy una tía! ¿No tienes ojos en la cara? Tengo tetas, joder, ¡TETAS! Pero tengo que estar tranquilo, esto no me afecta nada, calma… –no lo sé, me he despertado y estaba así. Deja de mirarme con esa cara de pervertido… estoy buena, eh? –puse cara de picarón y Antonio se sonrojó más todavía. Esto no iba a terminar bien.
