EL COMEDOR DE ALMAS.
Disclaimer.
Naruto y sus personajes no me pertenecen, son propios de Kishimoto-sama.
"Vivid mientras sois ignorantes
Porque vuestra propia sabiduría os traicionará.
Sucumbiréis a los pies de vuestros deseos
Y el verdugo vuestra alma esclavisará." –A.J. Evanzs.
Prologo.
"El caballero de Negro."
By: A. J. Evanzs.
Observaba el cielo renegrido, apaisado e infinito que se sostenía cubriendo mi pequeña villa, mi hogar. Las nubes formaban un cumulo desordenado que de seguro avecinaban una tormenta; a pesar de ello a algunos no les parecía motivo suficiente como para no dar un paseo nocturno a juzgar por lo concurridas que lucían las calles. En Konoha siempre llovía y a raíz de ello la comunidad estaba bastante acostumbrada al aspecto sombrío y amainado de las calles o a la poca actividad turística del lugar.
Adaptar una rutina-no-rutinaria parecía buena idea cuando estabas encerrado en un pueblucho como este, no quedaba más que ser uno del montón o "el vecino de la casa siguiente", aún así amaba este lugar, no me imaginaría viviendo en otra parte.
A unos cuantos kilómetros del corazón de la villa se encontraba la edificación más alta que apenas constaba de diez pisos, un edificio de renombre que era habitado por aquellos que tenían la mejor posición económica del pueblete, y yo, una simple y poco elegante pardilla1lo observaba desde el balcón de mi pulcro apartamento con anhelos de tan si quiera tocar el mármol con los que el piso estaba hecho. Yo era insignificante donde sea, entonces ¿qué más daba? Fantasear era una de las cosas que siempre me la pasaba haciendo, principalmente porque después de la escuela tenía demasiado tiempo libre y nada en que gastarlo, mi diario vivir no era de lo más interesante que digamos.
Dejé de observar el fastuoso edificio y busque mis apuntes, tendría examen de literatura el lunes y bajo ninguna circunstancia me permitiría bajar el promedio. Estudiaba con una Beca y estaba apunto de culminar la secundaria. Tenía una tutora a la cuál por lo menos había convencido de dejarme en konoha eximiéndola de cualquier responsabilidad conmigo, cosa que agradecía por que no necesitaba una nana, ya era bastante grandecita.
Le debía mucho, ya que en cualquier otro caso me hubiesen martirizado la vida con leyes, y aunque sabía muy poco de ella me bastaba solo con saber que tenía un hogar fijo aquí, porque intenciones de moverme no tenía ninguna.
Estos dos últimos años me habían parecido un tanto fantasmas, quizá mi percepción del tiempo no estaba precisamente orientada a la realidad, ni si quiera era consiente del mundo a mi alrededor excepto cuando estaba despierta; y mi problema era que me costaba diferenciar cuando lo estaba. Últimamente me la pasaba mucho con mis amigas y estudiando... como ahora, tratando de mantener mi mente siempre ocupada.
Dejé de sobrecargarme y decidí meterme de lleno en mi lectura para una mayor concentración, casi lo logro de no haber sido que el sonido del motor de un auto que yo conocía se acercaba a gran velocidad.
Me paré del piso del balcón para asomarme, efectivamente era ella, estacionando su chevy al frente de mi minidepa, entorné una media sonrisa inquieta, o más bien ansiosa.
- ¡Hey frentona! – gritó sacando al cabeza por el auto, no había necesidad de ello ya que con pitar y gritar era suficiente, pero así era ella, Yamanaka Ino, donde llegaba siempre alguien tenía que ver con ella, éramos opuestas pero aun así inseparables, ella era todo lo que yo no; Linda, popular y extrovertida.
- ¡¿Qué quieres cerda? – le respondí fingiendo ignorancia, me estaba haciendo webas porque obviamente sabía a que venía ella.
- ¡Y lo preguntas!, ¡Vamos Los demás nos esperan! – anunció mientras hacía reversa para salir de la calle, yo enseguida cogí las llaves del depa y salí corriendo como alma que lleva al diablo la necesidad de liberar un poco de estrés empezaba a correrme por el cuerpo, ansiosa de un poco de diversión.
- vámonos – le dije ansiosa, no supe en que momento ino le metió toda la pata a su auto, pero a mí me estaba encantando, era algo así como el calentamiento.
- ¿Un jale? – me ofreció. La música estaba alta y el viento me golpeaba el rostro, me sentí tan a mil que de seguro practicar noseboarding (2) iba a aumentar mi sensación placentera.
- venga – le acepté el pequeño sobrecito de aquel polvo blanquecino, no era una adicta a la coca pero en cuestiones de estrés me desenvolvía bastante. Me tiré la línea de un tucaso (3), inhale la gloria y sentí el efecto adormecedor que ejercía sobre mi nariz y parte de mi cara; me sentía tan bien que las ganas de dejar mi cabeza sobre el respaldar se volvió necesidad, era la mejor sensación que podía existir, tanto placer como para no medir que casi llegábamos a nuestro destino.
Ino iba bastante acelerada; cada vez nos alejábamos más tanto como para llegar a la frontera de la villa, justo donde ambas queríamos llegar. Desde lejos divisé cuatro autos a la espera de nuestra llegada, sonreí al notar que a pesar de todos estos años aún seguíamos haciendo las reuniones de los viernes, evento que daba inicio al fin de semana, obviamente no eran de la misma índole cuando cursábamos el kindergarten, habíamos crecido y desde entonces otro tipo de hábitos se nos habían pegado.
Aparcamos junto al carro gris, el último de la línea al que por su puesto yo conocía. Bajamos del auto y el ambiente acelerado nos choco de frente, sentí el olor chocolatoso característico del feeling (4) entrar hasta por mis poros.
- No han demorado nada – Nara nos dio la bienvenida, era la cabeza principal de nuestro grupo, éramos algo reducidos ya que únicamente seguían esta costumbres quienes habían estado desde la fundación de la villa, todos y cada uno de nosotros éramos descendientes directos de los fundadores de la villa, de nuestro hogar, razón por la que la mayoría de nosotros se mantiene atado a este lugar, incluyéndome.
- ¿Qué hay shikamaru? – saludé alzando la quijada brevemente, solo para luego ver el tremendo y sexoso saludo que Ino le daba a su novio, les observé por unos instantes ausentes ya que no sabía porque motivos los observaba con cierto recelo, tal vez era porque nunca había estado en un situación así... o que se yo.
- Ino... – susurró a pesar de que para mí era demasiado audible. Lo noté igual de ansioso que mi amiga parecía que ambos querían comerse, pero se separaron al notar mi presencia.
- Lo sentimos Sakura – se disculpó con las mejillas rosadas, yo rodé los ojos por que aquella frase era costumbre – ¿y bien? – preguntó la rubia.
- Vamos a bajar a la cascada del diablo – sonreí casi desquiciada, no se porque razón siempre me emocionaba por ir a ese lugar, mientras muchos ignoraban su localización u otros le temían yo sentía afinidad con el lugar; tal vez era por el aura oscura que desprendía, daba la sensación de que aun estando acompañado alguien te observaba con mucho interés, y esa era una de las cosas que me intrigaban del lugar.
- Lo supuse – contestó ino. Los tres nos encaminamos hasta el oscuro precipicio donde comenzaba el sendero hacía el plan de la cascada, tuvimos pocos inconvenientes en llegar ya que shikamaru traía un Flash light para aluzar el camino.
Al terminar de bajar el sendero, aspiré sin asco alguno el olor del cigarrillo, palpé el lado derecho de mi chamarra para verificar que había traído mis blancos (5), sonreí al tocar el bulto de la cajetilla.
- Las que faltaban –Anunció Nara shikamaru que siguió de largo donde estaban Hyugga Neji, Akimichi Chouji, Inuzuka Kiba o chico perro y Aburame Shino, nosotras fuimos al encuentro con las demás, allí estaban Ama Tenten y Hyugga Hinata.
- hm hm... – shikamaru se aclaró la garganta mientras miraba serio su reloj, todos suponíamos que era el momento del grito – Bueno oficialmente son las 12:00 p.m., doy comienzo a la reunión de fin de semana – al terminar Nara, todos emitimos una especie de grito de emoción y enseguida sacaron guaro(6), cerveza, sake, vino y todo lo que contuviera alcohol, Ino había traído suficiente nieve(7) para volarnos a todos, teníamos tantos cigarrillos para fumar hasta el amanecer y el tremendo equipo de sonido del auto del chico Hyugga en sí el único que podía bajar la empedrada de la cascada.
- ¿Y que cuentan? – pregunté llevándome un sorbo de Miller al paladar. Todos estábamos en un círculo haciendo cualquier cosa que se nos placiera y yo deseaba tener algo de conversación.
- Esta semana ha sido de locos, la maldita escuela esta por colmarme – comentó Kiba jalando algo de humo del cigarro.
- No has sido el único, ya entraremos en exámenes la próxima semana, nos van a abarrotar de trabajos – comentó tenten con aburrimiento.
- Si, si no fuera porque hoy es viernes estaría maldiciendo – comentó Chouji comiendo papitas fritas a dos manos.
- ya veo... – comenté brevemente, después de allí solo me dediqué a escuchar a los demás conversar, Ino se había piqueado con shikamaru quien sabe donde y el alcohol me empezaba a hacer efecto, tanto como para quedarme callada mientras mis compitas de la infancia charlaban a risa suelta.
Debían ser alrededor de las 4:00 a.m. casi todos estábamos agotados y apunto de caer debido a que digerimos todo el alcohol demasiado pronto, entre cigarrillos y algo de coca había perdido la noción del autocontrol y me había dejado llevar, Ino estaba por comerse a Shikamaru y este tenía las manos bien puesta en su trasero. De todos los viernes que hacíamos las reuniones yo siempre era la última en sucumbir, pero hoy había sido una de las primeras aunque no tanto para considerarme totalmente ebria.
- Sakura... – hice caso omiso, como si no me estuviesen llamando – Hey saku... – volvió a llamarme shikamaru, esta vez si reaccioné y vi a Ino rendida en sus brazos, supuse que iba a dar la reunión terminada por hoy, muchos de nosotros estábamos a lo vulgar pues... ¡hasta el culo!
- ¿Sí? – le contesté en modalidad casi zombi.
- Llevaré a Ino a casa en mi auto, llévate el de ella y dejarlo en tu casa – asentí de inmediato, tomé las llaves que me lanzó y seguí el caminado indicado, mientras me alejaba escuché como todos los demás hacían un pequeño abucheo al dar por terminado la reunión muy temprano, pero como siempre todos terminábamos haciéndole caso a Nara.
Todos arrancaron sus respectivos autos en dirección a sus domicilios, yo me tomé mi tiempo, el carro de Ino era medio sangrón y si metía la pata de seguro me chocaba al no estar totalmente en mis 5cos. Una vez que todos desaparecieron de mi campo de vista puse en marcha el auto, iba conduciendo bastante lento ya que no sentía apuros... nadie me esperaba.
Encendí el radio y salté directamente al track cinco, enseguida el ritmo calmado y tenebroso de diamonds aren't for ever me hizo sacudir mis sentidos y sentir la emoción que me transmitía aquella canción.
- we will never sleep, cuz sleep is for the weak, and we will never rest till' were all are fucking dead! – grité el coro casi por inercia, esa canción siempre lograba subirme el animo, por eso se había convertido en mi banda favorita. Los repetidos golpes de la batería y los riffs de la guitarra me habían distraído, mantenía la mirada fija en la carretera a sabiendas de que cualquier animal podría cruzarse de la reserva aunque no fuese necesario.
Iba inmersa en mis pensamientos y casi sentía que manejaba media groggy, debía suponer que eran efectos del alcohol.
Miré el reloj en el tablero del auto, aun seguía escuchando la misma banda y marcaban las 5:15 a.m., nuevamente clavé la mirada devuelta a la carretera y me pareció ver a alguien parado a un lado de la carretera, sacudí la cabeza y me limpie la vista para cerciorarme de que estaba viendo mal.
No lo estaba.
Me detuve para apreciar la figura desde lejos, era una chica más o menos de mi edad y actuaba como distraída y estaba pálida.
Las gotas de lluvias empezaron a caer, caí en cuenta en que antes había estado observando el cielo y lucía tan nubloso como siempre, me pareció buena idea ir por la chica y preguntarle a donde vivía, porque estaba segura de que en la villa no. Me conocía a la mayoría de los habitantes y esa fémina no estaba en mi registro pero es que ni de turista.
Puse en marcha el auto para dirigirme hacía ella, pero antes de que tan si quiera quitara el freno de manos una segunda figura apareció, era un caballero que vestía de negro y su piel era en extremo pálida. No podía verle el rostro porque parecía charlar con la chica o eso creía yo; su cuerpo era fornido y su estatura más alta que la mía, pensé en irme ya que de seguro debía ser el novio de la chica, pero lo que presencié después me dejo absorta e inmóvil. El chico giró su rostro y quedé embelesada en él.
La Hermosura de su rostro impreciso era sobrenatural, me dio la impresión de que cada pómulo y piel de rostro eran perfectamente simétricos, su nariz perfectamente perfilada y sus labios rectos y poco carnosos eran el complemento perfecto para sus ojos, eran negros y afilados y se veían más serios por los flequillos rebeldes y sedosos que le caían por el rostro, era el hombre más hermoso que mis ojos hayan visto... y me estaba observando atento.
¡Esperen!, ¡me estaba observando!, no entendía que pasaba, pero el caballero me miraba como preguntándose si yo lo estaba viendo, una sensación de miedo me invadió.
Sin dejar de mirarme volvió a estar frente a la chica y en segundos su cuerpo se empezaba a desplomar haciéndose inerte. El corazón me latía muy rápido y el miedo aumentó... ¿acaso ese tipo quería que supiera lo que estaba haciéndole a la chica?, no había dejado de mirarme sarcástico como si le divirtiese verme echa un ovillo expectando la escena. Alzó su mano izquierda, la que estaba oculta tras su propio cuerpo y en ella tenía una especie de luz, una muy resplandeciente, tanto como para hacer más sombrío su rostro y tenía una cola delgada y larga igual de resplandeciente. Estaba muy asustada.
Deseaba moverme y huir de allí pero mi cuerpo no respondía a las órdenes que trataba de enviarle. Mientras yo luchaba por moverme el tipo vestido de negro giró nuevamente y me miró entre incrédulo y vacilante pero sobre todo con una indiferencia inhumana.
Estaba tan asustada que golpeé mi cabeza sobre el volante y reaccioné. Quite el freno de manos y aceleré a toda velocidad... no sabía si después de esta noche iba a volver a beber de sobremanera.
Miré por el retrovisor y el hombre había desaparecido tras el humo del auto, respiré ahogando un grito, ¿Qué había sido todo aquello?, ¿Quién era él? ¿Qué tenía en sus manos? ¿Qué había pasado con la chica?
Tantas preguntas eran el resultado de mi miedo, solo quería llegar y olvidar el episodio, a la chica y al caballero de negro.
¡Hola!
Es bueno saludarles, solo quisiera aclarar algunas cosas.
En este Fic es posible que vean otro tipo de ambiente, espero que no lo relacionen mucho con mi persona.
Espero les haya gustado ya que todo lo que está escrito viene de mi fantasiosa y retorcida imaginación...
Comenten y luego les aviso de la continuación.
Diccionario:
Pardilla: Persona común y corriente, del patío.
Noseboarding: referente a la unión de dos palabras inglesas que denotan "esquís de nariz", término usado para denotar la ingesta de cocaína.
Nieve: clave o sobrenombre que se le da a la cocaína.
Tucaso: como decir "de una sola" o "de una vez".
Feeling: extranjerismo usado en Panamá para referirse al compuesto de marihuana con papel bluntwrap.
Blancos: extranjerismo para denotar cigarrillo.
Guaro: licor fuerte y seco.
"Vive mienstras seas ignorante
Porque tu propia sabiduría te traicionará.
Sucumbiras a los pies de tus deseos
Y el verdugo tu alma esclavizará" –A.J. Evanzs.
