¡Hola! Este es mi primera historia que escribo. Como notaran, este fic se centrara en Víbora ya que es uno de mis personajes favoritos y creo que merece su propia historia, para esto yo cambiare algunas cosas de las películas y de "El secreto de los 5 furiosos".

Soy nuevo en esto así que espero sus opiniones para poder mejorar y espero les guste. Sin más, a leer.

Kung Fu Panda le pertenece a Dreamworks y no a mí.

Capítulo 1: Malas Noticias

Comenzaba un nuevo día en el Valle de la Paz y como ya era costumbre los 5 cinco furiosos salieron de sus habitaciones puntuales para saludar a su maestro pero, claro como de igual forma era costumbre, cierto panda no contaba con esa puntualidad, es más, ni siquiera en su tiempo de estar viviendo ahí, Po había podido levantarse temprano aunque Shifu siempre lo reprimiera y le recordara los valores de un guerrero. Shifu entró por el pasillo y saludó a sus alumnos que lo veían de la puerta pasar hasta la habitación de Po. El panda rojo abrió la puerta fuertemente y como era de esperarse, Po se encontraba profundamente dormido y babeando.

-¡Panda! – gritó Shifu enfurecido. Si, podía ser el guerrero dragón y haber salvado a China varias veces pero no por ello podía comportarse como quisiera y ese panda aún tenía mucho camino que recorrer.

A pesar de tal grito, Po ni siquiera se movió, incluso hasta empezó a roncar y revolcarse en su cama.

Los cinco furiosos miraban la escena detrás de su maestro y al conocer bien a su amigo tenían sus propios pensamientos y opiniones por la forma de comportarse de aquel ser blanco y negro.

"Se ve tan infantil pero tierno a la vez" pensó Víbora con una sonrisa en los labios. Po era de sus mejores amigos y siempre la hacía reír con sus ocurrencias.

Shifu soltó un suspiro en forma de cansancio pues día con día era lo mismo. – Alumnos, por favor despierten a Po, yo tengo mucho que hacer hoy y no tengo tiempo para esto. Vallan a desayunar y los veo en el salón de entrenamientos-. Dijo sin muchos ánimos pero antes de irse recordó algo muy importante y se volteó hacia Víbora. –Maestra Víbora puede acompañare por favor, es urgente-. Y luego se encaminó a la puerta sabiendo que Víbora lo seguiría.

Todos no entendían muy bien la situación, aun menos la reptil que había quedado con una mirada de extrañeza. Finalmente reacciono y salió por la puerta donde un momento antes había pasado Shifu.

-¿De quién es el turno de despertar a Po esta vez?-. Preguntó Mantis cortando el silencio que se había instalado. Todos se quedaron viendo unos a otros esperando que no sea su turno ya que sabían que no sería tarea fácil despertar al oso.

Shifu caminaba fuera del salón de entrenamientos seguido por Víbora y aunque él no la miraba se podía ver que a su maestro le preocupaba algo. Cuando por fin se detuvo, Shifu seguía serio pero no decía nada solo volteó hacia la reptil y parecía buscar palabras para hablar.

-¿Esta bien, maestro? – Peguntó Víbora ya preocupada. - ¿Ocurre algo malo?-

-Me temo que sí, Víbora- dijo finalmente. Extendió su mano hacia ella y en su mano tomaba un pergamino.

-¿Qué es esto? – preguntó ella confundida.

-Más temprano vino un guardia y me entregó esto. El viene de…. Bueno ya lo sabrás- le dijo – Nos dio órdenes de entregarte esto, me contó que ocurre ya que la persona que te mandó esto me conoce a mí también y creyó que era lo correcto. Solo queda que tú leas el pergamino. Hoy no entrenaras tú, tomaras el tiempo para tomar una decisión ya que es un tema delicado ¿de acuerdo?- agregó y luego de eso se fue.

En la mente de Víbora solo se podía forma un gran signo de interrogación. No comprendía nada pero al ver así a Shifu pensó que debía ser algo realmente malo. Echó un rápido vistazo a aquel trozo de papel que le dio y que ahora sostenía en su cola y vio el sello que tenía, el cual le era muy familiar y no tuvo que hacer gran esfuerzo para recordar de donde era así que se fue a la biblioteca para poder leer mejor aquel pergamino.

Había caído la tarde y el resto del grupo se encontraba en el salón de entrenamientos. Shifu ordeno que entrenaran uno contra uno y así fue. Primero fue Grulla contra Mono en el cual por obra del destino había ganado Mono y el, claro, solo alardeaba de ello. Luego fue la maestra Tigresa y Po en el que se dio el duelo más parejo, parecía que estaban al mismo nivel pero en un momento a otro Po se distrajo lo cual Tigresa aprovechó y se lanzó contra el haciendo que cayera de espalda y ella quedó encima de Po con sus manos sosteniéndole ambas manos de el a cada costado.

-Te lo dije panda, nunca podrás superarme- dijo Tigresa victoriosa y con una disimula sonrisa pero que mostraba gran satisfacción.

-¡Eso no es justo, me distraje!- se quejó Po al ver que estaba vencido. –Dígale maestro-.

No obtuvo respuesta ya que Shifu se encontraba con la mirada perdida y parecía estar incluso ausente de cualquier cosa.

-¿Maestro? – Pregunto Grulla. - ¿Esta bien?

Shifu por fin reacciono y al darse cuenta que todos lo miraban confundido solo exclamó: -Si, bien…. Pueden retirarse, terminamos por hoy – aunque eso solo provocó que se confundieran más todos. Aun así todos decidieron retirarse e ir a la cocina pues la hora de la cena se acercaba y Po tenía que preparar la comida.

Ya en la cocina….

-Qué día tan extraño - dijo Mantis. –Primero Víbora desaparece todo el día y luego Shifu parece que ni siquiera está en este planeta.

-Debe ser algo muy delicado, Mantis – dijo Tigresa. –Deberías tener un poco de consideración-.

-¿Creen…. Que….que Víbora este bien?- Pregunto Grulla preocupado.

-No te preocupes, amigo. Seguramente es una nueva misión que le encargó el maestro Shifu- Le reconfortó Po con una sonrisa. Para nadie era un secreto que Grulla le había tomado cariño a Víbora con todos estos años de conocerla aunque el ave no quisiera reconocerlo.

-Sí, no es como si se fuera a ir o abandonar a los cinco furiosos, ¿cierto?- dijo Mono en forma de broma, solo para tranquilizar a su amigo. –Aunque todos sabemos que eso te rompería el corazón, ¿verdad?- esta vez soltó una pequeña risa solo para molestarlo. Mantis le acompaño con las risas y Grulla se enfureció al mismo tiempo que sus mejillas se ponían de color rojo.

-¡Cállense! Esto puede ser serio y ustedes todo se lo toman como broma. –Exclamo en un grito.

Inmediatamente Mono y Mantis se callaron por un segundo pero luego voltearon a verse mutuamente y estallaron en carcajada pura.

Grulla solo rodo los ojos y soltó un suspiro. Realmente era una batalla vivir con esos dos. A veces se preguntaba ¿porque era amigos?

-Son solo unos niños- dijo Tigresa cansada de sus bromas.

-Bueno ya basta chicos, es hora de cenar.- afirmo Po con una voz tranquila pero en sus labios se podía notar una sonrisa. Luego de decir esto, coloco los platos llenos de fideos en la mesa.-Dejen al pobre de Grulla en paz-.

-Gracias, Po pero yo no cenare hoy-dijo Grulla con cansancio y molesto.

-Oh, vamos amigo, no te molestes. Una buena sopa te hará sentir mejor- Po le coloco un plato en su lugar pero a Grulla no le importó.

Dio medio vuelta dispuesto a irse pero cuando miro hacia la puerta, ahí se encontraba el maestro Shifu y Víbora con miradas serias.

-Ví…víbora- Titubeó el ave al verla. En ese momento solo rezaba para que no haya escuchado todo lo que habían dicho. Al pobre le empezaba a temblar las piernas pensando en que iba a decir.

Ante todo pronóstico, Víbora solo lo miro con esos grandes y hermosos ojos azules que a él era lo que más le gustaba de ella pero no dijo nada, no tenía expresión alguna en su rostro y después bajo la mirada al suelo.

-Alumnos, la maestra Víbora tiene algo que decir y espero sean serios-. Dijo mirando a Mono y Mantis con una severa mirada. –Víbora…-

Ella reptó hasta quedar más cerca de sus amigos y levantó la mirada.

-Yo… yo, me temo que….-buscaba palabras para poder decir algo con coherencia – tendré que dejar a los cinco furiosos y al palacio de jade por un tiempo- dijo finalmente con tristeza en su voz.

-¡¿Qué?!- dijeron todos al unísono. Mono solo quería esconderse donde fuera por haber bromeado anterior mente con aquello. No creía que fuera a ser cierto.

-¿Por qué? – Pregunto Tigresa que se había levantado de su silla ante la noticia un poco molesta.- Víbora, te necesitamos aquí. Eres un miembro fuerte del grupo. ¿A dónde te iras?-.

-Lo sé y no quisiera irme así pero…..- De pronto unas lágrimas se asomaron por sus ojos celestes- Es mi padre, el Maestro Víbora, está gravementemente enfermo y tengo que ir a mi antiguo pueblo donde vivía. No sé cuánto tiempo estaré ahí o si incluso regresare. Como dije es mi padre y en este momento es más importante para mi estar allá, el me necesita-.

Todos guardaron silencio y solo la miraban fijamente.

-Si es lo que tienes que hacer entonces todos te apoyaremos siempre-. Po fue el primero en hablar. Se acercó a ella y le regalo una sonrisa.

-No te preocupes, tu puesto en los cinco siempre estará- le dijo Tigresa a ella también con una sonrisa, aunque no tan grande como la de Po.

Víbora no esperaba eso pero la tranquilizo un poco. Sabía que tenía el apoyo de sus compañeros.

-¿Cuándo te iras?- pregunto Grulla después de salir de su pequeño trance.

Víbora volteo a verlo.- Mañana temprano. Un guardia del Clan de la Serpiente vendrá en la mañana para acompañarme-. Y fue el único dialogo entre los dos. Ella esperaba algunas palabras de aliento de su parte como los demás pero Grulla solo desvió la mirada de ella y quedo en silencio con el rostro lleno, no de tristeza, si no lo que ella percibió como decepción.

Sin más palabras por parte de Grulla, se volteo a sus compañeros nuevamente.

-Gracias por comprenderlo. Si me disculpan, tengo que empacar- Y fue lo último que ella dijo. Dio media vuelta y salió de la cocina.

El resto de los guerreros del palacio tomaron sus lugares en la mesa y una vez más el silencio reino el lugar. Así fue por varios minutos en los que se podía escuchar solo el sonido de platos y vaso. Realmente se podía sentir una atmosfera de tristeza por parte de todos.

El maestro Shifu decidió acompañarlos y por parte de él también solo había silencio.

-Vamos amigos, ya hemos pasado por cosas así, ¿lo olvidan?- dijo Mono ya más serio e incluso preocupado por sus compañeros y su estado de ánimo. –Todos nosotros hemos dejado el palacio por un tiempo a causa de las misiones-.

-Si pero eso solo era por máximo una semana, nunca más de eso- exclamo Mantis – Además ella misma dijo que no sabía cuándo regresaría o si al menos iba a regresar-.

-Gracias por el ánimo, Mantis- le dijo Mono a Mantis –Solo trataba de ayudar-.

-¡Ya se! – grito Po tomando de sorpresa a todos. -¿Por qué no le damos una gran despedida a Víbora? Sí, no sabemos cuándo regresara o si es la última vez que la veremos, pero creo que hay que mostrarle que le deseamos lo mejor en su viaje-.

-¿Qué se te ocurre, panda?- pregunto Tigresa interesada. Tigresa podía ser seria y un poco malhumorada pero Víbora había sido su primera amiga en el palacio. Aunque nunca se lo hubiera dicho personalmente la felina pensaba eso de ella y quería despedirse de la mejor manera posible.

-¿Una fiesta?- sugirió Mantis.

-No, no hay tiempo para organizar eso, ella se va mañana temprano- le contesto Po a su amigo.

-¿Un Pastel?- también sugirió Mono.

-No, algo mejor- volvió a negar a su otro amigo.

-¿Entonces? – Preguntaron todos ya fastidiados.

-Chicos, una fiesta o un pastel solo durara poco tiempo y no es especial – dijo Po – Tiene que ser algo con lo que nos recuerde siempre pase lo pase-.

-¿Y eso es….? –inicio Tigresa.

-Un obsequio- finalmente revelo Po. – Pero no cualquier tipo de obsequio. Tiene que ser uno que lo identifique a ustedes, algo que se lleve en el corazón. Y eso, amigos míos, dependerá de ustedes-. Concluyo Po con una sonrisa.

-¿Cómo qué? – pregunto nuevamente Tigresa.

-"Eso dependerá de ustedes"- repitió Po. –Ustedes lo sabrán-.

Tigresa hizo un gesto de no entender mucho. Obviamente ella no estaba acostumbrada a dar regalos y no tenía idea alguna de que darle a Víbora pero tendría que ocurrírsele algo.

-Muy bien, tienen el resto de la noche para que se les ocurra algo- dijo Po al ver que sus amigos tenían cara de no saber que regalar.

Después de cenar todos partieron a sus habitaciones, incluso el maestro Shifu quería darle algo a su alumna.

Po se dirigía a su habitación cuando escucho un aleteo que se acercaba más y más. Po volteo y vio a su amigo Grulla que ahora caminaba a su lado.

-Hola Grulla, ¿ya no estas molesto?- le pregunto Po.

-No, es solo que no puedo creer que se vaya. Era solo eso-. Contesto Grulla.

-Sé que es difícil. Yo tampoco quiero que se vaya, pero son sus decisiones. Solo queda apoyarla- le dijo Po a su compañero.

Grulla solo bajo la mirada. –Lo sé-.

-Po cierto, ¿ya sabes que le darás? Debe ser algo especial, recuérdalo- dijo Po con una sutil sonrisa.

El ave acuática se volvió a sonrojar. –No, de eso quería hablar contigo. ¿Alguna sugerencia?- pregunto Grulla ya después de que se le pasara ese color rojo traicionero.

En ese momento llegaban a sus habitaciones y Po se paró en su puerta y la abrió un poco.

-Grulla, no te diré nada. No porque no quiera, sino porque no lo sé. Solo tú sabes que es especial para ella. Intenta con un recuerdo de ambos o alguna experiencia y lo sabrás-. Con eso, el panda le dio las buenas noches amigablemente y se metió a su habitación.

Ahora Grulla sí que estaba en un problema. Su mente estaba bloqueada, trataba de recordar algún recuerdo, experiencia, sonido, aroma… lo que sea pero no pudo. No había nada. Podían haber vivido juntos durante mucho tiempo y se conocían pero ahora que lo pensaba, no había ocurrido nada "especial" entre ambos. "Genial, ¿qué hare ahora?" pensó. Estaba bloqueado y no salía nada de su imaginación. ¿Qué regalarle a esa persona especial? Que posiblemente ya no veras nunca. Recorría su cuarto una y otra vez buscando algo pero…nada.

"Quizá un vuelo nocturno me ayude a pensar" Se dijo a sí mismo y salió de su habitación. En el momento en que paso por la habitación de Víbora se detuvo, no supo porque, solo lo hizo. Pensó en que seguramente era la última vez que la vería o al menos en mucho tiempo. Rápidamente le cruzo en la cabeza la idea de tocar la puerta para hablar con ella y finalmente decirle todo lo que había guardado durante tanto tiempo, pero no podía. Su cuerpo no reaccionaba y ahí estuvo durante varios minutos. Cuando ya se había rendido y estaba dispuesto a salir de ahí, escucho un ruido de adentro, entonces supo que seguía despierta. Ese simple sonido, esa simple idea fue suficiente para armarse de valor y…. ¿tocar su puerta? Todo fue involuntario, incluso se estremeció cuando se dio cuenta de lo que había hecho y el valor que había tenido hace pocos segundos, se había perdido.

La escucho reptar hasta su puerta y el simplemente quería irse de ahí pero no debía, así que solo tomó aire y espero a que esa puerta se abriera.

De pronto, con los ojos cerrados y sus pulmones llenos de aire, escucho como esa puerta se abría. Ya no había paso atrás. Había llegado el momento de hablar con la verdad…..

Bueno, hasta aquí este capítulo. No sé qué decir la verdad. Es difícil tener buenas ideas y al final no te gusta del todo como quedan las cosas. Si alguien llegó a leerlo se le agradezco mucho y ojala le haya gustado. Seguir con esta historia depende de si alguien se interesó en ella. Espero sus opiniones y nos leemos a la próxima (eso espero).