Hola! Este fic lo tengo publicada en amor-yaoi, pero he decidido colgarlo aquí por si alguien frecuenta más esta página xD Espero que os guste!

Capítulo 1: Como nace la idea

Posó su mano en su estómago, percibió como subía y bajaba tranquilamente ahora que su respiración era pausada. Subió un poco más hasta llegar a su pecho donde la dejó posada un tiempo más prolongado, sentía los latidos de su corazón, delineó con sus dedos la forma de su pecho desnudo y pegajoso por el sudor debido al encuentro que tuvo lugar unas horas antes. Levantó la cabeza para mirar su rostro, el cual se veía apacible, con los párpados suavemente cerrados, el pelo cayendo con desenfado sobre la almohada y los labios ligeramente entreabiertos. Se veía simplemente hermoso. Curvó una pequeña sonrisa y no pudo evitar sonrojarse al sentirse afortunado por ser él quien disfrutaba de sus besos y de noches interminables de buen sexo. Como un flashback, a su mente vinieron imágenes de las miles de veces en las que su cuerpo se había entregado al otro con ansias y pasión...en cuestión de segundos su sonrisa se fue desvaneciendo, ahora que lo recordaba, en dos años de lo que el suponía era una "relación" eran pocas, por no decir ninguna, las veces en las que era la ternura la que reinaba en los momentos que compartían juntos, momentos que siempre iban acompañados de segundas intenciones finalizando como ahora, en la cama...tampoco significaba que no le gustara estar así con él, al contrario, le complacía y le hacía sentir deseado, pero un poco de romanticismo no les mataría.

Quería a la persona que reposaba a su lado y algo en el fondo de su corazón le hacía pensar que el sentimiento era recíproco, esperaba que así fuera...tanto era el amor que sentía, que estaba seguro de que le gustaría compartir su vida con él, de que no le importaría que estuvieran juntos por el resto de sus días, como si estuvieran casados...un luz en su cerebro le indicó que una idea cruzó por su cabeza, sí, eso era...como casados...¿Que tal si se casaban? Su mente viajó hasta llegar a un punto en donde se imaginó levantándose cada mañana viendo esa cara que tanto le alegraba, cenando en la misma mesa mientras charlaban sobre cómo les había ido en el día, sentados en el sofá haciéndose arrumacos, bañándose juntos...aunque esto último ya lo hacían, la idea no le desagradaba en lo absoluto. Volvió a sonreir pero con más énfasis y tan pronto como apareció esa sonrisa, desapareció...claro, era muy fácil imaginárselo, pero ¿Y si él no quería casarse? Muchas veces lo vió como a un alma libre que no se ataba a nada ¿Porqué iba a hacerlo si ya tenía lo que quería? Sexo. No pudo evitar desilucionarse al pensar que su relación se basaba en eso. Se revolvió deshaciéndose del abrazo del cual era preso. Por unos instantes giró el rostro para mirar por la ventana pensativo...no, no podía permitir que sea lo que ellos tuvieran se fuera abajo, le amaba y anhelaba estar con él...divagó un poco más y llegó a la conclusión de que sí le gustaría que se casaran, haría que él se lo pidiera, de forma sútil le haría creer que eso era lo que él también quería, ya se las arreglaría para hacérselo entender, pero por el momento era mejor que durmiera, tenía que madrugar y no había hecho más que flotar en nubes de colores. Volvió a acercarse a él y se abrazó a su pecho nuevamente, ansioso de llevar a cabo lo que había planeado.

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Extendió el brazo para encontrarse con que estaba solo en la cama, abrió los ojos con pesadez, acostumbrándose a la claridad, se incorporó y se talló la cara para despejarse.

-¿Ya estas despierto? -se escuchó una voz profunda desde los pies de la cama.

-Me extraña que lo estés tú antes que yo -su receptor dejó escapar una suave risa.

-Levántate ya o llegarás tarde a la escuela.

-Si ya voy -dijo con lentitud quitándose las sábanas, destapando su cuerpo desnudo.

-No me des esa visión desde tan temprano o ambos nos veremos en la necesidad de no llegar a tiempo.

-Baka -esbozó pasando por su lado para dirigirse al baño, pero antes de que pudiera continuar su camino, el otro le agarró de la muñeca y tiró de él para posar un casto beso en sus labios al que no se pudo negar.

-Yo me marcho -dijo el primero al saparar la unión de sus bocas -Te he preparado café.

Antes de que pudiera pronunciar palabra alguna, su amante había desaparecido por la ventana. Suspiró resignado, su plan tendría que esperar.

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-¡...sensei!¡Iruka-sensei! -gritó una voz en su oído derecho.

-¿Eh¿Qu...que pasa? -dijo saliendo de sus ensoñaciones y viéndose sentado tras su escritorio en una aula vacía.

-Llevo llamándole desde hace rato pero no me escuchaba -le reprendió una niña de unos once años.

-Gomen Minagi¿Qué querías? -mostró una afable sonrisa, la niña le miró con desconfianza.

-Hoy está muy raro sensei... -el castaño intentó disipar las dudas de la cría aumentando más su sonrisa.

-No es nada, es que hoy me siento muy bien -alegó con una mano tras su nuca.

-Bien, me alegro por usted...solo vine a decirle que unos niños estan trepando en los árboles del patio y no paran de lanzar bombas de agua a los demás -acusó con cara molesta.

-Jajaja ya sabes como son los chicos, estan en la edad de hacer travesuras, déjales que se diviertan -ante esa declaración, Minagi miró aun con más extrañeza al profesor, en otra ocasión hubiera ido corriendo a pararles los pies a los muchachos, como hacía normalmente, su maestro estaba comportandose demasiado extraño...

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-¿Vendrás hoy a mi casa? -preguntó con entusiasmo -Andaaa ¡Dí que sí!¡Porfaaaaa! -utilizó un tono persuasivo.

-No seas pesado dobe. Ya he ido muchas veces. La gente sospechará...

-Te importa más lo que diga la gente que yo -intentó sonar triste para conmoverle -¡Si vienes te prepararé ramen! -expresó con júbilo.

-Siempre haces lo mismo -ya se estaba impacientando.

-Pero el postre será sorpresa, te aseguro que te gustará -dijo colocando un dedo en su mejilla juguetonamente y a la vez sensual, el otro no pudo más que sonreír.

-Esta bien, usuratonkachi, vamos -le extendió una mano para que el otro la estrechara y sus dedos se entrelazaran, comenzaron a caminar de ese modo, muy juntos.

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Al fin las clases del día habían terminado, ahora iría a su casa, se daría una buena ducha y prepararía cena para uno, como siempre...

Decidió tomar un camino diferente al habitual puesto que no deseaba encontrarse con mucha gente, ya le habían dicho cinco veces que se veía diferente de lo normal, no le apetecía escucharlo más ¿Tan monótono era que cualquier cambio en él era notorio? Metió las manos en los bolsillos y comenzó a patear una minúscula piedra delante suyo. Levantó la vista y divisó a unos metros más allá a Sasuke y Naruto tomados de la mano, conversando, éstos, al darse cuenta de la presencia de alguien más en aquel solitario carril se soltaron rápidamente intentando disimular, Iruka sonrió, no sabía porqué se empeñaban en ocultar lo que había entre ellos si era obvio que el gusto que sentían el uno por el otro y lo mal que lo escondían tras aquella rivalidad y falsas discusiones. Sin embargo, él sí sabía mantener en secreto lo suyo.

Cuando los dos shinobis estuvieron lo suficientemente cerca de él se detuvieron.

-¡Ohayo Iruka-sensei! -saludó un muy sonriente Naruto.

-Ohayo Naruto, Sasuke -el moreno le respondió con un gesto de cabeza. -¿Que haceis aquí¿No estabais en una misión? -preguntó intentando sonar casual.

-Sí, pero esta la acabamos pronto, era muy sencilla, ni siquiera nos tomó todo el día -contestó Naruto. Genial, entonces Kakashi está en su casa pensó satisfecho, de repente sintió ganas de deshacerse de sus dos antiguos alumnos y seguro que ellos estaban deseando lo mismo...

-Bueno chicos, yo tengo cosas que hacer, espero veros otro día, adiós -se despidió con una sonrisa.

-¡Adiós Iruka-sensei! -gritó mientras agitaba la mano efusivamente.

Iruka había apretado el paso, ahora tenía impaciencia por llegar, pero no a su casa precisamente, decidió cambiar el rumbo...su plan daría comienzo.

Continuará...

Bien, espero que me dejeis reviews con vuestras opiniones y gracias por leer!