Este fic, no es únicamente mío, sino que fue hecho en conjunto con mi amiga coautora: cecivgbm. No hemos creado otra cuenta en esta página así que decidimos usar la mía para publicar.

Esperamos les agrade el fic, que trata sobre que pensó e hizo Vegeta en el infierno.

Ojala que les guste, y pues nos tengan paciencia porque ninguna de las dos tenemos la experiencia necesaria como para catalogarnos como buenas escritoras, sin embargo aquí estamos brindándoles nuestro mayor esfuerzo.

Este capitulo es digamos como una introducción a lo que causara una tras otra reflexione en vegeta, pero no se preocupen, no será tanto palabrerío, eso es solo por esta vez!

Dennos un chance...

Los personajes no son nuestros, sino de Akira Toriyama.


Todo se encontraba en penumbras, muy diferente a como muchos suelen imaginárselo, el infierno era un lugar frío ¿Cómo podría ser calido? Es común pensar entre las personas que ese lugar era un calvario literalmente, pero era totalmente opuesto, un infinito oscuro y desolador, las almas vagaban de un lugar a otro sin encontrar salida, divisando en el horizonte de cada camino tomado nada más que densas nubes grisáceas.

La tierra negra era clara característica del lugar además de una fuente de sangre, una torre de agujas, etc.… los "atractivos" más inimaginables que se hallaban ahí.

Podía ver también a varios ogros trabajando arduamente, yendo de un lugar a otro, cada quien encargado de diferentes labores. Sentado en una roca enorme y con el ceño fruncido no perdía detalle alguno del lugar donde había acabado. Flexionó una pierna y apoyó sobre su rodilla uno de sus brazos, agachó levemente el rostro y miró fijamente su mano. A diferencia de las demás almas destinadas al infierno por su maldad, él conservaba su cuerpo…permaneció unos segundos así hasta que un sonido llamó su atención. Alzó la mirada y observó un pequeño tumulto de ogros que hacían alboroto, emitió un leve gruñido, se puso de pie para poder observar mejor, y aun sin poder distinguir que era lo que sucedía decidió acercarse, no precisamente por curiosidad sino porque le molestaba el barullo que hacían… podría estar en el infierno o donde sea, pero jamás dejaría ese carácter frío e irritable que lo definía, peor aun tratándose de esos estúpido ogros que a su parecer no eran más que unos inútiles ¿Cómo podían ellos mantener el orden en aquel lugar? Simplemente le era ilógico. Arrugó los labios en son de fastidio y alzó vuelo en dirección al lugar de donde provenía el escándalo. Una vez cerca divisó el "problema", Freezer sostenía por el cuello a uno de los ogros mientras sonreía maliciosamente…

-se…señor Freezer… -balbuceaba uno de los trabajadores- por…por favor cálmese…

-¿que me calme?-cuestionó en su tan singular color de voz – y si no ¿Qué? –soltó repentinamente al que sostenía por los aires, dejándolo caer de bruces al suelo. Caminó amenazador hasta el que se había atrevido a hablarle y a centímetros de él levantó una de sus manos, apunto directo a su frente con el dedo índice y una pequeña bola de energía se formó en la yema del mismo. El apuntado empezó a temblar sin poder contener su miedo, a la vez que retrocedía torpemente para alejarse del que amenazaba con acabar su vida, algunos ogros alrededor, temblando también pedían que se detuviera, mientras otros simplemente presos del pánico gritaban y huían del lugar buscando quien pudiera controlar la situación, golpeando uno de ellos contra el guerrero saiyajin que observaba inquisitivo lo que sucedía, mientras sonreía de lado. El ogro calló al suelo y observó lentamente al que había topado, deslizando su mirada lentamente desde los pies hasta su rostro, quedando atónito al percatarse de quien se trataba, su boca se abrió hasta chocar el suelo y con varias gotitas en la frente titubeo

-di…di…disculpe…

Vegeta frunció el ceño y con una vena marcada en su amplia frente dijo bruscamente:

-grr ¡quítate inepto!-prorrumpió. En cuanto escuchó al orden, el de piel lila desapareció de su vista tan rápido como pudo, literalmente arrastrándose por el suelo pera luego ponerse de pie y alejarse corriendo del lugar, que claramente era un peligro total. En tanto el saiyajin decidió acercarse aun más y sin que el causante del mencionado alboroto lo notase, se paró atrás suyo.

-Vaya vaya… -emitió- veo que aun acá en el infierno intentas hacer de las tuyas Freezer

El aludido al reconocer la voz, deshizo la energía que había formado y volteó para encarar a quien se dirigía a él con ese tono tan burlón.

Los demás presentes quedaron en silencio, prácticamente petrificados ante lo que veían, se vendría en realidad una gran catástrofe si esos dos se enfrentaban, el infierno quedaría aun más feo de lo que era.

El príncipe fijó su mirada en ellos, emitió un gruñido y ordenó:

-¡lárguense!

-pe… pero señor…

-¡que se larguen! –demandó en un rugido ante la atenta mirada de Freezer que solo atinó a observar por el rabillo de ojo a los trabajadores que huían despavoridos por diferentes caminos, para luego posar nuevamente su vista en el de cabellera puntiaguda mientras ladeaba una sonrisa.

-pero si es Vegeta, que "agradable sorpresa"

-no digo lo mismo –hizo una breve pausa, deshizo el cruce de sus brazos y prosiguió- lagartija asquerosa

-veo que no estas de buen humor Vegeta¿Qué pasa¿No te sientes satisfecho con el ridículo que hiciste al sacrificar tu patética vida por esa raza inferior?

-que demo…-alcanzó a decir mientras empuñaba una mano sintiendo crecer su rabia

-eres tan miserable como toda tu estúpida especie –interrumpió, emitió una pequeña risita burlona y continuó- es una suerte que los haya matado a todos ¿no crees Vegeta?

-¡cierra tu maldito hocico lagartija!

-no eres mas que un mono primitivo, si tu padre viera en lo que te has convertido te mataría sin dudarlo, aunque claro… lo había olvidado ¡ya estas muerto! -Concluyó a la vez que reía estrepitosamente

-maldita sabandija- refunfuñó entre dientes

-¿Qué pasa Vegeta¿No es cierto lo que digo acaso?... uhm ya veo, es por eso que tanto te molesta¿no es así? Porque te relacionaste con una insignificante humana y junto a ella tuviste un hijo híbrido –detuvo su hablar para observar el efecto que causaban sus palabras en el príncipe de la raza saiyajin y luego continuó- ¡eres la deshonra de tu etnia!

-grr… ¡acabaré contigo! –exclamó a la vez que una luz celeste se desprendía de su cuerpo, acto seguido desapareció de la vista de Freezer que no daba crédito a lo que veía, o mas bien, había dejado de ver.

-aquí estoy – clamó el guerrero, quien en un imperceptible movimiento se posicionó atrás suyo, le dio un certero codazo en la espalda logrando que se estrellase contra el piso y luego sin darle tiempo a reaccionar, lo tomó por la cabeza e incrustándola en la tierra lo arrastró por ella para luego sacarlo volando a unos metros de distancia, estampándolo contra una enorme roca…

Una cortina de polvo se alzó en el horizonte indicando la magnitud del ataque mientras Vegeta descendía lentamente sin perder de vista el rastro de su oponente. Cuando el humo se disipó se pudo distinguir la perversa silueta de Freezer que, a pesar de estar bastante afectado, se atrevía a esbozar aun esa ligera sonrisa llena de malicia

-veo que has mejorado mucho Vegeta… –hizo una breve pausa, pasó en un acto repulsivo su bípeda lengua alrededor de sus labios limpiando así aquel liquido morado que emanaba de su boca, y prosiguió- pero sigues siendo aquel chiquillo insolente y caprichoso que recibí de manos del inútil de tu padre- concluyó sonriendo sarcásticamente

Ante dicho comentario, una vena comenzó a resaltar en la frente del saiyajin quien pretendía mantener la calma mostrándose indiferente a las palabras oídas, viéndose sin embargo, traicionado en sus intentos debido a la inestabilidad de su cuerpo que decía todo lo contrario

-vamos Vegeta… ¿que te pasa¿No que acabarías conmigo?... espera-se interrumpió a si mismo- no creo que tú… – aquella sonrisa sarcástica lentamente se transformo en una prolongada carcajada, en tanto Vegeta miraba todo esto con algo de confusión a la vez que sentía como su odio iba en aumento

-por favor- comenzó a tranquilizarse- no me digas que adoptaste esos absurdos sentimientos humanos…y piensas dejarme ir en recuerdo a nuestra vieja amistad

-cállate insecto repúgnate- exclamó el saiyajin antes de que Freezer volviera a reírse - soy el príncipe de los saiyajin… fui y siempre seré un ser despiadado-concluyó en un tono bastante exaltado.

- quiero que me lo demuestres -dijo con su típico tono sarcástico- demuéstrame el verdadero poder del sucesor de toda una parvada de inútiles, demuéstrame el orgullo del que siempre te jactaste… ¡ah! Es verdad, olvidaba que renunciaste a él en el preciso momento en el que entregaste tu alma a ese mago…

Esas palabras enfurecieron en extremo al guerrero que, cansado de los comentarios ofensivos que le prodigaba aquel que consideraba no era más que un lagarto bastardo, hizo estallar todo su poder acumulado en un resplandor de energía a su alrededor, provocando un gran remezón en todo el infierno, mientras Freezer observaba desconcertado como los cabellos del que fuese uno de sus súbditos, se tornaban dorados y su mirada reflejaba mucha más frialdad de la acostumbrada.

Una vez culminada la transformación, su contrincante quedó estupefacto, simplemente era algo que no podía aceptar, siempre fue capaz de doblegar a cualquiera a su voluntad. Incluso el mismo soberano de la raza de guerreros más poderosa del universo había sucumbido ante su poder, sin embargo el tener al frente a su mayor enemigo, el legendario súper saiyajin, le hacia sentir inseguridad y temor lo cual, era difícil de creer en alguien cuyo único estimulante era el infligir dolor. Recordó cuando sufrió su primera derrota en manos de Gokú, quien experimentó la misma transformación de la que ahora era victima Vegeta, y también cuando después de ser reconstruido, pereció en manos de aquel joven extraño que tenia los mismos rasgos que ahora definían al guerrero saiya... "¡maldita sea!...esto no puede estar pasando"… pensaba mientras empuñaba nervioso una de sus manos, alzó la vista y observo que aquel guerrero dorado tenia el brazo derecho completamente estirado y estaba concentrando una cantidad impresionante de energía en la palma de su mano

-¡¡¡desaparece!!! -exclamó el súper saiyajin liberando toda esa energía acumulada en forma de rayo.

El que en algún momento fue el temido del universo, esquivó el ataque con un desesperado movimiento mientras la energía celeste se estrellaba con una de las pocas montañas que habían en el lugar provocando un gran destello de luces que iluminaron el mismo que, por lo general, estaba dominado perennemente por las sombras.

Cuando la luz y el humo se disiparon, se distinguió al de cabellera dorada, quien permanecía en su sitio con la expresión impasible. El antes gobernador del universo (como se autodenominaba) no podía creer lo que le estaba pasando, sentía su sangre hervir ante tal humillación, no esperó ni un segundo y se lanzó contra el príncipe de los saiyajin quien esquivó su ataque fácilmente haciéndolo estrellarse en el suelo.

Se puso rápidamente de pie y furioso lanzó un ataque de cientos de rayos de energía

-¡¡muere!! -gritó mientras mantenía con gran dificultad el control de los ataques, los cuales supuestamente estaban dando en el blanco.

-me costaste mucho Vegeta -dijo en tono agitado mientras veía la humareda que rodeaba el lugar en donde estaba el saiyajin, el cual, no daba señales. De alguna manera esto alegraba enormemente al soberano del terror que no dudó en esbozar una victoriosa sonrisa- bueno era de esperarse, un simio subdesarrollado no es un digno oponente para mi –sentenció, acto seguido se volteó y asumiendo su victoria comenzó a alejarse lentamente del lugar

-es una regla básica el no dar la espalda a tu oponente- emitió una voz que provenía de la humareda, la cual provocó que Freezer volteara violentamente, sus ojos no asimilaban lo que veían: el humo se había disipado al fin y Vegeta estaba en la misma posición previa al ataque, no se había tomado la molestia siquiera de esquivar las bolas de energía lanzadas contra él, sino muy por el contrario las había recibido todas y cada una de ellas, las que al fin de cuentas no le ocasionaron daño alguno, más que un ligero rasgamiento en sus ropas.

-¡NO! eso no puede ser – exclamó el lagarto

-y también -continuó el príncipe desapareciendo ante los ojos de Freezer para luego situarse a las espaldas de este a una velocidad impresionante- que nunca asumas una victoria sin antes ver el cuerpo destrozado de tu oponente –dicho esto lanzó un potente ataque, el cual impacto sobre su enemigo llevándolo consigo en su trayectoria por unos cuantos metros, ya que fue intención de Vegeta impedir que la bola de energía desintegrase a su oponente. Alzó vuelo y rápidamente se posicionó a la altura del que era arrastrado por la energía para así liberarlo de ella con una potente patada, haciendo que el lagarto se estrellara contra una montaña de agujas.

Vegeta no perdió tiempo y se lanzó contra su adversario demostrándole su amplio conocimiento de técnicas de lucha al agredido, quien trataba en lo posible de contrarrestar o por lo menos esquivar la lluvia de golpes, todo esto de forma infructuosa…

El antes mercenario, estaba siendo dominado cual marioneta por el que en una ocasión pasada fuese su victima.

El guerrero dorado disfrutaba a plenitud del momento, al fin había llegado la oportunidad de tomar venganza y demostrarle a aquella sabandija lo inferior que era, tomo a Freezer del brazo y luego le disparó a bocajarro con tal fuerza que se pudo percibir la explosión en un radio de 30 kilómetros dejándolo así inmovilizado.

-que aburrido, no me digas que perdiste tus deseos de pelear -dijo aquel poderoso saiya imitando las palabras que en algún momento le pertenecieron a Freezer.

-¡Maldito! -refunfuñó entre dientes mientras trataba de ponerse en pie, sin embargo su cuerpo se rehusaba a hacer algún movimiento por lo que cayó al suelo de rodillas apoyándose en sus manos al mismo tiempo que expulsaba una gran cantidad de liquido vital por la boca.

El orgulloso príncipe se acercó lentamente a su ya derrotada victima, se agachó ligeramente y con una mano lo tomó del cuello elevándolo como si se tratara de un muñeco de trapo

-Por favor…Ve…Vegeta -suplicó

-No me confundas con Kakaroto -lo apretó con más fuerza acortando al lagarto las posibilidades de respirar- nunca te dejaría escapar sabandija estúpida, no me perdería la oportunidad de acabar con tu patética existencia.

Este comentario no le agrado para nada a Freezer el cual reunió lo poco que le quedaba de energía para atacar, siendo sencillo para Vegeta detener el golpe aplicándole un rodillazo en el estomago

-no te precipites –dijo cambiando su expresión- no pienso acabar contigo tan pronto insecto… tu sufrimiento será mucho peor que estar en este infierno -clavó su puño en el rostro del reptil repetidas veces, hasta el punto de dejarlo al borde del desfallecimiento, luego lo dejo estrellarse contra el suelo.

-este será tu fin -exclamó a la vez que estiraba su brazo derecho y acumulaba energía en la palma de su mano – EL ATAQUE…

-espera -interrumpió el antes embajador del terror- ¿crees que con ese insignificante ataque lograras vencerme?-esbozó una leve sonrisa y prosiguió –pues estas equivocado…

-cierra la boca insolente -exclamó el guerrero dorado manteniendo su pose

-Estamos muertos….-intervino el lagarto- el daño que recibimos no nos afecta en lo absoluto -se puso de pie- se podría decir que en este lugar somos inmortales -observó al saiyajin fruncir el seño y continuó- debo admitir que si esta pelea se hubiera llevado acabo en la tierra o en cualquier otro lugar, ya estaría muerto. Pero aquí, la única forma de eliminarme es convirtiéndome en polvo -concluyó mientras sus heridas sanaban.

Estas ultimas palabras resonaron en la mente de Vegeta, que inmediatamente reprodujo el recuerdo de su ultima batalla contra Majin Boo.

-¿Qué pasa Vegeta¿Acaso dije algo malo?-preguntó en tono irónico.

El guerrero detuvo el ataque y dejó de emitir aquel resplandor volviendo, así, a su estado normal.

-aléjate de mi vista insecto rastrero -musitó

-¿Qué?... ¿Me estas perdonando la vida?

-no pienso perder mi tiempo con un inútil como tú –interrumpió- algún día me las pagaras -esbozó una sonrisa ladeada y prosiguió- tengo toda una eternidad para hacer de tu vida un infierno, literalmente -inmediatamente después alzó vuelo, alejándose del lugar a una velocidad impresionante dejando atrás a un confundido Freezer que maldecía su existencia.

Se alejó lo suficiente del que hace poco se convirtió en su campo de batalla, hasta llegar a una montaña de cubos enormes de diferentes colores, donde decidió descender lentamente. Posó sus pies en uno de los tantos amontonados ahí, caminó mirando a su alrededor y emitió un gemido de resignación. Acto seguido se sentó en el cubo flexionó ambas piernas y posó sus brazos sobre ellas, agachó la cabeza y divisó su reflejo en el aquel material raro del que estaba hecho el enorme objeto.

Permaneció observando cada detalle de su rostro hasta llegar a sus ojos, para finalmente arrugar los labios y gruñir como de costumbre…

-grr… ¡por un demonio! –espetó- "que irónico decir eso en el infierno" pensó, seguidamente volvió a concentrarse en aquello que tanto le disgustaba- sacrifique mi maldita vida en vano… ese gordinflón asqueroso no murió como supuse- renegaba mientras apretaba furioso ambos puños- y ahora estoy aquí en este maldito lugar rodeado de inútiles…e incapaz…-apretó los dientes y sus guantes blancos empezaron a tomar un ligero color rojizo debido a la sangre que brotaba de las heridas auto infligidas inconcientemente- incapaz si quiera de protegerlos…-dijo refiriéndose a su mujer e hijo.

Observó una gota de sangre caer ante sus ojos y los abrió sorprendido, dirigió su vista a ambas manos, las extendió y notó las heridas en ellas. Se las quedó observando y notó como poco a poco estas iban sanando por si solas, frunció el ceño nuevamente y volvió a empuñarlas. Levantó el rostro y lentamente giró su cabeza observando inquisitivo todo a su alrededor…era tan inmenso y oscuro aquel sitio que cualquier alma en pena podría perderse y dedicarse a vagar durante la eternidad, sin rumbo fijo y sola, totalmente sola…

Un escalofrió recorrió su piel, por un instante se imagino él en esa situación, y lo aberró…

Es cierto, siempre fue considerado un mercenario cruel, despiadado y solitario al que no le afectaba en lo mas mínimo el no verse jamás acompañado, es más no le interesaba ni lo deseaba, al menos eso creían todos, incluso él, hasta aquel día, ese en el que la conoció. Aquella muchacha de azules ojos y cabellera, había llegado a Namekusei en busca de las esferas del dragón para revivir a su novio y amigos que perecieron en la batalla librada precisamente contra él y su leal servidor Nappa… fue ahí cuando la conoció, cuando la encontró junto al enano calvo con el que protegía una de las 7 esferas que buscaba. En cuanto llegó pudo notar el terror en la cara de ambos al verlo, y haciendo uso del miedo que generaba, reclamó a todo pulmón se le entregara la esfera. En ese preciso instante el cuerpo femenino empezó a temblar presagiando su final…sin embargo Krilin, en un acto de lógica, decidió hacer entrega del objeto pedido, explicándole a su amiga que no merecía la pena morir por retenerla, puesto que obvio de intentarlo, él los hubiera aniquilado en ese preciso instante… -y los dejé vivir- se dijo a si mismo- los dejé vivir porque estaba "feliz" viéndome tan cerca de lograr mi objetivo final: el que mi deseo de la inmortalidad fuese cumplido…

Bufó, que irónico aquello, recordar que deseaba la inmortalidad ahora que estaba muerto. Ladeó una sonrisa y volvió a sumergirse en sus recuerdos…aquellos que por suerte, no le habían sido arrebatados, aun.

-"¡Wow¡Que hombre tan apuesto!"… fueron las palabras que enunció la peliazul al llegar Zaabon, a lo que él respondió después de mirarla por el rabillo del ojo… "que mujer tan estúpida"… Volvió a esbozar una sonrisa, aquella fue la primera de muchas veces en las que la llamaría así, además de luego claro con el tiempo, ponerle otros sobrenombres y calificativos nada halagadores.

Se puso de pie y caminó lentamente mirando el horizonte, como si buscara encontrar algo que le hiciera sentirse en casa…por muy extraño que sonara, era cierto, algo familiar que lo hiciera sentirse cómodo, tranquilo, pero le era imposible, había un malestar que aquejaba su pecho, su estomago, su ser entero…esa angustia de no estar presente para batallar contra aquel poderoso enemigo que había llegado a amenazar la tierra, el lugar donde vivía, a su familia…

Dio fin a su caminata posándose en otro cubo que yacía al lado del primero en forma vertical, cruzó ambos brazos a la altura de su pecho, y una pierna delante de la otra para obtener mayor comodidad, trayéndole esta posición otro recuerdo a su mente…

En la misma posición se encontraba cuando regresó a la tierra luego que el planeta de los namekianos quedara totalmente destruido, apoyado en un árbol oía atento el dilema que aquejaba al grupo de insignificantes seres cerca suyo… "el como revivir a Gokú, después de su supuesta muerte en el ya mencionado planeta, donde sostuvo una dura batalla contra el maligno Freezer". Incluso recordó que fue él quien les aporto una brillante idea, como muchas, por no decir todas, las que se le ocurrían…lo que fue muy agradecido por la joven de manera muy escandalosa para su refinado gusto. Estaba tan alegre con la noticia de poder revivir pronto a sus seres queridos que en toda su generosidad al saber que no tenían donde quedarse, invitó a los pocos namekianos sobrevivientes a quedarse en su casa, hasta que les fuera posible retornar a su nuevo planeta, el cual pedirían claro como deseo a las dichosas esferas…

-"¿y tu nombre pequeño¿Es Vegeta verdad?"…resonó en su mente- me dijo pequeño –musitó, enojado como si volviese a vivir el momento, al instante su semblante cambió, y una sincera sonrisa se dibujó en su rostro- "-no permitiré que te enamores de mi, aunque me encuentres muy atractiva-…-¡que mujer tan vulgar¡y como grita!"-aquellas palabras habían sido las causantes de aquella sonrisa impregnada en su rostro. Cada uno de sus recuerdos le parecían tan irónicos si los comparaba con su presente…

Todos los detalles venían a su cabeza con exactitud, como si tan solo hubiera sucedido un día antes:

Desde aquella vez que pisó Capsule Corp., todo cambió en su vida, estuvo apenas unos meses ahí hasta que se enteró por el dragón Shenlong que Gokú no había muerto, sino que muy por el contrario, se encontraba en el espacio exterior entrenando para fortalecerse aun más, en cuanto escuchó esa noticia tomó una nave de la compañía y partió sin decir nada a nadie, en busca de Kakaroto. Poco tiempo pasó después de ello y por falta de combustible se vio obligado a regresar y realizar un aterrizaje forzoso. Al bajar fue recibido por Yamcha, que adoptando una posición de pelea no dudó en interrogarlo con respecto a su amigo Gokú, obteniendo como de costumbre, una tosca respuesta suya… en ese preciso instante apareció ella, tan confiada en si misma, que no mostró seña alguna de temerle a pesar de ser un mercenario…debía aceptarlo, el hecho de que no huyera o temblara al verlo lo hacía sentirse recibido, apreciado…es por eso que ante el sombro de los amigos de ella en ese momento expectantes, se sintió incapaz de aniquilarla, como seguro lo hubiera hecho si de otra hembra se tratase. Desde aquel día, ese lugar se convirtió en su hogar, su casa, y aquel planeta que antes quiso destruir, era su planeta, su hábitat. Ordenó, porque claro el jamás pedía nada, sino que demandaba como digno príncipe que era, le hicieran una capsula de gravedad para entrenar como Kakaroto lo hizo con la gravedad aumentada lo máximo posible…su primer objetivo era superar los poderes del antes mencionado para luego derrotarlo y demostrar al universo entero quien era el gran príncipe de los saiyajin, el guerrero mas fuerte del universo. Pasándose así la mayor parte del tiempo encerrado en la dichosa maquina, entrenando diariamente hasta fatigarse, exigiéndose cada vez más, hasta exceder sur propios límites:

La gravedad estaba aumentada 300 veces lo normal, y el orgulloso saiyajin se desplazaba de una lado a otro ágilmente, esquivando una esfera de energía generada por él mismo que rebotaba en cada robot hecho por el Sr. Briefs para su entrenamiento, él observaba atento como se deslizaba a toda velocidad aquella esfera, y en un momento inesperado esta pasó por su lado hiriéndole el hombro haciéndolo caer boca abajo sobre el suelo, acto seguido la misma bola de energía rebotó en otro robot igual mandándola de forma estrepitosa contra el caído, que como única forma de evitar el ataque, liberó otra igual para contrarrestarlo, permaneciendo pocos segundos así hasta que en un intento desesperado por culminar la amenaza auto infligida sin querer, emanó mayor fuerza en su poder ocasionando así un enorme estallido, que destrozó el lugar, dejándolo en escombros… la oscuridad y falta de aire predominaban, podía sentirse aprisionado bajo la montaña de destrucción creada por si mismo, y hurgando a ciegas, solo llevado por la voz de la joven que al oír el estruendo fue corriendo al lugar clamando su nombre evidentemente preocupada, logró escabullir una mano al exterior, para seguidamente salir a flote, como un naufrago del mar. Se puso de pie difícilmente mientras la peliazul yacía en el suelo tumbada junto a su novio, asustada por su repentina salida. Los detalles que recuerda de ahí en adelante son vagos, tan solo sabía que en su maltrecho estado de salud, logró dedicarle unas "extrañas" palabras a la joven…-"ni se te ocurra cometer alguna tontería, interfieres con mi entrenamiento…"-dicho esto perdió el conocimiento por completo y lo siguiente en llegar a su mente, es el despertarse sobresaltado en una cama dentro de la enorme casa y cubierto por vendajes…y, ahí estaba ella…dormida sobre una pequeña mesa situada al lado suyo. En ese entonces le costaba entender porque la mujer terrícola se tomaba tantas molestias en cuidarlo, siempre preocupándose por su bienestar si él la trataba de las peores formas. No le cabían en la cabeza esos sentimientos humanos, como aquellas cursilerías ridículas eran capaz de fortificar tanto a una persona, como lo hacían con la muchacha que lejos de doblegarse y darse por vencida ante el difícil carácter del que era poseedor, se hacía mas fuerte y terca, vaya que lo era, demostrándole muy a su pesar que fuera de lo que él pudiera decir, ella siempre estaría ahí…

Por todos los medios trató de alejarla, de apartarla de su lado y más aún de su cabeza, donde parecía haberse colado en lo más profundo sin intención alguna de salir, pero le fue en vano, el majestuoso príncipe de los saiyajin, ese guerrero frío y calculador, había caído en sus redes, derrotado por una insignificante hembra perteneciente a una raza inferior a la suya en lo que a fuerza física se trataba. Esos ojos azules lo habían cautivado, y esa forma de ser peculiar, impetuosa, agresiva y decidida lo habían embriagado…nunca conoció mujer igual, y aunque se negara en aceptarlo, sabía en lo mas profundo de si que, se quedaría con ella…

Deshizo el cruce de sus brazos y dio un paso al frente, alzó la mirada para divisar el denso manto gris que cubría el infierno y suspiró molesto… extrañaba esos intercambios de palabras a alta voz que siempre sostenía con la mujer de cabellera exótica, la misma que ahora era su esposa y madre de su hijo, añoraba escuchar el timbre de su voz llamándole para reprocharle, sin importar de lo que se tratase, pero ya no lo tenía más. Ahora estaba muerto y en el lugar que merecía después de haber asesinado sin piedad a cientos de seres, ya no oiría mas su voz, no sentiría nuevamente su piel…

-grr… maldita sea –espetó, no pudo siquiera decirle adiós, sino que tuvo que conformarse con pensar en ella y su hijo, y saber que por primera vez en su vida, estaba haciendo lo correcto. Sin embargo su muerte había sido por nada, el temible Majin Boo seguía con vida, el mismo Enma Samma se lo había comunicado, y ahora solo le restaba esperar…- detesto esperar, estar aquí sin hacer nada mientras ese desgraciado destruye la tierra –renegaba, guardó silencio unos segundos y en un susurro prosiguió- espero que estén bien…

Continuará…


Esperamos sus concejos comentarios críticas, etc... Nos ayudaran a avanzar con nuestro fic...

atte:

j4p4nis3 y cecivgbm