Aclaración: Este fic es una adaptación de la película "El Efecto Mariposa" protagonizada por Ashton Kutcher. Ojo, adaptación, osea que no os extrañe si encontráis cosas que no coinciden con la película. Los que habéis visto la película os haréis una idea de cómo ira la historia y los que no pues lo iréis descubriendo poco a poco. Espero que os guste :).
Advertencias: Yaoi. Posible OOC necesario en algunos personajes. Posibles faltas de ortografía (las odio, pero soy humana y puede que alguna se me escape). ¿Violencia?.
Disclaimer: Ni los personajes son míos ni la idea de la historia. Lo único que me pertenece es la unión de ambas cosas, y probablemente no sea la única que haya llevado adelante este proyecto aunque no sé de ningún caso. Cualquier parecido con otro fic es pura coincidencia. Por supuesto, este fic no tiene ningún ánimo de lucro.
"El aleteo de una mariposa puede provocar un huracán en el otro lado del mundo"
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Prólogo
-¡Alto! ¡Estese quieto!
Bruscamente giró la cabeza, sofocado, era ahí. Abrió la puerta rápidamente, con fuerza, provocando que chocara estruendosamente con una taquilla de metal.
Oía perfectamente los pasos de aquellos que querían retenerlo. Cerró la puerta y la bloqueó con la taquilla lo más rápido que pudo. Vio como las sombras de esos tipos se reflejaban tenuemente en las paredes. Le habían alcanzado. Cerró las persianas y empujó varias mesas y sillas hacia la puerta para que acompañaran en su función a la taquilla. Sudaba, el pelo rubio que caía por su frente revuelto y despeinado se quedaba pegado por el sudor, prácticamente hiperventilaba por el cansancio, pero ya había llegado hasta ahí. No había vuelta atrás. No iba a detenerse.
Giró sobre sí mismo hasta que localizo el pequeño aparato. No tenía mucho tiempo. Sacó de su bolsillo la pequeña cinta y la introdujo preparándolo todo. Estaba listo. Una imagen comenzó a aparecer en ligeramente amarillenta y desnuda pared a la que apuntaba el proyector.
-¡Abra la puerta! ¡No haga ninguna locura!
Se escondió debajo del escritorio sobre el que se encontraba el proyector y se tumbó boca abajo. La imagen comenzó a tomar nitidez mostrando una grabación en la que pudo ver a la razón por la que se encontraba ahí con unos (muchos) años menos. Sacó un papel doblado y arrugado y el lápiz que había conseguido coger hace unos días.
Comenzó a escribir, las letras deformes y apenas entendibles tanto por el nerviosismo como por la posición en la que se encontraba.
"Sí alguien lee esto es que no he logrado mi cometido. Tal vez esta nota nunca llegue a ver la luz. Espero que así sea, porque eso significaría que he logrado salvarle."
Seguía observando la grabación frente a él. La cabeza le empezó a doler y todo a su alrededor comenzó a temblar.
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Catorce años antes
-¡Vamos Kyuubi, ven aquí chico!
El pequeño perro anaranjado de apariencia zorruna corrió hacia su pequeño dueño tirándolo al suelo para poder lamerle la cara con mayor comodidad. El pequeño rubio se dejó hacer cayendo en el verde y fresco césped sin parar de reír y acariciándolo con efusividad.
Aquel día el sol resplandecía y los pájaros no dejaban de cantar. La primavera había llegado y se podía decir que por todo lo alto. No era el único niño que salía a jugar al patio de su casa aprovechando el fantástico día que hacía, de hecho se podían escuchar perfectamente los lejanos y no tan lejanos murmullos alegres de los niños que jugaban los unos con los otros.
A veces los envidiaba. Él no tenía muchos amigos.
Pero al menos tenía a Kyuubi.
Escuchó el ligero chirrío tan típico que siempre hacía la puerta trasera de su casa cuando era abierta. Abrió sus ojos azules con sorpresa y se levantó sujetando a Kyuubi junto a él, que seguía lamiéndole la cara como si nada.
Seguidamente por la puerta se asomó la figura de su querida y pelirroja madre, tan bonita como siempre, aunque esta vez su típica y gran sonrisa no acompañaba su blanco rostro. Naruto era pequeño, y no sabía muy bien cómo definir la expresión que teñía su rostro, pero sabía que algo no iba del todo bien, lo que le entristeció e hizo que bajara su mirada azulina hacia sus zapatos, llenos de barro.
-Naru-chan, cariño… -efectivamente, su voz detonaba algo de preocupación. –Entra a casa, tengo que hablar contigo de algo.
El pequeño asintió lentamente dejando con suavidad al cachorro en el suelo. Caminó con rapidez subiendo los dos escalones que llegaban a la puerta. Kyuubi al principio le siguió, pero acabo prestándole más atención a una pequeña mariposa que pasaba por ahí. Cuando el pequeño se encontró con su madre le miró con la mirada apenada y haciendo un pequeño puchero. Como respuesta, la joven mujer le revolvió con suavidad el pelo y trato de sonreírle maternalmente para calmarlo, aunque su sonrisa no era la de siempre y eso el pequeño lo notaba.
-Siéntate un momento, cielo, enseguida vengo voy a buscar una cosa.- le dijo mientras le empujaba suavemente por el hombro hacia la redonda mesa del comedor.
-Hai, okaasan-ttebayo.-dijo el pequeño mientras pegaba un pequeño salto para sentarse en una de las sillas que rodeaban la mesa. Las pequeñas piernas del muchacho colgaban y no podía parar de moverlas. ¿Qué había hecho mal?
Desde donde se encontraba podía observar por la ventana a su pequeño amigo saltando, intentando atrapar la mariposa en el patio.
Se entretuvo mirándolo mientras esperaba a su madre.
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Abrió el cajón de su cómoda, allí se encontraba el doblado papel. La mano le temblaba mientras lo desdoblaba.
Flashback
La mujer no dejaba de observar con sus ojos rojos la imagen que le brindaba la ventana, la cual era perfectamente visible desde donde se encontraba sentada. Su rostro seguía preocupado desde lo que sucedió esa misma mañana. La imagen del niño pequeño e inocente que jugaba con su cachorro distaba tanto de aquello…
Una taza de té le era entregada. Dejo de contemplar al pequeño para sonreír agradecidamente a la persona con se la había ofrecido.
-Muchas gracias, Kushina-san.
La interpelada se sentó en el asiento de enfrente con otra taza de té en su mano. – ¿Cuál es el motivo por el que querías hablar conmigo? ¿Qué es lo que ha hecho Naruto esta vez-ttebane?- Fue al grano, no le gustaba andarse con rodeos. Llevaba preocupada desde que había recibido la llamada de la profesora de su hijo esa misma mañana citándola para hablar de algo aparentemente importante.
La mujer suspiró.
Era joven, apenas llevaría unos cinco años en la docencia, pero tenía fama de ser bastante cercana a los niños y de hecho su hijo siempre hablaba bien de ella. Y ella de él. Se podía decir que le tenía bastante cariño al torbellino rubio, precisamente ese era el motivo por el que se encontraba ahí sentada.
-Esta mañana, he mandado como tarea a los niños que realizaran un dibujo sobre la profesión a la que querían dedicarse cuando fueran mayores. –Kushina escuchaba atentamente- Veía a Naruto haciendo su dibujo con bastante empeño, quizás demasiado, empleando los colores con fuerza…-Se llevó la mano al bolsillo como si estuviera buscando algo- Al principio no me extraño. Tú mejor que nadie sabes que es un niño que siempre pone mucho empeño en lo que hace, pero cuando me acerqué a echarle un vistazo a su dibujo…-dejó sobre la mesa un papel doblado en cuatro, algo arrugado. La pelirroja lo observó con el ceño fruncido, arrastrándolo rápidamente hacia ella.- Sinceramente, no sabía cómo reaccionar… -tragó saliva.
Rápidamente desdobló el papel contemplando su contenido.
Fin de Flashback
Nunca había sido un niño que dibujara especialmente bien y la calidad del dibujo era bastante pésima. Aún así se apreciaba claramente el dibujo: tres cuerpos de hombres con cruces en los ojos tumbados en el suelo y la figura de su hijo sobre ellos con una enorme sonrisa en su rostro.
Parecía que los colores habían sido aplicados con fuerza. Sobre todo el color rojo, que prácticamente ocupaba todo el folio.
Salió de la habitación, dibujo en mano, y bajo las escaleras que llevaban al comedor.
Era obvio que algo pasaba con su hijo. Este le debía una explicación. Aunque pensándolo bien…
¿Qué motivos tendría un niño de siete años para tener ese odio guardado, esos pensamientos que había plasmado en el dibujo?
No sería que…
Paró en seco al bajar las escaleras y encontrar la silla donde se encontraba su hijo vacía, ladeada. Lo busco con la mirada por los rincones cercanos al comedor sin resultado alguno. Tampoco estaba en el patio.
-¿Dónde estás Naru…?
El dibujo cayó al suelo debido al sobresalto que le provocó la imagen ante sus ojos. El corazón le latía demasiado rápido, golpeando con fuerza. El corazón se le subió a la garganta. Sus violáceos ojos no podían estar más abiertos.
Su hijo, su pequeño, estaba detrás de ella. El enorme cuchillo contrastaba con las pequeñas manos que lo sujetaban. Su rostro impasible.
El grito que pegó su madre al ver la escena le afectó. Fue como si despertara de una ensoñación. Agitó la cabeza, miró su mano, y tiró el cuchillo al suelo asustado. Las lágrimas caían a borbotones por su rostro. El niño se puso muy nervioso.
-¡Lo siento, lo siento-ttebayo! –corrió hacia dónde estaba su madre, la cual aún no era capaz de salir del shock en el que se encontraba.-¡Ha vuelto a pasar, mami, ha vuelto a pasar! ¡No entiendo nada! ¡Lo siento tanto…!
El instinto sobreprotector se apoderó de ella y con rapidez estrujó a su hijo contra su pecho, abrazándolo con todas sus fuerzas, besando su rubia cabellera. Los dos temblaban, no podían dejar de temblar.
No cabía lugar a dudas.
-Parece que lo ha heredado… Pero su caso es aún más grave.
El pequeño apretaba con sus manitas su camiseta buscando un mayor agarre y su madre lo estrujó aun más contra ella.
¿Qué se supone que debía hacer?
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NdeA: Todo tipo de críticas son bien recibidas siempre y cuando sean educadas.
Espero que os haya gustado el prólogo de esta historia. No avanza demasiado, pero creo que es fundamental para el desarrollo de la historia. Sasuke hará su aparición en el próximo capítulo, no preocuparse jajajaj.
Me comprometo a finalizar esta historia, la cual no pretendo que tenga más de 10 capítulos (de hecho eso sería lo máximo, mi intención es hacerla de menos), pero puesto que estoy en la recta final de mis estudios y dentro de poco tengo que hacer la Selectividad, no puedo asegurar una fecha fija para la publicación de capítulos, pero intentaré tardar lo menos posible(:
¡Nos leemos!
