Disclaimer: Estos personajes no me pertencen ., le pertenecen a la grandiosa Mrs Rowling
Hace mucho que no aparecía con un fic, pero este drabble vino a mi hace como un par de horas y tuve que escribirlo, probablemente hayan más.
Creo que eso es todo por aquí, Enjoy it ^^
El pelirrojo la miraba ensimismado. Se encontraban solos en la sala común, Harry se encontraba en una de sus, ahora habituales, lecciones con Dumbledore. No podía dejar de observarla, ella leía tranquilamente un libro sobre runas antiguas. Le costaba creer lo hermosa que era, y lo idiota que había sido y que continuaba siendo, pero el horror de sentirse rechazado por la castaña era aún mayor a su rabia con sigo mismo por no ser capaz de decirle todo lo que sentía.
Sus labios se movían apeteciblemente mientras leía, como murmurando lo que entendía del libro. Estaba como hipnotizado por el movimiento constante.
No podía alejar su mirada de ella, era tan malditamente perfecta, desde como mordía ligeramente su labio superior cuando estaba concentrada en algo, como movía sus labios apresuradamente murmurando lo que ojeaba, la rapidez con que movía sus ojos cuando leía algo que le interesaba, la mirada que le regalaba cada vez que le regañaba, su voz cargada de preocupación cuando él o Harry estaban en la enfermería. Cada maldito pequeño detalle, la hacían perfecta.
El debate que se libraba en su interior, sobre acercarse y robarle un beso o seguir admirándola desde lejos, como lo hacía desde hacia casi tres años, era terrible. Ambas partes enumeraban los contras de la otra.
Si la besas, puedes perder su amistad, si la besas, puede no volver a dirigirte la palabra, si la besas, puedes rechazarte, si la besas, puedes salir lastimado y no solo físicamente.
Si no la besas, alguien más puede quitártela, como lo estaba haciendo Krum y McLaggen, si no la besas, nunca sabrás lo que siente por tí, si no la besas, morirás sin haber probado sus labios, si no la besas, morirás de anhelo.
Hermione seguía perdida en los mundos que le relataban las runas del libro que estaba descifrando, ajena al dilema de su "amigo".
El reloj de la lejana torre este del colegio dio doce campanadas que marcaban el inicio de un nuevo día. Otro día más para el pelirrojo sin resolver su dilema.
Finalmente su corazón le ganó a su sentido común, el tiempo se le acababa, Harry llegaría pronto y no quería esperar hasta su próxima lección.
Se acercó aún más a la castaña sin que ésta se percatase de sus movimientos, alzó su mano para alcanzar el mentón de la muchacha, la giró hacia él, su mirada destilaba sorpresa, sus ojos estaban muy abiertos.
-Ron ¿Qué pasa?
-Nada- se acercó rápidamente y estampó sus labios sobre los de la muchacha, los movía suavemente, ella estaba paralizada, pero muy lentamente comenzó a responder a la caricia que le entregaban los labios del pelirrojo a los suyos, él cruzó sus brazos por su cintura, mientras que las manos de ella subieron por sus brazos hasta sus hombros. Continuaron así hasta que el aleteo, anormalmente fuerte, de una lechuza lo separó.
-Ron... yo...- intentaba excusarse, mientras el prefecto sacaba su varita.
-Obliviate- susurró, apuntando a la chica, que al recibir el impacto del hechizo se desmayó por unos intantes.
-¿Ron?, ¿Qué sucedió?- preguntó al verse envuelta entre los brazos de cierto pelirrojo.
-Nada, solo te dormiste mientras leías el libro-Mintió- Harry debe estar por llegar- Justo en ese instante el retrato de la Dama Gorda se abría para dejar entrar un confuso pelinegro.
¿Aplausos? ¿Un hechizo piernas gelatina? ¿Algo? Por favor hagánmelo saber a través de un rr ^^
Pido disculpas por la ortografía si hay algún error.
Nos leemos
Frad Ex Nox
