PLANES A FUTURO
La tierra vivía una era de prosperidad, gracias al auge del desarrollo tecnológico la vida era mucho más fácil, tanto que con el simple hecho de llevar un pequeño estuche en el bolsillo cualquiera podría tener acceso a una casa, comida, transporte y en dado caso de alguna emergencia, armas con que defenderse, y eso fue lo que más le preocupo a su creador. El doctor Briefs había desarrollado un sistema único de capsulas y de ahí en adelante no había limites, al cabo de algunos años el presidente del planeta lo había citado pues había algo que discutir sobre esos vacios en cuanto al uso de la tecnología.
—Estamos dependiendo mucho de la tecnología Briefs – habló un hombre de cabello oscuro pero con algunas canas en el.
—Lo sé – suspiró mientras le daba un bocadillo a su gato preferido el cual siempre viajaba en su hombro, claro a no ser que su hija apareciera y entonces la preferencia del gato cambiaba —No estoy muy seguro que todo el mundo sea capaz de ocuparla correctamente.
—Cierto— se sentó el presidente en su silla — ¿Cómo sigue tu esposa?
—Bien, después del incidente con esos terroristas, después de salir del hospital quiso que la llevara a la pastelería que tanto le gusta.
—Estas en el ojo de todo el mundo amigo —
—Es el precio que se paga por desarrollar algo que cambia el planeta — sonrió — pero, tu también no te quedas atrás, lamento que tu esposa haya fallecido en ese incidente.
—Como dices; son gajes del oficio — suspiró — En fin, no te cité para hablar de eso.
—Lo sé, quieres que vea como restringir la tecnología a ese tipo de personas.
El presidente asintió — necesitamos tener el control sobre la tecnología que se ha desarrollado, pero el mundo es muy grande como para ponernos a rastrear quien hace mal uso de ella.
El científico saco una cajetilla de cigarros junto con un encendedor y tomando uno, lo encendió para fumar un poco —Por eso no te preocupes, ya había pensado en eso, solo me falta hacer unos detalles.
— ¿Hablas en serio? —Pregunto incrédulo — pero si el atentado fue apenas hace un mes.
—La verdad, temía que algún día pasara y por desgracia paso antes de poner en funcionamiento.
— ¿De qué se trata?
— De un mundo virtual
— ¿Cómo? — preguntó confundido el presidente
—Es… — dudo — algo difícil de explicar
—No soy tan ignorante como piensas — se indigno el presidente
—Vamos no te pongas así amigo, lo que quiero decir es que tendrías que verlo para entender su funcionamiento, espero ponerlo en marcha en medio año al menos sus inicios, pero para eso necesito que tu también ayudes.
—En organizar el papeleo.
—Aparte; necesito que organices un sistema policial para ese mundo virtual.
—Ahora sí me declaro ignorante de lo que dices — por lo que el profesor se rió ante la sinceridad de su amigo.
—Mi idea es que las personas autorizadas para entrar o vivir en ese mundo virtual, sean personas que sean capaces de usar la tecnología para bien, y claro ellos se encargaran de lidiar con terroristas y cualquier cosa que se presente. — hablo un poco más tranquilo mientras su gato pedía más bocadillos y su dueño le daba pequeños trozos de comida para gato.
— ¿Hasta extraterrestres? — preguntó el presidente,
Mientras su amigo seguía consintiendo a su gato, el profesor contesto con toda calma — Si hasta… — se detuvo a meditar la pregunta y luego reacciono con sorpresa — ¡¿Qué dijiste?!
—Lo que escuchas — dijo serio — bien sabes que no somos los únicos en el universo.
—Bueno sí, pero nuestro planeta es uno de los que menos les interesa — se detuvo a meditar un poco — bueno al menos eso creo.
—Así también lo pensaba yo, pero… — se levanto un de su asiento rascándose la cabeza en señal de nerviosismo, al menos eso parecía pero en realidad el presidente pensaba que después de que le dijera lo que había pasado hasta hace unos días su amigo lo tomaría como un loco y tal vez hasta lo destituirían del cargo y todavía era muy joven para ser desempleado, todo eso pasaba por la mente del presidente ante la mirada atónita del profesor, hasta que por fin se decidió, respiro hondo y profundo.
—Hace unos días unos meteoritos cayeron a la tierra, el ejercito fue a ver pero resulto que no eran meteoritos, eran naves en forma de esferas y había niños dentro de ellas, corrieron a avisarme pero yo no les creí hasta que los vi y entonces uno de ellos me explico que hay un tipo que conquista planetas y tiene como 8 años, tu conoces a los niños siempre inventan historias, pero si es cierto…. — el presidente habló tan rápido que se le acababa el aire y el profesor apenas podía entenderlo; bueno en realidad no logro entender casi nada.
—Amigo, amigo — intento tranquilizarlo pues al parecer este ya estaba hiperventilando —ahora — lo llevo a su asiento para que descansara — una vez más — dijo el profesor — lo de los meteoritos lo entendí, paso en las noticias, comencemos por ahí. ¿Entonces no eran meteoritos?
El presidente negó con la cabeza secándose el sudor de su nerviosismo con un pañuelo — No, eran naves espaciales; tres en total —
— ¿Y como es que niños podían tripularla?
—Al parecer estaban programadas, no lo sé, son como esferas, no entiendo mucho de eso, lo sabes. Pediré que te lleven esas naves a tu laboratorio.
—Vale. ¿Pero qué tiene que ver todo esto con una conquista extraterrestre?
—Pues según, sus padres los mandaron a la tierra puesto que un tal Freezzer los traiciono o algo parecido — suspiró de nuevo — lo que me alarmo fue que dijo que destruyó su planeta, sabía que había saqueadores de planeta, pero como el nuestro está muy lejano a alguno que también tenga vida, no pensé que nos preocuparíamos por algo así — volvió serio
— ¿Crees poder desarrollar algo para que evitemos esa clase de cosas?
—Proteger un planeta completo — medito — tal vez pueda desarrollar algo, pero me tomara al menos cinco años.
—Esperemos que nada pase en ese tiempo — dijo preocupado el alcalde
—Por cierto. ¿Qué harás con los niños?
—La verdad no lo sé, hasta ahora uno tiene un año, el de cinco años no ha causado gran problema, si así se le puede llamar, el de ocho es otro asunto, casi deja sin brazo a uno de los soldados y a otros los mando directo al hospital, no creí que tuvieran tal fuerza; si no fuera por sus colas pasarían por humanos.
— ¿Colas? — Se intrigo el hombre de lentes.
—No quiero imaginar de que serian capaces cuando crezcan, será un problema.
—O una solución — dijo el científico
— ¿Cómo? — no comprendió el alcalde.
— Tu hijo, Yamcha sigue practicando con ese maestro… ¿Cómo se llamaba?
— ¿Roshi? ¿Crees que logre controlarlos? ¿Y arriesgarme que le rompan el brazo a mi hijo?
—Mínimo a controlar su fuerza, igual habrá que buscar quien pueda entrenarlos más tiempo.
—Alguna vez me mencionó un templo alejado de cualquier poblado, creo que ahí entreno él, podría mandarlos ahí. Pero me tomará tiempo contactar con quien sea que viva ahí y no quiero tener que pagarle incapacidad a todo el ejercito.
—Pues deberías apresurarte, tal vez ellos puedan ser parte de ese mundo virtual.
— ¿Lo dices en serio?
—Piénsalo, nos daría cierta ventaja.
El alcalde se quedo pensativo mientras el profesor se dirigía a la puerta para salir, es cuando se detiene y dice — Mientras les encuentras un hogar. ¿Por qué no llevas también a los niños a mi casa?
— ¿Pero que no acabas de oír lo que te dije?
— Lo sé pero, si quieres que te ayuden no hay que tratarlos como extraños.
