A pesar de que Kikyo no me cae especialmente bien... quería probar de escribir este fic... porque se que no va a ser fácil hacerlo.. pero se me ocurrió la historia y no deja de darme vueltas.... para los que me están pidiendo el beso en El Valor de una Promesa.. algo habrá en el prox. cap.. ) .. ya lo incluí... en fin..léan esto... q es corto por ser una mera introducción..pero quiero ver que opinan.. y dejen rr!!!!!
KIKYO... LA MUJER QUE SE ENAMOR" DEL HANYOU
CAPÍTULO 1:
- Hermana!!! - gritó la pequeña Kaede al ver como los demonios estaban a punto de atacarla. Todo era su culpa. Había desobedecido a su hermana mayor cuando esta le ordenó que esperara escondida tras los arbustos.
Cerró los ojos esperando el final, deseando que fuera rápido y sin dolor... aunque sabía que no sería posible. Lágrimas de miedo cayeron por sus mejillas... se acercaban.. podía oírlos... podía...sentirlos.. y...
El aullido de muerte de aquellos monstruo la obligaron a abrir los ojos para averiguar que sucedía. Kikyo se hallaba muy cerca de ella, aun en posición de ataque, con el arco apenas tensado. La había salvado!
Corrió hacia ella gritando agradecida y se abrazó a sus piernas.
- Kaede.... – dijo ella con la misma tranquilidad que la caracterizaba – te he dado una orden y no la has cumplido. Has puesto en peligro tu vida...
- Perdóname – murmuró ella todavía abrazada a su hermana.
Solo se tenían la una a la otra. Años antes sus padres habían muerto víctimas de una enfermedad que había asolado la región. Kikyo se había ocupado de su hermana, a pesar de sus obligaciones como sacerdotisa, y aquella la adoraba...
- Señorita Kikyo!! – uno de los habitantes de la aldea se acercó corriendo. Al llegar frente a ella se arrodilló en señal de respeto – por favor... mi hija ha sido raptada por uno de los monstruos que atacaron la aldea...
- No se preocupe – respondió ella apoyando su mano en el hombro del hombre para tranquilizarlo – yo iré por ella.
El le dio las gracias y volvió junto a su familia para contarles la noticia. Estaba visiblemente aliviado.
Kaede lo vio alejarse, luego volteó y miró a su hermana con un deje de tristeza.
- eso significa que volverás a marcharte?
- No me tardaré... procura cuidar la aldea.
La pequeña asintió. Aun era una aprendiz, pero con esta nueva responsabilidad que Kikyo le había dado, se sintió mayor y definitivamente mas segura. Si su hermana confiaba en su habilidad, ella sería capaz!
La observó alejarse, arco y flechas al hombro, al mismo paso que siempre. Siempre se impresionaba de su calma en situaciones desesperadas. Kikyo jamás perdía la paciencia, jamás se ponía furiosa... jamás levantaba la voz.
Cerca de la aldea de exterminadores, un hombre perseguía a un monstruo semejante a un ciempiés enorme.
- Kirara! prepárate! – gritó, y el demonio-gato avanzó para atacar. El hombre saltó con su espada en alto, dispuesto a cortar en dos a su enemigo, mas este lo esquivó por apenas unos cuantos centímetros.
- Rayos... – murmuró antes de prepararse para volver a atacar mientras hacía una seña a su compañera. Kirara dio un salto y él atacó del otro lado. Con la atención puesta tan solo en uno de sus dos contrincantes, el monstruo se descuido, y unos minutos mas tarde, yacía con la cabeza cercenada.
Guardó su espada tras limpiarla en el pasto y se acercó a los restos de aquel insecto muy crecido. Se agachó no sin algo de esfuerzo, ya que los años habían hecho mella en él, y hurgó buscando algo en particular.
- ahh! Aquí está! – exclamó para sí mismo mientras retiraba un pedazo de cristal oscuro del cuello del monstruo. Kirara volvió a su tamaño normal y se acercó curioso – mira pequeño amigo... la hemos recuperado.
La perla de Shikon, aquel objeto que tenía en la mano, estaba oscura... por la maldad del monstruo que la había poseído. No había sido fácil obtenerla nuevamente, la que dicha perla aumentaba considerablemente los poderes de quien la tuviera en su poder.
- Esto no está bien...nada bien – murmuró observándola detenidamente con el ceño fruncido – hay que purificarla cuanto antes...
Se puso de pie y acarició la pequeña cabecita de su compañera, la cual se había subido a su hombro.
- Vámonos...
- GARRAS DE ACERO – gritó eliminando de un solo golpe a varios monstruos. Cayó de pie, sin perder ni por un segundo su perfecto equilibrio.
Ya estaba harto. Desde que tenía memoria monstruos de todo tipo y clase lo perseguían para destruirlo, morderlo, golpearlo o simplemente divertirse haciéndolo pedacitos. Estaba harto de la maldita costumbre de ser atacado todos los días. Él no tenía la culpa de ser tan solo medio demonio. Si..en efecto.. era un hanyou, un híbrido.. alguien de sangre mezclada. Había perdido a su madre y a su padre hacía no mucho tiempo, y no tenía mas familia que su medio hermano Sesshoumaru, aunque en realidad prefería no tener a nadie. Aquel, demonio completo, también lo despreciaba... y varias veces había intentado atacarlo, pero su padre había intervenido salvándolo de morir a manos de su propia sangre.
En consecuencia, estaba solo... y se sentía solo. Hacía mucho tiempo que no hablaba con nadie, no fuera para solar algún insulto o para burlarse de algún pobre monstruo que había caído bajo su garra en algún momento de mal humor.
Se acercó al arroyo y hundió sus manos en el agua helada. Luego se lavó la cara, lanzando un suspiro de placer. Hacía calor y estaba cansado. Se incorporó dirigiéndose a un árbol escogido al azar, y subió a una de las ramas mas altas para descansar. Quería dormir un poco antes de proseguir con su camino, a algún destino no planeado. En efecto, no tenía la menor idea de que iba a hacer.
Bueno.. aca concluye el primer cap.. (los otros serán mucho mas largos... pero este tenía que ser una introducción).... se del odio general a Kikyo así que no espero que el fic tenga mucho éxito..pero como lo hago mas por amor a la escritura que otra cosa... no puedo dejarlo x la mitad... q se mía..
En fin... besossssssssssssss
