¿Cómo hemos llegado a esto? Es irónico.

Empezamos por estar con alguien, éramos los dos solteros. Y ahora ya no puedo vivir sin ti.

Fue una especie de mutuo acuerdo: yo me preocupo por ti, pero tú te preocupas por mí.

¿Cómo hemos llegado a esto?

Cierto que ellos nos ayudaron, nuestros amigos. Ellos lo notaron desde el principio. Llevaban los suficientes años comiendo conmigo cómo para darse cuenta de lo que pasaba.

Pero ahora ya no están. Tan sólo queda su recuerdo, grabado a fuego en nuestros corazones.

¿Cómo hemos llegado a esto?

Éramos unos niños, no sabíamos nada. ¿Qué era aquello que me obligaba a tartamudear cuando hablaba contigo? ¿Qué era aquello que me aplastaba el pecho cuando te acercabas a mí por las noches, para guardar calor?

Oh, las noches. Las recuerdo todas y cada una de ellas desde que llegaste. Siempre te observaba dormir, hasta que el maldito cansancio se apoderaba de mí y caía rendido a tu lado, no sin antes sonreír como un patético imbécil.

¿Cómo hemos llegado a esto?

No íbamos a crecer nunca. Nadie nos iba a separar. Éramos cinco, y estaríamos juntos toda la vida.

Recuerdo como la madurez, una pared sólida y fría, me golpeó cuando murieron. ¿Qué otra opción teníamos? Nada. Sólo podíamos luchar por nuestra supervivencia.

Y, por suerte o por desgracia, lo teníamos. Teníamos el poder.

Primero, la "adopción". Oh, no. Yo no iba a intervenir. Jamás. Después de todo lo que habíamos pasado, tú te merecías eso y el triple.

Después, el teniente. Tenías derecho a tener amigos, ¿no?

Y luego, el sustituto. Cuando te vi llorando por él sentí la pared deslizándose entre nosotros.

¿Cómo hemos llegado a esto?

Seguimos siendo amigos, pero ya no es como antes. Nos amamos, pero ya no es igual.

¿Cómo hemos llegado a esto?

No tengo ni idea.

Pero hay una cosa que tengo my clara: hemos llegado a esto porque te amo.