N/A: Hola de nuevo estimados lectores. Sí, ha vuelto a pasar; me ha venido una idea a la cabeza y necesitaba escribirla. Ya sabéis, una de esas historias a base de capítulos cortos e independientes con toque humorístico y sin línea argumental fija. En este caso las viñetas se centran en Emily y esa cualidad que tanto me gusta de ella: lo jodidamente cabezota que es.
Ya he escrito el primer y el último capítulo, pero de vosotros depende que haya más porque estoy buscando ideas, situaciones cotidianas que puedan reflejar la testarudez de Prentiss. Así que, por favor, deja un review con tu sugerencia o comentario crítico. Hacedlo por ese cabezota que todos llevamos dentro.
DISCLAIMER: Los personajes de Mentes Criminales no me pertenecen, son propiedad de CBS blablablá ya lo he dicho veinte veces...
El resfriado
Estoy bien. Esas eran las dos palabras favoritas de Emily Prentiss. O bueno, al menos eso era lo que pensaban sus compañeros de trabajo.
Hotch supo que Prentiss era una cabezota desde que se la encontró en su despacho a altas horas de la noche para insistir en que debía unirse a la Unidad de Análisis de Conducta. Los demás tampoco tardaron mucho en darse cuenta.
Estaban todos reunidos en la sala de juntas cuando Emily entró apresuradamente. No es que llegara tarde, pero era rara la vez que llegaba la última, aunque lo que llamó la atención de sus compañeros fue su aspecto: cara más pálida de lo habitual, nariz roja, ojos hinchados y brillantes… No hacía falta pertenecer a la élite del FBI para darse cuenta de que sufría un tremendo resfriado.
-¿Qué tenemos? –Preguntó con voz gangosa mientras los demás cruzaban sus miradas.
-Una serie de asesinatos en Missouri. –JJ introdujo el caso mientras ella parecía hacer su mayor esfuerzo por no estornudar. Tras unos minutos se vio capacitada para hablar.
-Por el modus operandi podemos asumir que… ¡Achuuuwww! –Se sonó la nariz mientras todos la miraban. –Perdón… ¿Qué estaba diciendo?
-¿Te encuentras bien? –Preguntó Morgan con algo de preocupación. Prentiss pareció sorprenderse por la pregunta.
-¿Quién yo? –Morgan señaló con la mirada los cleenex. -¡Oh! ¿Esto? Es solo un resfriado. –Dijo antes de continuar con su teoría.
-Bien, el vuelo sale en una hora. Estad listos para entonces. Y Prentiss, si no te encuentras bien preferiría que te quedaras aquí.
-Sí, no es recomendable contaminar el jet con tus gérmenes. –Comentó Reid pasando por su lado.
-Pero señor, estoy bien. –Y he ahí las palabras mágicas. Hotch asintió y fue hasta su despacho.
-Oye, Emily, creo que sería conveniente que te quedaras y descansaras. –Sugirió JJ tras llevar unos minutos observándola.
-No puedo.
-¿Por qué? –Preguntó confundida.
-Sin Gideon no damos abasto y Hotch no puede prescindir de otro criminalista. –Respondió limpiándose de nuevo la nariz.
-Nos las apañaremos sin ti. –Dijo Morgan.
-Como volváis a insistir en que no puedo hacer mi trabajo os toso en la cara. –Amenazó cuando vio a Reid a punto de añadir algo más.
Doce estornudos y una decena de cleenex más tarde apareció Garcia para ver cómo se encontraba su amiga.
-Vaya… He visto a babosas con mejor aspecto. –Comentó haciendo que los demás intentaran disimular una sonrisa a riesgo de morir acribillados a balazos por su compañera.
-No tiene gracia. –Sentenció mirándola como si fuese a matarla.
-Vamos cariño, mira lo que te he traído. –Dijo mostrando un frasco. –Es un aceite de eucalipto. Tienes que aplicarlo sobre el pecho para que despeje los bronquios y te haga respirar mejor.
-Yo puedo aplicártela… -Sugirió Morgan ganándose una mirada asesina.
-No necesito estas cosas… -Dijo dándose la vuelta. –Estoy… ¡Achuuuuuwww! –Al levantar la cabeza pudo comprobar cómo Hotch la miraba con el ceño fruncido. -… bien…
Entonces sucedió algo que ninguno esperaba. Hotch puso su mano sobre la frente de su subordinada, quien abrió los ojos como platos al notar su fría mano sobre su piel.
-Tienes fiebre. –Aseguró apartando la mano. –Hoy no viajarás con nosotros.
-Con un frenadol se me pasará… -Replicó al ver que su jefe avanzaba con la bolsa de viaje en la mano y la dejaba atrás. Hotch se volvió a girar.
-Vete a casa y descansa, no nos serás de ayuda en tu estado. –Los demás les miraron divertidos, sabiendo que Hotch era la única persona a la que Emily no se atrevía a llevar la contraria.
-Pero estoy bien…
-Prentiss. –Advirtió amenazante. –Es mi última palabra…
Todos siguieron al líder hasta el ascensor, dejando atrás a su enfermiza compañera.
-¿No os parece que está más roja que antes? –Se burló Morgan.
-Hotch, la próxima vez deberías amenazarla con que Morgan le aplique el aceite de eucalipto.
-Eso sería divertido. –Dijo Reid.
-Cualquier mujer estaría encantada de que Derek Morgan le aplicara aceite sobre el cuerpo. –Respondió con una sonrisa chulesca provocando que JJ rodara los ojos con un "por favor…"
-Creo que casi se desmaya cuando le has tomado la temperatura… -Recordó Reid haciendo que todos menos Hotch rieran.
-A veces es peor que Jack…
