Fate/ the reality of fantasy
La Historia tiene lugar después de lo ocurrido en la línea de Fate/Unlimited Blade Works.
Esta Historia no persigue fines de lucro y respeta los derechos de autor correspondientes.
"Haz siempre lo que temas hacer"
-Ralph Waldo Emerson-
Capítulo 1: El principio del fin.
Era gris, el cielo en horizonte, igual que el degradado de una acuarela negra que se difuminaba sobre un lienzo. Así era la imagen que contemplaba desde una de las transitadas calles de Londres, a pesar del frio que con cada brisa revolvía sus largos cabellos castaños y de la muy suave pero insistente lluvia que ya le parecía inquietante. El clima era una de las pocas cosas que no le gustaba de aquella capital Europea, pues desde que se acento allí por primera vez, le desagrado los repentinos cambios climáticos todos los días. Ya de eso habían pasado ocho años, ocho años con muchos altos y bajos, de mucho aprendizaje en las artes mágicas, de logros reconocidos en la asociación de magos, de viajes alrededor del mundo con un acompañante muy especial y de un solitario regreso a lo que ahora era su casa.
Suspiro y miro de nueva cuenta el reloj en su muñeca, marcaba las seis y media de la tarde, y ya comenzaba a exasperarse, nunca había sido muy paciente con las cosas de todas formas, trato de relajarse y hundió las manos en los bolsillos de su largo abrigo de terciopelo rojo, abrazándose un poco a si misma mientras exhalaba con fuerza, ya estaba oscureciendo y tenía hambre, pues no había almorzado de la forma más adecuada, además ningún taxi pasaba por allí, y la verdad era que no estaba de humor para tomar el subterráneo a esas horas, por lo que decidió caminar unas cuadras más esperando que la suerte la acompañara si se esforzaba un poco más.
En Japón todo era más fácil, extrañaba su hogar, sobre todo en este tipo de ocasiones, pero al mismo tiempo le aterraba volver, aunque nunca lo admitiría a viva voz, todo en su tierra natal le abriría una herida que comenzaba a cicatrizar a duras penas y además todavía tenía un asunto importante en Londres. Desmantelar por completo la guerra del Santo grial, y ya estaba muy cerca de cumplir su objetivo, pronto se cumplirían los diez años desde la última guerra, y evitaría a toda costa que comenzara una nueva, ya contaba con el apoyo de varias facciones en la asociación, y se había ganado la confianza política de varias familias de magos de elite, cada día iba a la Torre del reloj y cumplía con competencia las obligaciones políticas y administrativas que se le atribuían a su nuevo cargo en la asociación.
Se había esforzado en esos dos últimos años para llegar a una posición importante en la asociación, donde no todo era como se aparentaba, a Rin Tohsaka la asociación de magos se le asemejaba a una jungla salvaje, donde solo los fuertes podían sobrevivir devorándose a los más pequeños y débiles, una ideología que no compartía en lo más mínimo y que buscaría cambiar algún día.
Miro a su alrededor y se dio cuenta de que estaba bordeando el Támesis, ahora en la avenida principal, varias personas se detenían en la aceras para conversar y admirar el paisaje, mientras ella seguía su camino y divisaba al otro lado del rio, no muy lejos, la Torre del reloj de donde había salido ya hace unas horas, ahora solo se dirigía a casa para descansar luego de un día bastante pesado. Se detuvo dispuesta a orillarse apero cuando se movió de nueva cuenta se paralizo... Una prensión avasallante en su pecho le cortó la respiración de improvisto, en sus oídos un pitido repentino la desconcertó y sintió su boca realmente seca durante segundos, sus piernas perdían fuerzas y sentía como la bilis quería ascender hasta su garganta, pero tan repentinamente como llego esa sensación, se esfumo, todo en un mínimo instante.
Jadeante y alerta giro sobre sus pies observando con inquietud su alrededor, en toda su vida nunca había sentido algo parecido, y estaba muy segura de que se trataba de una clase de magia oscura peligrosa e intimidante de sobremanera, nerviosa revolvió en sus bolsillos buscando una joya mágica, un instinto básico para sentirse preparada ante un ataque sorpresa, pero no había nada anormal a su alrededor. Las personas, pasaban tranquilamente dirigiéndole miradas de reojo, segura de que notaban su consternación intento mantenerse serena y enderezarse mientras que se pasaba un mechón de sus cabellos detrás la oreja e inspeccionaba de manera más calculada y fría su entorno, pero no había nada fuera de lugar, frunció el ceño frustrada, mientras el sonido vibrante de su móvil demandaba su atención.
Soltó la joya aun dentro del bolsillo de su abrigo y se dispuso a buscar el teléfono en su bolso, cuando estuvo al alcance de su mano logro divisar la pantalla, lo cual la desconcertó al ver "número desconocido", con una mueca algo extraña atendió la llamada.
—¿Si? ¿Quién habla?
—¿Eres... Rin Tohsaka?—pregunto una voz masculina jadeante, como si intentara recuperar el aliento.
—¿Quién habla? —repitió desconfiada.
—Eres tu... debes ser tu... Tienes que venir a la Torre del reloj... Están, están activando el cristal. —la voz sonaba asustada y le costaba un gran esfuerzo pronunciar correctamente las palabras.
—Oye ¿Quién demonios eres? ¿De qué cristal estás hablando?
—Debes venir a la Torre... Tienes que impedirlo Tohsaka, si llegan activarlo será el fin de toda humanidad. —la voz se cortó con un sonido gutural y grave, supuso que aquel hombre se estaba ahogando o algo parecido. —Nuestras almas, las alma de todos... Sera el fin.
—De verdad no entiendo nada de lo que estás diciendo, colgare si no me dices quién demonios eres. —respondió exasperada hablando en un tono más fuerte de lo habitual.
—En la torre de reloj, en el sótano... Debajo de todo... hay esta cristal, yo... Necesito ayuda... Vienen por mí. —la voz de aquel hombre sonaba débil como si estuviera a punto de desmayarse.
—Se acabó.
—Soy Lord El-Melloi II. —le corto la voz masculina con desespero mientras se escuchaban ruidos a la distancia. —Se nos acaba el tiempo Tohsaka.
—Lord El-Melloi II. —repitió ella sin poder creérselo. —Pe...pero ¿de qué me está hablando? —su interrogante no obtuvo respuesta alguna.
—Lord. —repitió, pero rápidamente callo al escuchar los sonidos discordantes y estremecedores del otro lado del auricular, hasta que el pitido uniforme del teléfono móvil le indico que la llamada había finalizado.
Confundida como estaba miro el teléfono incrédula durante unos segundos y luego se volvió para observar la Torre del reloj, donde nada parecía diferente, se extrañó y preocupo de igual forma, Lord El-Melloi II nunca la había llamado a su teléfono móvil, pues no existía una confianza tal para llagar a compartir una amistosa conversación telefónica, pero él era un gran aliado en su lucha en la asociación, y se le había escuchado realmente mal, algo sin duda debía estar pasando, pero dudo enseguida, ella habría de estar enterada si algo se le salía de las manos a la asociación, de cualquier manera no perdía nada en ir y echar un vistazo, además estaba cerca de allí.
Emprendió camino a la torre a grandes zancadas casi trotando, a pesar de sus largas botas de cuero, pues si aquel hombre sonaba tan mal, debía ser por algo. Se detuvo cuando vio un taxi cerca, y espero a que este se aparcara, de pronto una sensación de mareo la inundo y todo pareció moverse, como un pequeño balanceo, sorprendida jadeo por lo bajo cuando el taxi se paraba frente a ella y se movía levemente cuando abría la puerta del auto.
—Buenas Tardes señorita, apresure o este temblor la hará caerse. —dijo el chofer en un tono que parecía una mezcla de cordialidad con apuro.
—Si... Necesito llegar rápido a la Torre del Reloj. —se apresuró a montarse y cerrar la puerta tras sí, ya ganándole un poco los nervios... ese temblor no fue por causa de la naturaleza.
El teléfono había caído estrepitosamente al piso cortando toda comunicación, sus manos temblorosas y empapadas de sangre buscaron remediar el daño ocasionado, pero más temprano que tarde entendió que no había solución para aquella maraña de tornillos y cables dispersos que ahora era teléfono, rechisto con fastidio y una punzada de dolor en su costado izquierdo le hizo fruncir el ceño, rápidamente llevo sus manos allí para seguir intentando magia curativa, pero no parecía surtir efecto, pues se sentía apunto de desmayarse, su cabeza daba vueltas, pero el dolor constérnate de su costado lo mantenía a la orilla de la deriva y desde lo más profundo de su ser lo agradecía, no era el momento para perder el conocimiento.
Se acomodó como pudo, recostando su peso al pie del escritorio tratando de no seguir tendido en el piso. Al incorporarse precariamente pudo ver el rastro de sangre que había dejado su paso hasta la oficina que ocupaba en la torre, y en cuyo escritorio relucía su título en una pequeña y reluciente placa de oro, "Lord El-Melloi II" y en ese instante entendió porque sentía que sus neuronas se desvanecían en el aire: Se estaba desangrando, le costaba respirar, le dolía y escocia horrores su costado, debía tratarse de un corte bastante serio, un corte que hubiera sido letal de no haberse protegido.
Sus cálculos habían fallado, lo cual le sorprendió, estaba seguro que su barrera mágica soportaría el golpe y tendría escasos segundos para contratacar, pero no fue así, aquel golpe había sido fuerte y rápido, tan rápido que era totalmente antinatural, incluso con magia, nadie llegaría a esa velocidad, el problema era mucho mayor de lo que imaginaba, sobre todo si se tiene en cuenta que la herida se trataba de un corte y el sujeto que lo ataco, no tenía ningún tipo arma blanca en sus manos. Lo recordaba bastante bien, era un tipo de estatura promedio, físicamente fuerte de piel tostada por el sol cubierta por algunas marcas, cabellos azabaches al igual que sus ojos, el resto de su cara cubierta por un trozo de tela negra, vistiendo únicamente unos holgados pantalones negros con un montón de cadenas de oro en su pecho y en sus muñecas relucían grilletes.
Todo estaba sucediendo demasiado rápido, su cabeza apenas lograba asimilarlo, todas sus sospechas y preocupaciones estaban en la dirección correcta desde un principio, y por asares del destino él se encontraba en el lugar y momento perfecto para impedir que sucediera esa catástrofe humana, pero en su estado ya todo le parecía perdido. Todas las personas de la torre estaban inconscientes cuando el arribo a ella, a escondidas había seguido a los invasores al subterráneo, a esa clase de guarida, había descubierto el plan, pero el también había sido descubierto, por lo que se había convertido en el siguiente objetivo, y ahora se encontraba en medio de un juego del gato y ratón.
Aun en su estado era evidente que el corría con una ventaja, conocía la torre del reloj mejor que nadie, así que no dudo en la primera oportunidad que tuvo para pedir ayuda, no duraría mucho más tiempo consciente, por lo que debía dejarle una última oportunidad a Tohsaka. Con el mayor y último de sus esfuerzos estiro su mano llena de sangre y comenzó a garabatear sobre el suelo de madera fina, dejando tras si una caligrafía estropeada por sus leves espasmos articulares, estaba al límite, el dolor estaba desapareciendo, los oídos le zumbaban armónicamente y cuando alzo la vista vio una pequeña figura en el marco de la puerta, tan pequeña que parecía un niño, pero esta vez sus sentidos estaban adormecidos, no podía moverse de ningún modo.
La pequeña figura se desdibujaba más a medida que se aproximaba, y una mínima parte de su cerebro le envió un mensaje de alerta ante esta nueva presencia tan pequeña físicamente, pero sorprendentemente grande en poder mágico.
Cuando estuvo a un palmo de distancia, se dio cuenta de que se trataba de una niña, no más de cinco años, pero que estaba dotada de una gracia sobrenatural, sus grandes ojos verdes le atravesaron el alma, se sintió hipnotizado, mientras aquella niña se acercaba más y con su regordeta y pequeña mano tocaba su costado herido. Pronto todo volvía, el dolor, la fatiga, el ardor, sentía como el sudor le escurría por la nuca, y como su cabello se le pegaba al rostro, volvía sentir el aire con fuerza en sus pulmones, jadeo, alejándose rápidamente de la niña.
Lo estaba curando. La examino con el ceño fruncido, mientras que ella le sostenía la mirada como a la expectativa de la situación, como esperando que lo asimilara, que aceptara su presencia. Desconcertado noto como ella también tenía unos grilletes alrededor de sus muñecas, mientras se agachaba terminando la frase con sus deditos llenos de su sangre, cuando termino lo miro haciendo un gesto inocente hacia la puerta, sin entender, miro el suelo, en el cual relucían dos tipos de caligrafías.
—"El cristal del pecado debe ser destruido... Ellos tienen una llave... Las almas serán consumidas". —claramente ese había sido su mensaje, pero más abajo continuaba con una escritura diferente.
—"Solo puede destruirse desde adentro, vamos, nos esperan... Debes llamar a Iskander".
Tan solo cuando ella tomo uno de sus dedos entres sus pequeñas manos reacciono, aun perplejo se paró y siguió a la niña.
Andaba sigilosa por los pasillos de la torre, rebuscando entre los cuerpos esparcidos a alguien consiente, no había subido muchos pisos de cualquier forma así que se encontraba en el piso de la entrada principal de la torre, donde los rastros de sangre en las paredes y en el suelo eran evidentes pero no abundaban. Evitaba con facilidad a los cazadores, con pasos ligeros y escondiéndose con ayuda de la mueblería del lugar. Giro a su derecha y se escondió en esa esquina, cuando el segundo temblor la desestabilizo, pero estuvo mas que atenta cuando escucho un quejido por lo bajo, alguien estaba cerca.
Espero alerta mientras sentía aquella presencia acercarse por su lado opuesto, la adrenalina en su cuerpo comenzaba a manifestarse mientras esperaba expectante, y apenas vio una figura roja y con larga cabellera la tomo del brazo con fuerza doblándoselo hacia atrás mientras le tapaba la boca con su otra mano para evitar que emitiera cualquier clase de sonido que la delatara, en una especie de llave por la espalda. Lo noto, Era una chica, una maga.
La vio moverse rápido y sacar unas gemas de su bolsillo, por lo que rápidamente la estampo contra la pared, haciendo que aquellas piedras preciosas se esparcieran con un repiqueteo sordo en el suelo, al ritmo de los temblores, que parecían hacerse mas fuerte a cada segundo, la chica de repente desprendió un brillo verdoso de su cuerpo y le encesto un codazo en el costado, alejándola con fuerza, cayendo al suelo que ahora parecía resquebrajarse, sorprendida busco la salida al sótano, pasando de su oponente, tenía que apresurarse, pronto sucedería.
—¿Que mierda es lo que sucede? —pregunto con voz fiera la chica de las gemas al caer sobre sus rodillas por la fuerza del movimiento.
—Por fin te encontré. —se escuchó una voz masculina desde el final del pasillo, lo reconoció al instante, era Noah, y el... las mataría a ambas.
—Corre. —dijo con pánico impreso en su voz.
—¿Por qué debería de obedecerte? ¿Y quién demonios son ustedes? —interrogo la castaña confundida, mirando en ambas direcciones.
Sin dar respuesta se paró como pudo y tomo a la chica del brazo con fuerza, la jalo para que siguiera sus pasos hasta el sótano. Justo cuando cruzaban a su izquierda fueron atacadas por una docena de esferas de energía, que lograron evadir con dificultad, para correr apresuradamente a las escaleras que daban directo al sótano.
—¿Quien se cree ese sujeto? Debemos detenerlo. —dijo la chica del abrigo rojo. —Y suéltame —termino jalando su brazo con brusquedad pero sin detenerse.
—No somos rivales para él. —Contesto la otra únicamente con apuro. —Debemos llegar al cristal ya.
—Y dale con el Cristal. —pronuncio la castaña entre dientes más para sí misma que otra cosa, para después vociferar alto. —¿Qué pasa con este supuesto Cristal?
—El cristal del pecado ha sido activado, va absorber todas las almas de este mundo, nos matara a todos, dejando solo el cascaron de nuestros cuerpos. —termino petulante la primera chica, corriendo escaleras abajo, mientras ojeaba atrás cada tres segundos.
—El cristal que está en el sótano.-afirmo la chica de rojo. —Pero... ¿Quién inicio todo esto?
—No lo sé, pero me hago una idea. Un arma súper secreta escondida debajo del edificio donde habitualmente se reúnen las familias de magos más poderosas, la torre del reloj está llena de gente corrupta.
—No sabes nada sobre...
—Se mucho más de lo que debería sobre las familias magos elite. Rin Tohsaka.
—¿Cómo sabes mi nombre? —interrogo la castaña con el ceño fruncido mientras se detenían frente a una puerta.
—Te escuche hablar con aquel hombre por teléfono, ya deben estar dentro.
—Maldita perra. —sorprendió la grave voz masculina más cerca de lo esperado.
Ambas se tensaron, pero la primera en reaccionar fue Rin quien se giró sobre sus pies y arrojo tres gemas verdes que explotaron en el aire cuando apenas diviso la figura de aquel hombre, la otra chica logro abrir la puerta del sótano y se abrieron paso entre los escombros que caían de todas direcciones.
La sala frente a ellas era majestuosa, tan grande e imponente como toda la arquitectura que le daba forma a la torre, pero en el centro de esta había un cristal enorme que resplandecía con fuerza e intermitencia, el cristal estaba conectado tanto al suelo como al techo a través de tubos metálicos fluorescentes que formaban signos tribales como halos de luz perdiéndose en las paredes, Rin observo aquella escena petrificada y tuvo la misma sensación que minutos atrás, una presión insoportable sobre su pecho.
—Seremos absorbidos por el cristal... Dentro de este... Mundo o realidad alterna, tendremos que buscarlo y destruirlo... So -solo así salvaremos a toda esta gente inocente. —pronuncio con dificultad la chica.
Rin se encontraba en shock, escuchando y a la vez no las instrucciones de aquella desconocida, pronto sus rodillas flaquearon y una fuerza descomunal la atrajo al hacia el suelo, como si la misma tierra quisiera tragársela, estrellando su cara directamente contra uno de los tubos sobresalientes del piso, al tiempo que veía como una niña y Lord El-Melloi II se acercaban de la nada, y la pequeña se adelantaba a su encuentro.
—T- tu nombre, dime tu nombre. —grito Tohsaka mientras veía a la chica tratar de moverse, hacia los recién llagados.
—Deirdre, mi nombre es Deirdre. —grito la chica sin mirarla, estirando sus brazos a la pequeña, llamándola —Ciara, vamos Ciara solo un poco más.
La mano regordeta de Ciara fue tomada con fuerza por Deirdre, y la luz del cristal los cegó absorbiendo todo a su paso.
La suave brisa golpeo su rostro con delicadeza, pero aunque se tratara de una simple caricia, esto la afecto, la piel de su rostro estaba súper sensible y le dolía la cabeza, sentía como si le hubieran martillado contra un muro en repetidas ocasiones, se movió un poco, todavía con los ojos cerrados y súbitamente se dio cuenta de que se encontraba recostada sobre pasto, todo a su alrededor olía a tierra húmeda y madera, por lo que abrió sus ojos lentamente y se incorporó sobre sus codos aun confundida, percibió al instante que era de noche y se encontraba en una especie de bosque. ¿Qué ocurrió?
—Por fin despiertas... Master. O debería llamarte... Rin.
Esa voz, era una voz que conocía a la perfección, la que le llama todas las noches en su sueños, una voz que adoraba escuchar, grave y neutral, que se había comprometido a superar, pero que ahora destruía todas sus armaduras y la dejaba expuesta a sus sentimiento, se giró a su llamado sin saber sin reír o llorar, tan solo una palabra escapo de labios al verlo.
—Archer...
Hola gente sensualonaaaa, aquí les dejo el primer capítulo de este fic, bueno les cuento que soy nueva en este fandom, y la verdad es que estoy obsesionada con el universo de fate desde que me vi el primer anime, tenía que subir esta historia como sea, no me perdonaría a mí misma si no lo hiciera, aunque tenía la regla de no subir otro fic hasta terminar el anterior, pero mi amor por esta historia me pudo, y bueno a mis seguidores de Babilonia les digo que no se preocupen pronto actualizare esa historia.
La verdad también estoy muy agradecida con mi hermosa amiga Liv-Scarlett que me animo a subirla, mi bella Killua tu aporte aquí fue indispensable, de verdad espero que les guste, y acepto todo tipo de opiniones, aunque claramente este primer capítulo fue más bien como una intro, besos para todos y espero actualizar pronto.
