LA OCASIÓN

ALGUNOS CAMBIOS

Comenzaba otro semestre en la preparatoria Shohoku; ahora se avecinaba el campeonato de invierno, y también, comenzaban etapas de cambios para todos los jóvenes de Shohoku.

-¡¿QUÉ? – exclamaron todos asombrados.

-No se preocupen muchachos, los acompañaré para el campeonato nacional.

-Pero profesor Anzai, ¿por qué no nos había dicho antes?

-No se había dado la oportunidad Miyagui – dijo sereno como siempre – pero, además de anunciarles que estaré ausente, también debo comunicarles otra cosa – todos asintieron – los dejaré en las mejores manos que puede haber, les pido que aprovechen el tiempo con su nuevo entrenador y aprendan lo que más puedan.

-¿Otro entrenador? – preguntó un poco decepcionado Mitsui.

-Sí, deberán hacerle caso en todo, aunque les cueste un poco Jojojo.

-Claro… - dijo un poco conmocionado aun por tantas noticias juntas el nuevo pequeño capitán – y, ¿Cuándo podremos conocerlo?

-Bueno… ya debería haber llegado – dijo mirando su reloj – no debe tardar – sonriendo como siempre.

-Oye gordito, pero volverás al campeonato ¿verdad? – Amasando su papada como siempre – recuerda que los menos talentosos necesitan tus enseñanzas jajaja.

-¡Ya déjalo Hanamichi! – Gritaban Mitsui y el capitán Ryota.

-Torpe…

-¡Rukawa!

En ese momento, se abre la puerta del gimnasio que da de inmediato al patio. Todos miraron de inmediato, nadie reconocía a esa persona.

-Lo siento Mitsuyoshi, no reconocía las calles – dijo entrando hacia el profesor.

-Jojojo no hay problema – todos miraban como esa persona se ponía al lado del profesor y estrechaba su mano, sin mencionar que lo tratara por su nombre.

-Asique… ellos son – dijo examinándolos con la mirada.

-Sí, son ellos – el profesor dirigió la mirada a sus estudiantes – muchachos, ella es Lena Auerbach, su nueva entrenadora.

-¡¿QUÉ? – nadie podía creerlo, ¡Era una mujer! Además, muy joven.

-Oye gordito, ya basta de bromas… - dijo divertido.

-No es broma Sakuragui, ella me sustituirá en los próximos meses.

-Pero, ¿Cuántos años tiene? – preguntó inevitablemente Mitsui apuntándola.

-Diez y ocho años.

-¡¿Diez y ocho? – todos estaban boqui abiertos, nadie daba crédito a lo que escuchaban, ella sonreía levemente.

-Pero ¿qué puede enseñarnos ella? ¡Es muy joven!

-Sakuragui, con ella estarán en las mejores manos – dijo con brillo en sus lentes.

Nadie podía creerlo, primero, el profesor se iba por recomendaciones médicas unos meses a otro lugar, y luego, serían entrenados por una notablemente extranjera que además, ¡Tenía diez y ocho años! Solo podía ser una broma… aunque viendo que el profesor hablaba muy enserio, no les quedó más que creer.

-Bueno muchachos, nos veremos en unos meses para ir al campeonato nacional. Confío en que lo lograran nuevamente; recuerden siempre que ustedes son muy fuertes – todos asintieron con determinación.

-Cuídese mucho profesor – haciendo una reverencia, todos la imitaron.

-Muchas gracias Ayako – dijo sonriéndole a ella y los demás – Lena, vamos a arreglar los asuntos pendientes – ella asintió, y se fue junto a él sin despedirse de ninguno de los muchachos con las manos en los bolsillos.

En ese momento, entran Kogure y Akagui que habían esperado para entrar, ya que era algo privado. Al ver las caras de todos, se preocuparon mucho.

-¿Sucedió algo?

-¡Cuatro ojos! – exclama sonriente Sakuragui.

-Veo que ya volviste, ¿estás mejor de tu lesión?

-¡Claro que sí! El talentoso Hanamichi Sakuragui volvió para llevar a su equipo al primer lugar jajaja – todos suspiraron.

-Nunca cambiarás cabeza hueca – dijo Akagui cruzado de brazos, luego miró al ojiazul – Rukawa, pensé que estarías en la selección.

-Hoy no me tocaba entrenar – contestó escuetamente.

-Ah ya veo.

-Oigan, ¿por qué tenían esas caras cuando entramos?

-Superior Kogure, lo que sucede es que el profesor Anzai se irá unos meses por salud – explicó la nueva segunda asistente, Haruko.

-¿Le sucedió algo malo?

-No, recomendaciones médicas.

-O sea que estarán solos…

-Eso pensábamos Akagui, pero resulta que aparte de darnos esa noticia, nos presentó a nuestro nuevo entrenador, bueno… entrenadora.

-¿Entrenadora? – preguntaron al unísono Akagui y Kogure.

-Sí, se llama Lena Auerbach y tiene diez y ocho años – dijo aun sin creérselo Mitsui.

-¡No puede ser! – exclamó Kogure, todos lo miraron asombrados.

-¿Qué sucede? – preguntó Ayako.

-No… debe ser una coincidencia, es imposible…

-¡Dinos que pasa Kogure! – exclamó Mitsui intrigado.

-¿No se han dado cuenta del apellido? – todos se miraron y luego negaron, cuatro ojos suspiró -Auerbach, ¡Él es el mejor entrenador de basquetbol de toda la historia!

-¡Es cierto! – Exclamó Ayako – será posible que ella y él…

-No lo sé… - dijo Kogure sin creérselo, todos estaban asombrados con el posible hecho que fuera así, pero no estaban seguros.

-Pues yo no sé quién sea, pero ninguna chica va a enseñarle algo a este jugador tan talentoso jajaja – rio como siempre con su posición característica.

-¡Hanamichi! – Lo regañó Ryota – si el profesor confía en ella, entonces nosotros también debemos hacerlo. Esto va para todos, deben tenerle mucho respeto y hacer lo que el profesor Anzai nos pidió, ¿Está bien?

-¡Sí! – gritaron todos.

-Aunque… no podemos negar que es muy hermosa…

-Oye Mitsuito, es nuestra entrenadora, no puedes fijarte en ella – lo molestó divertido.

-Era solo un comentario torpe, ¡y no me digas así! – exclamó enojado, Hanamichi rio como siempre.

Ese día entrenaron normalmente. Al terminar, los chicos fueron a los vestidores como siempre, mientras Haruko y Ayako arreglaban todo.

-Ayako, ¿Tú crees que esa chica sea quien cree el superior Kogure?

-No lo sé, pero de ser así, entendería por completo al profesor en confiar en ella. Ese entrenador, llevó a muchos equipos a la cima, es considerado el mejor de la historia, además también por sus excentricidades.

-¿A qué te refieres con eso?

-Su mal carácter, sus dichos y solo comer comida china – explicó riéndose – si ella es pariente de él, será muy interesante.

-Supongo – dijo Haruko – además, es una chica muy linda, pero viste raro ¿no?

-Pienso lo mismo, se ve como rebelde – dijo Ayako sonriendo de lado – es extraño ver a una chica con chaqueta de cuero, jeans totalmente ajustados, anillos y más de dos pendientes en las orejas.

-Sí, pero aun así, ella se veía… genial – dijo Haruko un poco emocionada – igualmente era hermosa.

-Rubia y de ojos calipso claros… - dijo Ayako mirando el techo – definitivamente, esto va a estar interesante… - ambas sonrieron.

[…]

Al día siguiente, Ayako y Ryota estaban charlando en clases como siempre en las mañanas antes de que llegara el profesor.

-¿Hoy vendrá la nueva entrenadora?

-No lo sé Ayako, no nos dijeron nada – contestó pensativo – pero la verdad, Hanamichi tiene razón en algo – Ayako lo miró curiosa - ¿Qué puede enseñarnos alguien tan joven?

-Eso no lo puedes saber… tendremos que esperar para saberlo, además, el profesor Anzai por algo confía en ella, tanto, que los dejó a ustedes en sus manos – Ryota asintió.

-Tienes razón... – contestó aun pensativo sobre el tema.

En eso, el profesor abre la puerta del salón, y todos proceden a sentarse en lugar que les corresponde. Deja sus cosas en la mesa y procede a escribir un nombre en la pizarra.

-Buenos días alumnos – saluda amablemente.

-Buenos días profesor – contestan todos al unísono.

-Antes de empezar la clase, les presentaré a su nueva compañera a partir de hoy. Pasa – le pide a la chica que estaba en el pasillo, ella asiente y lo hace. El profesor le hace un gesto para que se presente.

-Mi nombre es Sumire Ohmiya, un placer conocerlos a todos – se presenta haciendo una reverencia, todos empiezan a murmurar cosas.

-Sean amables con ellas – pide el profesor – siéntate ahí por favor – ella asiente y se sienta en lugar vacío cerca de la ventana tras de Ryota.

Ryota se pone un poco nervioso, ya que la chica era muy linda. Tenía unos ojos verdes claros preciosos, cabello negro azabache que le llegaba hasta mitad de espalda y una tez blanca preciosa, como de porcelana. Realmente muy hermosa.

Después de la clase, Ayako inmediatamente se presentó con ella y ofreció enseñarle el colegio, lo que la chica aceptó encantada. Le enseñó absolutamente todo y Ayako también le contaba sobre el equipo y los miembros, ella escuchaba con mucha atención todo, inmediatamente se habían hecho muy amigas.

-Deberías ir a ver la práctica, todas las niñas de la escuela lo hacen siempre… quizá le tomes el gusto – Ohmiya sonrió.

-Como recién me mudé a Kanagawa, no creo que pueda, tengo muchas que arreglar. Pero prometo que en unos pocos días iré sin falta – Ayako asintió.

-Me parece bien. ¿Te inscribirás a algún club? – Sumire asintió de inmediato.

-¡Sí! – Respondió emocionada – al club de natación, me encanta ese deporte –añadió feliz, lo que le sorprendió a Ayako.

-¿En Tokio también lo practicabas?

-Sí, siempre me ha gustado la verdad, aunque es mi hobby, ya que en realidad, quiero ser médico – Ayako casi salta de su banca.

-¡Yo también! Quiero ser internista y por eso me esfuerzo tanto en mis calificaciones – Sumire sonrió.

-Yo también, no es fácil estudiar medicina – Ayako hizo una mueca estando de acuerdo – yo quiero ser cardióloga – dijo con un poco de brillo en sus ojos, pero combinado con un dejo de tristeza.

-¿Estás bien? – pregunta Ayako notando la reacción de Ohmiya, ella niega de inmediato.

-Perfectamente, no me pasa nada – se excusó de inmediato, Ayako asintió sin creerle mucho, pero no quiso indagar más en el tema.

De inmediato Sumire estaba en boca de todos, los alumnos en los pasillos y en todos lados comentaban su belleza y su tan amable forma de ser. Sin duda se había vuelto popular desde el primer día, pero ella no tenía idea de absolutamente nada.

[…]

-Bien, ¡vamos calentar! – grita Ryota aplaudiendo con las manos.

-¡Sí! – exclaman todos.

Empiezan con el entrenamiento, mientras Haruko les toma el tiempo con el cronómetro. Entre tanto, Ayako arreglaba los balones y los implementos para practicar. Ryota era estricto, los hacía entrenar duramente. Luego de correr comenzaron a alongar para practicar pases. Luego de la práctica de pases, venía la práctica de tiros.

-Practicaremos dos contra dos, fórmense.

-¡Sí capitán!

Todos hacían caso, quizá no era alto como Akagui, pero igualmente daba miedo, sin contar su fama…

-¿Quién será el desafortunado que se enfrente a este genio? Jajaja – rio en su posición de Talentoso.

-Desafortunado… – dijo irónico el ojiazul.

-¡Maldito Rukawa! – gritó apuntándolo.

-¡Hanamichi! Ya vamos a empezar la práctica - el pelirrojo siguió gruñendo.

Cuando salió Rukawa, obviamente todas gritaban a más no poder. Haruko como siempre estaba con corazones en sus ojos, asique Sakuragui decidió lucirse, y que mejor que tener a Rukawa de oponente.

-¡Ahora verás zorro! – gritó mientras llevaba el balón a la canasta

Saltó para hacer una clavada, pero Rukawa empujó el balón que dio un bote en el tablero y quedó en manos del ''compañero'' de Rukawa.

-¡Hanamichi! ¡Eres un estúpido! – gritaban sus amigos.

-¡Ya cállense miserables!

-Jajaja– el ejército reía.

-No te preocupes Sakuragui, ¡yo sé que tú puedes!

-Haruko… - suspiró sonrojado.

-Hanamichi ¡concéntrate! – lo regañó Ryota.

-Ay está bien – dijo haciendo una mini rabieta, y salió persiguiendo a sus contrincantes.

Estaban en eso, entre los gritos de las animadoras de Rukawa y las risas del ejército, cuando Ryota ve a la misma persona del día anterior entrando. Todos los que estaban observando la práctica la miran, ya que nadie sabía quién era; los chicos paran de inmediato de entrenar y el capitán se acerca a ella.

-Hola señorita Auerbach, es un placer tenerla aquí – dice haciendo una reverencia.

-Hola – dijo ella con su tono de voz ronco, pero muy cautivador – por favor, reúne al equipo.

-Sí – acata el de inmediato y aplaude – ¡reunión de equipo!

Ella avanza junto a Miyagui y todos la rodean, todos nerviosos por su belleza, pero expectantes de saber cómo era, ya que con suerte había hablado.

-Como les dijo Mitsuyoshi ayer, soy su entrenadora. Antes que nada, díganme Lena, el que no lo haga será castigado – dijo seria, todos asintieron. Con esos ojos penetrantes, daba miedo.

-Como usted diga – se apresuró a decir Ryota.

-¿Eres el capitán verdad?

-Sí, Ryota Miyagui.

-Ya los conozco a todos – dijo llevándose las manos a los bolsillos de su jeans – Lamento decir que no soy tan amable como su director, ténganlo presente – todos tragaron saliva - ahora, harán un partido. Kakuta, Rukawa, Yasuda, Sakuragui, Ishi, un equipo; el otro, Miyagui, Mitsui, Kuwata, Sasauka, Shiozaki – se dio media vuelta y se apoyó en la pared de brazos cruzados.

Todos rápidamente hicieron lo que les dijo, sin reclamar nada, se notaba muy estricta. Rukawa estaba intrigado, ¿acaso ella sería tan buena que el profesor la dejó a cargo? Le gustaría comprobarlo.

-Ayako – la manager que reaccionaba igual que todos, se acercó un poco nerviosa.

-Dígame.

-Tú tienes los registros de los partidos de este año ¿no?

-Sí, están todos en una carpeta en mi locker.

-Bien, ve a buscarlos por favor – ella asintió.

-Claro, enseguida regreso – se dirigió a Haruko – Serás árbitro mientras traigo unos papeles.

-Pe…pero.

-Volveré enseguida, descuida – le sonrió, Haruko asintió tomando el silbato.

Todos estaban listos, Kuwata con Sakuragui iban a saltar.

-A ver si puedes ganarle a este genio jajaja – Kuwata tragó saliva.

Haruko se acerca y se pone en medio, lanza el balón al aire y retrocede. Obviamente lo gana Sakuragui y lo recibe Rukawa.

-¡Buen pase Hanamichi! – grita Takamiya.

-¡Cállense miserables! – responde enojado, siguen riéndose.

Lena observaba todo con detenimiento. Se fijó en ciertas cosas muy especiales que quería verificar, sin duda eran un gran equipo, pero necesitaban pulir muchas cosas significativas, partiendo por la rivalidad de Rukawa y Sakuragui que entorpecía el juego.

Pasados unos minutos, llega Ayako y le entrega la carpeta. La chica de ojos calipsos comienza a verla, y subía también la mirada para ver el juego.

-¿Quién será ella?

-No lo sé Oockus, pero se me imagina que debe ser la entrenadora que nos dijo Hanamichi.

-Pues es hermosa – dijo baboso Takamiya.

-Es cierto, y así seria se ve más sexy – corroboró Oockus.

El partido terminó, había ganado el equipo del capitán. Lena le hizo un gesto a Miyagui para que reuniera al equipo, lo que hizo de inmediato.

-Hay muchas cosas que faltan en este equipo, muchísimas – dijo seria entregándole la carpeta a Ayako sin verla, los chicos bajaron la mirada y algunos se ofendieron un poco – pero, lo esencial lo tienen – añadió sonriendo leve, nadie sabía de qué hablaba.

-Debe referirse a este jugador tan talentoso jajaja.

-Torpe…

-Maldito Rukawa – dijo gruñendo levantando un puño.

-¡Tranquilízate Hanamichi! – regañó Ryota, Lena miraba divertida al pelirrojo, le gustaba esa actitud.

-Desde mañana correrán más tiempo antes de empezar y practicarán por quince minutos distancias cortas.

-¿Distancias cortas? – preguntó Sakuragui con un signo de interrogación en su cabeza.

-Correr de un extremo al otro de la cancha una y otra vez – explicó Mitsui suspirando.

-Eso no es nada para este genio jajaja

-Me alegro, porque hoy te quedas hasta más tarde, igual Rukawa – ambos se sorprenden – los demás, pueden irse – dijo sentándose en la silla que era para el profesor Anzai.

-Claro, muchas gracias señorita por aceptar entrenarnos – dijo Ryota haciendo una reverencia.

Ella solo asiente y todos se van, muy curiosos por que sus compañeros se quedaban. Los dos chicos no sabían que hacer, solo atinan a acercarse.

-Antes que nada, cierren las puertas – ellos asienten.

Las niñas al ver acercarse a su amor gritan, pero este les cerró la puerta en la cara.

-No me esperen muchachos y lleven a Haruko a casa – pidió Sakuragui cerrando de inmediato, ni siquiera pudieron contestarle, cuando ya no estaba.

-Bueno… tendremos que esperar a Haruko – dijo Yohei.

-¿Que le dirá a Hanamichi y Rukawa esa chica?

-No lo sé gordo, pero la curiosidad me mata.

Ambos chicos se acercaron a su nueva entrenadora, esta se puso de pie y puso las manos en sus bolsillos.

-Vi un video del partido contra Sannoh, ustedes hacen una excelente combinación.

-Él solo asistió una jugada, el talentoso aquí soy yo – dijo Sakuragui desviando la mirada con una mueca, Rukawa Suspiró.

-Es precisamente esa disposición que tienen la que afecta al equipo – ambos la miraron sorprendidos – deben aprender a jugar en equipo los dos, los problemas personales, que no tengo idea cuales sean, se quedan fuera de la cancha, sobre todo para ti Sakuragui.

-¡Ni muerto hago dupla con este zorro apestoso! – exclamó enojado.

-Idiota.

-¡¿Qué me dijiste imbécil? – ella se puso a reír, y ellos se callaron mirándola.

-Está bien, son muy tercos para entender con palabras asique haremos un trato – dijo sonriendo leve, ellos no entendían – ustedes dos jugarán contra mí ahora, si pueden encestar aunque sea solo una vez, no les pediré nada, es más, serán los únicos que podrán desobedecerme cuando quieran, ¿qué dicen? – pregunta levantando una ceja.

Ambos quedaron asombrados por esa propuesta.

-Igual tendríamos que jugar juntos… - dice Rukawa, que no le desagradaba la idea, ya que ella se mostraba confiada y por lo que dijo Kogure, tenía mucha curiosidad. Rukawa sabía perfectamente quien era Arnold Auerbach.

-Solo será una vez, ustedes deciden, pero rápido - dijo mirando el techo.

-¡No jugaré con este zorro! ¡Ya lo dije!

-Pensé que no eras cobarde – lo provocó desviando la mirada rascando su cabeza.

-¡¿Que dijiste? ¿Cobarde yo? – ella asiente mirándolo desafiante.

-Ya verás, ¡caerás contra este genio! Además, te darás cuenta que yo solo puedo vencerte, asique ¡acepto!

-¿Y tú? – le pregunta a Rukawa.

-Está bien, acepto – ella sonríe.

-Bien, yo tendré que hacer diez puntos, sin embargo, si ustedes hacen solo uno, ganan.

-¡JÁ! Ya verás que te haré diez puntos – ella solo sonríe.

Lena se saca su chaqueta y un cole que tenía en su muñeca, se hace una cola de caballo, lo que realzaba más su hermoso rostro. Estaba solo con una polera blanca ajustada manga corta, jeans ajustados completamente y zapatillas beige.

-Empieza tu – dice arrogante Sakuragui, ella asiente boteando el balón.

-Te advierto zorro, ¡no me estorbes!

-Lo mismo digo…

Los tres se pusieron en posición en el centro.

-Ahora… - dice Lena boteando – ¡ya!

Ambos se acercan rodeándola y ella solo boteaba, pero sin que se dieran cuenta, demasiado veloz de hecho, pasa el balón entre las piernas de Sakuragui, y haciendo un pivote, sale de su marca para tomar el balón. Corre muy rápido, incluso para ellos dos que la perseguían con todas sus fuerzas, y anota con un tiro sencillo.

-Vamos, jueguen enserio – pide pasándole el balón a Rukawa, ambos reaccionan al ver la capacidad de la chica, ambos se molestan.

"Ya verás que ganaré" piensan al mismo tiempo ambos.

Ella se pone en posición para defender su canasta en el centro. Rukawa avanza y Sakuragui marcaba a Lena. El ojiazul corre a la canasta y ella se desmarca con facilidad, corriendo tras Rukawa, el chico salta para hacer una clavada, pero ni siquiera se dio cuenta cuando una mano le arrebata el balón y choca contra el tablero. Rukawa abre los ojos a más no poder por eso.

Sakuragui recibe el balón y ella rápidamente se lo quita con un suave toque por debajo de este haciendo que se eleve, luego da un manotazo y lo envía lejos.

-¡Tarado! – lo regaña Rukawa al ver que se lo robaron de inmediato.

-¡¿Qué te pasa Rukawa? – grita yendo junto con él persiguiendo a la chica, pero ésta ya estaba encestando un tiro con salto.

-Cuatro, cero – dice sonriendo, los chicos la miran con furia, ella solo se limitó a seguir sonriendo.

Era el turno de Lena, ella boteaba el balón yendo hacia el centro, pero ellos estaban como una barrera. Se acerca y les da la espalda, ellos la rodean como en el principio, pero Lena rápidamente finge que lanzará y Sakuragui salta, lo que ella aprovecha y avanza.

Rukawa la sigue de cerca alcanzándola, Lena se detiene de súbito haciéndole una finta con la mirada y Rukawa se da cuenta que la chica quedó atrás, lanza preciosamente, canasta de tres puntos.

-Siete, cero – dice lanzándole el balón ahora a Sakuragui.

"Maldita sea, es muy rápida" piensa Rukawa cansado, con solo eso ya se había cansado. Sakuragui, estaba inmóvil maldiciendo, no podía creer que le estuviera dando una paliza.

Lena se pone en el centro esperando que ellos avancen. Sakuragui tenía una mirada seria y boteaba el balón, ahora veía que ella era muy buena. Apura el dribleo, y comienza a correr contra Lena.

-¡Pásamela! – grita Rukawa, pero Sakuragui no escucha y sigue.

Lena lo intercepta y se lo quita de un manotazo.

-¡Maldición! – exclama Sakuragui furioso tras de ella, igual Rukawa.

Ella llega a la línea de tres puntos y tira antes que pudieran hacer algo.

-Diez – dice antes incluso que el balón entrara, y luego… lo hace.

Los chicos respiraban agitadamente, se apoyaban en las rodillas, aun no podían creerlo.

-¿Quién rayos eres tú?

-Tu entrenadora Sakuragui – responde recogiendo el balón – quizá, si hubieran jugado en equipo, podrían haber encestado.

-¿Quizá? – Rukawa no pudo evitar preguntar.

-Sí, quizá. Y, como yo gané, ustedes me harán caso. Asique, de ahora en adelante, sus problemas personales, quedan fuera de la cancha. No en el entrenamiento ni en ningún otra parte, solo en los partidos, ¿queda claro? – ambos apretaron los puños y asienten, tendrían que soportarse, lo que odiaban…

-¿Es cierto lo que dijo cuatro ojos?

-¿Quién es ese? – interrogó confundida yendo a las bancas, haciendo con un gesto para que ellos la siguieran.

-Ah, se llama Kogure, era el sub capitán.

-¿Y qué dijo?

-Que quizá estabas emparentada con un entrenador famoso, por tu apellido.

-Ah eso, pensé que no se habían dado cuenta – dijo sonriendo.

-¿Entonces es cierto? – Rukawa estaba emocionado, él era reconocido, había llevado a la cima a muchos, le agradaba mucho la idea.

-Sí, es cierto, él me entrenó personalmente – Ambos se sorprendieron mucho.

-Y, ¿de qué conoces al gordito? – ella rió un poco, le gustaba ese apodo.

-Conozco a mucha gente de éste ámbito – dijo bebiendo agua de su botella – pero, él es especial – añadió sonriendo – en fin, muchas preguntas – dijo frunciendo el ceño – ahora, Sakuragui, puedes irte, tu Rukawa quédate -El ojiazul quedó sorprendido.

-¿Lo entrenarás en secreto? Que mala eres, desperdicias el tiempo con este zorro apestoso, deberías aprovecharlo en un genio como yo – dijo apuntándose con su posición de talentoso.

-Vete con cuidado Sakuragui – dijo dándole a entender que no respondería nada más.

Sakuragui gruñó y asintió de mala gana. Se fue a los vestuarios y el ojiazul se quedó ahí, esperando que Lena le hablara.

-Kaede Rukawa ¿verdad? – preguntó miraba unas hojas.

-Sí.

-Mmm – dijo pensativa, luego cerró la carpeta mirándolo – te he visto jugar, eres bueno – el chico se sintió aliviado, no se lo decía cualquier persona.

-Gracias.

-Sin embargo – dijo sentándose – hay algo que no te permite progresar como tu quisieras, ¿me equivoco? – Rukawa abrió los ojos, no sabía que decir. Kaede sabía que eso era cierto pero no pensó que nadie lo notara, ni siquiera él sabía porque pasaba eso – el basquetbol, no se trata solo de técnicas, habilidad y querer ser el mejor, también se trata de otras cosas.

-¿Otras cosas?

-Sí, pero esas cosas, no te las puedo decir yo – Rukawa apretó los puños y bajó la mirada frustrado – te haré una pregunta, solo una – Rukawa la miró intrigado – ¿eres feliz?

[…]