CAPITULO 1
MISIÓN: RESGUARDAR AL GATO
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– ¡Ahhh que porquería! – Se quejó cerrando los puños y moviéndolos de arriba a abajo de forma exagerada. - Yo realmente quería una misión rango S, estoy harto de estas misiones para novatos.
– ¡¿A quién llamas novato Naruto niichan, kore? – Preguntó Konohamaru con los brazos cruzados.
– Ya cállate Naruto. – Le respondió Kiba. Akamaru ladró como si apoyara el pedido de su dueño. – Estuviste dos años de vacaciones, ya va siendo hora de que vuelvas a aportar a la aldea. - Tanto Kiba como Akamaru seguían olfateando el aire, intentando que la voz de Naruto no los distrajera.
– ¿Cómo se supone que voy a lograr superar a Sasuke de esta forma? – Volvió a alegar Naruto, poniendo sus manos atrás del cuello mientras caminaba dando grandes zancos con la boca un tanto estirada.
Se sentía muy molesto de que lo hubiesen mandado en una misión de rango D, sobre todo considerando que estaba ahí con Konohamaru, como si ambos fuesen del mismo nivel. La noticia de que todos los de su edad ya fuesen Chounin e incluso Neji un Jounin lo tenía de muy mal humor. Después de todos sus esfuerzos en el torneo, e incluso habiéndole ganado a Neji y pasando a las semi finales… seguía siendo un gennin. Sentía que la abuela Tsunade lo estaba humillando al mandarlo a buscar un gato. ¡Un gato! ¡Buscar gatos era algo que hacía cuando era un niño!
– Tu primera labor es ser un buen ninja, preocúpate de Sasuke después. – Agregó Shikamaru suspirando con las manos dentro de los bolsillos. - Que problemático eres.
– Tengo hambre… ¿Cuánto falta para llegar?– Preguntó Naruto escuchando como su estómago comenzaba a hacer sonidos quejumbrosos producto de haber estado todo el día caminando.
– Estamos a un día. – Respondió Shikamaru, el líder del grupo. – Pero ya debemos estar por llegar al campamento base.
– ¡Aaaaaah! ¡Ero-sennin me dijo que me iba a enseñar un nuevo jutsu cuando volviera de esto! – La mera idea de que estaba perdiendo tiempo de entrenamiento por estar buscando a un gato perdido en una aldea lo irritaba profundamente. - Deberíamos apresurarnos.
– ¿Una nueva técnica? ¡También quiero aprenderla, kore! – Gritó Konohamaru tomándole el brazo a Naruto.
– Estoy seguro que no es una técnica que un niño pueda aprender jejejeje. – Se rió Naruto burlándose de Konohamaru.
– Yo puedo aprender cualquier técnica, ¡Soy tu rival! ¡Llegaré a ser Hokage antes que tú! – Lo increpó Konohamaru enseñándole un puño listo para aceptar el desafió de pelea. – Incluso he mejorado tu Sexy no Jutsu de pobre. ¡Ahora es una técnica con estilo y clase kore!
– ¿Te crees que estos últimos dos años de viaje los pasé jugando? ¡También he mejorado el Oiroke no Jutsu! Los grados de perversión que aprendí con Ero-sennin no pueden ser superados aún por alguien de tu edad, ni por nadie. Vi cosas… que alguien de mi edad nunca debió ver. – Insistió Naruto mientras que Kiba, Akamaru y Shikamaru suspiraban los tres al mismo tiempo por la discusión sin sentido que estaba desarrollándose. A veces, Konohamaru y Naruto realmente parecían hermanos. - He perfeccionado el oiroke no jutsu, no hay nadie que se me pueda comparar jejejeje.
La boca de Konohamaru se abrió de sorpresa al ver que Naruto estaba hablando en serio, que de hecho, había perfeccionado el Sexy no Jutsu a niveles que él no podía alcanzar.
– ¡Naruto Niichan! ¡Enséñame esta grandiosa nueva técnica! – Comenzó a insistir.
– Jamás. – Respondió volteándole el rostro y cerrando los ojos. - Es mi ultimate sexy Uzumaki attack.
– ¡Anda te invitaré a comer ramen luego kore!
–Ey, Shikamaru. – Comenzó Naruto ignorando las súplicas de Konohamaru. A decir verdad, aun no estaba seguro de por qué lo habían traído con ellos. Seguramente la abuela Tsunade lo quería torturar por estar dos años fuera de Konoha. - ¿Por qué no corremos para llegar allá más rápido?
– Cuantas veces te tiene que decir Shikamaru que no podemos llegar de un momento a otro. – Lo increpó Kiba montado en Akamaru. - Esta misión es muy importante, no sólo para la Villa, sino que para todos nosotros, como grupo. No se trata de cualquier cosa, Neji, Tenten, Lee, Kakashi-sensei y Gai-sensei ya están en Caverna del Agua. Shino nos está esperando en el campamento base. Shikamaru ya te dijo que debemos estar por llegar.
– Neji, Gai-sensei, Tenten, Lee, Shikamaru, Konohamaru, Shino, Kiba, Kakashi-sensei y yo… ya somos diez shinobis para una misión tan sonsa. ¿Qué es lo que está pasando? ¿Acaso me están mintiendo? ¿No íbamos a recuperar a un gato perdido? – Preguntó Naruto quejumbroso.
– Eres un completo idiota Naruto, ¿Por qué no pones atención cuando te hablo? – Preguntó Shikamaru suspirando. - Es problemático tener que estar repitiendo todo tres veces cada vez que hablamos. – Se tomó la cabeza mirando por el camino. Al mismo tiempo, Naruto se dio cuenta que tanto Kiba como Akamaru estaban olfateando el aire. – Somos los últimos en pasar por este camino al Refugio de la Roca en Caverna del Agua, pasado el bosque de cerezos. Si estamos caminando es porque Kiba y Akamaru han estado olfateando para asegurarse de que nadie nos ha seguido ni que haya personas escondidas. Este es el único camino para llegar a ese lugar. Esta misión es secreta, por ello la clasificamos como D para no levantar sospecha. La aldea ha estado enviando shinobis al lugar cada 3 días, pero podría incluso llegar a convertirse en una misión tipo S. Te he dicho cuatro veces que el nombre de la misión es "Resguardar al Gato", no que la misión se trate sobre un gato literalmente.
Shikamaru seguía pensando que hubiese sido mucho mejor haber traído a Chouji y a Ino en esa misión, lamentablemente, ambos se encontraban con Asuma en el país de las aguas termales en una misión con el señor Feudal de ese lugar. Realmente los envidiaba.
Por su parte estaba condenado a caminar junto a Naruto, Kiba y Konohamaru. Eran ordenes directas que los cuatro revisaran el camino con cuidado pues, atrás de ellos a 30 minutos de distancia venía la caravana. Era importante asegurarse de que nadie los pudiese atacar. La ceremonia en Refugio de la Roca era sagrada y no podía ser interrumpida ni puesta en peligro, sobre todo considerando la cantidad de personajes importantes de todas partes del País del Fuego que se habían reunido para viajar junto a la caravana. Había varios señores Feudales, incluso algunos que no eran precisamente del país del Fuego. Ese evento sólo ocurría una vez por generación después de todo.
Shino y algunos de las casas menores de los hyuga habían preparado un campamento en donde harían la última parada antes de llegar a destino en Caverna del Agua. Sabía que junto con la caravana principal venían viajando Anko y algunos miembros de ANBU. También se encontraba ahí Tsunade y el nuevo Kazekage del la Aldea de la Arena. Así de importante era la ceremonia para Konoha, después de todo, no era cosa de cualquier día que todos los miembros del clan Hyuga se reunieran, poniendo en peligro uno de los tesoros más grandes de la Villa, el Byakugan.
– Naruto, ¿Me estas poniendo atención? – Preguntó de nuevo Shikamaru, pero estaba seguro que Naruto no había entendido ni si quiera la mitad de las cosas que estaba diciendo.
– ¿Pero por qué tanto escándalo por una misión de rescatar a un gato? – Volvió a preguntar Naruto. Shikamaru suspiró y se dio por vencido. - ¿Cómo podría convertirse una misión de rescatar un gato a una misión clase S? ¿Acaso este gato tiene el secreto de algún jutsu prohibido? ¿Le debe dinero a alguien?
– No hay caso contigo. – Dijo Kiba y Akamaru ladró. – Lo sé Akamaru… créeme que lo sé. – Akamaru volvió a ladrar y gruñir algunas cosas que sólo Kiba parecía entender. Tanto Konohamaru como Naruto lo quedaron mirando un tanto sorprendidos. – Así es Akamaru. Ey Kiba, están a dos kilómetros y medios al sur del camino, Shino está a un kilometro hacia el norte.
– Bien. Todo debería ir de acuerdo a lo programado. – Dijo Shikamaru, mirando la posición del sol. Si tenían suerte llegarían al campamento justo al momento en que oscureciera.
– ¡Sólo un kilometro! – Gritó Naruto muy entusiasmado. – Ya puedo saborear el delicioso ramen que me comeré… - Naruto era de los shinobi que solía llevar ramen de tres minutos, al cual sólo había que añadirle agua hirviendo.Se sacó la mochila que llevaba en la espalda y comenzó a revisar sus provisiones para ver que iba a cenar. - ¿Y quién se supone que está a dos kilómetros al sur del camino?
– Te lo explicaré cuando lleguemos. – Dijo Shikamaru preguntándose a sí mismo por qué Naruto tenía que llegar justo antes de que saliera de misión. Si hubiese llegado un día después habría podido ir sólo con Kiba, que de por si tenía la misma manía de Naruto a exasperarlo. La verdad, Konohamaru, Kiba y Naruto eran muy energéticos y exagerados, no sabía por qué Tsunade lo había puesto como líder de un grupo así. Los tres juntos eran una bomba de tiempo esperando explotar. - Por ahora pon atención al camino.
– Oi, Shikamaru-sensei. – Preguntó de la nada Konohamaru que ya se había cansado de insistir en que Naruto le enseñara el nuevo jutsu pervertido. - ¿Está tú novia en el Refugio de la Roca también?
– ¿De qué estás hablando? – Shikamaru intentó hacerse el desentendido pero hasta Kiba sonrió en silencio con la pregunta. Si un niño como Konohamaru podía darse cuenta, era realmente inútil de parte de Shikamaru intentar esconderlo.
– De esa chica de la aldea de la Arena que estaba contigo organizando el torneo. – Eso pareció capturar el interés de Naruto, que hasta ese momento se encontraba revisando su comida. – La que lleva el abanico gigante.
– ¿Una chica de la aldea de la Arena con un abanico grande? – Los ojos de Naruto se entrecerraron mientras se acercaba a Konohamaru indiscretamente. - ¿No te estarás refiriendo a…? – Naruto recordaba que cuando había llegado a Konoha con Ero-sennin, Shikamaru se encontraba dando vueltas por la aldea con la hermana de Gaara. Se tapó la boca para disimular la risita burlona.
– Supongo que está hablando de Temari. – Respondió Kiba pícaramente, Akamaru ladró también.
– Sí, esa chica con el kimono negro kore. – Agregó Konohamaru, sin notar la complicidad entre Naruto y Kiba que ya comenzaban a prepararse para un interrogatorio a gran escala con la intensión de irritar a Shikamaru.
– Sólo estábamos organizando el torneo juntos. Me designaron como el representante de Konoha para guiar a los que llegaban de la aldea de la Arena y a ella le pidieron que llevara a los candidatos de su aldea a Konoha. – Respondió Shikamaru indiferente y fingiendo poco interés, aunque, el poco interés era algo tan habitual en él que le lucía bastante normal. Aun así, Kiba se dio cuenta que se había esforzado demasiado en intentar explicar su relación con ella. - No es mi novia ni nada por el estilo. Las mujeres son muy problemáticas.
– ¿Pero ella vendrá también? – Preguntó Kiba mientras que Akamaru se detenía a olfatear una piedra.
– Sí. – Respondió rápidamente Shikamaru, lo cual corrigió para mostrar poco interés. - Supongo. No lo sé.
– Bueno, ¿Viene o no viene? – Preguntó Naruto tapándose la boca nuevamente, de lo contrario dejaría escapar su risa burlona.
– Les hablaré de eso cuando lleguemos al campamento. – Respondió Shikamaru, después de todo no sabía si podría haber algún espía esperándolos o alguien los pudiera escuchar.
– Oi, Akamaru dice que es por aquí. – Dijo Kiba saliendo del camino y metiéndose entre algunos árboles de cerezo que en esa época estaban en flor.
- ¿Estás seguro Akamaru? – Preguntó Shikamaru.El perro ladró dos veces. Estaba muy acostumbrado al olor de Shino.
– No te preocupes, tú mismo dijiste que sólo hay un camino al Refugio de la Roca en Caverna del Agua. – Akamaru se salió del camino y comenzó a adentrarse entre los arbustos con Kiba sobre él. - Y no es precisamente este camino, es por acá.
– ¿Y como lo conoces tú Kiba? Pensé que era secreto. – Preguntó Naruto rascándose la cabeza.
Esa misión cada vez le jodía más la vida. Estaba siguiendo a Kiba metiéndose entremedio de las ramas, raspándose el cuerpo con los arbustos espinosos. Konohamaru también lo siguió aunque se le enredó su larga bufanda azulada y tuvo que tirar bastante para poder seguir. Shikamaru sólo suspiró, entendiendo la razón por la cual Tsunade lo había mandado con Kiba. Aun así, le molestó bastante que no le dijeran todos los detalles de la misión en que se había metido.
– No es la primera vez que vengo. – Respondió Kiba. - Shino, Hinata y yo entrenamos muchas veces ahí, en los alrededores de Caverna del Agua... está prohibido para cualquier entrar a Refugio de la Roca.
Si Kiba no hubiese mencionado a Hinata a Naruto se le habría olvidado su existencia. Había pasado tanto tiempo sin verla. Se preguntó como seguiría la tímida prima de Neji. Si bien era parte de los rookie de Konoha, habían pasado años en que no la veía ni compartía una misión con ella. Por un lado pensó que hubiese sido bueno que la chica hubiera sido designada en la misión, sus cremas de sanación eran bastante buenas y muchas veces durante su entrenamiento lejos de Konoha se las había puesto luego de que Jiraiya lo moliera a golpes, recordándola con una sonrisa. Si la veía cuando volviera a Konoha le daría las gracias. Su crema le había salvado en varias ocasiones de que se le llenaran de ampollas las manos.
Pero así como le hubiese gustado que Hinata los hubiera seguido, también deseó que Sakura-chan estuviese ahí. Por lo que había experimentado después de ser golpeado por ella, su compañera de equipo no había estado perdiendo el tiempo esos años. Se había convertido en un médico ninja y si se metían en problemas, Sakura-chan conocía a la perfección el estilo de pelea de Naruto, lo cual le hacía bastante sencillo convivir con ella… además… Sakura-chan era la chica de la cual estaba enamorado desde niño.
Caminaron alrededor de treinta minutos bajo los árboles de cerezo. Si Kiba no los hubiera guiado estaba seguro que se habrían perdido. Todo se veía igual. Algo bueno tenía Kiba y eso era su nariz, aunque sus bromas eran realmente insoportables. ¿Acaso quería quitarle el papel de payaso del grupo?
No, esos días de ser un completo idiota estaban atrás. Ahora era un hombre, había madurado, ya no podía seguir siendo un…
….Pprrrrrrrr….
– ¡Hijo de puta! – Gritó Kiba tapándose la nariz horrorizado, mientras que Akamaru chillaba de asco. - ¡Te tiraste uno!
– Jejejeje. – Rió Naruto llevando una mano a la cabeza sonrojándose un poco. – Se me olvida que tú hueles todo Kiba.
– ¡Dios! ¿Qué mierda comes Naruto? – Gritó Kiba lleno de rabia y asco. Estaba volviéndose verde lentamente y se podían escuchar sus arcadas y las de Akamaru.
– Y yo que pensé que había madurado… - Murmuró Shikamaru mientras que Konohamaru reía dándole una palmada en la espalda a Naruto, felicitándolo por su gran broma. - Intenta no hacer cosas como esa Naruto, la nariz de Kiba es mil veces más potente que la tuya o la mía y la necesitamos activa en este momento.
– Lo siento… - Murmuró Naruto un tanto avergonzado pero aún así riéndose de la forma en que Kiba estaba tosiendo en el piso. - ¡Si tampoco es para tanto!
– Naruto niichan, ¡Ya sé cómo puedo vencer a Kiba en combate kore! – Anunció entusiasmado Konohamaru levantando un puño en el aire.
– Yo ya lo he vencido así antes. – Dijo Naruto recordando las preliminares de su examen Chounin. Shikamaru sólo suspiró.
Después de perder alrededor de 10 minutos para que el aire se limpiara del hedor de Naruto, la nariz de Kiba pudo volver a activarse para seguir el olor de su compañero de equipo. Caminaron otra hora, al punto de que el sol se puso detrás de los árboles. Todo estaba con un ambiente rojizo, listo para el anochecer.
Naruto iba bostezando y quejándose de que tenía hambre. Shikamaru iba con las manos dentro de los bolsillos mirando con cuidado de lado a lado, asegurándose de que los bosques de cerezo fuesen seguros para la caravana de personas importantes que venían atrás de ellos. Konohamaru iba balbuceando sin parar sobre haber aprendido una técnica de Naruto mientras éste había estado ausente. Kiba por su parte iba callado, olfateando.
Shikamaru se preocupó un tanto por él. Sabía lo nervioso que se sentía por todo el asunto y lo mucho que había insistido en que todo saliera bien, que debía salir bien por ella. Shikamaru lo entendía a la perfección.
Aunque en la academia Ninja no todos eran tan amigos, los grupos gennin que se habían formado los habían unido. Si hubiese sido Chouji o Ino en la posición de Hinata, Shikamaru hubiese hecho todo lo posible para que las cosas resultaran de manera perfecta. Era sólo lógico que tanto Shino como Kiba quisiera que esos días pasaran de la mejor forma posible para su compañera de equipo.
Las primeras estrellas habían aparecido en el cielo cuando dieron con el campamento, si es que campamento se le podía llamar a eso. La verdad, era tienda tras tienda de alta calidad, de lujo, esperando la comitiva de personas importantes que estaban por llegar. A lo lejos, Shikamaru vio a Shino dando instrucciones a todos para encender fuego, hervir agua, poner a calentar comida, y acomodar las camas dentro para los señores feudales y los miembros importantes de otros clanes de Konoha que habían viajado para la ceremonia.
– ¡Cuánta comida! – Naruto gritó con una gran sonrisa. - ¿Es para nosotros? – Comenzó a correr acercándose a los ninja que transportaban las bandejas de delicias esperando a todos. - ¡Y yo que me había quejado por venir!
– No es para nosotros tarado. – Le dijo Kiba mientras se bajaba del lomo de Akamaru.
– ¿Entonces para quién es? – Shikamaru y Kiba se miraron el uno al otro, pensando si decirle o no a Naruto el resto de la misión. – Esta misión cada vez se vuelve más irritante.
– Vengan todos, vamos a dejar nuestras cosas en la carpa que nos designen. – Dijo Shikamaru caminando hacia Shino.
El chico estaba cubierto casi por completo en una chaqueta negra con capucha y una bufanda que le tapaba la mitad de la cara. Mantenía sus ojos escondido bajo gruesas gafas negras, aunque no había nada de sol ya. Los ninjas a su alrededor estaban prendiendo luces que colgaban desde las ramas de los arboles. El campamento así comenzaba a iluminarse de a poco.
– Llegan 10 minutos y 50 segundos tarde. – Les dijo Shino con algo de frialdad, caminando para darles la bienvenida. Naruto lo quedó mirando, intentando recordar quién era ese sujeto. – Veo que has vuelto de tu viaje con Jiraiya-sama, Naruto.
– Emm… estem… ¿Cómo sabes mi nombre? – Tanto Kiba como Shikamaru se tomaron las cabezas sin creer lo despistado que podía llegar a ser Naruto. Aunque se viera más alto, seguía actuando como el mismo niño que había abandonado la aldea dos años y medio atrás. - ¿Nos conocemos de algún lado? ¿Te debo dinero o algo? Jejejeje.
No era realmente culpa de Naruto no saber de quién se trataba. La voz de Shino había cambiado un tanto, ya no era un niño después de todo. Además, estaba cubierto completamente, apenas se le veía la piel entre la nariz y la frente. Sin mencionar, que Naruto era despistado por naturaleza. Aun así, Shino suspiró, sintiéndose un tanto ofendido de que alguien que consideraba uno de sus amigos ni si quiera supiera quién era él.
– Sin duda ha pasado mucho tiempo. – Dijo Shino con voz gélida, sin moverse un centímetro aun con las manos dentro de los bolsillos. – Aún así, deberías ser capaz de acordarte de un compañero ninja de tu misma aldea. De lo contrario, podrías realmente irritar a alguien o incluso herir sus sentimientos al no recordar a las personas que han peleado a tu lado, codo a codo. – Un bicho comenzó a caminar por la cara de Shino, a lo cual Naruto tuvo una cierta idea de quien se podía tratar. - ¿Ya lo dedujiste?
– Estem… ese tono de voz… esos sermones… esos bichos asquerosos… - Naruto estaba contando las cualidades de ese individuo con los dedos, hasta que una bombilla de luz se prendió en su mente. - ¡¿Shino?
– Mis insectos no son nada asquerosos. – Respondió Shino sin moverse.
– Eso crees tú… - Murmuró Naruto, pero antes de que pudiera decir nada más Akamaru se adelantó junto con Kiba.
– ¡Shino! – Gritó Kiba con alegría, no estrecharon la mano ni nada por estilo, pero se notaba que había algo particular en la forma en que se saludaban. Akamaru ladró olfateándolo. - ¿Todo en orden por acá?
– Sí. – Respondió el de las gafas oscuras. - ¿Qué tal por el camino? ¿Algo extraño?
– No, nada. – Respondió Kiba. - Todo en orden.
– Bien. – Dijo Shino mientras comenzaba a caminar. Kiba entendió de inmediato que debía seguirlo y también Shikamaru, aunque les costó un poco a Naruto y a Konohamaru entender que los estaba guiando a su carpa. - Todo está instalado y listo para la llegada de la caravana. ¿A qué distancia están?
– Mi nariz me dice que están a 2 kilómetros de aquí. – Agregó Kiba después de olfatear el aire algunos momentos.
– Van a llegar antes de media noche, considerando la velocidad con que se están moviendo las caravanas. – Respondió Shikamaru. – El Hokage y el Kazekage están viajando en la comitiva de la ceremonia. El gato viene seguro también, pusimos a algunos de nuestros mejores hombres de ANBU ahí.
– Eso me deja un tanto más tranquilo. – Aunque realmente no se podía ver si Shino estaba preocupado o no, con esas gafas no había expresión alguna que pudiese filtrarse a los ojos de los demás. - Todo tiene que salir perfecto. Ella se lo merece.
– Seguro que sí amigo. – Exclamó Kiba dándole un golpe amistoso a Shino en la espalda mientras lo tomaba de los hombros. - No te preocupes, todo saldrá bien.
– ¿De qué hablan? ¿Por qué siento que soy el único que no entiende esto de la misión del gato? – Preguntó Naruto, mirando a Konohamaru que caminaba a su lado. - ¿Acaso este gato es un lord Feudal? – Naruto se imagino a un gato muy gordo siendo transportando por esclavos. - ¿Habla? ¿Tiene la cura para el cáncer? ¿Qué tiene de especial el gato?
– ¿Aun no se lo dicen, eh? – Preguntó Shino suspirando, entendía la razón de Kiba y Shikamaru en no contarlo, Naruto era muy impulsivo y tendía a exagerar las cosas fuera de proporciones. Su excesiva energía podía poner en peligro la misión.
– No. – Respondieron Kiba y Shikamaru al mismo tiempo.
– ¡A mí también me gustaría saber de qué hablan kore! – Exclamó Konohamaru frunciendo el ceño. Entendía que era sólo un gennin y hasta entonces la misión más peligrosa que había tenido era limpiar un río, pero eso no significaba que no era un ninja de Konoha, merecía estar informado sobre lo que estaba pasando.
– ¡Anda! ¡Díganme! ¡Anda! – Comenzó Naruto, moviendo el brazo de Shikamaru de un lado a otro mientras que Konohamaru hacía lo mismo con Kiba.
Pero antes de que cualquiera de los dos pudiera hablar Shino se detuvo justo bajo dos cerezos que protegían una pequeña y modesta tienda de acampar, de las normales que utilizaban los shinobis en sus misiones. No tenía nada dentro, ni si quiera sacos de dormir, pero sí había algunos peces en ramas asándose en fuego lento sobre unas rocas. De seguro Shino los había estado preparando para el momento en que sus amigos llegaran.
– Sírvanse. Deben tener hambre después de haber estado caminando todo el día. - Dijo Shino.
– ¡Oh sí! – Gritó Naruto levantando un puño con alegría. – Voy a necesitar agua hirviendo para mi ramen instantáneo.
Todos se sentaron alrededor de la fogata y tomaron ramas con los peces atravesados. Naruto puso su cantimplora de hierro sobre el fuego para que se calentara el agua que llevaba dentro. Kiba aprovechó de darle un pez antes a Akamaru y luego comenzó a comer. Shikamaru dejó su mochila en el piso y suspiró dando a entender que le parecía bastante molesto tener que alimentarse en esas condiciones tan deplorables.
– ¡Oigan! ¡Oigan! ¿Por qué tenemos que comer pescado asado habiendo tantas otras cosas en el campamento? – Preguntó Naruto de pronto dándose cuenta de la situación, viéndose bastante molesto. - ¿Y por qué hay tanta comida aquí? ¿Es por los que vienen a 2 Km de distancia con el gato? ¿Acaso ese gato va a tener una fiesta o algo así? – Naruto comenzó a imaginarse a un gato bailando con botellita de sake en la mano.
Kiba, Shino y Shikamaru se miraron y suspiraron sabiendo que tendrían que explicarle todo a Naruto. Shino se aclaró la garganta mientras que un bicho le corría por la cara, lo cual de cierto modo le quitó un poco el hambre a todos.
– Bien, lo que nos tocaba hacer por hoy se ha acabado. – Dijo Shikamaru, que aún era líder del grupo de Kiba, Naruto y Konohamaru. - Ahora que estás comiendo y puedes permanecer callado por más de diez segundos pues tiene la boca llena, te lo explicaré. No a detalle, eso sería demasiado problemático, pues ni si quiera todos nosotros tenemos los detalles, pero a grandes rasgos.
– ¡Anda resumiéndolo un poco! – Se quejó Naruto impaciente y quejumbroso, realmente quería saber que era la misión rango S que estaba a punto de realizar. – ¡No me digas que este olor a pescado es para atraer a los gatos ninja con los que vamos a pelear!
– Y dale con los gatos… - Dijo Kiba rodando los ojos.
– Escucha Naruto. La familia Hyuga tiene una reunión en Caverna del Agua. – Comenzó a explicar Shikamaru. - ¿Sabes cómo los Nara tenemos una zona secreta en el bosque donde criamos venados y sólo los miembros de mi clan pueden entrar?
– ¡Claro que lo sé! - Mintió Naruto. La verdad era la primera vez que escuchaba algo así y se prometió a si mismo que cuando fuera Hokage eliminaría esa estúpida regla. No quería una aldea clasista donde sólo miembros de ciertos clanes pudiesen entrar.
– Pues, Caverna del Agua es lo mismo. Es un lugar prohibido para otros clanes, sólo los Hyuga pueden entrar ahí. En Caverna del Agua hay una especie de refugio que utilizaban los Hyuga desde tiempos ancestrales dentro de una caverna, que se llama Refugio de la Roca. Esta atrás de una caída de agua y la única forma de entrar es así. Se dice que de esa forma, podían ver a cualquiera con el Byakugan antes de que pudiesen atravesar el agua, siendo ese refugio un lugar impenetrable para cualquiera, por lo cual su clan se mantuvo seguro ahí por siglos. Es un lugar secreto y sólo los Hyuga van allá durante sus ceremonias o en ocasiones especiales. – Prosiguió Shikamaru. - Excepto… cuando se reúne toda la familia Hyuga en una ceremonia de…
– Ohhh… ya veo. ¿Entonces ahí veremos al gato? – Preguntó Naruto asintiendo con la cabeza una y otra vez mientras se cruzaba de brazos. - Uhmm… ahora comprendo un poco más.
– ¿Pero por qué tanto escándalo por eso kore? – Preguntó Konohamaru a quien la historia del gato también lo tenía un tanto confundido. Estaba harto ya de los gatos. – ¡Miren que si me trajeron para atrapar un gato ya voy avisando que se busquen a alguien más!
– Realmente es inútil intentar explicarle algo importante a Naruto. – Le murmuró Shino a Kiba, a lo cual este último sólo respondió suspirando.
– Konohamaru parece su versión 2.0. – Agregó Kiba.
– ¡Cierra la boca de una vez! – Le ordenó Shikamaru sin alzar la voz. - ¡Que problemático eres!
– Realmente eres un idiota ¡No hay gatos ni nada por el estilo! – Comenzó a explicar Kiba perdiendo la paciencia. - Escucha Naruto, tenemos que asegurarnos de que nadie ataque a las personas del clan Hyuga que vendrán a la ceremonia y cuidar de que los señores Feudales y los Kages estén a salvo. De eso se trata esta misión.
– Pero Shino dijo que el gato venía en camino… - Se quejó Naruto tomándose la cabeza, todo lo que le decían era demasiado confuso, ¿Por qué no hablaban las cosas de forma más simple? - ¡Aclárense de una vez!
– Gato es un nombre en clave para hablar de la familia principal del clan Hyuga. – Explicó Shino poniéndose de pie. Ya había terminado su pescado. – La ceremonia que los Hyuga van a celebrar es la tradición de cambio de líder de la casa principal. Es por eso que todos los miembros de las familias menores del clan Hyuga están en camino a este campamento. Pasaran aquí la noche antes de ir Caverna del Agua. Creo que sólo Neji no está con ellos, pues tiene que asegurarse que Refugio de la Roca esté en condiciones para la ceremonia, después de todo, el es parte de una de las familias menores más importantes del clan.
– ¡¿Y de esto se trata la misión clase S? – Gritó Naruto tirando con algo de molestia el palo al fuego. - ¿Cuidar a un montón de viejos del clan Hyuga? ¡Esto no parece una misión para nada difícil! ¿Para eso está desplegado casi todo Konoha? Además yo le prometí a Neji que cambiaríamos el destino del clan Hyuga… ¡¿Y ahora él también se presta para las tonterías esas de la casa principal!
– ¡Que tarado eres Naruto! ¡Neji está haciendo todo lo posible por proteger a su familia y a los que ama! ¡No lo está haciendo por que sea su obligación sino porque él así lo quiere! ¡Muchas cosas han pasado desde que te fuiste, imbécil! – Le gritó Kiba tomándolo por la chaqueta que llevaba, molesto de que se tomara tan a la ligera algo que tanto para él como para Shino era de suma importancia. - ¿Aun no entiendes lo delicado de la situación? ¡Todos los miembros del clan Hyuga están juntos, en un mismo lugar! ¡Si alguien quisiera apoderarse o destruir el Byakugan ésta sería la oportunidad perfecta! ¡No sólo eso! ¡El Hokage y el Kazekage vienen en camino junto con los señores Feudales de Konoha y los líderes de todos los clanes de la aldea!
– Vamos Kiba tampoco es para que te enojes tanto jejejeje… - Dijo Naruto poniendo nervioso al ver lo furioso que estaba el chico, incluso le estaba mostrando los colmillos y sus ojos se habían afilado mucho más de lo normal.En ese momento lo soltó con un empujón hacia atrás. – Ya entendí. Proteger el Byakugan. Lo comprendo.
– No es sólo el Byakugan. Es algo más lo que nos interesa tanto a mí y a Kiba. Sabemos lo importante que el Byakugan es como arma, pero no es eso. – Agregó Shino mirando a Naruto. Éste último sintió que se venía un sermón, pero su tono sonaba mucho más decidido que cualquiera de las veces en que habían estado juntos. – Hinata Hyuga es nuestra compañera. Queremos que todo salga perfecto para ella y su familia. Hemos pasado juntos desde que nos convertimos en un grupo de tres hombres que trabaja como sólo uno. Por ello, daremos nuestras vidas si es necesario para que Hinata pueda cumplir su destino. Tanto para mí como para Kiba, la felicidad de Hinata o de uno de nosotros es más importante que el Byakugan. Ese es nuestro camino del ninja. Ayudarnos entre nosotros a encontrar la felicidad.
Naruto entendió a la perfección sus palabras y bajó el rostro con tristeza cuando Shino comenzó a caminar. Podía comprender el sentimiento de querer lo mejor para un compañero de equipo, era casi la misma razón por la cual él había estado entrenando sin parar para poder traer a Sasuke de vuelta a casa. Quería lo mejor para su amigo, lo quería proteger y evitar que Orochimaru terminara dañándolo. Quería demostrarle que los lazos que habían creado eran reales y que de alguna manera él lo comprendía. No quería perderlo, era su amigo… si se lo hubiese pedido hasta lo habría ayudado a vengar al clan Uchiha.
Por ello, entendía el deseo en los corazones tanto de Kiba como el de Shino, sintiéndose como un verdadero imbécil por no haber podido ponerse en su lugar antes.
No sólo eso, pero Neji era parte del grupo de Gai-sensei. Seguramente Lee, Tenten y el maestro de las cejas gruesas estaban ahí también para proteger a su compañero de grupo. La hermandad y confianza, los lazos de amistad de todos ellos estaban en juego ahora. Naruto sabía que debía proteger eso… debía proteger esa amistad.
– Les prometo… - comenzó a decir con convicción y fuerza, apretando uno de sus puños. Shino se detuvo y lo miró volteando el rostro sobre su hombro. – que también daré mi vida por proteger a Hinata y a Neji en la ceremonia del clan Hyuga. ¡Daré todo por la felicidad de nuestros compañeros y por conservar nuestros lazos de amistad hasta el día en que nos toque morir! ¡Les doy mi palabra de ello!
Konohamaru observó a Naruto y entendió que estaba hablando en serio. Los chistes se habían detenido y no tenía su típica sonrisa bromista en el rostro. Naruto niichan acababa de hacer una promesa que para él duraría toda la vida. Por ello, sonrió, feliz de haber elegido a ese chico como su modelo a seguir.
– Es una promesa, Naruto. – Agregó Kiba estirando su puño cerrado en dirección a éste. Naruto lo observó y chocó también su puño con el de Kiba.
– ¡Es una promesa kore! – Gritó Konohamaru chocando los puños con ellos también.
– Que problemáticos son… - Suspiró Shikamaru poniendo su mano encima de los puños de Naruto, Kiba y Shikamaru. – Pero si no prometo también protegerlos, sé que me arrepentiré luego y no quiero pasar toda la noche sin dormir.
– No necesito prometerlo, pero lo haré de todos modos. – Dijo Shino acercándose nuevamente a ellos. Tanto Naruto como Konohamaru se pusieron blando al ver que ponía su mano sobre la de de ellos, mientras que los bichos le recorrían los dedos.
– ¡Bien! – Gritó Naruto. - ¡Es una promesa!
