Akatsuki no Yona no me pertenece, es propiedad de Mizuho Kusanagi.


Juegos de niños.

Él es uno de tus primeros recuerdos. ¿Por qué? Porque trajo diversión a la vida de una solitaria princesa.

Lo encuentras mientras corres por el jardín y te topas con tu padre y otro hombre.

Después de los saludos correspondientes, el hombre, Mundok, te dice: —Princesa, Hak puede jugar con usted.

Tu cara se ilumina con alegría y no escuchas el sorprendido « ¿Ah?» que escapa de los labios del chico.

Lo llevas –o podría decirse "arrastras" – hasta tus aposentos, mostrándole todos tus juguetes. Estás tan emocionada que tardas en darte cuenta de que él no te contesta en absoluto.

— ¿Hola? ¿Estás bien? —preguntas.

—Sí, sólo… tienes muchas cosas. Ni siquiera sé cómo jugar con muchas de ellas.

Tú tampoco sabes, pero no se lo dices.

— ¿A qué quieres jugar entonces?

—Lo que sea —contesta—, siempre y cuando no sea cuidar bebés o jugar a la casita.

Haces un puchero mientras lo piensas, ¡Tú querías jugar a la casita! Y entonces te das cuenta de no recuerdas su nombre.

— ¿Cómo te llamas? —preguntas, aunque a sus oídos tu voz suena más a una orden que a una pregunta. Él lo deja pasar, después de todo, los nobles son extraños.

—Hak —contesta, para después sacudir la cabeza y agregar: —Son Hak, su majestad.

—Yo soy-

—La princesa Yona, ya lo sé —él interrumpe. Te parece extraño, pero lo dejas pasar porque al fin decidiste a qué jugar.

—Bien, Son Hak —sonríes, para después comenzar a correr hacia los pasillos gritando un fuerte: — ¡Atrápame!

El chico, que esperaba un regaño por su grosería, tarda unos segundos en comprender el juego y salir corriendo detrás de ti, sin darse cuenta de que iba a pasar los siguientes años de su vida intentando atraparte.