Tu mi destino
Isabella adoraba a su hermana Alice y por ella haría cualquier cosa incluso seducir al príncipe Edward y así mantener a salvo su secreto.
Prologo
Isabella no había desobedecido a su padre nunca, aventurera pero con limites por supuesto, y tras aspirar una vez mas el aroma exótico de aquellos rosales abrió los ojos. A lo lejos podía escuchar la voz de su nana Estela regañándola por su a veces muy notoria falta de delicadeza, pero y que importaba si se hechaba al pasto a disfrutar de la suave brisa o trepar un árbol que de malo tenia si estaba en su propia casa, en su querido hogar.
Delicadeza resoplo- Si llevar este corsé hace suficientemente notables mis "delicadas" y "femeninas" curvas-.
No sabía como hacia la pobre de Alice con aquellas cintas, tan infinitamente delgada y de cintura estrecha.
Ella nunca había sido lo que se diga muy "femenina" se consideraba mas aventurera y de pronto rebelde. Se sabia guapa por supuesto una abundante cabellera en suaves ondas color chocolate adornaban sus delicadas facciones, de tez blanca y tersa con unos ojos de "gacela" que según su padre Charlie, era lo que había hecho perder la razón por su madre Renee. Sus labios no eran tan voluptuosos como los de Alice más bien daban la forma de un corazón. Se cuerpo firme y lleno de curvas, Alice siempre fue mas menuda.
Amaba su vida, si habían cosas no tan agradables pero en si era feliz con lo que tenia. Su padre un duque de prestigio, Su madre siempre tan chalada pero a la vez una madre ejemplar, eran ella y su hermana mayor Alice quienes terminaban su tan querida familia.
-Ya voy nana- grito a la sombra de una mujer de entrada edad.
-Siempre es lo mismo Isabella- la oyó decir –Tu padre se molestara si no te apresuras-.
-Ha preguntado por ti desde bastante tiempo mi niña, apresúrate-
-Enseguida voy- comenzó a alisar su falda –las cintas nana, las cintas-.
Casi sintió correr al encuentro con su padre, disimuladamente acomodo su cabello.
-Padre, padre-
Lo encontró en el salón de estar. De porte regio y cabello obscuro se adivinaba un aspecto galante que se cubría ahora en unas cuantas arrugas y el pelo blanqueado por las sienes.
-Hija- dijo besando su mejilla - ¿Dónde estabas?
-Salí a tomar un poco de aire, me encontraba un tanto sofocada- se excuso viendo una hoja seca en el rodete de su falda la cual retiro disimuladamente.
Su padre carraspeo un poco –Como sabes querida hay una importante relación con el rey de Francia y pronto nos honraran con su visita-
-Algo comento mi madre- suspiro Bella.
-Así es vienen con su hijo el príncipe Edward, me es muy grato decir que es la unión que por tanto tiempo estábamos esperando como sabes mi relación con el rey Carlisle es muy amena y es un gusto que nuestros hijos sigan el legado con una unión, la cual si se realiza pondría al sol de nuestro lado-.
- Me alegra padre- respondió confusa, sin embargo ¿en que cuadraba su llamado?
-Oh es muy simple querida- adivino su padre –Tu hermana Alice ya esta en edad de contraer matrimonio y debe ser vital que agrade al príncipe - La sonrisa de su padre de pronto se notaba ¿hueca? –Me gustaría la persuadieras, es un poco mas tímida y ustedes son tan unidas, que hable tanto con ese Withlock solo creara malos entendidos-.
Lo que ella no adivinaba era lo que había detrás de esa tensión, una deuda impresionante, el honor de su padre y un escándalo que haría caer en cualquier segundo a su madre, una mujer que sufría unos profundos ataques de asma.
Así que su padre deseaba que Alice se enamorara del príncipe. Vaya y pensar que siempre vio a su hermana junto a Jasper, el hijo de una amiga de su madre. Tenía el cabello rubio y rizado con unos simpáticos hoyuelos en las mejillas y una sonrisa que simplemente alegraba.
Pero claro que lo recordaba, había caído inmensamente rendida ante el, sabia ahora que no había sido amor realmente era en si el ver a alguien tan distinto y ameno y tan, tan…………….. Embelesado por su hermana Alice. Y como no su hermana con sus seductores labios y esbeltez infinita.
Solo una vez se vio en el espejo poniendo la balanza a su favor, un deje de soberbia del cual se arrepintió al instante. Ambas eran bellas solo que de maneras muy distintas, aun recordaba con infinita pena el esmero con el que había tratado de agradarlo, de llamar su atención, de conquistarlo y de esos intentos fallidos quedo una simple amistad eso y nada mas pero ¿Qué pensaría Alice de todo esto? En su corazón se mezclaron sentimientos tan distintos, se arrepintió al instante debía saber que opinaba su querida hermana de esto, debía contárselo de inmediato.
Pero había llegado suponía tarde ahí estaba Alice tan alegre y reservada llorando con tanto dolo que sintió su corazón parar. Así que ya lo sabia el coraje la lleno, no era justo Jasper y Alice se desvivían el uno por el otro solo que el no llevaba un titulo, no seria ni príncipe, ni rey pero por supuesto un gran hombre, que no lo sabría ella.
-Ali- susurro sin saber como tranquilizarla
-Así que lo sabes- su hermana poso sus ahora tan apagados ojos en ella.
-Me lo ha dicho papa, pero venga Alice que es solo un intento si no lo logras persuadir se limitara a no encariñarse contigo, no llores hermana por favor-.
-No es solo eso Bella- sollozo –hay algo que papa esconde estoy segura, el espera esta unión la exige y si eso sucede yo…yo- se revolvió en la cama afligida- Jasper y yo…………, nosotros-
-¿Ustedes que Alice?- sintió una gran opresión en el pecho, sabia que lo venia no le iba a gustar para nada.
-Nosotros pensábamos casarnos, tú sabes cuanto lo amo-
-Hermana- comenzaba a exasperarse no comprendía nada- si no me dices no te puedo ayudar-.
-Nos amamos, el…. Yo paso oh Bella mi madre morirá estoy segura- Los ojos de Alice se alzaban desorbitados.
Serenamente respondió –Porque dices eso Alice-
-Yo he perdido………. Mi virtud- fue un susurro apenas audible, no lo pensó no supo como paso solo vio la mejilla de su hermana enrojecer ella la había cacheteado, un impulso, no lo podía creer.
-Disculpa Alice.. yo… entonces tu..-estaba anonadada.
-Si- gimió Alice, sabía que se merecía más que una bofetada de su hermana pero era ahora ella su única salida, la única que podía ayudarla -¿Qué hare? Si me separan de el yo no podría vivir, no podría-.
Bella la cobijo con sus brazos en un intento por tranquilizarla encontrar la palabra perfecta –Venga preciosa, encontrare la solución- sin embargo que podía ella hacer.
Tal vez se lo merecía después de todo ella supo cuando Bella poso sus ojos en Jasper, aquel teniente tan galante y romántico el problema era que ambas habían quedado prendadas solo que Isabella era mas chica cuando lo conoció. Alice quien asistía a bailes con mayor frecuencia se encontró hablando con el como si se conocieran de toda la vida, como si fuesen destinados a estar juntos y era así, pensó lo de su hermana seria un fugaz entusiasmo Jasper era muy guapo.
Pensando que nadie los podría separar, dándole su mas grande prueba de cuanto lo quería hicieron el amor fue tan suave, tan entregado, tan maravilloso mentiría diciendo que no lo había disfrutado, si se habían besado un par de veces algo por supuesto totalmente incorrecto pero es que cuando la tocaba solo podía sentir que eran ellos y nada mas tontamente poniendo en alto su amor creyeron que así nadie podría alejarlos jamás. Pero menuda sorpresa cuando su padre le dejo tan firmemente que era su deber casarse con el príncipe, siendo la mayor, en edad y con tan prestigiado poseedor , su padre tenia bien escrito su ideal formar parte de la familia real y ella se había entregado a un hombre ya.
Ella era un poco mas tranquila le gustaba el coser, bordar, dibujar nunca se vio sobre ramas o tirándose al primer arroyo que encontrara, Bella en cambio siempre había sido mas valiente no obedecía y si quería algo lo realizaba, ella simplemente siempre acataba ordenes no le molestaba en absoluto sabia su posición, el prestigio que debía representar pero cuando cayo enamorada de Jasper su lado salvaje se apodero de su ser. No ella no quería estar sin el y después de lo que había pasado como podría siquiera pensar que alguien mas la tocara y venga el príncipe Edward, la burla e humillación serian pocas pero ambas familias veían la unión tan concreta que ella solo podía recorrer a su vivaz hermana.
Capitulo I
La semana paso tan deprisa que no sabia como actuar se había marcado desde hacia tiempo atrás aquella creencia de que la mayor debía ser desposada y solo después la menor podría intentarlo.
Si Alice no se casaba tampoco lo haría ella, por eso era que su padre había tomado esa decisión. Faltaban horas o menos para que los reyes y su hijo llegaran… horas de agonía, de incertidumbre lo había decidido ella era su hermana la única y la mas amada.
Isabella debía hacerlo así a pesar de ser la menor casi siempre ella protegía a Alice, era su hermana tan correcta, tan ajustada a lo que la gente dijera o pensara, que ella le hacia ver por lo suyo, sus gustos todo estaba antes que tener que representar algo que no era, pero Alice tan buena y sumisa.
Lo único que tenia que hacer Bella era que su padre creyera que ella era la indicada y sobre todo que el príncipe Edward se fijase en ella. Debía admitir que sentía miedo y si el también caía sobre los pies de su hermana mayor como Jasper, seguro su ego caería al suelo pero debía intentarlo ella seduciría al príncipe a como fuera lugar y con lo que tuviera que hacer, ella se sacrificaría por Alice, después de todo no se había enamorado nunca, ni tenia a alguien en su corazón, era libre y tendría dinero, una posición, y aunque eso para ella no era tan vital, sabia su familia estaría tan contenta y satisfaría a su madre.
Aparte ¿porque se egoísta? Alice tenía lo que siempre habían buscado amor, felicidad, pasión, mas que lujos estaba con la persona que la complementaba, algo que ella no tenia y tampoco deseaba buscar.
….
Estela arreglaba a Alice con esmero debía causar un efecto casi "abrumador" alegaba su madre dándole los últimos toques a la casa, como le dolía la cabeza ella era en ese aspecto tan inocente que ni siquiera sabia bien como se seducía a un hombre, que les gustaba hacer o peor aun ¿Y si ella debía tomar la iniciativa en la parte afectiva?
Todo era cada vez mas agobiante, había escuchado algunas pláticas de las domésticas así que ahora debería poner más atención o acercarse a alguna con todas mantenía una relación muy amena y bien llevada.
-Como si fuera un trozo de carne- mascullo molesta si bien debía arreglarse para ser de su agradarlo no debía fingir algo que no era, si antes posible debía encontrar la forma de romper este acuerdo ya que si el príncipe se encaprichaba o enamoraba de Alice esta seria delatada y el hazme reír de todo Angers.
……
Un hombre de cabellos rubios al completo estaba en la puerta del carruaje del brazo de un mujer con rasgos tan exquisitos que parecía un hermoso cuadro –La Reyna Esme- pensó.
Si menudo lio que se armaría.
Detrás de ellos se veía se podía ver una cabeza alta la luz del sol dejaba entrever unos cabellos rebeldes y cobrizos que corrían con el aire –No tan Snob como ella imaginaba-. Claro imaginaba un hombre estirado y con tanta gomina en el pelo que parecería casco.
Los reyes se hicieron a un lado mostrando al famoso y asediado príncipe era un hombre bastante alto seguro pasaba con facilidad su metro sesenta y dos, era de rasgos tan marcados un espécimen totalmente varonil con unos ojos casi iguales a los de un felino, el verde de sus ojos parecía mandar una señal claro de peligro lo podía sentir un escalofrió recorrió su espalda anticipándola, previniéndola. Observaba todo con suma cautela y cada paso firme dejaba ver sus torneadas piernas, era delgado de hombros anchos y una boca ancha de labios tentadores.
Casi sentía desmayarse, estaba tan tensa ahí estaba el con un aire de altanería en el rostro, tan distinto a la calidez que emanaban los príncipes, de pronto mas inseguridades la recorrieron tal vez era un presuntuoso, un tirano comenzaba a acobardarse, pero entonces vio a su hermana con la cara aun mas pálida que antes, con una mirada llena de melancolía, desesperación disimulada por una sonrisa. Como le hubiese gustado haber llegado a sentir algo así por alguien, compartir algo tan íntimo y romántico con la persona que fuera capaz de hacer todo por su amor.
Se deshizo de aquellos pensamientos ella debía concentrarse en aquel hombre que a cada paso la hacia sentirse mas indefensa.
¿En donde se había metido?
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Fin del primer capitulo
Bien pues aquí otra historia solo que de tema totalmente distinto, la historia forma parte de la imaginación de mi cerebro, los personajes de la de Stephenie Meyer.
Espero sea de su agrado y comenten que les parece esta historia
Tengo un debate ya que tengo una fuerte adicción por el romance amor-odio pero creo que esta vez tornare las cosas un poco mas distintas aunque claro me gusta que se torne interesante Jaja
Me despido
Besos Pau
