Hola mi nombre es bigi, algunas ya me conocen, este fic tiene una particularidad, el primer capítulo fue escrito por Angie, ella lo hizo a pedido de Noli pero el no poder seguirlo nos dio permiso para continuarlo… Noli me pidió que lo haga, espero hacerlo bien o por lo menos aceptable…
Sabemos que los personajes no los inventé yo, fic prohibido para menores de 18 años M
Gracias por leer
Besitos bigi
Todo por sexo ¿No?
Capitulo 1
Me llamo Noli, y estudio en Hogwarts, siempre pensé que mi vida era un sufrimiento desde el primer momento en el que pisé el castillo, pero desde el día en que los conocí mi vida se ha vuelto un verdadero caos imposible de arreglar, en el mismo momento en el que supe que mi cuerpo era la fuente inagotable del placer más supremo que existe.
Conocí a Draco Malfoy de la manera más inocente posible, que fue chocándome con él en los pasillas, saliendo de una clase, por aquél entonces yo era muy inocente y aniñada como para darme cuenta de lo que un hombre quiere de una mujer, no solo su corazón o todo el amor, si no nuestro suave cuerpo carnoso, delicado, las tiernas curvas femeninas que ciegan hasta al hombre más duro e inaccesible del mundo.
Ése primer encuentro fue fortuito y no causó buenas vibraciones en el ambiente pero quedé atontada en cuanto le vi, sus ojos grises, su pelo revuelto rubio, sus suaves labios finos.
Era frecuente escuchar por los pasillos, que Malfoy era un Don Juan en toda regla y que a la semana tenia a un par de chicas a la que había dejado felices y despojado de su inocencia, aun así ninguna jamás tenia en contra de él una sola palabra aunque no las quisiera a ninguna de ellas y se peleaban por ser la siguiente en perder su virginidad.
Me miró unos instantes pensativo, noté su mirada recorrer mi cuerpo y enrojecí levemente, taponaba mi paso así que tuve que esperar a que su radiografía exhaustiva acabara.
-¿Has acabado ya?-pregunté molesta agarrando mis libros y apretándolos contra mi pecho.
Él se limitó a sonreír y se acercó a mí.
-Me gustan tus labios, son realmente apetecibles.
Le miré con el ceño fruncido, no soportaba eso de un hombre, siempre andaban pensando en lo mismo, en ese preciso instante, Malfoy me inspiró asco profundo.
-Pues mira que bien, ahora déjame pasar por favor, no tengo ningún interés en seguir manteniendo esta clase de conversación contigo.
-mi voz sonó cortante pero lo suficientemente clara como para que él se retirara un poco de mi paso, con cara de curiosidad, debía ser la primera mujer que le ignoraba.
Pasé de largo con la cabeza alzada orgullosamente, y fue cuando note una mano agarrándome de la cintura con fuerza.
-Eres toda una belleza, me fascina tu olor, es tan exótico…tan intenso…Noli Potter.
Me sorprendí al escuchar mi nombre y apellido tan claramente, me giré para mirarle directamente y él me dedicó una sonrisa radiante mientras me soltaba y me dejaba espacio.
No dije absolutamente nada, pero mi mirada denotó nerviosismo así que me limité a girarme y a apresurar el paso hacia la biblioteca sin darme la vuelta un segundo, doblé la esquina y proseguí mi camino hasta dar con la gran biblioteca que a esa hora no se encontraba demasiado llena de gente, escogí un lugar solitario y casi carente de personas.
Pero mis intenciones no eran otras que observarle a él, a mi adorado Atreyu, que leía un libro muy concentrado pasando sus hojas con suma delicadeza, su pelo negro estaba revuelto y vislumbré como sus labios se movían rítmicamente, al compás de las palabras. Me quedé embobada mirándole sin abrir mi libro de transformaciones que estaba colocado frente a mí en la mesa intacto, me di cuenta de inmediato de que apenas parpadeaba y que tenía la boca ligeramente abierta, me ruboricé al descubrir mi tremenda estupidez y me dispuse a estudiar.
Pero en mi mente solo estaba Atreyu, sus labios, sus brazos, su rostro…mi imaginación se desbordó completamente y empecé a soñar despierta, deseaba con toda mi alma tenerle, mi corazón se desbocaba al imaginarle desnudo, de ver su sudor caer por su frente mientras estaba dentro mío y apretaba con fuerza mis pechos mientras los lamía despacio.
Incluso me pareció sentir su lengua paseando alrededor, mordiendo, lamiendo, sentí un éxtasis profundo, mis ensoñaciones iban y venían con peligrosa celeridad, hasta que una voz me devolvió a la realidad.
-¿Noli?
Abrí los ojos de golpe y observé que era Atreyu el que me hablaba, inclinado sobre mi mesa, cerca de mi rostro.
Me moví ligeramente de la silla y noté que mi cuerpo había reaccionado a los estímulos mentales, me sentí mojada y en esos momentos avergonzada de estarlo por la persona que se encontraba frente a mí.
-Te quedaste como traspuesta y me asusté, ¿Necesitas que te lleve a tu cuarto?
Su voz sonó como campanas celestiales, sentí el impulso de decir si y que me violara también pero me limité a negar enérgicamente con la cabeza.
-No fue nada es solo…que estoy algo ausente últimamente-respondí recogiendo mis cosas a toda velocidad, necesitaba ir al baño, la excitación no me dejaba concentrarme, mi cuerpo ardía, y tener al hombre que ansiaba que me poseyera frete a mi, hacia que necesitara dejar volar mi imaginación y mis manos con urgencia.
-¿Estás segura?
-Si, si, descuida ya hablaremos, adiós.
-me levanté a toda velocidad y salí precipitándome hacia algún lugar que me permitiera desahogarme tranquilamente, inmediatamente pensé en mi habitación pero era obvio que podría entrar alguien en cualquier momento así que me decidí por ir al baño de Mirtle la Llorona, de lo que no me di cuenta es de que él, me había seguido movido por su preocupación, pensando que quizás me sentiría indispuesta o algo por el estilo.
Abrí la puerta silenciosamente y busqué un retrete perfecto y alejado de la puerta, que se pudiera cerrar y me dedicase un poco de intimidad, dejé la mochila a un lado y me senté en el suelo ya que el inodoro estaba roto y no había mas que un tubo plateado que salía directamente del suelo, la falda se me levantó ligeramente dejando al descubierto mis muslos, apoyé la cabeza contra la pared y respiré hondo, Atreyu… pensé azorada mientras mis manos agarraban mis bragas con delicadeza y se deslizaban por mis piernas hasta mis tobillos, abrí mis piernas ligeramente con los pies apoyados contra el suelo y mis dedos encontraron lo que buscaban, el calor y la humedad de mi propia intimidad, di rienda suelta a mis pensamientos, alternando las imágenes con gemidos leves, aunque no supe que él estaba tras la puerta escuchando atentamente hasta que la abrió y me miró, sus ojos parecían ansiosos, mi primera reacción fue taparme y agachar la cabeza de la vergüenza pero él me agarró de la muñeca e impidió que me moviera, incluso que me bajara la falda y me subiera las bragas, noté su peso sobre mí mientras aspiraba mi perfume, mantenía mis muñecas contra la pared evitando que me moviera un milímetro, soltó una mano y la llevó a mi pecho, que estaba cubierto por la camisa, pero lo agarró con fuerza, yo no podía creer que aquello estuviera sucediendo realmente, me relajé completamente y cedí la presión, el notó que había desistido en mi corta lucha y me desabotonó la camisa y me arrancó la corbata de golpe, llevó sus manos a mi espalda y me quitó con mucha destreza el sujetador, yo me sonrojé muchísimo pero el me sonrió complaciente y agarró mis pechos, ambos con fuerza, luego los besó y comenzó a lamerlos lentamente, recorriendo cada centímetro de ellos con delicia, saboreándolos, yo solté varios gemidos aunque me mordí los labios intentando acallar mi voz, el agarró mi cara y lamió mis labios bordeándolos lentamente.
-No te reprimas Noli, estoy deseando escucharte gritar todo lo que sea capaz de hacerte sentir.
Y así empezó todo, su camisa en el suelo, sus pantalones, arrancados con desesperación, mi falda deslizándose por mis piernas con su boca, mis bragas ya fuera de mis tobillos, sus calzoncillos lanzados al otro extremo del pequeño cubículo.
Me besó con fuerza, recorrió suavemente mi cuello con sus dedos y luego mordiéndome delicadamente, regresó a mis pechos aunque no se quedó demasiado tiempo, besó mi ombligo, agarró mis piernas y alzó la derecha besándola y mordiéndola, mientras sentí como su aliento subía rápidamente hacia arriba, quedando el calor que desprendía su boca cerca de mi sexo, agarró ambas piernas y las separó lentamente dejando un gran espacio para el manejarse, sentí sus dedos recorrerlo, acariciarlo despacio, desde arriba, luego bajando hasta llegar al final del camino donde se mojó los dedos con delicia, después los metió en mi interior, moviéndolos rítmicamente, despacio muy despacio y suave, luego con más fuerza y brusquedad, yo sentí que no podía contener mi voz por más tiempo, sin ya quererlo me entregué por completo al placer que me ofrecía, gritando lo más bajo que pude y fui consciente en aquellos momentos.
Sacó sus dedos y se los lamió con gusto, me sonrió siniestramente, ansioso por continuar, lo besó, y después sentí como su lengua lo recorría con velocidad, arrancándome gritos de puro placer, le vi disfrutar, jugar conmigo como una mera muñeca pero yo disfrutaba muchísimo más de aquello, mi cuerpo ardía en extremo pero ahora era yo la que ansiaba devorar su cuerpo.
Me levanté y me puse sobre él, acaricié su cuerpo con mi mano, desde el rostro hasta su propio sexo y lo así con mi mano derecha, noté su dureza, su calor intenso, su palpitar, él también ardía de deseo, se lo acaricié con mi mano y luego cerré mis dedos en torno a él, subiendo y bajando rítmicamente, despacio y después deprisa, le oí gemir, sus ojos se hallaban cerrados, los apretaba, disfrutaba con aquello, continué un rato hasta que le oí levemente y en susurros decir que parara con urgencia, le dejé unos segundos de descanso en los que acomodé mi cuerpo en el suelo, con mi mano lo introduje en mi boca y continué devorando lo que ahora se había convertido en mío, aquella sensación me excitó aún más de lo que ya estaba pero continué lamiendo y jugando con él largo rato, luego me obligó a levantarme y ponerme a cuatro patas, me sentí bastante avergonzada con aquella postura tan extraña, pero cuando lo sentí dentro mío con violencia, la mente se me nubló, no pude pensar en otra cosa que en sus movimientos lentos y pausados, agarrando mi cintura con ambas manos, moviendo mi cuerpo, manejándome a placer.
Aquello duró bastante tiempo, creí no poder aguantar más, ya casi estaba en el límite, mis gemidos se volvían más fuertes, más violentos, cargados de mucha excitación, colocó mi cuerpo contra el suelo, poniéndose él sobre mí, abriéndome las piernas de nuevo pero ahora con fuerza, volvió a entrar, pero ahora fue más rápido, más violento, ambos gemimos, casi gritamos al unísono, él se apretó contra mi cuello cuando estaba apunto de acabar, oí sus gemidos finales, rápidos, desesperados, y se mezclaron con los míos cuando noté aquella sensación de clímax, del lugar de no retorno, grité con fuerza y clavé mis uñas contra su espalda, con más fuerza con cada grito que liberaban mis labios, casi pude notar la sangre corriéndole, pero mi cuerpo estaba desatado, fuera de sí, y noté como alzaba mi cara para ver mi rostro en el final de todo, observar mis ojos cerrarse con fuerza, mis labios separados y mis últimos gemidos, como mi torso se alzó al igual que el resto de mi cuerpo, buscando ese último hálito de placer hasta quedar completamente exhausto y relajado.
