Acto 1

Prologo: No todo lo que brilla, te da lo que deseas

Luego del fiasco que resulto su boda en la luna, Bowser sabía que debió de haber escuchado el consejo de su vieja consejera Kammy Koopa, quizás ya era tiempo de tomar unas vacaciones con Jr., sin duda unas semanas en la isla paradisiaca Delfino no sonaban nada mal para su cansado espíritu, pero un descubrimiento de uno de los aprendices de Kammy Koopa, lo llevo a tener un cambio radical en sus planes.

Todo comenzó cuando el aprendiz de Kammy Koopa, Kori Koopa, trajo consigo un rollo antiguo que acababa de traducir con una oferta bastante tentadora como para desaprovecharla, al parecer en una de las llanuras cercanas al reino de los hongos, se localizaba una corona con el poder de concederte cualquier tipo de deseo, sobra decir que Bowser no perdió tiempo y se dirigió hacia la locación lo más pronto que pudo.

Pese a las dudas que tuvo debido a la falta de resistencia o trampas que custodiaran el templo de tan poderosos tesoro, decidió seguir adelante, después de todo quizás esta era su ultima oportunidad para hacerse de la hermosa princesa del reino de los hongos, una vez que sus soldados le trajeron tan codiciado tesoro Bowser, no pudo evitar admirar tan bella corona, no solo radiaba con una intensidad digna de la nobleza, sino que también tenía un diseño simple pero bellamente decorado con gemas de colores azules y rojas, quizás después de todo si estaba en el lugar correcto.

-Entonces, ¿Esta es la corona que menciona el pergamino?-preguntó Bowser algo curioso, debía asegurarse de que fuera la verdadera, antes de intentar ponérsela.

-Su majestad, estoy en un ciento porciento seguro de que es la corona-dijo el joven Kori Koopa muy animado, si las cosas salían tal como el pensaba, pronto se volvería uno de los magos principales de Bowser.

-¡Pues que están esperando, entréguenmela!-dijo Bowser en tono fuerte y demandante, los soldados Koopas rápidamente le entregaron la corona algo nerviosos, lo último que querían era lidiar con el mal genio de su jefe.

Bowser tomo la corona con mucha delicadeza, no podía creer que después de todo este tiempo, estaba a nada de cumplir su más grande deseo, sin dudar ni un segundo se coloco la corona, deseando con todas sus fuerzas que Peach se convirtiera en su esposa, al principio no sucedía nada y más de uno de los vasallos de Bowser se preparaban para la rabieta de su amo, cuando la corona comenzó a brillar de una manera enceguecedora.

Hubo una explosión de humo que provoco que todos tosieran y que nadie fuera capaz de ver algo, cuando se disperso el humo lo suficiente Bowser, fue el primero en expresar su queja antes la situación.

-¿¡Qué demonios esta pasando aquí!?-grito en tono demandante y molesto, solo para darse cuenta de que algo no estaba bien… su voz… su voz había sonado extrañamente… femenina…

Poco a poco fue dándose cuenta de algunos sutiles cambios, al principio pensó que sus vasallos habían cambiado de tamaño, pero más temprano que tarde, se dio cuenta de que él había perdido bastante tamaño, asustado reviso sus garras solo para darse cuenta de que ahora eran manos suaves, humanas y… femeninas.

Bruscamente le arrebato a uno de sus soldados un escudo que bien le podría servir de espejo, cuando observo su reflejo no pudo evitar que casi se le cayera la mandíbula al suelo, atrás había quedado su elegante y fuerte figura de reptil, ahora su apariencia se asemejaba más a la de Peach, su cabello era rubio como el de ella, solo que más encrespado como el suyo, sus ojos eran azules aunque mantenía sus distintivas pupilas de reptil, su rostro era femenino y suave como el de Peach, tenía ahora orejas aunque algo alargadas que, portaban unos aretes en forma de esferas azules como los de Peach, tenía una cejas rubias algo encrespadas y, aun conservaba sus colmillos y sus distintivos cuernos.

Observo el resto de su cuerpo dándose cuenta de que ahora era el cuerpo de una mujer con vestido similar al de Peach solo que de un color negro y, mucho más escotado, noto también incomodo que también tenia un pecho mucho más generoso que el de Peach, conservaba sus muñequeras con pinchos, además de la de sus brazos y un collar con pinchos en su cuello, su caparazón puntiagudo aun estaba en su espalda, solo que este ahora era mucho más pequeño haciendo que fuera imposible ocultarse dentro de él y por último, aún conservaba su larga y fuerte cola, solo que ajustada a su cuerpo actual.

Instintivamente intento quitarse la corona esperando que eso deshiciera aquella horrenda transformación, pero cuando toco su cabeza, empalideció al notar que no había ninguna corona sobre ella, ¿A dónde se habría ido esa corona?

Los sirvientes de Bowser contemplaban entre asustados y embelesados la nueva apariencia de su jefe, más de uno había quedado enamorado de la nueva apariencia de su jefe pero, por otro lado no sabían cuanto tiempo faltaba antes de que su amo estallara como un volcán en erupción, quizás con su apariencia femenina, ya no era tan fuerte como antes, sus sospecha fueron tiradas por tierra al ver como su jefe partía el escudo a la mitad como si fuera una galleta, antes de explotar de furia.

-¿¡QUE DEMONIOS HICISTE!?-grito Bowser con todas sus fuerzas haciendo resonar su grito por todo el recinto y los alrededores, sus soldados juraban que ese grito debió de haberse escuchado en el reino de los hongos.

Bowser tomo el cuello del inepto aprendiz de Kammy Koopa, agradecía que pese su apariencia, no hubiera perdido ni un gramo de su fuerza y poder, mientras estaba casi triturándole los huesos de ese infeliz le dijo en un tono casi asesino.

-Más te vale que encuentras una manera de solucionar esto, ¡O JURO QUE LA LAVA QUE RODEA EL CASTILLO, SERÁ UNA BRISA DE VERANO COMPARADO CON LA FORMA EN LA QUE TE QUEMARE!-grito Bowser expulsando algunas flamas de su boca, agradeciendo que pese a su nueva y delicada voz, aun pudiera sonar de manera amenazante y con autoridad.

-¡Le juro que encontrare una manera de arreglar esto!-grito Kori Koopa aterrado, si no solucionaba este lio pronto, estaba seguro de que tendría la muerte más dolorosa y horrenda que se hubiera visto en la historia.

El regreso hacia el palacio en su nave fue bastante silencioso, luego de cocinar a algunos de sus vasallos cuando intentaron pasarse de listos por su, delicada apariencia, ahora se encontraba solo en su camarote pensando en el problema en el que se había metido.

¿Cómo se suponía que le diría a su querido hijo lo que paso? ¿Qué pasaría si no podía regresar a la normalidad? ¡Por dios! ¿¡Cómo se supondría que iría al baño con esta apariencia!? Es decir, admitía que él tenía un par de revistas indecentes que, se aseguró de ocultarlas en un sitio donde su hijo jamás pudiera encontrarlas ¡Pero esto estaba a otro nivel para él!

Bramo con todas sus fuerzas antes de estampar su cabeza repetidas veces en la pared de su camarote hasta cuartearla, lo que le sorprendió fue al revisarse en un espejo que su cuerpo, no tenía ni una sola herida pese a la fuerza de los golpes, al parecer de alguna manera aun conservaba la dureza de su cuerpo, por lo que al menos era un punto a su favor en toda esta extraña situación.

Volvió a sentarse en su cómoda silla que ahora era mucho más grande de lo que pensó, no se había dado cuenta del enorme tamaño que realmente poseía, suspiro cansado mientras meditaba sobre lo que debía hacer, sin importar lo que pasara tenía que regresar a la normalidad, se moriría de la vergüenza si alguien fuera de su castillo se enterara de lo que le sucedió, así que más le valía a esos bufones que tenía como hechiceros que resolvieran este asunto pero a la de ya.

En el castillo del reino Koopa, Bowser Jr. esperaba con animo a su padre, su pronto regreso significaba que había encontrado lo que buscaba y, si todo salía bien, ¡Pronto tendría una nueva mamá!

A lado del pequeño hijo de Bowser estaba Kamek, quien había quedado a cargo del pequeño mientras su alteza y Kammy Koopa no estuvieran, hasta el momento consiguió mantener la compostura luego del informe del aprendiz de Kammy Koopa, ¿¡En que cabeza cabía no revisar ese tipo de escritos con experto antes de asumir que tenían algo importante!? Ese tipo tenía suerte de estar vivo luego de su monumental metida de pata y, estaba seguro de que lo único que evito que su alteza lo matara, era que necesitaba gente que le ayudara a regresarlo a la normalidad.

A estas alturas lo único que esperaba era que Kammy Koopa recibiera su correo en el que le decía explícitamente que debía regresar al castillo en calidad de urgencia, para ayudar a arreglar el desastre que provoco su atolondrado alumno… dudaba mucho que Kammy fuera tan compasiva como su rey, en cuanto estuviera enterada de lo ocurrido…

-¡Ya llegaron!-grito emocionado Bowser Jr. mientras observaba como la nave de su padre aterrizaba en el gran hangar del castillo, antes de correr al encuentro con su padre.

-Espere su alteza…-dijo Kamek preocupado tratando de detenerlo, esto no iba a acabar bien…

Bowser Jr. se coloco frente a la rampa de la nave donde salían los soldados de esta, para colocarse en formación para recibir a su rey, Bowser Jr. estaba justo enfrente de la formación esperando a su amado padre, quien le había prometido que, si regresaba antes de su excursión, jugaría con el su nuevo juego de carreras, no podía esperar para pasar tiempo de calidad padre e hijo.

Unos pasos le llamaron la atención por dos motivos, primero porque aquellos pasos apenas hacían eco al caminar por lo que dudaba que fuera su padre y segundo, ¿Quién era tan importante para que lo soldados mantuvieron formación? Quedo sin palabras al notar la figura que bajaba por la rampa de la nave.

Era una mujer, pero no cualquier mujer, esta mujer no solo tenía un ligero parecido a la princesa Peach, sino que también tenía el distintivo caparazón de la familia, dos enormes cuernos como su padre y una cola casi tan fuerte y larga como la de él… acaso… ¿Esta era su verdadera madre?

Le tomo unos segundos a Bowser darse cuenta de que había salido en mal momento, ¡Él específicamente le dijo al inútil de Kamek que mantuviera a su hijo lejos de esto! Pero ahora debía encara a su hijo sin saber realmente como explicarle porque ahora era una mujer.

-Hijo… yo…-comenzó a decir algo nervioso Bowser cuando su pequeño se le arrojo a los brazos con una gran fuerza, de no ser que su cuerpo aún mantenía su fortaleza, quizás pudo haberlo tirado.

-E-e-e… ¿Eres tu mi mamá?-pregunto Bowser Jr. lloroso mientras miraba aquella misteriosa mujer, debía ser ella ya que por alguna razón sentía algo familiar en esa persona que, no sabía cómo describirlo.

Bowser sintió como el pecho le apretaba con fuerza al ver la cara ilusionada de su hijo, si había algo que detestaba más que perder contra ese fontanero, era decepcionar a su pequeño hijo, tomando un respiro profundo intentando calmarse, se arrodillo para estar cerca de su hijo y, mirándolo con una dulzura que solo estaba reservada para él, le dijo.

-Jr. soy yo, tu viejo-dijo Bowser con una sonrisa tranquila, aun le estaba costando acostumbrarse a su nueva voz, Bowser Jr. lo miro muy confundido antes de contestarle.

-N-no, mi viejo es un Koopa muy grande, ¿Él aún está dentro de la nave?-pregunto Bowser Jr. curioso, se preguntaba porque su papá aun no había bajado todavía.

-Hijo, obsérvame bien, me veré distinto pero soy tu papá, Bowser-dijo Bowser en tono gentil mientras acariciaba el cabello de su hijo.

Bowser Jr. no entendía nada, ¿Por qué esta mujer decía que era su papá? Jr. la miro a los ojos de manera contemplativa, buscando algo que en su mirara que confirmara sus palabras, no le tomo mucho tiempo detectar, la característica mirada de su padre que, solo estaba reservada para él.

-¿P-papá?-dijo débilmente Bowser Jr. sin creérselo, Bowser se limito a asentir con cierto pesar-¿¡Pero que te paso!?-dijo Bowser Jr. alterado-Se que te había pedido una mamá ¡Pero nunca te pedí que llegaras tan lejos para complacerme!-dijo Bowser Jr. llorando a todo pulmón, ¡Él no quería cambiar a su papá!

-No hijo, no fue culpa tuya-dijo Bowser apurado mientras lo cargaba en sus brazos tratando de consolarlo y, limpiaba con delicadeza sus lágrimas.

Desde que Jr. era un huevo, Bowser siempre estuvo preocupado cada vez que lo tocaba o cargaba, sus enormes garras eran perfectas para aplastar a sus enemigos… pero demasiado peligrosas para cargar un huevo, mucho más a una pequeña criatura, si algo podía agradecer de este cuerpo era que, sus manos era lo suficientemente suave para no dañar a Jr., aunque eso no evito que lo hiciera con la misma delicadeza con la que siempre lo hacía.

-¿Qué fue lo que te sucedió?-pregunto un poco más compuesto Bowser Jr.

-No estoy seguro, pero me asegurare de resolver esto, te lo prometo-dijo Bowser mostrándose confiado, no podía preocupar a su pequeño hijo-Oye, ¿No habíamos quedado en que jugaríamos a mi regreso? Ahora tu viejo tiene unas manos que se ajustan mejor a los controles ¡No hay forma de que me ganes!-dijo Bowser en tono animado.

Bowser Jr. se limpio unas ultimas lagrimas antes de asentirle a su padre muy emocionado, sin importar que apariencia tenía, su padre seguiría siendo su padre, antes de irse Bowser tuvo que poner en cinta a sus inútiles vasallos que, parecían más entretenidos en la escena que les estaba dando, en lugar de mover sus traseros para resolver esto, solo esperaba que la vieja de Kammy llegara pronto, solo ella y Kamek eran los únicos que podrían encontrar algo rápido para arreglar esto.

Kammy Koopa no podía estar más furiosa de lo que ya estaba, primero fue haber perdido sus vacaciones paradisiacas, en especial porque tuvo que renunciar a las clases de aerobics con ese atractivo instructor Pianta que daba la clase, encima su descuidado aprendiz provoco una crisis de tal magnitud que, no estaba segura si realmente había forma de resolverlo.

Ni siquiera fue a ver a su bajeza, no estaba de humor para tener que lidiar con el mal humor de su jefe luego de lo sucedido, lo primero que hizo al llegar a su despacho fue castigar a su incompetente alumno, encerrándolo dentro de una caja de cerillos, por lo menos lo dejaría ahí unos meses por lo sucedido.

Luego de rebuscar en todos los textos antiguos que poseía con la ayuda de Kamek, por fin encontró la única solución que podría regresar a su tiránica majestad a su estado normal, sin perder tiempo los dos magos Koopa fueron avisarle a su rey, encontrando una escena bastante peculiar en la habitación del joven Bowser Jr.

Padre e hijo estaban en una encarnizada carrera por el primer lugar, ambos estaban sentados en un gran sofá jugando como si la vida se les fuera en ellos, había bolsas de botana, envoltorios de pastelillos de todo tipo y, varias botellas de bebidas carbonatadas vacías, por si eso no fuera suficiente, ambos estaban con la boca manchada de polvo de frituras de queso y chocolate, el vestido de esta versión de Bowser estaba manchado de todo tipo de botanas, estaba sentada con las piernas abiertas y, eventualmente soltó un eructo tan fuerte que Kammy juro que ni siquiera los cerdos eructaban así de asqueroso.

Kamek no estaba muy seguro porque sentía un cambio alrededor de Kammy Koopa pero, algo muy dentro de él le decía que lo mejor era no indagar sobre el asunto, haciendo una sonora tos alertados a su rey y príncipe, ambos voltearon un poco sorprendidos, antes de que Kamek comenzara hablar.

-Majestad, creemos Kammy y yo que, hemos encontrado la solución para su... precaria situación-dijo Kamek en tono algo tranquilo, no era una solución sencilla, pero por lo menos ya era algo.

-Ya era hora-dijo Bowser impaciente antes de arrancar un trozo de su vestido y limpiarse la cara con él, quien diría que los vestidos de las chicas pudieran tener ciertas ventajas.

-Vera señor hemos descubierto en unos escritos antiguos, una legendaria corona que tiene la habilidad de anular los efectos de la corona que uso-dijo Kamek con cierta cautela.

-Pues que están esperando, ¡Tráiganla inmediatamente!-dijo Bowser en tono impaciente, ¿Cómo estos inútiles no podían hacer algo por iniciativa propia?

-Desafortunadamente, la corona están dividida en seis fragmentos dispersos por diferentes reinos y, temo que el mapa solo pueden verlos aquellos que han sido malditos por la otra corona-dijo Kamek soltando un suspiro, mientras traía el antiguo mapa en sus manos.

Bowser fastidiado tomo el viejo rollo que traía Kamek, dándose cuenta de que era un viejo mapa común y corriente que, tenía algunos puntos marcados en aéreas bastante lejanas del reino Koopa... este sería sin duda un viaje de días...

Bowser Jr. se acerco para mirar el mapa y, lo único que veía era un enorme papel arrugado con una especie de brújula en la parte superior, ¿Enserio trataban de engañar a su papá con esto?

-Papá ese mapa es falso, ¡Esta completamente en blanco!-dijo Bowser Jr. en tono molesto, ¿¡Cómo se atrevían a tratar de engañar a su padre con algo tan preocupante como era su estado actual!?

-Parece que no era mentira lo que dijiste-dijo Bowser en tono pensativo al darse cuenta de que su hijo no podía ver el mapa, parece que tendría que hacer esto por su cuenta-Bien escúchenme bien los dos, estarán a cargo mientras me ocupo de recolectar las piezas, más les vale que cuiden bien a Bowser Jr. mientras no estoy-dijo en tono serio y demandante Bowser.

-¡Que! ¿¡Pero porque no puedo ir contigo!?-dijo Bowser Jr. haciendo un berrinche, no podía creer que su padre lo dejara a un lado en esta aventura.

-Hijo, sé que es duro pero será mejor que viaje de incognito para no levantar sospecha-dijo Bowser en tono firme-Además si alguien llegara a reconocerme... no creo que mi reputación sobreviva a algo como esto-dijo Bowser con cierto aire apagado, se moriría si Mario o cualquiera de sus múltiples enemigos, se enteraran de su situación actual.

-Entiendo...-dijo Bowser Jr. en tono triste-Prometo que el castillo estará en orden mientras no estés-dijo Bowser Jr. en tono más animado.

-Se que no me defraudaras pequeño-dijo Bowser en tono alegre mientras revolvía el rebelde cabello de su hijo, mientras este soltaba unas risas.

-Bien, ya que necesitara viajar de incognito, le recomiendo que después de recolectar todo lo que necesite para el viaje, se dirija al Reino Sombrero donde, podrá conseguir una nave que le permita viajar por los reinos sin levantar sospechas-dijo Kamek en tono tranquilo.

-¡Bien, que estamos esperando! ¡Comencemos con los preparativos!-dijo Bowser más animado-No debe ser tan difícil fingir ser una chica mientras viajo-dijo Bowser con aire seguro.

-Que no será difícil... ¡Qué no será difícil!-grito Kammy Koopa furiosa, asustando a los tres chicos-¡Come como un cerdo! ¡Rasga su vestido para usarlo como servilleta! ¡Y encima se sienta como si fuera un borracho de cantina! ¡Y CREE QUE DE VERDAD QUE ASÍ PODRÁ PASAR COMO UNA CHICA!-grito indignada Kammy Koopa más fuerte, antes de tomar a Bowser de sus nuevas orejas y llevándoselo a rastras de la habitación de su hijo.

-¡USTED NO IRÉ A NINGUNA PARTE HASTA QUE NO APRENDA COMPORTARSE COMO UNA MUJER, AUNQUE SEA EN LO MÁS MÍNIMO!-volvió a gritar Kammy Koopa, mientras se escuchaban los quejidos y quejas de Bowser.

Sin dudas este sería el inicio de una maravillosa y bastante peculiar, aventura para el rey de los Koopas que, poco sabía hacia dónde lo llevaría su búsqueda de tan místicas piezas, quizás acabaría encontrando mucho más de lo que había pensado.