La siguiente historia es una adaptación del libro Mystery Man por Kristen Ashley, les recomiendo leerlo, es muy entretenido. Los personajes están basados en los de Masashi Kishimoto. La historia comenzará siendo básicamente la misma del libro, conforme se vaya desarrollando estaré buscando que la misma se adapte a los personajes y no los personajes a la historia, sin embargo es inevitable que haya OC.
Sentí las sábanas deslizarse hacia abajo por mi cuerpo, luego una mano ligera en la parte baja de mi espalda. Era tan cálida, tan caliente, como si la sangre que corría por sus venas se moviera más rápido que la sangre de cualquier hombre común.
Si eso fuera cierto, no me sorprendería.
Abrí los ojos y estaba oscuro. Siempre estaba oscuro cuando me visitaba.
Tuve un instante como cada momento que tenía cuando aparecía. Un instante de cordura. Un instante en el cual mi mente decía que cerrara los ojos, abriera la boca y le dijera que se fuera.
Pero si lo hacía, sabía que él lo haría. No diría una palabra. Tan silenciosamente como había venido, se marcharía.
Y nunca regresaría.
Pero eso era lo correcto. Lo más inteligente por hacer. Lo más sensato.
Y estaba pensando en hacerlo, lo juro por Kami. Pensaba en hacerlo cada vez.
Entonces sentí su peso golpear la cama, su cuerpo estirándose a un lado del mío, me giró hacia él, abrí la boca para hablar y antes de que pudiera hacer lo sensato, su boca estaba en la mía.
Y por las próximas dos horas, no pensé en absoluto.
Pero sentí. Sentí un montón.
Y todo fue bueno.
Aún estaba oscuro cuando su sombra se movió en la habitación. Permanecí en la cama y lo miré moverse. No hizo ningún ruido. Era extraño. Hubo un susurro de ropas, pero aparte de eso, silencio.
Incluso como una sombra, vi que tenía gracia masculina, Poderosa gracia masculina. Eso también era raro. Sólo mi hombre misterioso poniéndose sus ropas era como ver bailar a un poderoso macho alfa si existía algo como eso. Por supuesto, no lo había excepto, en mi habitación cuando venía a visitarme. No, cuando se estaba preparando para irse.
Era tan fascinante que debería vender boletos. Pero si lo hacía, tendría que compartir. Probablemente ya lo compartía con la mitad de Konohagakure, todas ellas teniendo su propio show privado. Eso ya me fastidiaba la cabeza bastante, eso y el hecho de que no se quedaba en absoluto, lo dejaba venir, luego él me hacía correrme después de lo cual él se corría.
Luego, a menudo, como esta noche, repetía.
No estaba realmente interesada en compartir más de lo que probablemente ya lo hacía.
Se acercó a la cama y vi eso también. Se agachó, sentí el calor de su mano en mi rodilla, sus dedos curvándose alrededor de la parte de atrás y besó ligeramente mi cadera, sus labios rozando levemente por mi piel, haciéndola hormiguear. Después deslizó las sábanas hacia arriba por mi cuerpo hasta mi cintura donde las dejó caer.
Estaba casi sobre mi vientre, parcialmente de costado, mi brazo doblado, la mano metida debajo de mi cara en la almohada. Su cuerpo se acercó en mi dirección, sus dedos se deslizaron debajo de mi cabello, tirando suavemente hacia atrás y sus labios se acercaron a mi oreja.
- Nos vemos, molestia - susurró.
- Hasta luego - susurré de regreso.
Su cabeza se acercó de forma mínima y sus labios rozaron ligeramente la piel de atrás de mi oreja, luego su lengua me tocó ahí. Eso hizo que mi piel hormigueara también, tanto que mi cuerpo entero se estremeció.
Se alejó solo lo suficiente para golpear suavemente mi frente con sus dedos.
Me cubrió con las sábanas hasta el hombro.
Después se dio la vuelta y se fue.
Sin ruido, ni siquiera la puerta abriéndose y cerrándose. Sólo se había ido. Como si ni siquiera hubiera estado ahí. Una completa locura.
Me quedé viendo fijamente la puerta de mi habitación durante un rato. Mi cuerpo se sentía caliente, saciado y cansado. Mi mente no se sentía de la misma forma.
Giré sobre mi espalda, metí las sábanas alrededor de mi cuerpo desnudo y me quedé mirando el techo.
Ni siquiera sé su nombre.
