Cap. 1: No te arrepientas por tus palabras

Edward pov:

- ¿Dónde has estado? – fue lo único que pode pronunciar después de seguirla hasta allí… nuestro prado

Sabía que estaba allí, podía percibirlo, pero ella se escondía, le encantaba jugar y hacer parecer que su vida era normal o mejor dicho nuestra vida era normal totalmente distinta a la de dos fugitivos. Pude ver su silueta salir detrás de un árbol, el poco sol que atravesaba a través de las ramas, iluminaba su cabello haciendo más dorado de lo que era.

- No lo sé – dijo con su voz cantarina, infantil pero a la vez y casual que poseía, acercándose poco a poco, como si quisiera atrasar las cosas aun más

- Eso no puedo creértelo – dije, tratando de examinar con sus facciones que era lo que ocurría, el por qué de que estábamos aquí

- hable con mi padre – dijo al fin, no pude evitar cerrar los ojos y convertir mis manos en puños

- ¿Qué te dijo? – dije sin relajar mi postura

- Edward, no quiero hablar de eso ahora, solo quiero estar contigo – dijo mientras me abrazaba

- solo dilo – algo me decía que esta noticia no me iba a gustar, desde hace días sentía amargura, desde que su "papá" apareció

- Edward, olvídalo, no quiero hablar de eso ahora – dijo tomando mi cara entre sus manos, abrí los ojos, y me tope con los suyos, esos ojos ambarinos

- ¿qué pretendes evitar?

- Edward, tenemos tiempo para esperar no crees que… - la interrumpí

- No, no creo, quiero saber, dímelo de una vez – dije volviendo a cerrar los ojos

- me voy a Volterra… – dijo de una vez

Por un momento odie ser un humano, no pude evitar que una lagrima rodara por mi mejilla, rápidamente para que ella no me viera voltee la cara y la seque, quedamos callados un largo rato después de su confesión, estábamos en un silencio sepulcral e incomodo, se podía sentir la tensión en el aire, por un momento necesite desahogarme pero solo suspire, eso era todo lo que podía hacer, no podía pelear, gritar, llorar, ni siquiera hablar. Me sentía totalmente atrapado, dentro de mi propio cuerpo, hasta aquí había llegado todo.

- Mejor te llevo a tu casa – dije rompiendo el incomodo silencio y volteándome hacia el camino de regreso

- entonces ¿se supone que esto es culpa mía? – pregunto incrédula, me voltee a encararla

- no he dicho eso… solo… - deje la frase inconclusa

- es increíble que pienses eso, como si yo quisiera que sucediera esto – dijo mientras una lagrima rodaba por su mejilla

- por favor, no llores – dije bajando mi cabeza y atrayéndola hacia mi pecho – ninguno lo quiere, es solo que, si me dejaras hablar… - no pude terminar la frase y ella sabía bien lo que quería

- NO

- te prometo que no peleare, solo quiero decirle… – de nuevo me interrumpió

- Edward, tu no entiendes, el no quiere hablar… quiere destruir a quien está con su hija y yo no me perdonaría si algo te sucediera

- eso es porque aun no le dices quien soy o tan solo mis intenciones contigo

- No, Edward, indiferentemente de quien seas o que sientas, no quiero que hables con él, se perfectamente de lo que es capaz y no descansara hasta, hacerte sentir arrepentido de simplemente mirarme

- y ¿sabes de lo que soy capaz yo por alguien a quien quiero? – alzo la mirada, no pude evitar perderme en sus ojos, los cuales estaban un poco hinchados por las lagrimas

- no… esa es mi decisión final, no hablaras con él – dijo con seguridad

- entonces ¿te irás? – eso era lo que más me dolía

- Si, pero supongo que es temporal, solo es mientras lo hago cambiar de parecer, solo así las cosas se calmaran y así luego podremos estar juntos

- no es justo – dije sincero

- no lo es pero, debemos Edward

- no hablo de eso, hablo de tomar mis propias decisiones, porque simplemente no hay un día que pueda hacerlo porque si y ya

- y tomar riesgos por ti mismo

- exacto, tal vez este no sea el momento, pero creo que ya es hora, de dejar de seguir con lo mismo, estoy arto de todo esto

- Edward no estamos para tomar riesgos ni decisiones apresuradas, iré a Volterra quieras o no, solo así, todo será más fácil después.

- después ¿cuándo? – le pregunte, pero no le permití ni siquiera el que me respondiera – cuando él quiera y sepa de que su hija no es una niña ¿Cuándo se dará cuenta de eso?, tal vez cuando ya sea notable en ti y te vuelvas mayor, es que simplemente… - no quise terminar

- ¿simplemente qué?

- simplemente, no sé si pueda esperar – dije y agache mi cabeza

- ¿Qué significa eso? – No respondí – ¡Edward! ¿Qué rayos significa eso?

- tú sabes lo que significa…

Eso basto para quedarnos unos minutos en silencio, era tan incomodo esto, yo ni sabia ¿porque había dicho eso?, era tan insólito que lo dijera, hablaba sin tomar en cuenta nada. Toda esta situación era tan difícil pero no tanto por lo que vivía, si no lo que podía suceder, ella tenía razón y si las cosas salían como ella decía, podríamos retomar todo, pero yo estaba seguro, sabía que muy en el fondo no sé si aguantaría toda esta agonía, sin hacer nada, simplemente… solo.

- si es así – dijo rompiendo el silencio – supongo que este es el adiós – eso me desconcertó – Adiós Edward, solo espero que después no te arrepientas por tus palabras – dijo, acercándose

Ella me miraba directamente a los ojos, la mire detenidamente, cada parte de su rostro examinándolo, su nariz, sus labios, su barbilla, y lo mejor de todo, sus ojos ambarinos. No pude evitar irme acercando a ella, pero ella vio mis intenciones y cuando estuvimos a pocos milímetros, levanto su rostro y beso mi frente. Me miro de nuevo y esta vez me sonrió pero sabía perfectamente lo triste que estaba y lo difícil que se le hacía esta mueca, ella no lo quería demostrar delante de mí, pero sus ojos delatores lo decían todo, no pude evitar sentirme culpable por eso. Se alejo y comenzó a correr yo no sabía que decir ni hacer, solo me quede allí, parado, esperando que regresara pero eso no ocurrió, de repente oí algo a lo lejos, a la distancia que estaba parecía un susurro pero lo entendí perfectamente

- Te Amo, nunca me olvides…

Y jamás lo haría, ella había sido una de las mejores cosas que paso en mi vida.

.

No pude evitar sonreír después de ese recuerdo, ahora si lo hacía, antes me dolía hacerlo, el solo pensar cómo sucedieron las cosas me lastimaba bastante, pero ya ahora no tanto, pues se que ella está en un lugar mejor, aunque daría lo que fuera por volver a verla aunque sea una vez más, pero ella no se encuentra en ningún lugar de esta tierra, ya no mas ese brillo dorado en sus rizos, ya no mas esa risa tan encantadora y pura, ya no mas, esos ojos color miel, pues ahora estaban apagados en algún lugar, el problema es ¿en dónde estará? ¿Donde descansara su cuerpo? aunque sea para llevarle flores. Tal vez hoy suene hipócrita después de cómo la trate ese día, el ultimo en que la vi viva. Tal vez ya no me duele ese recuerdo, pero sus palabras si me torturan.

"solo espero que después no te arrepientas por tus palabras"

Eso es justo lo que hacía ahora, como me sentía, pero ya no había marcha atrás, ni siquiera después de 94 años y mucho menos de haberla herido como lo hice, en aquel momento.