Disclaimer: NO soy la propietaria de la historia, esta le pertenece a LulyCullen, yo solo me adjudico el beteo y el cambio de nombres de los personajes. No tengo su permiso para subirla porque no pude contactarla, pero quiero compartírselas porque es una buena trama. Espero que no haya problema y que les guste.
CON SEPARACIÓN DE BIENES
Capítulo 1
Amor mío...
Abrí la puerta de nuestra casa, tratando de no hacer ruido para poder sorprenderla; acababa de volver de Londres y ansiaba con toda el alma tenerla entre mis brazos. Estábamos casados desde hacía ya diez meses, nunca entendí por qué me eligió a mí; nunca pensé que ella me amara de la misma forma en que yo la amaba a ella. Lo mío fue amor a primera vista, hice todo lo posible para que ella pudiera ser mía, y tiempo después dejó a su novio para venir a vivir conmigo a Los Ángeles. Nos casamos al instante.
Si estoy debajo del vaivén de tus piernas
Si estoy hundido en un vaivén de caderas
Esto es el cielo, es mi cielo
Tuve que dejarla en casa porque hubo una emergencia, y tuve que ir personalmente a solucionar un problema con la empresa en Londres, mi ciudad natal.
Amor fugado...
Dejé mi equipaje a un lado de la puerta principal y me quité los zapatos para no hacer ruido al subir las escaleras. Subí los escalones despacio y llegué a la puerta de nuestra habitación, el lugar donde más tiempo pasábamos desde que llegamos de nuestra luna de miel.
Me tomas, me dejas, me exprimes y me tiras a un lado
Te vas a otros cielos y regresas como los colibríes
Me tienes como un perro a tus pies…
Me quedé helado al escuchar las risas de dos personas. Una era inconfundible, era de mi Bella, mi esposa; pero la otra, era una voz más gruesa, la voz de un hombre…
Se estaban riendo, en MI HABITACIÓN.
Me hirvió la sangre y abrí la puerta con furia, pero me arrepentí al instante.
Otra vez mi boca insensata...
Vuelve a caer en tu piel
Vuelve a mí tu boca y provoca
Vuelvo a caer
De tus pechos a tu par de pies…
Quise irme de ahí, quería desaparecer. Bella estaba con una de mis camisas blancas ―ella siempre llevaba puesto una de mis camisas cuando estaba en casa… sola, conmigo―, estaba recostada en la cama, y al lado de ella había un hombre, sentado al borde, poniéndose los zapatos. Bella saltó de la cama al verme, y vino a mí, asustada por la expresión de horror que, seguramente, tenía en la cara.
Labios compartidos
Labios divididos, mi amor
Yo no puedo compartir tus labios…
―Edward, esto no es lo que parece… ―comenzó a decir nerviosamente.
―¿No? ¿Entonces lo estoy imaginando y en mi cama no hay un hombre y tú no estás, prácticamente, desnuda? ―dije, siendo sarcástico.
Que comparto el engaño, y comparto mis días
Y el dolor
―Puedo explicarlo, Edward… No es lo que parece, ¡lo juro!
Intentó tomarme de los brazos para calmarme, pero yo me alejé.
―¿Por qué me haces esto, Isabella? ―pregunté, incrédulo, sintiéndome completamente humillado.
―Edward, por favor, ¡esto no es lo que parece!
Y todavía lo seguía negando. Qué cínica.
Yo no puedo compartir tus labios
Ohh, amor, ohh, amor, compartido…
Apreté mis puños en un arrebato de impotencia. Estaba más que consciente de que no podía pegarle a una mujer, pero aquel hombre estaba parado ahí, como si nada; como si fuera lo más normal del mundo.
Amor mutante...
Y ella todavía se atrevía a decirme que no era lo que parecía, estando aún su amante en nuestra habitación.
Amigos con derecho y sin derecho de tenerte siempre
Yo no decía nada, solo podía mirarla con asco. Jamás pensé que ella me haría algo así, creí que ella me amaba... He ahí el problema: pensé demasiado.
Bella trató de abrazarme nuevamente, pero la aparté. Miré al hombre que nos veía con cara culpable, y luego miré a Bella.
Y siempre tengo que esperar paciente
El pedazo que me toca de ti
―Isabella…
La llamaba por su nombre completo solo cuando estaba enojado, pero ni cuando me enojaba me gustaba decirle así; siempre trataba de decirle algún apelativo cariñoso, pero esta vez no. No estaba enojado, estaba dolido; ella me había engañado.
Relámpagos de alcohol...
―Edward, mi amor, por favor… deja… que te explique…
Sus ojos estaban nublados por las lágrimas; estaba dolida porque la había llamado por su nombre completo, y comenzó a sollozar.
Las voces solas lloran en el sol
Eh, mi boca en llamas es torturada
Te desnudas, ángel hada
―Ni te molestes en derramar tus lágrimas, no me afectan… Voy a salir ahora, llego en la noche, y cuando entre a esta casa no quiero ver nada tuyo. Llévate todo lo que quieras, pero desaparece de mi vida, para siempre. ¿Me entendiste, Isabella? ―fue lo único que pude decir.
Luego te vas
―Edward… esto no es lo que piensas… Por favor, escúchame… ―rogó de nuevo, desesperada.
―No me interesa saber cómo te revolcabas con este… ―dije con una mueca de asco, aguantando las ganas de vomitar mientras señalaba a aquel hombre, apretando más los puños.
Otra vez mi boca insensata...
Vuelve a caer en tu piel de miel
Vuelve a mí tu boca, duele
Vuelvo a caer
De tus pechos a tu par de pies
―Edward. ―Sollozó más fuerte―. No es lo que piensas… ―Las lágrimas caían por sus mejillas―. Por favor, escúchame…
―Mi abogado te enviará los papeles de divorcio… Búscate un abogado… ―Observé por última vez al hombre que aún seguía ahí, de pie. Me di la vuelta y, antes de salir, dije―: Adiós, Isabella.
―Por favor, Edward… ―suplicó, ya con la voz quebrada.
Labios compartidos...
Labios divididos, mi amor
Yo no puedo compartir tus labios…
Salí de la habitación y escuché el peor sonido que jamás escuché en mi vida: Bella comenzó a llorar. Quise darme la vuelta, abrazarla, besarla; pero no, nunca la perdonaría por esto, mi orgullo era más grande.
Que comparto el engaño
Y comparto mis días y el dolor
Ya no puedo compartir tus labios…
Bajé las escaleras y entré en mi oficina, abrí un cajón y saqué las llaves de mi Lamborghini negro; necesitaba escapar de ahí, y necesitaba algo veloz para poder desparecer.
Me dirigí a la puerta para salir, cuando de repente apareció ahí, obstruyendo mi paso. Me entraron unas ganas de golpearlo, de matarlo. Mi vida se estaba derrumbando por la culpa de ese hombre; la mujer que más amaba, TODO había terminado por su culpa. De todas las mujeres, ¡el maldito hijo de puta tenía que haberse fijado en mi esposa!
Que me parta un rayo...
Que me entierre el olvido, mi amor
―¡Desaparece de mi vista, ahora! ―grité, pero aquel hombre no se movió, seguía obstruyendo la puerta―. Mira, contaré hasta tres… ―dije lo más tranquilo que pude.
―Escúchame, Cullen… No termines tu matrimonio por una estupidez, no sabes lo que en realidad pasó. Habla con Bella, ella está arriba; de más está decirte que está tumbada en el piso, llorando, no quiere que nadie la toque… ―sugirió el hombre.
Yo reí amargamente.
―¿Qué? ¿Acaso no la tocaste suficiente? ¿Acaso la querías tocar más?
―¡Entre ella y yo no pasó nada! Nada, Cullen.
―Deja de repetir y repetir mi apellido, lo sé de memoria. Solo desaparece de mi vista, antes de que mi paciencia se acabe. ¿Entendiste, chucho? ―hablé con los dientes apretados de la rabia que sentía.
―Mi nombre es Jacob… Yo solo soy su amigo… Habla con Bells, hombre, ella te ama.
Apreté mi mandíbula al escuchar cómo la llamó.
―Tres…
―No puedes arruinar tu matrimonio por una confusión. ―Se atrevió a decir.
Pero no puedo más
Compartir tus labios, compartir tus besos
Labios compartidos...
―No, el honor de arruinar mi matrimonio te lo doy a ti. Tú estabas en mi cama cuando llegué, y ¡ella estaba con mi camisa! ¿Qué carajos quieres que piense? Dos…
―No la dejes, por favor, la matarás si haces eso.
―Uno… Te di tus tres segundos…
Llevé mi puño hacia atrás, y lo estampé en la nariz de aquel hombre. Cayó al piso y luego comenzó a salir sangre de su nariz. Pasé a su lado y me dirigí a la puerta principal.
― Por favor, cuando termines de sangrar saca a esa zorra de mi casa ―le grité.
―No te preocupes… ―dijo una voz triste desde la escalera―, limpiaré la sangre de Jake y me iré.
Te amo con toda mi fe sin medida...
Te amo aunque estés compartida
Tus labios tienen el control…
―Haz lo que quieras… Me importa un carajo ―contesté, y salí de la casa y me subí a mi Lamborghini negro.
Te amo con toda mi fe sin medida...
Te amo aunque estés compartida
Y sigues tú con el control.
