High School DxD.
No tengo los derechos de High School DxD. Ni sus personajes ni las novelas ligeras, ni anime y manga...
"tengo que salir" personaje hablando
Todo se fue a la mierda, pesonaje pensando.
[a veces no puedes con todos] Ddraig o Albion Hablando a todo el mundo
{mala suerte compañero} Ddraig hablando con Issei.
Cap 1. No todo es lo que parece.
Cerca de una ciudad grande del Japón contemporáneo, existía una ciudad pequeña con unos 3 millones de habitantes. Era conocido como el pueblo de Kuoh. Era un día x, todavía no amanecía, se lograba evidenciar como el cielo celeste rojizo se empezaba a ver. Por las calles se podía ver a una persona que corría de forma firme y con ritmo. Poseía una sudadera con capucha que le cubría el rostro, se podía ver como el cable de los audífonos sobresalía por el agujero de su capucha; cuando llego a un parque donde existían unas máquinas para hacer ejercicios y unas barras horizontales, el sujeto las miro detenidamente por unos segundos y se acercó a ellas. Inmediatamente comenzó a hacer flexiones de brazos y en series diferentes. Se notaba que el sujeto se ejercitaba de manera continua y llevaba mucho tiempo haciéndolo. Aquel sujeto terminaba su rutina volviendo corriendo a su casa, que era de dos pisos. En la entrada tenía una placa de madera con los kanjis "residencia Hyoudou".
"ya llegué", saludada aquel sujeto hacia el interior de su casa.
"bienvenido a casa Hijo" la mujer que lo saludaba era su madre, que tenía una mirada de devoción y hasta de amor orgulloso de madre. Su padre que ya se encontraba sentado en la mesa lo miro unos segundos y le hizo un cabeceo a modo de saludo, eso no significaba que dicho hombre no lo reconocía, era todo lo contrario; lo admiraba y lo respetaba como hombre. Y era algo no menor, ya que aquel joven era considerado el último intento de aquellos dos, ya que anteriormente habían perdido a dos hijos por abortos espontáneos. La llegada de aquel muchacho de pelo castaño y ojos miel, fue una bendición para ellos.
"voy a ducharme" decía aquel joven. Su madre le sonreía y luego preguntaba
"¿desayuno normal o liviano?". El joven sonreía a medias, sabía muy bien que siempre comía un desayuno contundente, que según palabras de su madre era "excesivo"; y desayuno liviano para ella eran "dos tostadas con mermelada y un café con leche".
"lo de siempre mama, tengo que seguir creciendo"… luego le sonreía de manera alegre, y subía al segundo piso y entraba directamente a la ducha. Aquel joven se duchaba de manera pulcra para sacarse el sudor y suciedad que tenía en el cuerpo, tenía un cuerpo levemente tonificado, con una leve musculatura que se veía más en sus abdominales, espalda y algo en sus brazos. Lo que resaltaba más eran aquellas cicatrices que tenía por la espalda, además tenía algunos moretones que ya empezaban a ponerse verdes. Era como si el sujeto había pasado por una paliza de golpes de pies y puños.
"!Issei, en 10 minutos está listo tu desayuno¡" gritaba su madre desde el primer piso por las escaleras.
"Ok, estaré en 10 abajo mama". Salía de la ducha y se secaba con la toalla, observaba sus puños y tenía algunas cicatrices por haber golpeado algo. lo que más resaltaba de sus manos y muñecas era que tenía un anillo plateado en dedo anular izquierdo, y una pulsera con una cadena que estaba en su muñeca derecha. Lo que podría ver es que ambos objetos metálicos tenían una serie de dibujos que, si bien tenían ciertas figuras o formas, nadie sabía para que servían. Sin embargo, en la habitación de Issei, se podía ver que el marco de la puerta tenia las mismas figuras o líneas dibujadas con un marcador; se podría decir que todas las ventanas y marcos de las puertas tenían aquellas marcas; el lugar donde más abundaban era en la habitación de aquel joven llamado Issei. Aquel muchacho se ponía su uniforme escolar de la academia Kuoh; era una academia netamente Femenina, era una academia de alto grado, pedía tener ciertos grados académicos y algunas recomendaciones; fue casi una noticia regional que el año pasado abriera sus puertas a hombres; las solicitudes que llegaron eran por miles. No era fácil ingresar a aquella academia; pero haberlo logrado significaba que te habías ganado la lotería, casi tenías asegurado la entrada a cualquier universidad de Japón una vez que se graduabas de la academia.
En aquella habitación además de la cama, closet, una computadora, un escritorio, un velador. Había un atril con unas hojas donde había pentagramas y notas musicales, cerca de allí había un violín y una flauta traversa, y del closet semi abierto se podía evidenciar un teclado musical; justo a la altura de la cintura cerca del atril había una mesita con un tablero de ajedrez con piezas en diferentes lugares. Arriba de la computadora, había libros de diferentes materias y curiosamente algunos de esos libros tenían las mismas figuras o formas dibujadas en lomo de estas; se veían viejos y casi llenos de polvo. El sonido de un timbre le llego a su computadora, el vio que alguien le mando un correo, se hacía llamar "LITTEGIRL"; aquel usuario lo conoció en unas de las paginas para jugar ajedrez vía internet; resulto ser un sujeto que si sabía jugar al ajedrez e incluso le daba un reto. Issei, vio la jugada que le envió y luego el jugo en el tablero que tenía, era una réplica del juego que estaba jugando con ese sujeto; rápidamente movió el caballo negro de su contrincante al lugar señalado, sonrió mordazmente y luego movió un alfil dejando jaque al rey enemigo. Fue a su computadora y escribió su movimiento y antes de enviarlo dijo en voz alta
"A ver cómo te sacas esto, mal nacido"… era su enemigo acérrimo del ajedrez, no por nada competía con aquel sujeto su registro era de 167 victorias con 159 derrotas y 85 empates, y quería romperlo por una diferencia de más de 30 victorias a su favor. La verdad no tenía nada contra el ajedrez, le gustaba jugar. Pero igual sentía a título personal, que el Shogi era más dinámico que el ajedrez.
{es extraño...}
Que sucede Ddraig?
{a veces me pregunto porque decidiste esconderte. Se que sabes que tarde o temprano te consumirá el purgatorio Carmesi que tienen mis antiguos portadores... y cuando eso suceda la pelea es inevitable con el blanco...} Issei, se ponía a meditar aquellas palabras que su pasajero incondicional le decía. Sabía que era cierto, quizás no podría evitar aquel maldito destino; pero desde el fondo de su corazón tenía ganas de demostradle que podría estar equivocado.
No lo he olvidado, solo quiero vivir un poco más. Quizás enamorarme, tener una novia. Quizás un hijo. No lo sé Ddraig, solo quiero una vida normal. Inmediatamente después de decir esas palabras aquel ser mitológico se reía de manera alegre, casi como si su anfitrión actual estuviera diciéndole una broma.
{desde el momento que me despertaste, toda tu vida estará amarrada a eventos fuera de lo normal. No te extrañes si algo llega a pasar de aquí a unos dos años más..}
Es una amenaza?
{no compañero, es una realidad... y eso lo sabes muy bien. No sé porque te haces el loco con aquellas chicas que están en tu academia}
Ni siquiera sé lo que son, pero tienes razón. Tendré que andar con cuidado.
Caminaba de manera lenta y segura hacía más de tres semanas que había empezado en la academia de Kuoh, iba caminando lentamente un poco más delante de él estaban caminando junto al "dúo pervertido", la verdad de las cosas el, los entendía muy bien, era hombre, no era ajeno al paraíso femenino que tenía delante de sus ojos. Había chicas que podrían pasar por modelos de primera, además la proporción hombres - mujeres eran de 1:20. Sin embargo no compartía sus actos pervertidos. De hecho, eran amigos, pero eran unos malditos freaks, nerds y unos inútiles en cuanto a relaciones personales; cuando Issei, los conoció por primera vez fue jugando juegos de videos y tenían algunos gustos personales con respecto a animes y otros. Además, más una vez debido a algunas actividades nocturnas que el realizaba, sus dos amigos lo ayudaban con trabajos y tareas; el en cambio los protegía con su presencia de los matones y abusadores. Además, justo en este momento tenía que esperar la tarea pendiente que le había pedido a esos dos cerebritos; necesitaba saber quién era LITTLEGIRL, el trato por sus propios medios tratar de averiguar algo de ese personaje, pero se encontró con una muralla gigante de seguridad informática que no le permitía nada más, ante eso hablo con esos dos tipos y ellos lo tomaron como un reto. Habían pasado 2 meses desde que le pidió ayuda...
"oye Ise"
"que sucede Motohama?"
"te tengo noticias de tu desconocido" Issei levantaba una ceja de manera sutil mientras miraba como su amigo se llevaba una mano a los lentes y se los acomodaba.
"es una pantalla en blanco...". MIERDA¡, ese fue el pensamiento inicial del castaño, esto estaba más allá de sus capacidades mentales, de sus recursos monetarios, tiempo y recursos de infraestructuras. No entendía como ese jugador lograba burlarlo de saber quién era realmente; después de escuchar aquella respuesta de su amigo de lentes, no le quedaba más que admirar más a aquel oponente, lo respetaba como jugador de ajedrez, no eran muchos lo que le daban un reto; y aquel personaje que le enviaba vía internet las jugadas era algo digno de respetarlo.
"¿porque estas tan pendiente de saber quién es?" Matsuda era el que preguntaba.
"vamos chicos, es solo un pequeño capricho mío. Solo quería saber quién era ese sujeto que me da un reto en mis partidas online". El dúo pervertido se miraba entre ellos y luego algo les hizo click en sus cerebros.
"acaso quieres saber quién está detrás de la pantalla, si es una linda chica, para ligártela... " dijo Matsuda, Motohama asentía de manera exagerada.
"no idiotas, solo quiero saber quién es, nada más"
"si claro"… Issei rodaba los ojos y luego seguía caminando. Al rato llegaban esos dos y procedían a contarle y tratar de los acompañara a "mirar a las bellezas". Ok, admitía que le llamaba mucho la atención ver a todas esas chicas lindas, pero él tenía límites. Y así empezaba su mañana antes de entrar, escuchar cosas pervertidas y lugares donde los tipos iban a espiar. Mal que mal no tenía problemas en entregarlos vivos a sus verdugos.
Al entrar y caminar por el instituto para el, era una sensación extraña; no era ajeno a que existían ciertos seres mitológicos o sobrenaturales a plena luz del día. Tenía sospechas, pero también dudas. Pero de que si había seres o algo en el instituto los había. Eran sensaciones extrañas, siempre eran las mismas, estaban como dispersas, pero allí estaban. Era la hora del almuerzo y sus amigos habían desaparecido hace unos minutos. Lentamente caminaba hacia un lugar que quedaba camino al club de kendo. Se apoyo en contra la pared y espero pacientemente a que llegaran las chicas del kendo.
"aquí estas otra vez, Hyoudou-san. ¿Dime que puedo hacer por ti?" El sonido de aquella voz era nada más que de le pelicastaña Murayama, cerca de ella estaba Katase.
"solo vengo advertidles lo de siempre"
"de nuevo esos idiotas" decía Katase de manera fastidiada. Lanzo un suspiro y luego miro al castaño de manera analítica. Issei no fue ajeno a esa mirada y luego le dijo
"¿que pasa Katase-san?". Ella le pregunto
"dime Hyoudou-san, ¿que sacas tú de todo esto?, ¿acaso no te da vergüenza entregar a tus amigos así tan descaradamente?" Issei estrechaba de manera sutil sus ojos y luego dijo.
"son mis amigos, pero no comparto sus perversiones. Son demasiadas llamativas para mi gusto."
" Entonces admites que tienes perversiones" dijo Murayama.
"creo que todos tenemos algún grado de perversión. Solo que no las mostramos o no queremos que nadie las sepa". Las chicas se miraron entre ellas y luego levantaron sus hombros y luego se despidieron del castaño y le agradecieron la información.
después de eso camino hacia el lugar donde siempre atrapaban a esos tipos. Subió a la galería donde se podía ver la parte trasera del club de kendo, y cerca de allí estaba la pista de atletismo. Todo el mundo sabía que, si Issei subía a la parte más alta de esa galería y luego miraba de manera tranquila hacia el club de kendo, era porque iba correr sangre del dúo pervertido. Casi todos los chicos encontraban divertido ese acto de Issei, subirse arriba de la galería y ver como masacraban a sus amigos. muchos de los alumnos no entendían como era amigo de esos dos, pero lo respetaban porque no era un pervertido.
A lo lejos se escuchaba el grito de las chicas de kendo. Issei lanzo una media sonrisa. El viento trajo consigo un leve perfume de manzanillas, no sabía porque, pero lo tranquilizaba lo hacía llevar hacia una orilla de un rio tranquilo con un campo lleno de esas flores.
A su lado se sentó una chica, mantenía su distancia para respetar el espacio personal, de reojo miraba como ponía una pierna sobre la otra, lo que hacía mostrarle sus largas piernas blancas; internamente maldecía al cielo porque la falda a cuadros no le dejaba ver más allá. Subió su vista para observar a su acompañante tenía un pecho chico, pero estaba bien proporcionado para el tamaño de su tórax, el pelo negro corto al estilo Bob, con una fina nariz, unos ojos de color violeta y encuadernados en unas gafas ligeras que le daba un aire intelectual, además su rostro era una verdadera cara de póker, casi sin mostrar una emoción. Aquella chica era Souna Shitori, del segundo año de secundaria, presidenta del consejo estudiantil. Como era que esa chica había logrado obtener semejante puesto, no lo sabía.
"Hyoudou Issei. Buenas tardes. Te molesta que me siente aquí?" Aquella voz melodiosa y suave, casi lo hace babear. No supo qué diablos lo había golpeado, pero tuvo la decencia de mantener la boca cerrada, para evitar una escena mal vista.
"no, para nada Shitori-kaicho. Espero que mi compañía sea de su agrado".
"bien, quisiera preguntarte algunas cosas. ¿puedo?".
"claro, ¿puedo llamarla Kaicho?".
"sí me parece bien. ¿Quisiera saber porque entregas a tus amigos?". La pregunta no era mala, solo que fue un poco directa. Claro estaba en modo presidenta de hierro, así que no podía culparla, tenía muchas cosas que hacer. Quizás los papeles y otras cosas administrativas le quitaban tiempo.
Sabía que no podía ir por las ramas o contestar una estupidez, pero había algo que le molestaba de la presidenta; era como si siempre buscara las cosas ocultas del tema. Tampoco ayudaba que cerca de ella se encontraba su amiga y vice presidenta Tsubaki. Él sabía que había algo en ella que era extraño, no podía discernir que era; era como un pulso o algo que salía de ella. No lo sentía con la presidenta, ella no emitía nada extraño.
"la verdad presidenta, no comparto sus gustos. Además, me parece algo degradante que vean a las chicas sin que ellas lo sepan. Existe algo llamado privacidad. ¿no lo cree?"
"si tienes razón. Pero eso no contesta mi pregunta".
Ok la chica es inteligente, sabe lo quiere. Me pregunto si puedo sacarle una sonrisa a esa estoica cara que tiene... {estas apostando a sacarle algo a esa cara de póker que tiene}. Oye si lo logro, lograre verle una nueva cara más amable de la que ya tiene. {tú lo que quieres es ver algo más, de esa mocosa. Ver si tiene vida en esa cara dura que tiene}. soñar es gratis amigo...
"no es que sea un mal amigo, es que hay cosas que nunca compartiré con ellos. Y lamentablemente ellos tienen la peor faceta de este trio extraños de amigos que van juntos a todas partes. Así que si, los entrego porque es lo correcto, no porque quiero perjudicarlos a ellos. Tarde o temprano tienen que darse cuenta que lo que hacen está mal". La pelinegra parpadea una vez y luego le dice
"ya veo, entonces pareciera que les estas dando una lección. Dime ¿Qué pasaría si ellos te descubren que los traicionaste y te dejan solo?"
"la verdad Kaicho. Ellos ya saben que los he traicionado, Katase-san y Murayama-san, ya les han informado que yo los delate. Ellos estaran enojados conmigo un momento, pero ellos saben porque los delato, ellos no me dejaran solo porque ya hemos crecido juntos algunos años. Además, verlos como los masacran es divertido. Por idiotas caen siempre en lo mismo. Así que simplemente disfruto ver el sufrimiento ajeno de esos dos tontos"
"es algo cruel, lo que dices. Pero si te entiendo." Ella giro su rostro para ver la paliza, Issei hizo lo mismo y sonrió mordazmente como había un circulo de chicas de kendo con sus shinai alzados y dispuestos a golpear a esos dos tipos.
"no me malentienda Kaicho. Lo que dije es que los seres vivos necesitan de otros para sobrevivir y vivir el día a día. Muchas veces los seres inteligentes, como los humanos generan ciertas dependencias a ciertas personas. Quizás sea amistad, compañía, amor, o simplemente el hecho de estar juntos, hace la vida un poco más placentera."
La pelinegra lo miraba de manera analítica y se tomaba los segundos para contestar.
"cuando te refiere a dependencia, lo hace ver como si fuera algo malo"
"para nada Kaicho. Es normal tener una dependencia a otras personas..." Issei levantaba su dedo apuntando a la vicepresidenta... "incluso Ud. misma tiene dependencia de relacionarse con ella. ¿O no?"
"eres interesante Hyoudou Issei, gracias por contestar mis preguntas. Espero que nos encontremos en una nueva oportunidad" la chica hacia una reverencia educada y al levantar la cara se vio una leve sonrisa, casi que duro medio segundo. JA¡, allí esta. Esa sí que es una media sonrisa. {olvídalo, eso no fue una sonrisa}. Oh, vamos claro que fue una sonrisa. No lo puede negar, es como si negaras que eres de color rojo. El dragón bufaba de manera leve. Lo que marcaba el fin de esa conversación.
En otra zona un poco más tarde se ve a Sona Sitri caminado hacia la oficina del consejo estudiantil, cerca de ella la vicepresidenta caminaba con su cara estoica. Internamente sentía que tenía muchas preguntas y casi todas estaban relacionadas al castaño de Hyuodo. Una vez en el interior de la oficina espero a las demás miembros del consejo estudiantil. Ya cuando llegaron todas. Sona Sitri comenzó hablando.
"bien chicas que me tienen"
la primera en hablar era una chica de pelo blanco de nombre Momo Hanaki,
"por mi parte no descubierto nada kaicho".
"tampoco por mi parte" la que hablo recién era Yura Tsubasa.
"¿Reya cómo te fue con tu compañera de sala?" Preguntaba Sona. La aludida miraba a su presidenta y decía
"puede ser, pero tengo que averiguar más. Ella pertenece a una familia de exorcistas de nombre Meguri".
"he escuchado rumores que había una integrante de esa familia que tenía problemas y no podía invocar su energía sacra para imbuir su espada. Algo me dice que tiene las habilidades de ser una Knight"
"¿kaicho, como procedemos?" Preguntaba Yura. Sona miraba los documentos que tenía encima de su escritorio, eran relacionado con el castaño que conoció durante la tarde. Era un curriculum impresionante el que poseía ese tipo, excelentes notas, casi no tiene problemas, sus compañeros de sala lo consideran un tipo extraño que siempre anda metido en su mundo. Además, según algunos compañeros de otras salas lo habían visto en la sala de música tocando el piano, el violín y una de las chicas del primer año lo vio tocar una flauta traversa. Todos concordaban que le tipo tocaba bien y además era casi hipnótico la música que tocaba. Sona Sitri estaba tan metida en esos papeles que no se dio cuenta que era llamada por su nobleza; hasta que su amiga y reina le tocaba el hombro.
"Kaicho..." Ella se sobresaltaba al toque de su reina.
"perdón chicas, hay algo que no me cuadra aquí"… las demás se miraban entre ellas y querían saber que pasaba por la mente de su presidenta.
"Kaicho, a que se refiere?".
"díganme todo lo que sepan de Hyoudou Issei". Todas las chicas que estaban allí no sabían cómo contestar esa pregunta, así simplemente empezaron a contar lo que escucharon de él o lo que habían visto. Casi toda la información que le dieron era exactamente la misma que ella tenía. Algo no cuadraba. Sona guardaba silencio y pensaba su próximo movimiento. Lentamente se giraba hacia el reloj que tenía en unas de las paredes y era la hora de salida del colegio, se levantó de la silla y camino hacia la ventana donde tenía la visión a la entrada principal por donde todos los chicos entraban o salían. Observaba como conversaban algunos, otros se despedían, algunos salían solos o pequeños grupos. Su vista se fijó en aquel castaño, que iba camino al portón, por más que lo miraba no entendía porque no "había" nada enfrente de él. Era como si fuera invisible a sus poderes demoniacos, pero ella no estaba loca, lo podía ver, lo podía tocar, incluso sabía que cualquiera de su nobleza le diría lo mismo. Algo le llamo la atención, el castaño se detuvo completamente a unos metros de la salida, levanto la cabeza mirando al cielo, y luego la giraba de lado a lado, era como si buscara algo. Muy en el fondo de su ser, sentía que algo estaba mal. No podía explicarlo. Le sorprendió cuando miraba hacia atrás sobre su hombro, no estaba segura, pero vio que el ojo del castaño le dirigía una mirada profunda, era directo hacia su persona, un escalofrió le recorrió la espalda. nada la preparo para esa mirada directa que la vio directamente a ella sin que hubiera un cristal o algo entremedio de los dos. Vio como sonreía de manera alegre, como si hubiera jugado una broma y luego se echó a correr. "Kaicho?" la voz de su reina la aterrizo.
"chicas quiero que sean sinceras conmigo, que sienten de Hyoudou Issei, hablen con confianza". Todas las chicas decían que el castaño como que las evitaba. Era si supiera que estaban allí. Ellas decían que tenían el mismo problema que no lo podían "sentir" a él, era raro. La presidenta se sentó en su silla y luego pensó unos minutos.
"ok esto es lo vamos hacer..."
Habían pasado cuatro días. Yura Tsubasa se sentía orgullosa de ser la torre de su "rey" Sona Sitri. A ella le habían encomendado la misión de vigilar al castaño "invisible", partió como una especie de juego entre la nobleza de los Sitri, porque no lo podían sentir. Lo cual era más raro para ella, ya que ella si había detectado hadas y otros seres, pero que un chico común y corriente "desapareciera" enfrente de su vista era, por decir lo menos, raro. Era de noche, lo observaba como corría por las calles, no parecía tener rumbo fijo. Lo veía ejercitarse en unas máquinas y barras de flexiones. Lo único que hizo de diferente fue que se detuvo a media rutina, saco su celular y luego leía un mensaje o algo que le había llegado, escribía su repuesta y luego guardaba el celular para seguir con su rutina. Eso era único diferente que hizo esa noche. Aun se preguntaba porque estaba vigilando a ese chico. Al día siguiente era su día libre. Libre, era lo de menos; tenía un torneo de pelea callejera, era una forma poco confiable de ganar dinero, pero ella no lo hacía por dinero. Lo hacía por la adrenalina de poder pelear. El lugar que se habían juntado los humanos comunes y corrientes era un viejo deposito. En ese lugar las apuestas corrían a raudales, la mafia controlaba a los peleadores y público en general, las apuestas clandestinas eran el común denominador de ese lugar. Cuando ella había llegado, había una pelea antes que ella, por los gritos y ruidos que había se demostraba que era una buena pelea. ella se acercó a ver la pelea. Inmediatamente abrió los ojos de manera desmesurada, al frente de ella estaba el ring, era una jaula de Full Contact, adentro había un tipo de por lo menos 2 metros de alto, tenía la musculatura desarrollada, no tanto para volverlo lento. Pero se veía fuerte. Y al frente de ese ser humano, estaba Hyoudou Issei. Si ese castaño estaba adentro del ring, como había llegado allí, no lo sabía. Se dedico a observarlo. Algo no cuadraba, se suponía que Reya era la que tenía que vigilarlo esta noche; cómo fue que se le escapo. Ella procedió a sacar su celular y grabar de manera discreta la pelea.
Mas tarde
Issei caminaba cerca del rio, sabía que el mercado estaba abierto a esas altas horas de la noche. Necesitaba comprar un ingrediente para su última formula. Él había sentido la misma sensación que sentía en el instituto, pero era uno. Sabía que un ser lo estaba vigilando cerca de su casa, había tomado las medidas necesarias para burlar a su vigilante. Necesitaba comprar en aquel mercado extraño y exótico, el ultimo ingrediente. Estaba seguro que el dinero que gano lo podría comprar. Llego finalmente a su destino, el puente que cruzaba debajo de una carretera de alta velocidad, pronto encontró el punto de bajada, hacia la ribera del rio. El cielo estaba algo nublado, la luna llena iluminaba el rio de manera que justo el puente aun no llegaba la luz de la luna. Issei espero un rato, hasta que las nubes le revelaron la entrada al lugar que iba, la tienda debajo del puente de los trolls.
Trolls, seres mitológicos, que son algo huraños y muy buenos recolectores de materias primas de diferentes culturas mitológicas. No escatiman recursos para comprar cosas interesantes. Muchas veces son desconfiados de los nuevos.
"Sekiryuutei"
" Hola mogro" el ser que lo había saludado era un troll, su tamaño real era de unos 3 metros de altura, debido a tenía la cara arrugada y en su nariz tenía una verruga que podría considerarse tanto más grande que su ojo. Mal que mal era un comerciante de cosas mágicas. Y Issei sabía lo que quería. El troll era avaricioso, todo lo que tendría algún valor para comerciar, vender o comprar cualquier cosa era valioso. Su lema era si tiene valor, lo compro, y si no tiene precio te lo compro igual.
"dime que te trae a mi humilde morada, humano". Issei, sabía que la plasta asquerosa lo estaba probando, pero igual decidió jugar con él.
"me trae acá tu asqueroso olor de avaricia y suciedad acumulada. ¿Acaso Minarii, se escapó?" La risa estruendosa del troll retumbo en ese lugar.
"me diviertes emperador Rojo... Minarii no tiene a donde ir, la pobre ya no tiene voluntad ni psique para escapar. Oye escuche noticias del Hakuryuukou, ¿te interesa?"
"no, solo quiero la tinta de Agaiis".
"es cierto, la tinta de Agaiis. La tinta que puede marcar en piel de los humanos cualquier hechizo o maldición. Es difícil de procesar esa tinta, pero dime que tienes para mí, ¿eh?"
"dinero japonés"
"ah, a ver cuánto tienes" Issei, saco fajo de billetes que tenía en su bolsillo. Mogro agarro el fajo y conto el dinero con avidez.
"si te alcanza. Sabes te regalo una sesión de curación de Minarii, te vendría bien para tu mal estrecha cara...", Issei miraba la esquina más alejada de la tienda allí había una mujer de unos 20 años, estaba sentada en una mesa de madera, tenía el pelo rojizo, su vestimenta era una túnica simple, vieja y algunos agujeros. Tenía una cadena amarrada a su tobillo derecho, las heridas de su tobillo eran feas y ya comenzaban a sangrar. Si no fuera por las orejas puntiagudas que tenía pasaría por una humana cualquiera. Se acerco a ella, y se sentó al frente de ella. A Issei le daba pena ver aquella hermosa mujer elfa, decaída, sucia, sus ojos eran apagados y una mirada perdida como si no existiera nada más. Cuando Minarii lo vio, ella sonrió y dirigió su mano hacia la cara del castaño, inmediatamente una luz verde le ilumino su rostro. era una sensación agradable y placentera. el dolor desaparecía y sentía que su cara volvía a tener el tamaño normal. Ddraig le había advertido que este mundo no era bonito, la guerra, la muerte, la venganza, los asesinatos, rencores y otros eran el común de cada día. Issei miraba a la elfa, y por más que pensara en una solución para evitar esa esclavitud, no la hallaba y menos para esa elfa.
"dime Ise-kun, ¿mi anillo te sirve todavía?". Issei miraba de reojo el anillo que tenía en su dedo anular izquierdo. Era un anillo élfico de protección para dragones, según Minarii, fue creado para proteger a un dragón de cualquier cosa mientras este descansaba. Se desactivaba cuando el dragón despertaba.
"Si Minarii, me sirve... no sabes cuánto te debo agradecer por eso y..." Issei se callaba ya que la elfa lo silenciaba con dedo entre sus labios.
"no te preocupes, a mí ya no me servía. Y quería regalárselo al Sekiryuutei actual."
Cerca se escuchó el arrastre de los pies del troll, llego cerca del castaño y luego con una sonrisa le extendió un frasco de tamaño del puño de él, lleno de un líquido de una consistencia aceitosa y color entre plateado y transparente como agua. Se lo acerco a la nariz y respiro su contenido. Por mucho que confiara en ese troll, había ciertos puntos de desconfianzas que tendrían que mantenerse. Y para hacer eso tendrías que tener conocimientos de las cosas que pides y que compras. Issei con ese gesto demostraba eso ante el mismo troll repugnante que lo miraba con una sonrisa mordaz. Se guardo el frasco en el bolsillo de su chaqueta y luego se iba a retirar.
"sabes chico, aun me pregunto porque tienes un cierto aroma a demonio; claro no me extrañaría eso ya que este lugar es territorio de demonios. Jajaja, sabes he escuchado que, si esclavizas a un demonio femenino, ella te podría dar muchas ventajas..." El castaño se detuvo en el umbral, sabía que se podría arrepentir de su decisión, pero la curiosidad de saber más cosas fue mayor que su desprecio hacia ese ser.
"¿ventajas? ¿Cuáles?". Mogro se quedó pensativo un rato y luego respondió
"según he escuchado, dicen que puede servirte para lo que tú quieras. Ella te obedecerá y tú serás su amo. Te curara de cualquier herida. Jajajaja y saben que es lo dicen, que mientras más jóvenes la esclavizas son más manejables."
La mente del joven corría por todas las posibilidades que tenía, estaba en territorio de demonio, es decir ahora tenía la sospecha que, si había un demonio detrás de él, ¿para qué y por qué?, esas eran las preguntas que tenía. Se había asegurado de que no detectaran al dragón rojo de su interior, así que no iba detrás de el por el dragón, si no por algo más. Lentamente a su mente le llego la respuesta, miro su muñeca derecha específicamente al brazalete que tenía. Aquel objeto fue un regalo de su abuelo, según el lo iba a proteger de cosas malas y efectivamente lo hizo; cuando creció y se informó del origen de ese objeto se dio cuenta que era un amuleto de camuflaje contra seres mitológicos; era poderoso, tanto que lograba cortar el enlace que él tenía con el dragón; eso se solucionó cuando la elfa le regalo el anillo y así logro tener los dos objetos al mismo tiempo. Allí estaba el problema, el camuflaje que él tenía puesto era lo que llamaba la atención de los demonios.
"y cuando te refieres a esclavizar, ¿como demonios esclavizas a un demonio? Además, no debería ser sencillo, ya que según he escuchado van siempre en grupos, y los contractos no corren." Mogro sonreía de manera que se notaran sus dientes y luego dijo
"tienes razón, no es fácil, pero si logras aislarla, derrotarla, sellar sus poderes, y luego romper su psique y espíritu, lograras tu cometido. Ya cuando este destruida mentalmente y su voluntad igual, terminas con esclavizarla con un último acto" la sonrisa burlona que tenía el troll, era una que él conocía muy bien; era un pensamiento casi asqueroso y maldito. Pero tenía que preguntar.
"¿Cómo terminas de esclavizar a una mujer demonio?".
"eso es fácil mi buen amigo humano; la violas sexualmente con tu propia carne... es por eso que las vírgenes son las mejores" Mogro terminaba riéndose de manera alegre y en voz alta. Si, el troll era un maldito violador, sádico sexual y esclavista. Pero no se podía hacer nada.
"sabes chico, veo que tienes ciertas dudas, toma te regalo este libro. Tiene información de los demonios. ¿Quién sabe? quizás tu por ser el Sekiryuutei podrás esclavizar a una linda demonio para ti solito. Jajajaja".
Lo odio, y no tienes idea de cuánto. {sabes algo compañero. Te conviene tomar ese libro} sí. Creo que tienes razón, estamos en territorio de demonios.
Isse caminaba a su casa de manera tranquila, en su camino vio las escaleras que subía al templo sionista de la cuidad. Se detuvo a la base de las escaleras, miro hacia arriba donde estaba la entrada del templo. Le pareció ver a alguien parado cerca de la entrada. Decidió que era muy tarde. Así que procedió a caminar a casa. Sus padres estaban durmiendo, él lo sabía, casi siempre cuando se fugaba de la casa para hacer sus "actividades" nocturnas lo hacía en silencio y por la ventana. Cuando llego a su cuarto, saco la botella y la guardo en un lugar que tenía el closet. El libro de los demonios era grueso, viejo y muy usado. Decidió leer las primeras páginas para ver si encontraba algo interesante. Leyo el indice que estaba entre las primeras paginas.
Historia del inframundo I
Historia del inframundo II
Historia del inframundo III
Historia del inframundo IV
Facciones bíblicas
Maou' s
Los 72 Pilares del inframundo
Las clases del inframundo
Sistema Evil Pieces
Sistema Rating Games
Contractos
Pactos con Magos
{Interesante. Hacia milenos que no veía un libro que contenía todo lo relacionado a los demonios, deberías leerlo mañana}. Si, hay algo que no estoy viendo amigo. ¿Dime me estas ocultado algo? El silencio era evidente, no sabía si considerarlo algo bueno o algo malo. {en serio deberías ir a dormir. Encontraras tus repuestas en ese libro, créeme}
Issei dejo el libro y luego se preparó a dormir...
Las Chicas del consejo estudiantil, se juntaron en la casa de Sona Sitri. Reya Kusaka no podia creer que fue totalmente burlada por su vigilado. La había engañado. Ella actualmente se encontraba de brazos cruzados, haciendo un puchero enojado, era algo no menor, la habían regañado verbalmente por que se había escapado su "vigilado". El sonido de las otras chicas como asco o leve gemido de dolor, la había aterrizado y ver aquel video, donde vio al castaño recibir una golpiza, pero este devolvía el golpe con igual o mayor fuerza. Las chicas del consejo estaban algo asqueadas y se compadecían de su compañero de instituto. Reya no creyó cuando el castaño, cambio durante unos segundos su semblante, y luego con un certero golpe, noqueo a su contrincante que era más grande y más pesado que él.
Sona Sitri, tampoco pudo creer lo que sus ojos veían, retrocedió el video hasta unos segundos antes que cambiara el semblante el castaño. La primera mirada era una relajada y parecía disfrutar de la paliza que estaba recibiendo. Cuando cambio la mirada, esta era totalmente diferente; mirada afilada, directa, sin culpa y fría...
"Kaicho, entonces Ud. vio lo mismo que yo?" La que hablo era la torre Yura. Aun no podría creer esa mirada del castaño.
"no estabas equivocada, Tsubasa. Esa mirada es un tipo, que había pasado por muchas experiencias de peleas o de muertes. Algo no me encaja aquí. Cuando hable con el frente a frente era un muchacho, tranquilo, vivaz y muy inteligente. Se fija en detalles que son ínfimos, pero los ve. Además, esta esa aura "invisible" que lo cubre" Sona terminaba de hablar y se llevaba el pulgar a boca, mordiéndose la uña, pensado su movimiento. Nunca había encontrado a un humano que le llamara tanto la atención, era todo un misterio.
"kaicho, lo va reclutar?"
"no lo sé, me falta información"
"¿información?" Preguntaba Momo.
"si..." La pausa que había puesto la pelinegra era muy común cuando ella analizaba las cosas.
"chicas es suficiente por hoy, vayan a casa, mañana trataremos de hacer una justificación al señor Hyoudou"
"Justificación?"
" Si Kusaka, justificación. Por mucho que tenga un aura "invisible", no se va recuperar tan rápido. Las chicas afirmaban con la cabeza a lo que su presidenta les dijo.
Sona y todas las chicas estaban sorprendidas ese día lunes. Allí a 10 metros de ellas, Ingresaba muy campantemente el sujeto "invisible"; no tenía ningún rastro de heridas o moretones. Cuando paso cerca de Sona, este hizo una leve reverencia y la saludo...
"buenos días, Kaicho"…. Detrás de ella casi todas las chicas tenían los ojos abiertos como platos. Cuando Issei se alejó de las chicas del consejo. Una leve sonrisa se posaba en los labios de la Sitri.
Eres interesante Hyoudou Issei...
