"Idioma de los Cuerpos."

Por B.B. Asmodeus.


[+]+[+]


Fandom: How To Train Your Dragon (Películas y libros).

Capitulo: 1 de 2.

Parejas: Ruffnut/Cloudjumper; Humana/Dragón.

Resumen: Ser víctima de la tormenta no se había comparado con caer súbitamente al mar helado. El cuerpo de la vikinga se había entumecida al instante, y cualquier intento de nadar para salvarse, había sido reducido a patéticas pataleadas. Luego, Cloudjumper había intervenido.

Rating: Teen.

Categoría: Hipotermia!Fic, Primera vez, Romance, Humor, Tontos enamorados, Problemas de comunicación.

Dedicatoria: a mi Zapata Sarah Lacie, y Amalia, porque sé que también ama esta pareja dispareja. Prometo Lemon en la siguiente parte.


[+]+[+]

"Eres fría, y yo ardo."

-The 1975.

[+]+[+]


Ruffnut estaba comenzando a hartarse de ser tirada de su dragón en pleno vuelo.

"¡N-No m-me mi-mi-mires asssí, no fu-u-ue i-i-ide-a m-m-mía ca-caer al m-m-mar!"

Estaban en terreno desconocido, atrapados en una tormenta de los mil demonios. Habían sido aislados, y separados de los demás jinetes.

Y Ruffnut no podía dejar de temblar.

Ser víctima de la tormenta no se había comparado con caer súbitamente al mar helado. El cuerpo de la vikinga se había entumecida al instante, y cualquier intento de nadar para salvarse, había sido reducido a patéticas pataleadas. Nunca, Ruffnut se había sentido tan cerca de la muerte, como en aquellos segundos de gritos mudos atorados en su garganta.

Luego, Cloudjumper había intervenido. La había pescado del mar, no tan disimilar a las acciones que lo llevaban a buscar su almuerzo diario.

Ruffnut no podía decir que recordara mucho de la trayectoria que había acabado con ellos dos compartiendo asilo en la actual cueva. El frío la había atascado, lengua todavía pegada a su paladar, y mente apenas entrando en calor.

Aunque, sinceramente, era lo único de la vikinga que estaba entrando en calor.

¿Y qué diablos estaba tramando Cloudjumper, al estar lamiendo tantas ramas?

Los dientes de Ruffnut titiritaban al mismo ritmo de sus hombros mojados. El auto-abrazo de sus dormidas extremidades no estaba siendo consuelo suficiente, pero no podía pensar en otra forma de darle una patada de despedida a tanto-tanto-tanto-tanto frío.

"¡O-o-ye-e!"

Nunca esperó que un cuerno del Stormcutter se le acercara tan repentinamente. De la sorpresa, Ruffnut cayó de espaldas por la dura superficie, y aunque odió admitirlo, algo de miedo se coló a su corazón…

Nada.

La chica parpadeó confundida cuando Cloudjumper comenzó a hacer pedazos su morral de piel con sus garras, en lugar de avanzar con el imaginario ataque. ¿Su morral? Ruffnut examinó su vestimenta, notando que la banda de su morral había sido partida en dos, de manera muy específica. Oh.

"¿Q-Q-u-é… b-b-uscasss?"

Cloudjumper la ignoró.

Ruffnut odiaba ser ignorada. "¡Hazzzz-m-m-me cas-s-so!"

Justo cuando estaba preparándose para rodar hacia la dirección del dragón como saco de patatas, una respuesta pareció dignarse a presentarse, después de todo. Lentamente, Cloudjumper fue arrastrando uno de los objetos que el morral había tenido guardado. Cuando el cuerno del dragón finalmente le acercó el objeto lo suficiente para ser reconocido, Ruffnut tomó la daga especializada con trémulos dedos.

Conectó sus ojos a aquellos amarillentos. Cloudjumper señaló hacia el nido de ramas lamidas que había reunido en el centro de la cueva. Aaaaaah. ¡Por supuesto! Ruffnut asintió, un tremendo alivio manifestándose por todo ser ser—al por fin—comprender el comportamiento extraño de la estoica criatura.

La daga era una creación especial de Hiccup, construida con un mecanismo idéntico al de su propia espada. Había sido un regalo de cumpleaños de lo más genial. Tuff' se había muerto de la envidia.

No encendió a la primera. Ruffnut gruñó en frustración. Lo intentó tres veces más, pero la daga resbaló de sus manos en el momento que se acercó al quinto intento.

Cloudjumper sujetó la daga con su masivo rostro, no dejándola tomar otro sendero. Se la arrastró de regreso. Esta vez, un suave gorgojo se le agregó. Ruffnut lo tomó como aliento a no darse por vencida.

Lo intentó otra vez.

La daga encendió.

"¡S-s-s-í!" Prosiguió a arrojar su arma hacia el nido de ramas. "¡Oooh, s-s-s-sí!" Chilló con inmenso regocijo al sentir el automática calor venir de las llamas recién nacidas.

Una fogata. Una hermosa y tan necesitada fogata.

"Po-po-dría b-b-besart-t-e, 'Jum-m-per."

En ángulos que no deberían ser posibles, la cabeza del Stormcutter retorció en reacción. Ruffnut se arrastró por la cueva hasta que las llamas casi besaran su piel. Las alas de Cloudjumper actuaron como carpa, encerrando el calor para sólo el beneficio de ellos dos.

Desafortunadamente, no transcurrió mucho tiempo para que la rubia se percatara de que el frio no cesaba. Su cuerpo no volvía a la normalidad. Los temblores no la dejaban en paz.

-Hipotermia. Ruffnut recordó la palabra a duras penas, levemente recordando uno de los tantos sermones de Hiccup. –Hipotermia. Remedio: calor corporal. Snotlout una vez había sido víctima de ello, y le había tocado a Fishlegs otorgarle el singular remedio durante una de sus tantas misiones con espantosos finales.

Correcto. Calor corporal. Preferentemente, sin ropa.

Ruffnut nunca rechazaba una oportunidad para presumir su figura desnuda, y bajo circunstancias más divertidas, la vikinga ya hubiera estado arrojando sus ropas como torbellino. Pero, la debilidad de su cuerpo le impedía de tan siquiera estirarse de su posición fetal.

No podía hacerlo sola.

Ruffnut lamió sus labios. "C-C-Cloud. N-n-no s-s-sé si algui-i-ien a-a-algun-na vez-z-z te han-n-n pedid-d-o es-s-sto… p-p-ero…" Por milésima ocasión, Ruffnut preguntó a los Dioses porque había tenido que ser varada con el dragón de Valka, en vez de cualquier otro. Seguramente, el Stormcutter era tan decoroso, que saldría volando de la cueva en cuanto escuchara el resto de su petición. –Pues, al diablo con lo que el casto búho sobrealimentado piense, ¡quiero vivir! "…d-d-des…n-n-núdame."

Cuando un silencio perpetuo fue su réplica, Ruffnut gruñó. ¿Cloudjumper podía comprenderla o no? La comunicación con el dragón era totalmente difusa. Pero, sí el dragón comprendía a Valka, seguramente el grandote…

Una serie de gorgoteos tronaron de la garganta de Cloud', junto con las ramas tostándose.

Los huesudos arcos de las alas del dragón se sacudieron como si estuvieran removiéndose de polvo. Desde su posición acostada, Ruffnut trató de hacerle sentido a lo que observaba.

Luego, lentamente, la cabeza del Stormcutter se flexionó hacia la orientación de la chica, funcionando muy aparte del resto de su cuerpo. Ruffnut fue presentada con un dragón estupefacto, pupilas oscuras dilatándose contra aquel amarillo llamativo.

Un ojo parpadeó. Más crujidos de voz arcaica, se le fueron dirigidos.

Ruffnut sonrió. "¿S-o-o-y tu-u pri-primera chic-c-a?"

Si Cloud tuviera plumas, Ruff estaría segura que estarían esponjándose en aquel justo momento. ¿Así que Valka nunca se había divertido con el dragón, a pesar de tantos años a su lado? Qué lástima… Ruffnut jaloneó de su chaleco. "Ayúd-d-ame… O m-m-e cong-g-elar-r-é."

La mirada inefable de la criatura persiguió sus gestos, husmeando, ante la falta de gracias de sus manos entumecidas. Su enorme quijada se abrió ligeramente, aliento vaporizado manifestándose.

Cuando la incandescencia envolviéndola aumentó de intensidad, Ruffnut no pensó mucho del hecho. Asumió que la fogata estaba surgiendo mejor efectos en sus huesos congelados… Pero cuando oscuridad completa encandiló su visión, la vikinga brinco sobresaltada. Una esencia silvestre, totalmente diferente a la sal del mar y el moho de la cueva, arrebasó sus sentidos.

Fue girada boca arriba, por segunda ocasión, siendo usada al antojo de esta criatura tan estoica.

Parpadeantes esferas doradas, se aparecieron frente a ella.

Ruffnut abrió sus brazos, en cuanto vapor fue suspirado encima de su cuerpo.

Había sido comprendida, después de todo.

No le fue claro a Ruffnut el medio por el cual su vestimenta fue trozada y descartada, sólo fue consciente de la libertad con la que su pecho subió y bajó, acariciado sólo por las sombras. Fue desnudada lenta, pero efectivamente. Desde las hebras de sus cabellos, hasta las puntillas de los dedos de sus pies, hubo es un despojo silencioso.

Ante el súbito estrujón de escamas y piel humana que ocurrió, momentos después, un gemido roto berreó de la boca de la vikinga—maravilloso y magnifico calor-calor-calor-calor-calor-ohsi-ohsi-no-te-vayas-no-te-muevas-calor-calor-ohsi.

Se sometió al nacimiento de fuego viviendo bajo piel rugosa presionándose contra la suya, olvidándose de incertidumbres y posibles causas de vergüenza. Se aferró a la enorme configuración de torso, alas, y vibraciones de eterno gorgoteo… y esperó.

Esperó, a que la vida regresara a su ser.


[+]+[+]

Continuará…