Disclaimer: El maravilloso mundo de Harry Potter no me pertenece (por desgracia…)
Este fic participa en el reto "Navidades de Dickens" del foro La Noble y Ancestral Casa de los Black.
Yule (Navidad) de pequeño.
Draco Malfoy no celebraba la navidad, o al menos no tal y como la conocen los muggles. No señor, un Malfoy no puede rebajarse a tal nivel y eso lo sabe ahora, aún siendo un niño de tan solo 8 años.
Draco corretea de un lado para otro con sus cortas piernas, revolucionando la casa y volviendo locos a los elfos mágicos, al igual que a su madre. La cual se encuentra sentada en un sillón de lo más caro, mientras observa a su pequeño retoño.
Sin poder evitarlo, se le escapa una sonrisilla, le gusta ver a su hijo feliz y comportándose como un niño de verdad.
No como un adulto, tal y como Lucius le enseña a ser.
Es por eso que celebrar el Yule le gusta tanto a Narcisa, porque así puede disfrutar de las revoluciones que provoca su pequeño Dragón.
-Mamá, mamá, ¿cuándo llegará padre? ¿Llegará a tiempo para quemar el leño? – la atosiga su hijo a preguntas.
Narcisa pasa una de sus manos por el platinado pelo de su hijo y le sonríe, como solo hace en la intimidad.
-Claro, solo tienes que esperar un poco – le contesta Narcisa.
El niño sonríe una última vez, antes de irse, seguramente a molestar a los elfos y regañarlos por no colocar los muérdagos donde él quiere.
…
Lucius finalmente llega, apareciendo por la chimenea y llevando un paquete bajo su brazo.
Draco no tarda en verlo y correr hacia él, lo abraza preso de la ilusión que le embarga en estas fechas. Lucuis posa una de sus manos sobre el hombro de su hijo y hace lo que podría ser una sonrisa, pero parece más bien una mueca.
-Esto es para ti, Draco – le dice dándole el paquete.
El niño lo abre feliz, pero se queda confundido viendo el regalo.
-¿Qué es esto? – pregunta frunciendo el ceño, mientras ve una cajita de música de colores verdes y plateados. Con las iniciales: D.M.
-Tu regalo, lo escogí personalmente- contesta su padre con orgullo, pero sin dejar de arrastrar las palabras.
El niño le sonríe un poco y hace como que el regalo le encanta, aunque la verdad es que no es lo que él quería. No señor, no es la escoba voladora de juguete que tanto había ansiado.
Pero no lo dice, porque al menos su padre se molesto en buscarlo él mismo. En vez de enviar a otra persona a buscarlo.
Además, el Yule es para estar con la familia y esa escoba que tanto quiere puede conseguirla cucando quiera, con soltar un par de lagrimillas.
Narcisa contempla la escena con una sonrisa, cuando padre e hijo se dan cuenta de su presencia deciden ir a quemar el leño.
Y la familia al completo, los Malfoy, se queda observando durante unos instantes como el leño se quema. Tal y como anteriores Malfoy´s hicieron, con la diferencia de que estos no esparcen las cenizas para conseguir que la tierra sea más fértil.
Disfrutando del Yule, no de la navidad como harán los demás, disfrutando de una de las navidades más tranquilas y agradables que tendrán.
Disfrutando en familia, como tiene que ser.
