Buenas noches, así es, subo esto en la noche xD, ok este, una historia de mi pareja favorita del fandom The Big Four (los cuatro grandes) si gente, me gusta mucho el Mericcup, solo un poco más que el Jackunzel pero no tengo nada contra Jack y Punzie, las dos parejas son lindas para mi, en fin.

Gocen de la lectura! nos leemos más abajo.

Episodio 1: La llegada a Dum Broch

Hiccup

Esto es Berk, ofrecemos un clima frío orgulloso de sus pocos días de sol de unas pocas horas, y granizo que podría perforarte la cabeza.

Como es costumbre para mi papá, todos los años vamos a las tierras de un amigo suyo del sur, Fergus, cuyas tierras son llamadas Dum Broch, ahí él es el rey y su hija la princesa Mérida es una vieja amiga mía de la infancia. Este año estaba ansioso de volver porque me comento por carta que tenía muchas cosas que contarme, pero ya que los dragones están viviendo con nosotros y chimuelo siempre esta pegado conmigo será difícil que mi papá y yo nos vayamos sin llevarlo a él.

-Amigo, ya déjame en paz, te prometo que regresaré pronto.-Chimuelo me está empujando hacia dentro de la casa para que me quede.-Escucha te prometo que no tardaré nada, solo me quedaré allá unos días y volveré.-Chimuelo gruñó algo triste, lo acaricié para reconfortarlo, oh no, ahora se llevó mi maleta para el viaje.-¡Dragón malo!, devuélveme eso, Chimuelo no estoy jugando.-lo persigo tratando de alcanzar mi maleta.

-Hiccup, ya es hora de irnos, deja de jugar.-genial , mi papá cree que estoy jugando. Conseguí quitarle a Chimuelo mi maleta, ahí tengo mi cuaderno de bocetos, comida para el viaje y dibujos de los dragones para enseñárselos a Mérida.

-Ya voy papá.-salí corriendo para evitar que Chimuelo me siguiera pero resbalé por el hielo en el camino debido a mi pierna de metal, al meneos Chimuelo me atrapó para que no cayera.-gracias amigo, volveré pronto y también te traeré pescado.-cuando dije esto último me subí al barco despidiéndome de mi dragón mascota y mejor amigo.

Allá en Dum Broch los pescados son más largos, imagino que a chimuelo le gustará que le traiga una media docena, si es que no la comemos nosotros en el camino de regreso, mi papá siempre olvida llevar algo más de comida extra y yo siempre llevo mi parte, la cual se devoran a unas horas de llegar a Berk otra vez.

Cuando salimos de Berk me acomodé en un rincón del barco para ver de cerca el océano y saber cuando llegaríamos a Dum Broch estoy realmente ansioso de ver a Mérida…aunque ahora que recuerdo tal vez no sea tan buena idea que vaya, si mal no recuerdo cuando ella y yo éramos niños siempre nos metíamos en problemas y todo empezaba porque ella tenía la idea de ir a explorar el bosque o el castillo y aunque yo le advertía que nos meteríamos en problemas a ella no le importaba, siempre fue más valiente que yo al tomar riesgos…

Flashback

-¡Mérida!, baja de ahí te caerás-gritaba un Hiccup de 7 años de edad a una Mérida de 6 años que estaba trepando la alacena de la cocina para alcanzar las galletas favoritas de su amigo.

-¡Shhh!, silencio Hiccup, si nos atrapan será tu culpa, ya casi llego.-Mérida estiró su pequeña mano hacia la última repisa donde estaba un frasco de cristal viendo las galletas cubiertas de azúcar.-Ya casi..-Al estirar su mano alcanzó el frasco pero al ver que este pesaba ella cayó, de suerte fue sobre un costal de harina.

-¡Las tengo!-gritó alzando el frasco y dando saltitos de alegría una vez logró ponerse de pie.

-¿Estas bien, Mérida?-preguntó el vikingo acercándose a ella.

-Tranquilo, estoy bien.-le dijo tomando su manita.-Rápido, salgamos antes de que alguien…

Pero al cortar su frase, Moddie, una de las sirvientas del castillo y futura niñera de sus futuros hermanitos, ya estaba frente a la puerta observándolos furiosa.

La alacena ya se había estado tambaleando un rato desde que Mérida cayó al costal, sin embargo de la alacena cayó un frasco de miel sobre Moddie y otro de plumas de un pavo que habían desplumado para la cena. Los niños se separaron para salir corriendo y verse en el cuarto de la princesa pero la sirvienta los atrapó antes de que dieran su primer paso, los cargó y llevó con sus padres quienes todavía estaban hablando en el comedor.

-¡Hiccup!-gritó Estoico

-¡Mérida!-gritaron Eleonor y Fergus.-Moddie ¿qué te sucedió?.-preguntó la reina.

-Pregúnteles a ellos mi reina.-la sirvienta dejó a los niños en el comedor con los padres y su acto siguiente fue irse a lavar toda antes de que llegaran las abejas.

Los niños bajaron sus miradas ante las caras molestas de sus padres pero se sentían tan intimidados que no les quedó de otra que confesar, ganándose un castigo de sin arco y salidas a cabalgar por una semana para la princesa y una semana sin salidas fuera de la aldea para el vikingo.

Fin del Flashback

Si. Definitivamente si voy otra vez, la situación se repetirá, tal vez ya no con salidas a oscuras del castillo o con asaltos a la cocina del castillo antes de la cena, pero tengo el presentimiento de que tendremos problemas otra vez y hasta en mayor escala ahora que ella y yo ya somos mayores.

-¡Hiccup!, deja de soñar despierto ya llegamos.-gritó mi padre antes de dar órdenes de desembarcar en le puerto del castillo. Estaba tan sumido en mis recuerdos que no me di cuenta de en qué momento llegamos a las costas de Dum Broch. No ha cambiado nada en lo más mínimo, tan cálido y agradable como siempre lo ha sido, que lástima que Chimuelo no este aquí, seguro que le gustaría ver todas las montañas y riscos.

Cuando bajé del barco con mi padre, de inmediato reconocí a la familia que nos estaba esperando en el puerto.

-Estoico, viejo amigo.-ese hombre con la falda típica del reino debe ser Fergus, saludo a mi papá con un abrazo y luego un golpe de cabeza a cabeza con un gritó de dolor.

-Hola de nuevo Estoico.-Esa mujer de cabellos largos hasta las rodillas con vestido verde olivo es Eleonor, mejor conocida como la reina. Mi padre besó su mano cual caballero a lo que ella correspondió con una reverencia.

-¿Eres tú, Hiccup?-Fergus se me acercó golpeándome amistosamente la espalda(¿amistosamente?, casi me tira al suelo), miró mi pierna izquierda notando que ahora no era más que una barra de metal con madera.

-Jaja, hola de nuevo ¿cómo han estado?-pregunté mirando a la reina, quien ya tenía cara de desconsolada.

-Bueno, hemos estado muy bien. Vamos de una vez al castillo, Mérida esta ansiosa de verlos otra vez.-esta vez el que habló fue el rey.

No esperaba que actuarán así, pensé que mi papá les había comentado del incidente con mi pierna, luego caí en cuenta de que si lo mencionaba saldría a la luz el tema de los dragones viviendo en Berk y habría un escándalo como ningún otro aquí, sin mencionar que a la reina le aterran los dragones según escuché de mi papá.

Al llegar al castillo no pude evitar percatarme de que en cada rincón y cada esquina de la salas del castillo habían figuras de osos talladas en madera, unas grandes otras más pequeñas, sabía que el rey Fergus gustaba de los osos porque los cazaba pero no sabía que su afición fuera a tener osos de madera por todo el castillo. Dejamos nuestras cosas en las habitaciones para huéspedes que nos correspondían a mi papá y a mi. Luego salí corriendo a los establos esperando ver que Mérida estuviera allí…para mi sorpresa no estaba.

Mérida

-Angus cálmate, tranquilo. –estaba con mi fiel caballo cerca de la vieja choza donde solía estar la bruja que convirtió a mi mamá en un oso. Lo que quería hacer era reclamarle por haberla transformado en un animal sin si quiera haber hecho especificación de lo que haría.-Angus quédate aquí, no tardaré.-acaricié a mi caballo y este respondió quedándose afuera en lo que me se acercaba a la choza.

Al entrar pude ver que nada había cambiado, a pesar de que había comprado cada figura la ultima vez que vine, no le costo nada a esa bruja volver a llenar toda su casa de figuras de osos. La anciana estaba barriendo como la última vez que vine.

-Ah, eres tú princesa. Dime ¿has regresado para comprar más de mis figuras?-sonrió igual que la última vez que vine.

-No, vine para que me aclares ¡¿por qué convertiste a mi mamá en un oso?!-grité a tal punto que Angus salió corriendo.

-Este…bueno pues…ah, verás pequeña, ¿recuerdas que cuando viniste aquí te dije que es muy importante no hacer magia donde tallas madera?-dijo recorriendo su casa buscando algo.

-Si…-dije siguiéndola con cara de curiosidad.

-Bueno, cuando hice magia por primera vez fue para convertir a una persona en un oso, por una razón que no recuerdo cual era, un destello de luz salió del caldero y pegó a un pedazo de madera y a toda mi casa, ahora cada vez que trató de tallar un trozo de madera siempre sale una figura de oso y curiosamente cada vez que intento convertir a alguien en un animal diferente siempre sale el encantamiento de un oso.

-¿Estas jugando, no?.-pregunté algo hastiada, creí que me había gastado una mala broma.-Bueno, no importa mucho, ya…

-¿no te gustaría tener esta colección de osos disfrazados de vikingos?, yo misma lo hice.-me preguntó acercándome una bandeja de madera con las figurillas de los osos con cascos y hachas típicos de los vikingos.

-¡¿VIKINGOS?!-fue cuando caí en cuenta de lo que había olvidado.-¡La visita de Estoico e Hiccup!, ¡Papá me colgará en su pared del trono!-salí corriendo de la choza tan rápido como me lo permitían mis piernas y el espacio tan estrecho de la casa.-Disculpa, pero ya debo irme. Igual gracias por la explicación.

-De nada, ah por cierto, construiré una nueva cabaña no muy lejos del rió por si quieres venir a comprar algo más.-dijo mientras salía de su casa.

Al salir y caminar los primeros pasos fuera de la casa ya estaba con Angus en el círculo de piedras de la última vez. Cabalgué en Angus y me dirigí al castillo lo más rápido posible, pase por la entrada del reino, luego fui a los establos a dejar a Angus y en acto seguido fui corriendo como alma que lleva el diablo al castillo, la puerta estaba cerrada y sospeché que no me abrirían por dentro. Luego se me ocurrió trepar hasta la ventana de mi habitación. Me coloqué donde debería estar mi cuarto, trepé con los pedazos de rocas que sobresalían de la estructura para sostenerme. Subí lo más rápido que pude, podía escuchar a mi madre decir que iría a ver si estaba en mi cuarto. Fue cuando entré en pánico. Al lado de mi había un árbol, lo siento vestido, pero estoy desesperada; al chocar contra el árbol mi vestido se rasgo. Subí a toda prisa y al llegar salté a mi cama y me cubrí con la sábana para simular que estaba dormida.

-¿Mérida, estas dormida?.-preguntó mi madre, gruñí en respuesta para simular cansancio. Escuché que se acercaba a mí y me quitó la sábana y luego vi que su cara reflejaba…¿enojo puro?-Levántate, Estoico e Hiccup están abajo esperándote y tu no estabas aquí para empezar.-cuando dijo lo último sacó de mi cabello una ramita y quitó algunas hojas. Acto seguido, fue a mi armario y sacó un vestido nuevo pues vio que el que traía puesto estaba rasgado y sucio.

-Ya voy mamá.-me levante con pesar, me lavé al cara, me cambie y bajé para ver a mi viejo amigo y tío favoritos. Estaba ansiosa de ver otra vez a Hiccup, aún recuerdo cuando fuimos por galletas antes de la cena a escondidas de nuestros padres y terminamos castigados una semana. Todo fue culpa de Hiccup, si no hubiera gritado Moddie no nos habría encontrado. Tuvimos muchas otras aventuras cada vez que me visitaba, como perdernos en el bosque, romper cosas del castillo por error cuando jugábamos a la cacería de Mordú, entre otras cosas, lo curioso es que a Hiccup siempre le tocaba ser Mordú. Que nostálgico.

Cuando bajé por las escaleras Estoico se me acercó a abrazarme y levantarme como cuando aún era una niña, no lo culpo por cargarme, para él no peso desde que tenía 6 años. Cuando me bajó, Hiccup se me acercó para saludarme pero noté que cojeaba un poco, luego vi su pierna, me recordó un poco a la de mi papá pero esta tenía una barra de metal lo que me hizo preguntarme: ¿qué paso?

¿Por qué tienes un fierro en vez de tu pierna?, eso le quise preguntar pero sería ser indiscreta y no quería parecer una frente a mis padres y Estoico, yo también tengo mis límites a pesar de que no soy tan educada como mi mamá quisiera.

Todos pasamos a sentarnos en el comedor, mi padre con Estoico a su izquierda y mi madre a su derecha, yo al lado de mi madre e Hiccup justo en frente de mí al lado de su padre. No ha cambiado mucho, sin mencionar la pierna de metal, esta más alto, sigue teniendo las mismas pecas y esta más…¿apuesto?, si eso puede ser, sus ojo siguen siendo verdes pero ahora veo que tienen un brillo peculiar, su cara se hizo más fina y su voz esta un poco más grave, es bastante apuesto ahora que tiene 16 años y yo tengo 15. No, eso no puede ser, él es solo un amigo, no es posible que yo lo vea como algo más; los dos crecimos juntos, jugamos juntos, peleamos juntos, nos metíamos en problemas y nos echábamos la culpa. No quisiera cambiar eso por nada del mundo y menos ahora que nos volvimos a encontrar, él había dejado de venir debido a que los dragones de Berk habían estado atacando la aldea más seguido, y ni hablar de que nosotros fuéramos para allá, simplemente Estoico no quería ponernos en peligro.

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Yupi! primer capi subido, segundo...ahí te voy!

Espero que les haya gustado, espero comentarios y un review, los reviews son ánimos para para seguri subiendo estas cosas.

Esto va dedicado a Petalouda85 una usuario que escribe en inglés historias de Hipo y Mérida, estoy leyendo una de ella que me encantó y no he tenido tiempo de leer T^T MORIRÉ!

En fin, esperen el siguiente capi para los próximos tres o cuatro días...espero, ya tengo la historia avanzada pero me falta corregir horrores de ortografía.

BYE BYE!