Prompt: Promise/Promesa.

Summary: «Cuando vuelva, verás todas mi promesas convertidas en un anillo.»

Disclaimer: Nada me pertenece.

Ranted: K+.

Palabras: 1667.

Notas: ¡Feliz inicio de mes! ¡Feliz inicio de Gruvia Week! Es la primera vez que participo en una week y me siento very, very japi )?) y aunque no tengo los prompts completos (sí, aun cuando tuve todo marzo :P) algo es algo y la intención es lo que cuenta. Hacía tiempo que tenía ganas de publicar un Gruvia medio sad, recuerdo que hasta se lo comenté una vez a Liraz, pero jamás me animé a concluirla y la mandé al cobre de los tesoros. ¡Pero ahora he visto la oportunidad y la he aprovechado! Espero les guste.

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GRUVIA WEEK

Day one.

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Es de noche. Puede sentir la euforia que hay en el ambiente, la exaltación de sus amigos a su alrededor. La emoción desborda de todos ellos y con gran razón: ha pasado un año desde que todo acabó —guerras, derramamientos de sangre, pérdidas... muertes—, no hay razón para preocuparse, no esa noche. Ganaron la guerra, el gremio sigue en pie, el maestro está vivo.

(Ellos están vivos).

Ah, sí, y Lucy ha publicado su libro. Por eso es la fiesta. No se les olvidó. Aun así, aprovechan la oportunidad para celebrar todo.

Pero, a pesar de que la alegría la rodea y escucha las risas de sus compañeros —de su familia, no puede compartirla con ellos. Aunque quisiera, aunque pudiera. Hay un pensamiento en su mente que no logra apartar. Ése mismo que la ha estado persiguiendo desde hace una semana.

(Me iré a una misión de 100 años).

Se reproduce una y otra vez en su mente como si de un disco rayado se tratase; las palabras dentro de su cabeza se escuchan más fuertes que la música, los gritos de Natsu o las carcajadas de Cana. Y se siente desvalida. Porque cien años son demasiados años —lejos de él, lejos de ella— y el recuerdo sigue ahí, y la bofetada y se burla de ella.

Y quiere recriminarle. Quiere permitirse ser egoísta por una vez y pedirle que no se vaya, que se quede con ella, porque lo ama y ya ha esperado mucho por esto para que él se vaya sin más. Mas no lo hace, no puede hacerlo. No quiere retener a Gray a su lado.

(No por motivos egoístas).

—¡Venga, Juvia, ya quita esa cara! Estamos en una fiesta, no en un funeral—le reclama Cana, en algún momento de la noche. Sostiene una botella en su mano derecha y pasa su brazo libre por encima de sus hombros en lo que cree es una especie de abrazo. Apesta a alcohol; el olor penetra sus fosas nasales y arruga la nariz—. Toma, prueba un poco a ver si te cambia el humor.

Y no sabe si es por su ánimo que influye o porque ya es la quinta vez que Cana le insiste, pero termina aceptando la copa de cristal que su amiga le ofrece —y la siguiente, y la siguiente...— y antes de dar de cuenta, está siendo arrastrada por Gray en boxers oscuros lejos de la fiesta.

—¡¿En qué demonios estabas pensado?!—vocifera Gray, su voz llena de irritación.

Está molesto, demasiado molesto. Tal es su cólera en ese momento que sin detenerse a pensarlo, o ser plenamente consciente de sus propios acciones si quiera, la tomó con búsqueda del brazo y la arrastró lejos de la celebración, lejos de los demás. Se detuvo cuando consideró que se encontraban a una distancia prudente del resto, sin embargo, seguía sin mirarla.

—Juvia lo siente—musita, aún siendo llevada por él. Y no sabe si su voz se escucha ahogada por su estado de ebriedad o por la agitación del momento.

Después de un instante, en el que ambos permanecen en silencio, decide enfocar su vista en ella y empieza a considerar que el plan que minutos atrás le había parecido bueno, no lo es después de todo. De cintura para arriba, Juvia está desnuda, todo lo que trae es el sujetador. ¿Dónde ha quedado su camisa? Su rostro vuelve a arderle; ya no por rabia, sino por vergüenza.

Trata de mirar otra cosa que no sea la piel expuesta de su torso, pero eso le resulta una tarea demasiado difucultosa. En la inspección visual que le hace nota algo en su costado.

—Dejaste la cicatriz—comenta, enfocado en la marca oscura a nivel de su cintura.

—A Juvia no le molesta—contesta e instintivamente lleva una de sus manos a ella, cubriéndola de su vista.

—¿Le preguntaste a Wendy si puede quitarla?—continua, la vergüenza de hace un momento parece haber pasado a segundo plano. Como respuesta, sólo ladea su cabeza de un lado a otro—. Estoy seguro que si se lo pides ell—

—Usted también tiene una, Gray-sama—retruca antes de que termine, y las demás palabras mueren a mitad de su garganta.

—¡Es diferente con las chicas!—insiste.

Bien comprende sus motivos para conservarla; son los mismo que los suyos. Los ha aprendido de él. Esa cicatriz es importante para ella. Es un recordatorio, un recuerdo. Y quiere conservarla para no olvidar lo antes vivido. Comprende eso, sin embargo...

—Sólo digo que tu cuerpo…—balbucea sin encontrarle coherencia a sus palabras. No cree estar pensado en lo que dice

Ella ladea la cabeza, confundida—¿Qué tiene el cuerpo de Juvia?

—Yo sólo...—tiene la impresión de estar soltando palabras inconexas—. Sólo digo que tu cuerpo... tu cuerpo debería ser mío.

El corazón de Juvia se detiene por un segundo al oír la declaración. Su respiración se ha agitado y está muy segura de que sus mejillas se han arrebolado porque siente la cara caliente —y le arde y es de las pocas veces que Gray le dice algo así. Mantiene su mirada fija en él, que mira hacia otra parte abochornado y con las mejillas y orejas casi tan rojas como las de ella.

—Gray-sama—musita suavemente, apenas audible, y no puede evitar sentirse desfallecer. Porque el comentario de Gray ha terminado por remover algo dentro de ella que acelera su corazón, a la vez que siente como se van cayendo los pedazos de él—. El cuerpo de Juvia ya pertenece a usted, Gray-sama—declara, aún con la voz quedita.

Gray despega la vista del suelo y la enfoca en ella; sus miradas se encuentran, cejas arrugadas. Si bien, se esperaba una respuesta como esa, pero no de esa forma. Se supone que su voz esté emocionada y empalagosa por lo que ha dicho —porque está hablando con él, no así. Hay algo extraño con ella, no puede evitar notar.

—¿Pasa algo?—inquiere tras terminar un fugaz análisis con la mirada. Ahora es Juvia quien encuentra interesante el suelo, se limita sólo a negar con el rostro.

(Y ahora sabe que definitivamente pasa algo porque Juvia jamás rehuye a una mirada,

no a la suya).

Sus cejas se arrugan más ante eso, y cuando ve que todos sus intentos por recuperar su atención fracasan, están prácticamente unidas. Resopla con cierta frustración e intriga antes de acercarse —y hacer un verdadero intento—.

—Juvia—dice con la voz ronca, acariciando cada una de las letras de su nombre al pronunciarlo. La toma del brazo, un breve toque, una leve caricia y vuelve a ser él el centro de su mirada. Lo único que se refleje en sus ojos—. ¿Está todo bien?—pregunta una vez más, con más insistencia en su voz, en su mirada.

Juvia traga el nudo que comienza a formarse en su garganta, antes de que siquiera termine de hacerlo. Vuelve a negar y hace un esfuerzo sobrehumano para que su voz no tiemble al salir:—. No pas—

—No mientas—dice antes de que termine la oración, haciendo que lo-que-sea que estuviese por decir, muera a mitad de su garganta—. ¿Qué pasa?

Y el nudo vuelve a hacerse a mitad de su garganta, demasiado grueso ahora como para poder tragarlo.

Y cierra los ojos, ocultándolos de su mirada. Impidiendo que salgan las lágrimas.

(Niega,

y su corazón duele).

Antes de saberse, es rodeada por los brazos de Gray que por instinto —o porque ha entrado en pánico al ver las lágrimas— la ha abrazado. Y se quiebra. Sus barreras caen; se refugia en la calidez de su pecho y lo moja al dejar correr las lágrimas que ha estado aguantando desde la mañana.

—J-Juvia está triste...—logra decir entre hipeos contra su pecho húmedo. Toda ella tiembla al sollozar, Gray acaricia de una manera tranquilizadora su espalda—... porque Gray-sama va a-a irse lejos y Juvia se quedará aquí.

Sus palabras le descolocan por un momento. Al no saber qué decirle para consolarle y detener el llanto, la estrecha con más fuerza entre sus brazos. Ni siquiera le preocupa el que estén prácticamente desnudos. Juvia es lo único que le preocupa en ese momento.

—Me quedaré—dice él porque es consciente de que Juvia jamás se lo pediría. Nunca ha sido bueno con los sentimientos, ni leyendo a las personas, pero sabe —siente, que su pronta partida le está doliendo y dolor es lo último que quiere causarle. No se percata de que el llanto se ha detenido, sino hasta que se siente observado por ella. Sus miradas se encuentran una vez más—. No iré.

Juvia niega con vehemencia, sus ojos vuelven a inundarse en lágrimas—No—responde, voz quebrada y amortiguada contra su pecho—. Gray-sama tiene que ir a la misión.

—J-Juvia, pero tú...—intenta replicar, pero niega, y él no la entiende. No quiere que se vaya, pero tampoco que se quede. De ese modo no llegarán a ningún lado.

No sabe qué hacer.

Así que sólo la abraza. Con fuerza, con anhelo. Quiere transmitirle con ese abrazo confort. Todo el amor que siente. Es un todo está bien implícito. Un te quiero expresado en acciones, como los que acostumbrados a darse —a recibir.

—Juvia...—murmulla contra su oreja, su voz tiembla con ligereza—, voy a volver pronto. Lo prometo.

—Gray-sama...—balbucea torpe, cuando las manos de Gray la toman por sorpresa de las mejillas. La sacan del refugio que ha hallado en su pecho y la obligan a mirarlo. Su mirada es intensa y sus ojos reflejan una decisión que Juvia nunca ha visto en ellos—. ¿Q-qué e—

—Juvia—dice, ahora con más firmeza. Con seguridad. No despega sus ojos de los de ella. Sus pulgares dejan en sus mejillas húmedas el fantasma de una caricia—. Te prometo... Te prometo que cuando vuelva, verás mis promesas convertidas en un anillo.

Las lágrimas vuelven a brotar.

(y siente su corazón morir de amor).

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F I N

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Weeeell~ realmente no quedó como quería que quedara y siento que lo que mejor me quedo fue el final. ¡Pero aún así me ha gustado escribirlo! Incluso hice dos versiones de esto: una seca y que va directo al grano (y que mi teléfono gay borró :^/) y ésta que está llena de feels. )?

¡Espero les haya gustado!

¡Gracias por leer!

DanDan—