Por morderte.
Porque cuando ella duerme en lo único que puede pensar es en morder sus labios.
Disclaimer: Inuyasha no me pertenece. Es obra de Rumiko Takahashi.
Drabble.
La idea lleva días rondándole la cabeza. Semanas. Meses, incluso. Y a cada hora que pasa la idea va haciéndose más y más acuciante. Se ha convertido, prácticamente, en su obsesión.
Dormida, completa y profundamente dormida, la luz de la luna perfilando su dulce rostro. Ella es su gran tentación. Sus labios entreabiertos, rosados. Solo quiere tocarlos. Besarlos. Morderlos.
Se acerca lentamente, sin hacer ruido. Solo puede pensar en inclinarse sobre ella, en…
De pronto, la voz de Kagome se cuela en su cabeza. Su voz enfadada, una única palabra pronunciada. ¡Siéntate! Un escalofrío le recorre la espalda. Sus peludas orejas caninas tiemblan casi imperceptiblemente.
Se queda congelado a solo unos centímetros de su rostro. Sí, si ella lo pillase en esa situación… Si ahora mismo ella despertase… Se podría hecha una furia. Diría tantas veces esa palabra maldita que él quedaría enterrado en el suelo. Completamente enterrado. ¿Merece la pena?
Su mirada se posa de nuevo en esos labios. Inconscientemente se relame. Sí, claro que la merece. Sin lugar a dudas. Así que, reuniendo todo su coraje, se agacha más hacia ella. Más y más. Y, al final, sus labios se posan sobre los de la chica. Tan suave, tan despacio… No quiere despertarla. Pero también quiere más. Necesita más.
Antes de perder el control por completo se aparta. Con un único salto se aleja de ella, que todavía duerme placenteramente.
Sí, quiere más. Y algún día lo tendrá. Se arriesgará las veces que haga falta. Aunque ella se enfade con él, aunque utilice esa diabólica palabra. Incluso aunque acabe aplastado contra el suelo. A fin de cuentas, ya está acostumbrado. Y ella, sus labios, merecen el riesgo. Porque por besarla se lo jugaría todo. Por morderla.
Fin.
