Esta es una historia relajada, linda y ligeramente tonta en cuanto a que algunas cosas ocurren a modo de broma.

MakoHaru es el pairing principal, aunque en realidad son solamente amigos y el romance no se da directamente "sobre el escenario" sino más bien "tras bambalinas". Por esa razón, la historia también puede ser disfrutada por personas que gusten de otros pairings. Podrán disfrutar lindos momentos SouRin/ RinHaru/ ReiGisa/ etc. en esta historia con un poco de imaginación.

Por favor, no sean irrespetuosos con los distintos ships. Aunque me encanta MakoHaru, la historia no se enfoca demasiado en el romance y puede interpretarse de manera distinta por cada lector, para aquellos que como yo disfrutan de la variedad.

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Este capítulo está dedicado a Haruka Nanase. Un simple regalo por su cumpleaños: 30 de Junio

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Disclaimer: Ni las locaciones ni los personajes aquí mostrados me pertenecen.


Capítulo 1: Regalo inesperado

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Se estaba haciendo tarde, pero estaba tan distraído que se había olvidado de prestar atención al tiempo. La casa de Haru, por lo general completamente vacía y silenciosa, estaba llena de gente que hablaba y reía. Era ruidoso y un poco molesto y, sin embargo, no podía sentirse más feliz.

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—¡Saca el pastel, el pastel! ¡Vamos a cantar feliz cumpleaños a Haru-chan!— dijo Nagisa, tan alegre como siempre. Las palabras del menor le hacían sentirse feliz y molesto al mismo tiempo. ¿Quién querría que le cantaran algo así? Pero bueno, si los hacía felices hacer tal cosa no estaría bien detenerlos. Se volteó a un lado y no dijo nada, permitiendo a Makoto hacer lo que Nagisa había pedido.

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—Aquí está. ¡Ah, se me olvidaron las velas! Haru, ¿tienes algunas?— preguntó Makoto.

—No. —Fue la simple respuesta de Haru.

—De verdad, mira que ustedes dos son algo especial. Bueno, como creí que esto podía pasar me compré algunas velas en mi camino aquí ... ¿Eh? ¿Dónde están? —dijo Rin.
Buscó en sus bolsillos y en las bolsas que había traído, luciendo cada vez más desesperado. Entonces Sousuke sacó de su bosillo un pequeño paquete de velas y se lo pasó a Rin, quien ya lucía un divertido sonrojo en las mejillas. —Sousuke, tú ... Tsk, de todos modos, aquí están las velas —dijo, pasándole el paquete a Makoto.

—Gracias a Rin, gracias Yamasa-eh-Sousuke—. Makoto atrapó el paquete que Rin le lanzó y colocó cuidadosamente las velas en la torta, iluminándola inmediatamente después.

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Fue un buen día, su cumpleaños. No tuvo la oportunidad de sentarse en la bañera durante cuatro horas seguidas, como había planeado originalmente, pero el que sus amigos le hicieran una fiesta sorpresa no había sido tan horrible como había pensado en un primer momento, cuando los chicos aparecieron frente a su puerta con bolsas llenas de comida y sonrisas en sus rostros.

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—Bueno, se está haciendo muy tarde. Rin y yo tenemos que llegar a los dormitorios y no tenemos más de una hora para llegar allí. Si tardamos más de eso no nos dejarán entrar— dijo Sousuke, poniéndose de pie.

Sus palabras hicieron que todo el mundo se diera cuenta de lo tarde que era. Nagisa se puso de pie, seguido de Rei y Gou.

—Fue divertido. ¡Feliz cumpleaños, Haru!— dijo Rin al salir.

—Feliz cumpleaños, Haruka-senpai.

—Nos vemos en la escuela, Haruka-senpai.

—¡Bye bye, Haru-chan!

Rei, Gou y Nagisa se despidieron y salieron detrás de Sousuke y Rin. Todos tenían que tomar el tren a casa, así que no era sorprendente que hubiesen tenido que correr a casa después de darse cuenta de la hora.

—Vaya que se fueron rápido. Tienen que tomar el tren a casa, así que no es sorprendente que tuvieron que irse tan de repente, después de darse cuenta de lo tarde que es—. Una vez más, Makoto decía justamente las palabras que Haru pensaba, justo como si las estuviera leyendo directamente de su cabeza.

Siempre le hacía sentir increíblemente incómodo. Makoto realmente sabía lo que estaba pensando ... ¿¡Y si él se daba cuenta también cuando pensaba en "esas" cosas!?

—Jajaja— Makoto se echó a reír de la nada, haciendo que Haru se volteara a verle con recelo. ¿En verdad podría leer su mente?

—¿Y tú a qué horas te vas a casa? —le preguntó, ocultando su vergüenza con enfado. No estaba enfadado realmente, pero en verdad no quería que Makoto supiera sobre... ah, ¡no podía pensar en ello o lo seguro Makoto lo sabría! Piensa en ... caballa, caballa deliciosa. Caballa frita, sopa de caballa, caballa con piña…

—¿Qué pasa, Haru? De repente tu rostro se ha puesto tan feliz. Parece que estás en el paraíso. Jajaja— dijo Makoto —. Me quedaré y te ayudaré a limpiar. Hicimos bastante desorden, eh. No estaría bien que nos vayamos y te dejemos limpiar todo lo que causamos en tu cumpleaños— añadió.

Y así lo hicieron. Con la ayuda de Makoto, su casa volvió a su estado original rápidamente. No había indicio alguno de que habían hecho una fiesta... salvo claro por los regalos que sus amigos le habían dado, mismos que se encontraban muy bien se colocados sobre la mesa. Seguramente Makoto los había acomodado. No los había abierto todavía ...

—No los has abierto todavía— dijo su amigo, que apareció de la cocina en aquel momento y se paró a su lado. Y ahí estaba otra vez, la capacidad extraña que tenía Makoto de expresar los pensamientos de Haru.

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Pensando en caballa para que Makoto dejase de leerle la mente, Haru se dirigió hacia la mesa con los regalos y comenzó a abrirlos. Uno a uno, vio lo que sus amigos le habían dado. Todos eran bastante novedosos y agradables. No pudo evitar una pequeña sonrisa.

—Vaya, son todo sobre natación— dijo Makoto. Lo eran. Un libro llamado "Como verse hermoso en un traje de baño" de parte de Rei, un sombrero de natación muy colorido de parte de Nagisa, una suscripción mensual a la revista "Músculos de nadador" de parte de Gou, una cuponera para utilizar la piscina del Samezuka de parte de Rin y Sousuke, y un cupón 50% de descuento en todos los trajes de baño de *** tienda de parte Amakata sensei.

—Ahora, estás solo falta mi regalo, Haru. ¿Quieres verlo ahora? — preguntó Makoto. El ambiente era distinto al de siempre, de alguna manera. Haru se volvió para mirar a Makoto y lo encontró viéndole también, con esa sonrisa tan característica de él.

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"BOOM! ¡ZAS!"

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Un fuerte sonido los sobresaltó a ambos, haciéndolos saltar a sus pies. Llegó desde el patio trasero.

—¿¡Qu-qué fue eso!?— preguntó Makoto, escondiéndose detrás de Haruka y agarrándose de su camisa.

Sin responder, Haru se dirigió a la parte trasera de su casa para salir al patio. Había una cosa ovalada no demasiado lejos de la puerta, situada en el pequeño cráter que había hecho al aterrizar. Pero, ¿de dónde rayos había salido?

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—Allá, esa cosa—. Haru señaló en dirección al extraño objeto y Makoto se asomó desde detrás de su hombro. Era cómico el ver al gigantesco adolescente esconderse (o tratar de hacerlo) detrás de su amigo que, aunque mayor que él en edad, era considerablemente más pequeño en tamaño.

Se dirigieron hacia la cosa. Parecía casi como ... una cápsula. Lanzaba humo, como si estuviese realmente caliente, y un tenue resplandor emanaba de su superficie.

A medida que se acercaban a él, comenzaron a escuchar un zumbido. El sonido sólo creció hasta que, cuando estaban apenas a medio metro de distancia de la cápsula, se detuvo de repente. Sólo un segundo después de aquello, la cápsula se abrió.

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—¡Ahhh! — El grito de Makoto era todo lo que podía oír, las manos de su amigo sobre sus hombros eran todo lo que podía sentir y una blanca y cegadora luz era todo lo que podía ver.

—¿Qué pasa, Haru? Haru! Haru! — Makoto había caído presa del pánico, pero Haru solo podía sentir curiosidad. Sus ojos se esforzaban por ver algo, cualquier cosa, a través de la luz. Se estaban ajustando ... no, la luz se iba desvaneciendo.

Se iba atenuando, poniendo cada vez más débil, hasta que, después de un rato, al fin pudo ver lo que había dentro.

—No puede ser…— dijo Makoto, ya que él también vio lo que descansaba dentro de la cápsula abierta.

Un bebé. Un pequeño bebé que no podría tener más de unos pocos meses de edad. Parecía estar dormido.

—¿Haru? — preguntó Makoto, aunque su amigo no respondió.

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Haruka se movió hacia el bebé, haciendo caso omiso de los intentos de Makoto para detenerlo.

El niño le parecía un tanto familiar, pero no podía detectar el motivo. Mientras lo miraba, el bebé abrió los ojos. Grandes ojos azules le devolvieron la mirada por un momento y, entonces, el bebé sonrió.

Una diminuta sonrisa somnolienta en su pequeña boca. Haru se inclinó y lo recogió.

—¿Haru? — preguntó Makoto de nuevo. Todavía no podía creer lo que estaba pasando. Sus ojos pasaron de la cara de Haru al bebé que llevaba en brazos y de vuelta al rostro de su amigo.

—Makoto, ¿es este tu regalo? —preguntó Haru. Parecía hablar bastante en serio.

—¿Eh? ¡No, no es!

—Entonces, alguien más decidió dármelo, eh. Un bebé como regalo. ¿No es eso pasarse un poco? — dijo. Empezó a hacer su camino de regreso a la casa, seguido por Makoto, que estaba mudo por la sorpresa.

—Así que es un regalo, eh…— dijo Makoto cuando entraron en la casa.

Ambos estaban dentro de la casa ya cuando la cápsula se cerró repentinamente y, sin hacer más ruido que un leve zumbido, se elevó unos centímetros del suelo y volvió a despegar, perdiéndose en el cielo nocturno.


Gracias por leer el primer capítulo de mi historia. Si te gustó, e incluso si no fue así, por favor considera dejarme un review.

Tomaré los consejos que me den, además de que también acepto peticiones (siempre y cuando vayan bien con la historia) así que por favor siéntanse libres de decírmelo en un review.