La historia del reino

Hace mucho tiempo, en el lejano reino Toyosato, existía un poderoso clan de guerreros, el clan Naka. Durante mucho tiempo el clan permaneció unido bajo el mandato de sus líderes. En esas épocas el reino vivía en paz y crecía económicamente hasta ser una potencia en la región. Pero esas épocas terminaron abruptamente.

Todo sucedió cuando Toramaru Naka era el líder del clan. Él tenía tres hijos: Taichi, el mayor, que se especializaba en el uso de las armas, era el sucesor del trono de su familia. Noguyuki, el segundo, era experto en el combate a mano limpia. Y Yamamaru, el menor, tenía extrañas habilidades sobrenaturales. Ellos vivían cómodamente en un castillo, donde disfrutaban de la paz y la tranquilidad del reino. Aunque ocasionalmente tenían sus roces, los dos mayores eran bastante unidos.

Un día, cuando Toramaru se reunió con el entonces rey de Toyosato, Akamaru Hira, sucedió una extraña revuelta. Por una razón, aún desconocida, varios comerciantes locales comenzaron a protestar contra la forma de gobierno del monarca. La protesta inició de forma pacífica, pero pronto la violencia se hizo presente. Durante los disturbios, un encapuchado se infiltró en el lugar de la reunión y asesinó tanto al rey como al líder del clan Naka. Tras los actos fúnebres, empezó a correr el rumor de que alguno de los hijos de Toramaru habría sido el autor intelectual del crimen. Dicho rumor hizo que Taichi y Noguyuki se culparan el uno al otro, distanciándose y declarándose enemigos, lo que fragmentó al clan entre los que defendían a Taichi y los que apoyaban a Noguyuki. Pero un pequeño grupo de integrantes no apoyaba a ninguno de los mayores. Los rumores y disputas se hicieron tan fuertes que se desató una guerra civil en el reino.

Con el tiempo, los que apoyaban a Taichi comenzaron a llamarse a sí mismos Tainaka, los que seguían a Noguyuki se hicieron llamar Nakano, y los imparciales nombraron como su líder a Yamamaru, haciéndose llamar Yamanaka, completando así la fragmentación de los Naka en tres clanes distintos.

Unos diez años después el clan Yamanaka sufrió una pequeña división, cuando Akito, el hijo mayor de Yamamaru, por razones desconocidas, fue desheredado por su padre. Akito, su familia y algunos otros integrantes de los Yamanaka cambiaron su apellido a Akiyama. Intentaron sobrevivir como un clan independiente, pero no lo lograron. Así que, aceptando una oferta de Taichi, terminaron trabajando para los Tainaka. Por su parte los Nakano habían conquistado a un pequeño clan de campesinos, los Hirasawa.

"Durante todos estos años, el reino no ha podido recuperarse. Cualquier monarca que ha intentado ponerle fin al conflicto entre Tainaka y Nakano ha sido misteriosamente derrocado o asesinado. Y los monarcas que han perdurado se han enriquecido a costa del pueblo. A veces pienso que todo esto estuvo mal. Por más que estudio la historia, me doy cuenta que el mejor rey que hemos tenido es Hiwamaru Kotobuki, quien, no solo hizo firmar una tregua entre los dos clanes, sino que encabeza la negociación de paz entre nuestras familias..."

—«Ritsu-sama»

"... Además, los habitantes del reino se están recuperando económicamente, lo que favorece..."

—«¡Ritsu-sama!»

"... La posición económica del reino frente a los países vecinos..."

—«¡RITSU-SAMA!» exclamó una joven pelinegra, sacando de su lectura y sus pensamientos a una joven de cabello castaño.

—«¿Qué sucede ahora, Mio» preguntó la castaña.

—«Discúlpeme por interrumpir su lectura, Ritsu-sama, pero es hora de su entrenamiento»

—«Ya voy» dijo la joven castaña, cerrando el libro. Esta joven, de apenas 18 años es Ritsu Tainaka, hija del actual líder de su clan, Hideyoshi. Ella, a pesar de su baja estatura, tiene una gran fortaleza física y un gran manejo de armas. Una de sus características mas llamativas son sus ojos, color ámbar dorado que eran una característica de los Tainaka desde la tercera generación. Su compañera es Mio Akiyama, era su "sirvienta personal" ante los ojos de todos, pero la realidad es que son grandes amigas. La joven Akiyama es aproximadamente 5 meses menor que Ritsu, aunque es más alta, tiene una larga cabellera negra azabache y unos encantadores ojos grises. Al ser descendiente de Yamamaru Naka, tenía habilidades sobrenaturales, que dedicaba prioritariamente a la curación de heridos.

—«Disculpe, Ritsu-sama...» intentó decir Mio, pero fue interrumpida por Ritsu.

—«Ya te he dicho que solo me digas Ritsu y me trates de tú. No somos ama y sirvienta, somos amigas» afirmó la castaña.

—«Lo siento, Ritsu. Me preguntaba ¿por qué tanto interés de tu parte por la historia?».

—«Porque hay algo que quieren mantener oculto. De hecho, han pasado más de 500 años desde la división del clan Naka y aún no se sabe a ciencia cierta quién mató al rey Hira y al abuelo Toramaru».

—«Creí que, entre los Tainaka, se enseñaba que el culpable era Noguyuki».

—«Eso fue hasta la tregua. Ahora se enseña que fue un desconocido. Mio, ¿estás segura que entre tus poderes no está el viaje en el tiempo?».

—«Ya te he dicho que no».

—«¿Y la invocación de espíritus?». Esta pregunta hizo que Mio se paralizada del miedo.

—«¡BakaRitsu!» exclamó la pelinegra cuando volvió en sí, golpeando a la heredera Tainaka.

—«Oye, puede que seamos amigas, pero sigo siendo tu señora, así que tenme más respeto» se quejó Ritsu.

—«Lo siento, Ritsu-sama».

—«¡Que no me digas así!». Aun queriendo sonar seria, en el rostro de la castaña apareció una sonrisa burlona.

Mientras tanto en otro lugar del reino, una joven de largo cabello negro violáceo miraba el paisaje desde la ventana de su cuarto. Ella es Azusa Nakano, hija del actual líder de su clan, Hirashi. Aún con su baja estatura y su apariencia de niña, ella tiene una gran fortaleza física y agilidad felina.

—«¿En qué piensa, Azusa-sama?» preguntó una joven de cabello castaño que llegaba a la habitación de la pelinegra.

—«En lo bien que está el reino en medio de esta tregua. El rey Kotobuki está haciendo bien las cosas» respondió la heredera Nakano.

—«Espero que dure. Otros reyes que han gobernado por y para el pueblo han sido derrocados o asesinados» dijo la castaña.

—«Pero ningún otro rey había decretado una tregua entre Tainaka y Nakano. Es muy poco probable que, en medio de este período pacífico, estalle otro incidente de la nada, como el que causó la muerte del abuelo Toramaru y el rey Hira».

—«Debo decir que no descarto que eso pase. Me he enterado que los que menos contentos están con el rey Kotobuki son los Yamanaka, y ellos, sobretodo su líder, Sawako, me dan miedo».

—«Tienes razón, Ui. Muchos de los puestos del gobierno que antes eran "exclusivos" de los Yamanaka han sido asignados a otros clanes. Aunque hay un rumor que me preocupa».

—«¿Aquél que dice que Sawako está cortejando a la hija del rey, la princesa Tsumugi?».

—«Así es. Si eso es cierto, Sawako estaría muy cerca del poder absoluto del reino. Ui, por favor dile a tu hermana que vigile atentamente a la princesa».

—«En seguida». Ui, la chica de cabello castaño, es la menor de dos hermanas pertenecientes al clan Hirasawa. Ambas estaban al servicio de los Nakano. Ambas, a pesar de tener una diferencia de un año y tres meses, eran prácticamente idénticas. Ella y su hermana mayor, Yui, tenían habilidades sobrenaturales, por ejemplo, que podían comunicarse entre ellas aún estando separadas por varios kilómetros. También podían leer la mente de otras personas, por lo que podían detectar mentiras. Yui fue nombrada por el rey Kotobuki como consejera de asuntos agropecuarios, por eso estaba como infiltrada de los Nakano en el palacio real. Con lo que no contaban los Nakano era con la férrea amistad que se formó entre la mayor de las hermanas Hirasawa y la hija del rey, la princesa Tsumugi.

—«¿Yui-chan, recibiste nuevas órdenes de Nakano?» preguntó la princesa al notar la inusual concentración de la castaña.

—«Sí, Mugi-chan... Digo, princesa Tsumugi. Me han ordenado vigilarla atentamente, dada su cercanía con Yamanaka-sama» respondió Yui.

—«Bien, ya estás cumpliendo tu misión. Además, sabes perfectamente que Yamanaka no me agrada. No quiero que esos rumores se sigan esparciendo».

—«Pero, en parte, son ciertos. Yamanaka-sama sí la está cortejando, princesa».

—«Bueno, sí. Pero la ignoro lo más que puedo, como has podido comprobar, pero es tan intensa... —la princesa suspira—. De no ser porque mi familia le debe mucho a los Yamanaka, hace mucho tiempo que ella no estaría en mi vida».

—«¿Puedo preguntar por qué no le agrada? Ella es muy bonita».

—«¡Ay Yui-chan, eres tan ingenua! ¿No te has dado cuenta de esa aura oscura que Yamanaka-dono emite?».

—«¿Aura... Oscura?».

—«Sí, Yui-chan. Para resumírtelo, algo en ella no me inspira confianza».

—«Ya veo». Yui aún no procesaba del todo lo que la princesa le había dicho.

Entre tanto, en un oscuro y recóndito lugar, se llevaba a cabo una reunión, aparentemente importante.

—«Parece que no fue buena idea poner a Kotobuki al mando después de todo. Su interés por la gentuza que habita este reino es muy alto».

—«Fue tú idea ponerlo a cargo. Ahora, es tu deber buscar la forma de sacarlo del camino. Yo ya tengo al candidato perfecto para que ocupe el trono».

—«Como siempre, yo tengo que hacer todo el trabajo duro. ¿Te has puesto a pensar en lo difícil que será derrocar a Kotobuki en medio de esta tregua?».

—«No necesariamente hay que derrocarlo. Ya que estás tan apegada a su hija, podrías simplemente acercarte a él y ponerlo a dormir».

—«¡Olvídalo! No voy a mancharme las manos con la sangre de un reyezuelo. Lo que necesito es que la tregua termine. Y para eso me serán de gran ayuda las mocosas de Nakano y Tainaka». Tras decir esto, esta misteriosa mujer soltó una escalofriante risa malvada. Su compañera la miraba con desconfianza, ya que dudaba de la efectividad de su plan.

—«Ya que hablamos de eso, ¿por qué tanto te interesan los Kotobuki, especialmente la mocosa de Tsumugi?».

—«Mugi-chan es hermosa. Esa cabellera de sol y ojos como el cielo son difíciles de encontrar. Quiero que ella sea mía y voy a conseguirlo».

—«¿Sabes algo? Me asustas. Que suerte que seamos aliadas para gobernar desde las sombras». Algo que ninguna de estas dos misteriosas mujeres sabía era que estaban siendo espiadas.

"Será mejor que dé pronto aviso al rey de lo que traman estas mujeres. Su vida y las de las hijas de Tainaka-sama y Nakano-sama corren peligro. Además, no creo que a la princesa Tsumugi le guste la idea de pertenecerle a... esa mujer" pensó aquella espía mientras se dirigía al castillo real. Pero, al llegar allí, se llevó la desagradable sorpresa de que el rey no se encontraba allí, sino que estaba en una visita diplomática en un reino vecino. Aún así, dio su informe a la princesa.

—«Muchas gracias por tu información, Sumire. Inmediatamente me pondré en contacto con Hideyoshi y Hirashi para que vigilen atentamente a sus hijas. Mi padre y yo no permitiremos que la paz y la prosperidad que vive el reino Toyosato termine por las oscuras intenciones de esa bruja» dijo Tsumugi, con algo de rabia en su voz.

—«Bien, seguiré con mi misión de espionaje a SY. Ante cualquier novedad, vendré de inmediato. Sumire Saito se retira» dijo la espía, antes de desaparecer del castillo.

Continuará...


Bueno, así comienza mi segundo multi-chapter, de corazón espero que les guste y continúen leyéndolo a lo largo de su publicación.

Próximo capítulo, dos dolorosas batallas. Gracias por leer, see you.