¡Buenas! Soy Tsubaki y este es el primer fic de Naruto que publico.

Es un UA, así que aquí no hay kunais, shurikens, hokages, chidoris, rasengans, ninjas o sakuras-basuras (mentira, de eso si que hay... me persigue)

Es un fic shonen-ai/yaoi, sasunaru... y se lo dedico a Chise Black por ser la primera en leerlo y por soportarme cuando me pongo pesada con el título y le cuento mis sueños en los que Sasuke sale en Pasión de Gavilanes látigo en mano (quién es ese niinja...). También se lo dedico a mi hermanita Tsubasa porque me ha ayudado mucho con el argumento y por darme ideas estúpidas (aunque mis ideas son aún más estúpidas).

Os dejo con mi abogado xD

Abogado: mi cliente está deprimida porque es lenta de pensamiento y no se le ocurrió crear Naruto antes que el Kishimoto le quitara la idea, así que se agradecen donativos en forma de reveiw para subirle los ánimos y para que deje de tomarla conmigo. Ahora a leer.

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Come With Me...

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Sasuke se miró en el espejo por enésima vez, apoyándose en la pila del lavamanos. Le dolía la cabeza y estaba mareado, no podía dejar de darle vueltas al mismo asunto, aunque se esforzaba por intentar olvidarlo. La verdad es que tenía un aspecto horrible... tenía los ojos cansados y sin vida, estaba más pálido de lo habitual y lucía unas hermosas ojeras. Suspiró y oyó la voz de su hermano a sus espaldas.

-¿Sabías que dicen que con cada suspiro se escapa un poco de felicidad?- comentó Itachi alegremente, apoyando su cabeza en el hombro de su hermanito y mirando su reflejo-. Tienes mala cara... o eso o yo la tengo muy bonita...

-Itachi... estoy cansado, eso es todo.

-Je, je, recuerda que soy tu hermanito querido. Puedes contármelo todo, venga dime... ¿Qué te pasa?

-A ti no te importa lo que me pase- murmuró mientras intentaba que su hermano le dejara en paz, pero en vez de eso, Itachi lo abrazó por la cintura con fuerza.

-No tienes por qué tener remordimientos, Sasuke... no sabrán nunca que fuiste tú, solamente confía en mí... y vamos a divertirnos!

Sasuke se zafó de su hermano con un bufido fastidiado y fue a sentarse en el sofá del salón, pero tuvo que quedarse de pie porque estaba ocupado por una chica rubia que saltaba sobre los cojines.

-¡Fiestaaa¡Yuju!- tropezó y se dio de morros contra el suelo- ay...

-Deidara, eso te pasa por ir por ahí haciendo el tonto- la reprendió Itachi saliendo del lavabo.

-No es justo...- en ese momento la puerta se abrió y entraron dos chicos en la estancia, cargados con botellas de sake y algunas pizzas- Sasori-sempai, dile a Itachi que no es justo!!

-Para ti nada es justo- respondió cansinamente Sasori, dejando las botellas sobre la mesita. Se dejó caer en el sofá y le tiró un cojín a Deidara-. ¿Qué has hecho ahora??

-El tonto, como siempre- murmuró el otro que había entrado con Sasori.

-Cállate, pescadilla- Kisame la miró enfadado.

-¡No soy una pescadilla!

-Bah, dejadlo estar- Itachi se sentó junto a Sasori, quien había comenzado a destapar las pizza con un hambriento Kisame al lado, y miró a su hermano-. ¿Bebes?

-No, me voy a mi cuarto- se dio la vuelta y subió las escaleras, dejando a los mayores con su particular fiesta y oyendo los gritos de Deidara cantando algo así como "en un país multicolooor... nació Kisame bajo el sool...". Él no veía por qué habían de celebrar cada vez que atracaban un banco o alguna joyería... Itachi y sus compañeros eran profesionales, hasta ahora nunca se habían dejado atrapar por la policía, habían robado en numerosos lugares y nunca les habían cogido. Sasuke había ido a vivir con ellos dos meses atrás, cuando sus padres habían muerto en un accidente de coche y él se había tenido que marchar a la casa de su hermano y sus compañeros de piso (que, todo sea dicho de paso, eran muy... raritos). Había empezado a "trabajar" con ellos ahora hacía un par de semanas, y no había sentido ningún remordimiento. ¿Acaso el camión que provocó el accidente en el que murieron sus padres se había sentido culpable de dejarle huérfano y obligarle a irse a vivir lejos de su ciudad? Pues él tampoco tenía por qué sentirse culpable... al menos era lo que había estado pensando hasta ese momento.

Llegó a su cuarto y se tumbó en la cama, mirando el techo y descubriendo de pronto una mancha de humedad en una esquina. "Estúpido Itachi... ya podría gastarse el dinero que consigue en reformar la casa..."

Se tumbó de lado e intentó conciliar el sueño, pero su conciencia (y los gritos de los de abajo) no le dejaban. Estaba hecho polvo... nunca había herido a nadie en ningún atraco, y nunca había querido hacerlo, pero el de esa mañana había sido especialmente duro. Aún recordaba los ojos azules del chico que intentaba proteger la joyería de su padre, y su grito cuando a Sasuke se le disparó la pistola por accidente y le hirió el brazo. Después el chico se había caído al suelo y se había dado un golpe muy fuerte en la nuca. A partir de ahí todo lo que recordaba era que Itachi le había sacado de allí a rastras porque él estaba en shock mirando al chaval y preguntándose una y otra vez si le habría matado o no. Su hermano decía que se olvidara del tema, que no le conocía de nada... pero no era así, ese chico iba a su instituto y él sabía quién era. Uzumaki Naruto... uno de esos chicos escandalosos que se sentaban en la última fila y pasaban olímpicamente del profesor. Nunca le había caído especialmente bien, aunque debía reconocer que su sonrisa le gustaba. Rubio y con unos enormes ojos azules, jamás le había visto con amigos, siempre estaba solo... como él. Se prometió a si mismo que iría a visitarle al hospital al día siguiente, cuando descubriera dónde le habían ingresado.

Poco a poco fue quedándose dormido. Esa noche ni siquiera en sueños pudo descansar, la sonrisa de Naruto aparecía en su mente una y otra vez. Despertó de madrugada, empapado en sudor y muy nervioso. Bajó al piso de abajo, tropezando con un bulto en el suelo que después reconoció como Kisame borracho y se metió en el baño. Se quitó la camiseta y se echó agua por la cara y el pecho, intentando refrescarse. Giró la cabeza y miró hacia el salón, donde Itachi roncaba nada decorosamente y Deidara murmuraba en sueños algo así como "ejejej... no pares, no... jejeje", durmiendo encima de Sasori , mientras Kisame dormía en el suelo abrazado a una botella de sake como si su vida dependiera de ello. Hizo una mueca, estaban los cuatro tan borrachos que parecían hasta inofensivos. Volvió la vista al espejo lentamente y se puso primero blanco, luego rojo y después azul. En el espejo se reflejaba la figura de Naruto, mirándole con una cara muy seria por encima de su hombro.

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