¡Hola! Sí, ya sé. Es una pareja rara. Muy rara.

Pero por favor, dénle una oportunidad. Es el primer fic en español de esta pareja, me siento muy orgullosa.

Disclaimer: Naruto pertenece a Kishimoto-sama, yo sólo utilizo sus personajes como entretenimiento y sin ánimo de lucro.

Atención: Este fic está desde el punto de vista de Iruka.

Allá vamos.


Los días sin ti se desangran uno tras otro hasta que el tiempo y el espacio se convierten en otros de los muchos obstáculos que tenemos que superar.

Te añoro tanto… Mis pensamientos giran en todo momento en torno a ti, y no soy capaz de decir basta, de frenarlos en seco y no recordar siquiera tu nombre.

Te odio. Te odio porque te añoro, porque te fuiste sin mirar atrás, sin despedirte aunque fuera sólo de mí. Y por aquel entonces ya éramos pareja. A escondidas, pero lo éramos.

Soy tan egoísta que hubiese preferido que me llevases contigo, y huir juntos, a pesar de haber matado a toda tu familia y de ser repudiado.

-¿Por qué no me llevaste contigo?

Y aquí estoy yo, Iruka Umino, otra vez en este pequeño claro del bosque donde tantas veces nos reunimos, hablándole al viento.

Miré los árboles a mi alrededor. Aquellos árboles; testigos mudos de la pasión desenfrenada que tuvimos alguna vez.

Apreté el puño. Sentía demasiada impotencia. Golpeé uno de los árboles.

-¡¿Por qué no me llevaste contigo?

Más fuerte.

-¡Dijiste que me querías!

Más fuerte.

-¡MENTIROSO!

Los nudillos me sangraban.

-Te amo, Itachi.

Un último golpe. Mi mano se rompería, pero al menos me quedaría a gusto. Pero mi brazo no se movía. Una fuerza que no identificaba me sujetaba y no podía mover la mano.

El viento sopló a mi favor, y percibí el olor. Lo percibiría en una cloaca.

-¡ITA_

-Cht.

Puso su otra mano en mi boca. Pero de todas formas yo no iba a gritar. Estaba paralizado, en un estado de trance y sentía mis piernas como si fueran de piedra. Itachi me sujetó contra su pecho. Y menos mal, porque si no me hubiese caído.

Atiné a separarme de él después de unos segundos. Nos separaban unos pocos metros, pero era tan doloroso…

Saqué el kunai del bolso y lo sujeté en alto como pude con la mano temblorosa.

-Eres un traidor y un asesino. Mi obligación es matarte o morir en el intento.-no sé cómo pude decir eso sin que me temblase la voz.

-Iruka…

-¿No vas a luchar?

No sé cómo pasó. En un segundo yo estaba en brazos de aquel Uchiha.

-¡¿CÓMO_

Volvió a taparme la boca y me aplastó contra un árbol.

-Iruka, cállate. Te llevaré a una cueva que conozco, pero no grites, ¿estamos?

Me destapó la boca. Yo estaba otra vez paralizado; hacía demasiado tiempo que no sentía el contacto con su piel suave. Me hizo un gesto, y yo obedecí como un perrito: me impulsé y rodeé mis piernas en sus caderas y mis brazos en su cuello.

Corrió entre los árboles ¿media hora? ¿dos minutos? ¿tres días? No tenía ni idea. Sólo podía sentir sus hebras azabache rozar contra mi cuello, y tenía bastante con no desmayarme. Tantos años…

Por fin llegamos. Entramos en la cueva. Era un lugar en penumbra, iluminado por la suave luz de algunas velas. Había unas cuantas mantas apiladas a modo de colchón y algunas más para paliar el frío. Era un tanto… inhóspito, por así decirlo.

Por lo demás, nada digno de mención: algunos víveres tirados por ahí, leña por allá…

Vi que Itachi sonreía (supongo que por mi comportamiento), pero la sonrisa nunca llegó a sus ojos.

-Ya puedes bajar, Iruka.

Me sonrojé violentamente y deshice mi abrazo de su cuerpo. Logré pararme en el suelo, pero mis extremidades seguían amodorradas, y me tambaleé. Él volvió a sujetarme contra su pecho.

-Iruka…-musitó casi inaudiblmente.

Ya se hacía de noche ahí fuera. Y yo estaba agotado de todas las emociones vividas en aquel día. Notaba cómo el cansancio se apoderaba de mí.

Me llevó a las mantas y me recostó en ellas, tan gentilmente como en aquellos tiempos en los que nos demostrábamos nuestro amor. Pero esta vez no se quedó encima de mí, sino que se tumbó a mi lado y me apretó contra su pecho bien formado.

Me dormía. Mierda. No quería dormirme. Sabía que me mataría. Pero no podía hacer nada.

-Itachi…-susurré justo antes de perder la batalla contra el cansancio.

Pero un parte de mí sentía (absurdo sentimiento) que Itachi Uchiha velaría por mis sueños.


¿Qué tal estuvo?

Les pido reviews con todo lo que se les ocurra poner. Este fic es muy importante para mí, y me gustaría saber su opinión acerca de él.

Muchísimas gracias a todos aquellos que lo han leído, a pesar de la pareja poco común.

Un besazo.