:..Un Diario para ser leido...:
Que pasa cuando tienes que elegir entre vivir y dar vida? Que pasa cuando debes dejar solas a las personas que amas… que harías? Ella va a escribir un diario. Un diario para ser leído.
Capitulo 1 Cambios para bien y para mal.
Una mujer hermosa miraba por la ventana. Sentada en su escritorio… frente a la ventana. Extrañamente se veía iluminada… era como si su piel brillara. Su cabello era castaño, y caía en bucles y rizos enmarcando sus suaves facciones. Pero sus ojos miel estaban melancólicos. La mirada perdida en las montañas y el atardecer delataba su tristeza. Parecía un ángel en la tierra. Un ángel triste.
Suspiró y siguió escribiendo en su cuaderno. Sabía que no le quedaba mucho tiempo. Tenía que escribir… tenía que hacerlo. Pero le costaba. Todo le parecía importante y merecedor de páginas y páginas en su cuaderno. En su diario… pero este no era cualquier diario. Pasó la página y siguió escribiendo.
…la primera vez que te enamoras es todo mágico. Estas radiante de alegría, y te sientes un persona nueva... como si acabaras de nacer. Pero todas esas lindas sensaciones son justamente recompensadas con lo que te vas a sentir asi de mal. Vas a dudar... de tí, de lo que siente la otra persona. Vas a tener mucho miedo, pero vas a ver como esto pasa. Y los momentos de
alegría… son lo mejor. Si estos son suficientes para mitigar lo mal que te sientas, como que te hacen olvidar lo malo, entonces estas enamorada. Es obvio que te preguntes si estas enamorada, porque es algo nuevo que nunca has sentido. Pero no busques enamorarte… deja que pasen las cosas… si te enamoras lo sabrás. Lo sentirás. No importa que sea muy pronto… por algo pasan las cosas. No esperes que alguien te vea y te diga: ufff… si estas enamorada. Porque talvez te digan que no lo estas. Que es muy pronto. Que no puede ser. Por eso solo confía en lo que sientes. Ve despacio… no exijas ni esperes a cambio la devolución de todo ese amor que has puesto. Porque lo mejor es cuando el amor es correspondido. Cuando te arriesgas a enamorarte pueden pasar dos cosas, el amor es correspondido o no. Si es correspondido, como te decía… es magia pura… es lo mas bello que existe… inexplicable. Es como estar en otro mundo. Pero si el amor no es correspondido… sentirás que es injusto. Te deprimirás… la otra persona puede no sentir lo mismo. El enamoramiento no es algo voluntario, ni se puede crear ni hacerlo desaparecer. Existe o no existe. Es un proceso que hay que pasar, como el desamor. No sé cual va a ser tu caso. Pero inevitablemente, hoy o mañana, tendrás que pasar por el desamor. No tengas miedo… y no te detengas. Es un proceso como te escribía antes. Vas a aprender a lidiar con el dolor que te produce, y cada día se va a hacer más leve. Muchos enamoramientos surgen para concluir, formando parte del aprendizaje de la vida…
Sollozó en voz alta pero no soltó una sola lágrima. Se inclinó hacia atrás en la silla de madera y observo su vientre que era redondito y abultadito. Se pasó las manos estirando las arrugas de su vestido largo. Se preguntó si serviría de algo que le escribiera esas cosas a su bebé. Lo hacía porque por lo menos, la primera vez que se enamoró quisiera haber sabido esas cosas. Ya no podía estar más tiempo así. Le haría mal a ella y a su bebé. Al instante se paró despacio y se estiró.
Caminó hacía el gran closet de madera oscura en la elegante habitación. Sabía que afuera de su habitación hacía frío así que jaló su chaqueta. Caminó por los desiertos y húmedos de su casa. O debería decir por los pasillos de su pequeño castillo.
Caminó por varios iguales pasillos desoladores, hasta que entro en una puerta que abría a una gran habitación de grandes y altas columnas. Y estanterías llenas, repletas de libros. Respiró el olor del lugar. Un mezcla de olor ha guardado y a pergamino. Le encantaba ese olor.
Se paseo un momento entre las estanterías, hasta que agarró un libro que había leído hace tiempo. Uno de sus favoritos. Se sentó en un sofá cerca de la entrada y se puso a leer. Se sumergió en sus páginas mientras afuera oscurecía y oscurecía.
La puerta de la biblioteca se abrió pero no hizo ningún ruido. La corriente de aire que entro fue la que hizo que la mujer de los rizos levantara la cabeza. Y por primera vez en todo el día su cara se iluminó aún más y sus ojos brillaron… al igual que su boca rosada, que formó una sincera sonrisa.
En el marco de la puerta un hombre la miraba con ojos de embelesamiento y con la misma sincera sonrisa que ella había formado. Era alto y tenía el cabello negro.
La mujer se levantó del sofá de un salto y se abalanzó a abrazarlo. Él la rodeo por la cintura con cuidado. La abrazó suave, pero hasta su alma la envolvió en brazos, como no queriéndola dejar ir nunca. Esa era la mujer de su vida. Ella, la única. Respiro en su cabello que olía delicioso como a flores. O a mar. No sabía describirlo... Olía como a tranquilidad. Casi se adormeció al instante. Pero despertó completamente al ponerse frente a frente con ella. Era… simplemente perfecta. Ella tenía los ojos entre abiertos, y lo miraba con embelesamiento. Con verdadero amor. Pestañeaba con sus tupidas pestañas mientras en su boca seguía plantada la delicada sonrisa. Beso sus labios sin proponérselo realmente.
Ella suspiró. Un deje de melancolía se dejó sentir en su corazón.
-¿Como estas hoy? –preguntó él esperando más que un bien.
-Igual que ayer… amor… estoy como debo estar. Si quieres saber como estoy en este preciso instante no tengo que mentir… me encuentro perfectamente bien, feliz. –y le sonrió sinceramente. Amaba a ese hombre.
-¿Has escrito algo hoy? –Le pregunto sin dejar de mirarla preocupado.
-Sí lo he hecho. Aunque no he avanzado tanto como quisiera… -bajó la mirada.
-Linda… no te presiones. No esta bien… no quiero que estés así. –La mujer no respondió solo meneó la cabeza en expresión de es imposible no estarlo.
-Ven, vamos a comer ¿sí? Tienes que alimentarte muy bien… -la tomó de la mano y se la llevó al comedor.
-¿Harry mañana vamos con Ginny verdad? –preguntó
-Exacto cielo. Mañana tenemos cita en San Mungo. He pedido el día libre… y también… he pedido vacaciones… ilimitadas… -lo último lo dijo despacio, estudiando las distintas expresiones que Hermione formó en un solo momento.
La morena dejó de caminar y se volteó –Harry… como has hecho eso? Eres el jefe… -Negó con el seño fruncido, sin embargo el detectó en su mirada algo de enternecimiento y sonrió. Le bastaba con eso. –por eso lo he hecho… por que soy el jefe. Y porque puedo hacerlo si quiero… -ella pareció conformarse y no dijo nada más. Ambos siguieron caminando sin hablar. Tenían tiempo… pensaban con esperanza los dos.
Llegaron al hermoso comedor iluminado por un bonito candelabro que colgaba del alto techo, y estaban por sentarse cuando Margaret, que originalmente era la ama de llaves que pasó a ser algo así como una segunda mamá para la joven pareja llegó
-Señor Harry, señorita Hermione, el señor Ron y la señorita Luna esta en el vestíbulo…
Las caras de ambos se iluminaron mientras se volvían a levantar caminando ahora hacia la entrada de la casa, y de repente se sintieron de 17 años de nuevo, aunque sabían que tenían diez más encima.
-¿Margaret podrías poner más platos por favor? –Pidió Hermione mientras caminaba despacio
-Claro niña… -respondió con tranquilidad la señora ya mayor llena de paz en la mirada, de amor hacia los que veía desde hacía aún pocos años, tres, ella era la ama de llaves en la casa, y recordaba como si hubiese sido ayer la noche en que los señores habían llegado a ver la casa en donde vivirían después de casarse. Inmediatamente había congeniado perfectamente con la muchacha, que le recordaba a su propia hija. Y el señor, el era otra historia. Siempre la hacia reír, era como un niño. Aunque últimamente estaba más seriecito. Era como el hijo que nunca había tenido. Todo esto lo pensó mientras ponía dos platos más en la mesa para los amigos de los señoriítos. Inseparables sonrió.
En el vestíbulo esperaba Ron y Luna, ambos lívidos de frío. Sonrieron al ver como se acercaba Harry y Hermione.
-Por que no han entrado chicos?? –preguntaron mientras se saludaban con abrazos los cuatro.
-Costumbre Hermy… como están? -Preguntó la rubia mientras abrazaba a la morena.
-Bueno a comparación de ustedes secos… -rió dulcemente la chica –Pasen a secarse… -dijo apenada.
Ron y Harry caminaron detrás de las muchachas charlando animadamente. Como siempre habían charlado ellos dos.
Los cuatro comieron juntos mientras contaban algo del trabajo… de un amigo que habían visto de nuevo… o de algo que recordaban.
Después de la cena Harry y Ron se pusieron a jugar un ajedrez mágico, mientras Hermione se quedo en la cocina con Luna. La rubia hablaba con la pancita de Hermione mientras que ella solo oía a su amiga y se reía.
-Cómo esta Harry, Hermy? Ya están tranquilos los dos? Ya vi que el bebé si esta comiendo… ya creció!! Hermy ya solo faltan cinco meses!! –Hermione rió y respondió a la pregunta sobre Harry.
-Pues ni tanto… Harry dejó de trabajar…
-sí lo sé… Ron me ha contado hoy… pero esta bien, lo hace porque te quiere y nada más.
-sí… lo sé, por eso lo amo yo a él. Por esas cosas –le sonrió a la rubia.
-Sí lo sé… pero los noto a ambos diferentes. Como más serios, y más maduros.
-Sí… cambiamos a la fuerza Luna. Ahora estamos mucho más tranquilos, sin prisas. Aunque talvez no deberíamos… bueno pero así estamos… como que… como que si yo ya no fuera a estar mañana –lo dijo de un solo y no lo pensó más.
-Sí es lógico. Pero hay que tener fe Hermione…
-Sabes? Creo que estamos mejor. Claro que no me gustaría estar en esta situación… -abrió los ojos desmesuradamente -pero talvez es la única manera en la que entiendo y pongo en práctica el dicho de "vive tu vida como si hoy fuera el último día" -se miró los zapatos y suspiró –bueno tengo que verle el lado bueno sabes?
-Hay amiga… -Luna se acercó y le dio un abrazo –De veras… no se me hace justo que les este pasando esto.
-Te quiero mucho amiga… gracias por estar aquí. Mira esto no es fácil… y sin ustedes no estaría nada bien créeme!
-Hermione nunca los dejaríamos solos OK?? Sabes que estoy ahí…
-Sí Lunis… lo sé. –le sonrió mientras seguían platicando de cosas sin importancia… que al menos le hicieran olvidar por un momento de cosas más serias. Cosas como que su corazón no resistiría el impacto de tener a su bebé. Cosas como el impacto de que su corazón era demasiado débil le había causado. A ella, y a su esposo, a su amor, a su mejor amigo. Un impacto irreparable, triste, doloroso, pero que los había unido en sobremanera.
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Hola!!! Estoy muy feliz de presentarles esta nueva propuesta.
Que les ha parecido?? Lo he escrito con mucho cuidado. Esta algo cortito, pero solo será el primer Cáp. de este tamaño. La idea me surgió cuando necesite consejos, consejos que Hermione pretende escribir en su diario. Y luego la trama se me ocurrió en días de óseo jeje.
Por favor díganme que les pareció!!! Que les gustaría y demás consejos son bien recibidos.
Gracias por leer.
Besos
:..Sin ti no soy nada… porque en tus ojos están mis alas… esta la orilla donde me ahogo...: -Carlos Varela, Una palabra
