Espero no moleste que dedique esta historia a The Mad Doll Gracias por comentarme! Fue lindo ver aparecer tantos comentarios :3
La pesada mirada no se apartaba de él a pesar de estar temblando como nunca. Dejó el tenedor entre el aire y la rebanada de pastel sin atreverse a levantar la vista.
-Juro que no puse nada más que lo indicado en la receta- balbuceó, aterrado por volver a sentir el sabor abrasivo de aquella masa dorada- no tengo idea de por qué sabe así-
-No te he dado el permiso para hablar, jovencito- dijo, con el ceño tan fruncido que podía ver cómo su frente se unía al puente de su nariz- no te vas a levantar hasta que te hayas terminado todo el pastel-
Comenzó a sollozar, tomando una porción casi diminuta y sin masticar tragó. Era como si estuviera hecho con cloro y azufre. Gimió, jalando aire con dolor cuando el bolo llegó hasta su estómago.
-Te di una sola tarea, Butters. Sólo hacer un maldito pastel para el cumpleaños de tu madre y sólo Dios sabe qué cosas le habrás puesto para que huela tan horrible. Muchos niños matarían por tener una familia como la nuestra y tú, tú parece que nos odias. Eres una rata malagradecida- bramó, azotando su puño contra la mesa-¡Come más rápido, no seas un marica!-
-Por favor- suplicó entre los sollozos y las gruesas lágrimas que caían a la mesa y sin embargo volvió a llenar el tenedor- haré lo que sea pero no me hagas seguir comiendo esto-
-Tú lo preparaste- sentenció sin dar pie a ninguna clase de argumento.
-Juro que sólo puse leche, huevos, harina, sólo lo que decía la receta- su padre permaneció inamovible ante los violentos espasmos de dolor y asco por la próxima mordida- por favor, papá-
- No hasta que acabes o al menos que admitas que eres una rata miserable y querías envenenar a tu madre con esta porquería-
Butters tragó, quemado por la rabia y la angustia de no ser siquiera escuchado, el ya nauseabundo sabor del vómito naciendo en su garganta y sobre todo el dolor que hacía que sus pulmones parecieran flores marchitas rompiéndose bajo la lluvia. No podía más.
-Lo lamento, papi- rompió en un llanto aminorado sólo por la falta de fuerzas que iban ennegreciendo las formas antes sus ojos- soy un monstruo terrible pero aprendí la lección. Castígame, lo merezco-
-¿ Ves lo sencillo que era? Ahora ve a tu habitación. Tres semanas de castigo. Espero que haya valido la pena esta broma, señorito- Butters ni siquiera intentó levantar la cara, sólo juntando sus fuerzas para subir hacia su habitación, marcando el número de Kenny. Buzón de voz. Buzón de voz. Ya no sentía el aire entrando. Ya no sentía el aire saliendo.
Stephen cerró con rabia la puerta de copiloto donde había acomodado el pastel que debió salir a comprar a último momento porque el inútil de su hijo seguro había confundido el azúcar por la sal y había montado todo un teatro para ahorrarse el regaño. Pero él estaba criando un hijo responsable y obediente, no un conspirador desagradecido. Antes de encender el auto, su celular comenzó a vibrar con el nombre " Linda" ni siquiera le dio tiempo a saludar.
-¿ Stephen? Gracias a Dios ¿Ya llegaste a casa? ¿ Haz visto las noticias? Un loco se metió a la lechería del pueblo y tiró veneno de ratas en los contenedores ¡En nuestro pueblo! Dios, acabo de ver a la señora McCormick, estaba destrozada... Kenny... El pobre Kenny fue el primero en morir, Stephen. Si estás en casa , tira todos los cartones, por favor...¿ Stephen? ¿ Me estás escuchando?...-
