Descargo de responsabilidad: Háblese con Nakamura sensei. El fic es mío, eso sí.
FLORES
Kyoko sueña con flores.
Rosas enormes que esconden lágrimas de leyenda, de princesas y reinas; zefirantes y heliantemos del color de los atardeceres de Guam, donde el aire huele a coco, a sal y magia de un día.
Kyoko camina por prados sembrados de soles, soles que se transforman en dientes de león y adornan sus manos como una novia.
Y su risa —la de él— resuena fuerte, libre, verdadera… Sin sombra de cadenas ni pesares. Kyoko lo busca, pero el aire se torna de cristal azul y le impide llegar a él. Ella grita, y con cada grito que araña su garganta, con cada golpe contra el cristal, las flores se marchitan entre sus manos, los prados se agostan y Princesa Rosa cae de su cuello.
Él está ahí, justo detrás, y cuando por fin el cristal estalla en esquirlas de zafiro, púrpura y dorado, sus ojos son verdes.
