Inicialmente comento que este no es mi primer fic, pero si el primero en tanto tiempo…
Adicionalmente, recuerdo que aquí solíamos publicar lemons, género que desapareció según me parece o fue desterrado al mundo de los foros… Aún no entiendo bien, pero la idea de la villa me surgió porque recordé algún fic similar… No sé si es idea mía o si alguien ya había realizado las descripciones de las calles; si es así, me place cederle el crédito a esa persona, si no es así… Me pregunto porque lo tengo como un recuerdo de algo leído y no de algo pensado, en todo caso, escribiré los capítulos necesarios para concluir la historia.
Me baso en el universo del anime, pero no usare a los digimons, solo usare a algunos de los personajes. Espero que vos leyendo te diviertas como me he divertido escribiendo.
No sé qué fue lo que llevo a papá a venir a este pueblo… Estabamos tan bien en Francia…
T.K. salío de casa enfadado, había vuelto a tener una pelea con sus padres… Llevaban apenas una semana en ese lugar y ya se habían peleado unas cuatro veces por lo mismo: ¿¡Si estaban tan bien en Francia, que tenían que ir a hacer en esa pequeña aldea japonesa enclavada en algún lugar de las montañas de ese pequeño país!?
Camino sin rumbo, de todas formas no importaba, aquello erá un pequeño pueblo con calles en roca y casa viejísimas, no podías perderte allí, aunque los bosques estaban cerca y había escuchado a los vecinos decirle a su madre que no se debía ir allí sin compañía de alguien que los conociera.
T.K. pensó en su hermano Matt; tranquilamente se había quedado en Francia por la universidad, mientras él se había tenido que ir tan lejos de su vida, de sus amigos y de la chica que le gustaba. Tenía 16 años y sentía que el mundo podía ser suyo, jugaba basketball desde muy pequeño y eso le había dado un cuerpo definido y un físico envidiable. Sus padres tenían ya casi 15 años juntos y, después de haber pasado por varias crisis, habían decidido que necesitaban cambiar de vida así que lo habían arrastrado al pequeño Majuy en Japón. Amos eran de allí, pero por el trabajo de él habían pasado mucho tiempo en Paris. Volver a sus orígenes, decía ella constantemente, les haría bien a todos, pero nadie había pensado en él, que tuvo que abandonar todo por ir con sus padres aunque si le hubiesen dejado se habría quedado con Matt.
Cuando fue consciente de lo que estaba haciendo se encontró en un parque, era de noche y estaba muy oscuro. No se asustó, estaba muy solo, pero él estaba enojado y además a aquel lugar difícilmente llegaría cualquier cosa…
Entro al parque y se sentó en un columpio sin mecerse. Ya no se sentía enfadado, solo algo desubicado. Takeru tenía enojos que no solían durarle ya que era un chico comprensivo criado por un matrimonio que, aunque no era perfecto, le había inculcado la tolerancia y la paz, sin embargo, nunca imaginó que la situación de sus padres le llevaría tan lejos de aquel lugar que él consideraba su casa.
Suspiro pausadamente, cerró los ojos y elevo la cabeza al cielo.
-Apuesto a que nunca habías visto un cielo tan limpio.
La voz femenina lo saco de su ensimismamiento y le hizo abrir los ojos y buscar la fuente del sonido que se le antojo bonito.
A un par de metros estaba una chica de cabello y ojos marrones, de su altura, tal vez, vestida con un pantalón de bolsillos color tierra, una camiseta de tirita negra y una camisa abierta blanca. La chica lo observaba con una sonrisa amable y tranquila y él se dejó ir los ojos.
-Debes ser el chico nuevo y, espero, no debes estar perdido. Majuy es un lugar pequeño.
Ambos guardaron silencio y se observaron. Takeru la miraba de forma inquisitiva, preguntándose quien la habría llamado a meterse en donde no le importaba, pero la chica solo le transmitía paz.
El chico no le respondió y ella pareció no darse cuenta, como si no le molestara su silencio.
En algún momento, entre ese que parecía tan eterno, la chica se dio la vuelta y se marchó y él se quedó solo de nuevo. No habían más sonidos que los del campo y el frío empezaba a calar. Sabiendo que mamá se preocuparía decidió volver a casa.
Volvió a recorrer las calles a paso lento y un par de minutos después de iniciar ya estaba en la puerta de la casa. Suspiro y entró. Sus padres estaban sentados a la mesa y el ya no estaba enojado.
-No estoy cediendo, pero… Vamos a ver qué pasa.
Fue todo lo que dijo, le dio un beso a ella y subió por las escaleras mientras ambos lo miraron sonriendo.
A la mañana siguiente se preparó y bajo a desayunar, hoy empezaría en el nuevo colegio, el único que había en ese pueblo. Al menos era poco el tiempo que le faltaba para acabar la escuela e ingresar a la universidad.
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No escribía hace unos 10 años y me complace volver aquí. Últimamente mi vida ha tenido un cambio y de repente surgieron ideas en mi cabeza de todo lo que, en su momento, no escribí sobre este anime que, aún hoy. me gusta tanto.
Inicio este fic con la esperanza de poder narrarlo completo, de poder ordenarme y divertirme y, como no, divertir a quienes quieran leerlo conmigo.
Sin tener intención, quiero agradecerte a ti que leíste este prologo y pedirte que vayas conmigo hasta el final. Gracias.
