Disclaimer:
Happy Tree Friends no me pertenece si no a Mondo Media, aquí lo único mío es la historia y el futuro Oc que participará.
Hecho sin fines de lucro y de una fan para fans. Sé que dije que ninguna portada me pertenecería, pero en vista de que lógicamente ningún artista aparecerá mágicamente a dibujar algo para mí, la portada la he hecho yo, así que... bueh, me pertenece. No soy buena dibujando, hice lo que pude xD

Aclaraciones:
Sé que apenas he publicado una historia y que no debería publicar otra ¡pero! esta es de solo cinco capítulos cortos, casi siendo drabbles y además ¡ya está terminada xD! Quizás publique cada uno en un radio de dos o tres días.

Sin más que decir, Enjoy!


De contraparte a contrapartes

Summary:
Cuando Lumpy mira a ese héroe, lo único que pasa por su retrasada mente son muchas preguntas; como ¿es él un humano? ¿por qué está dotado de poderes? ¿podré yo tener esos poderes? Lumpy era todo, menos un genio y aun sabiendo eso, había decidido llevar su plan para obtener o duplicar esos poderes, lo que nunca esperó de su experimento es que este saliera demasiado mal, creando a otro ente similar a Splendid.


-ADN-
Ideas, experimentos y Lumpy

Se encontraba dormitando en uno de los bancos del parque, "vigilando" a Cuddles, Toothy y Giggles. El día pintaba bastante lindo y demasiado agradable para el gusto de Lumpy. Lumpy era un estúpido, eso había que dejarlo claro como ver a través de un cristal. Habría seguido haciendo de las suyas o más bien, haciendo nada como siempre de no ser por una estela fugaz que pasó delante de él, removiendo sus cabellos, despeinando el no tan elaborado corte que el peliazul llevaba.

Sorbió su nariz y se talló el ojo.— ¿Q-Qué sucede? —Splendid lo miró reprobatoriamente, Lumpy sólo lo miró con esa pasiva calma que lo representaba.

— Eres un idiota. —Lumpy lo examinó bien y se fijó que en brazos llevaba a Giggles, ésta solo temblaba.

Lumpy sonrió de manera bastante ida. Splendid frunció el ceño y se alejó volando de ahí. ¿Cómo se sentirá volar? Lumpy miró el cielo, torció los labios y se levantó del banquillo blanco.


— ¿Qué quieres hacer qué?

Lumpy lo miró con desgana.— Ya te dije, duplicar los poderes de Splendid.

— Es que aún no me creo que quieras hacer semejante cosa, no sabemos con qué estamos tratando. —Respondió, volviendo su vista al cohete a escala.

— ¡Sniffles! ¡Anda! ¡Será divertido!

Bufó.— No.

Estaba dispuesto a irse, cuando se le ocurrió algo a lo que Sniffles no se negaría. Quizás Lumpy no era tan estúpido.— Es sólo un estudio científico, ya sabes, ¿tienes frijoles en lata?

La vista del peliazul más joven se nubló por un momento, sus manos temblaron y dudaron de colocar esa pieza dentro del cohete. Se acomodó los lentes, se enderezó en su silla y lo meditó con más precisión. Quizás era una mala idea, pero una mala idea con el suficiente potencial para un experimento. Sus ojos se desorbitaron y se enfocaron en un punto invisible de la habitación. Ya no moriría tan seguido y ninguna estúpida razón lo mataría enseguida. Todo esto sucedió en unos pequeños microsegundos.

— En la cocina, la repisa más alta.

Lumpy, tranquilo fue a la cocina a por frijoles. Los sirvió en un bowl pequeño y lo metió enseguida en el microondas. Buscó una cuchara de tamaño mediado entre los trastos de su amigo Sniffles.

— Bueno, tu ganas.

Sacó el plato del electrodoméstico y hundió la cuchara en la comida.— ¿Qué gané?

— Ya sabes, ¡eso! Te voy a ayudar con lo de Splendid.

Le dio una cucharada a su bowl. Masticó de manera lenta y con los labios ligeramente abiertos. Tragó de manera brusca.— Mañana empezamos, iré por algo.

Comenzó a avanzar hacia la salida, tranquilo mientras comía sus frijoles. Sniffles lo detuvo, cruzado de brazos.— Es mi plato, no te lo llevarás.

Cambió su rumbo al comedor y siguió comiendo, observando como Sniffles volvía a su cohete a escala. Lumpy lo miró curioso mientras degustaba sus frijoles, masticando a veces con la boca abierta y otras no tanto. Sniffles se veía molesto y asqueado, pero no había mencionado nada. No hasta que saliva con algo de frijoles cayó sobre su cohete.

— ¡Lumpy! ¡Cierra la boca cuando mastiques! —Gritó, casi arrancándose los cabellos.

El aludido sólo tomó su plato y le dio la espalda mientras comía, mirando de soslayo con algo de recelo al chico peliazul. Dio otra cucharada y a manera de burla, comenzó a masticar ruidosamente. Sniffles comenzaba a desconcentrarse y a cabrearse también, todo esto en sobremanera. Lumpy, una vez sumergida su cuchara para dar otro bocado, chocó ruidosamente, escandalizando el lugar por el choque de cuchara-plato que daba, cada vez más frecuente. Esa había sido la gota que derramó el vaso. Se escuchó el ruido, para nada sordo, de la silla siendo arrastrada. Sniffles se había parado de golpe, colérico y rojo de ira.

— ¡Fuera de mi casa! —Gritó, incontenible.

Lumpy sólo se paró limpiamente, sacudió su hombro.— Eso significaría llevarme el plato y bueno, tu me dijiste que y-yo —Balbuceó, haciendo tintinear el plato con la cuchara.

— ¡Llévate el estúpido plato! —Interrumpió, mascullando groseramente.

El adulto sólo sonrió de manera tranquila y con paso calmado y lento, pero firme se dirigió a la puerta. Abrió la puerta y antes de pasar por el umbral, dejó el plato vacío en la entrada.

— ¡Gracias por la comida! —Salió, con un portazo que terminó por irritar a Sniffles.

Sniffles estaba que echaba humo, enojado y molesto, tiró el cohete a escala y fue con zancadas a su habitación a intentar dormir, quizás eso le bajaría el reciente estrés que Lumpy le había "regalado". Aún no se pensaba, como rayos lo ayudaría en ese experimento sí el se comportaba de manera tan inmadura; pero bueno, sólo el día de mañana diría que sucedería.


Con las manos en los bolsillos, comenzó a alejarse del parque. Un rubiecillo lo había estado atosigando con autógrafos ¡y qué decir de la chica del moño! Amaba ser reconocido, pero todo tenía un límite. Ahora que estaba más calmado, esa chica era la misma que había salvado de casi morir de tan fuerte que habían girado uno de los juegos del parque, ¿quién había sido el culpable? ¡ya ni lo recordaba! Su cara formó un gesto de confusión y comenzó a levitar para llegar más rápido a su casa; ahora que lo pensaba o más bien, que recordaba ¡había dejado el pan en la estufa! Seguro y eso se había reducido a cenizas.

— ¡Ohw! ¡Eres Splendid!

El mencionado bajó la vista, arqueando una de sus cejas. Pensó que sería un niño, un adolescente tal vez, no un adulto. Su cabello era de un azul cremoso, un poco largo y desaliñado; llevaba unas pequeñas horquillas amarillas, una a cada lado de su cabeza que simulaban pequeños cuernos de alce, siendo dos en total. Era alto, y de no ser porque flotaba, este seguro lo rebasaba. Sus ojos eran amarillentos, esos ojos ya los había visto, pero no recordaba donde.

— Eh, sí, ¿qué quie-sucede? —No quería sonar grosero ante uno de sus fans.

— ¿Puedes darme un autógrafo, sí? —La cara de Splendid se desencajó cuando le extendió una libreta y un lapicero.

Lo sostuvo y mientras la abría y comenzaba a garabatear su firma, perdió de vista al peliazul. Supo dónde estaba cuando sintió como el frío metal de unas tijeras rozaba su nuca. Le había cortado cabello. Quizás unos mechones de la nuca, antes de donde su columna vertebral empezaba.

— ¡Hey! —Gritó extrañado, pero el sujeto ya estaba corriendo como despavorido.— Fans —solo atinó a decir, llevando la libreta y lapicero consigo, cuando lo volviera a ver, se los regresaría. Seguro.


Tan rápido como llegó a casa, puso los mechones que le cortó a Splendid en un estuche transparente de cristal. Sonrió bobamente y dejó el estuche en uno de los cajones de su habitación. Palpó sus pantalones y hasta encontrar su celular, se detuvo. Buscó en sus contactos. Cuddles, Flaky, Giggles, Handy, Flippy, Russell, Sniffles, Nutty, ¡un momento! ¡Sniffles! Dio al icono de marcación rápida y escucho paciente mientras se tiraba sonriente en la cama.

— ¡Sniffles!

Se escuchó un quejido por el grito.— "¿Sí? ¿Lumpy? ¿Eres tú?" —Cuestionó con voz adormilada.

— ¡Ya tengo el ADN de Splendid!

— "¿Qué? ¿Cómo?"

— ¡Pffff! Fue sencillo, ¡le corté un mechón!

— "¿Qué hiciste qué? Lumpy, eso ha sido inteligente, en serio."

— ¿Trabajaremos en tu sótano o él mío?

— "Francamente, preferiría que fuera en el mío."

— Ya dijiste, iré mañana al mediodía.

— "Entendido, hasta mañana"

— ¡Hasta mañana! —Colgó y con el mismo ánimo, se dirigió a la cocina a celebrar, poniendo frijoles en lata en el microondas para la cena.


Notas de autora:
Dios, ya parezco Disney xD sabrán porqué en el siguiente capítulo :v Espero les haya gustado tanto como a mí escribirlo.

¡Gracias por leer!

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