Rating: T por insinuaciones sexuales.
Advertencia: Vocabulario soez y algo de OoC (Out of Character).
Disclaimer: Gintama no me pertenece, todos los derechos al gorila.
HAGAMOS EL AMOR Y NO LA CENA
Y quizás Gintoki tuvo que prestar más atención a la manera en la que le besaba (de aquella manera que le exigía más de él que únicamente su cuerpo) más que al hecho de que ya no tenía tanto calor y en algún momento había perdido su jodido pijama.
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Gintoki se ha dado cuenta. Oh, claro que sí.
Y es que él no es tan idiota como todos piensan (al menos no todo el tiempo) y tiene bien clara un par de cosas sobre la vida. Como que nada es gratis y siempre hay alguna intención oculta o que no hay un protocolo exacto de reacción cuando la fiera niñita —no tan niña ya— que has cuidado por los últimos cinco años (cinco largos años) hace que se te apriete un poco más el pantalón como por la zona de la jodida bragueta sobre todo; con aquella maldita sonrisa que te hace ser un mierda porque sigue teniendo la misma sonrisa que la niña de catorce.
Ah, pero tampoco importa tanto cuando lo has podido ignorar la primera vez y bueno, las muchas veces siguientes ya no es algo tan jodido. Más bien es como un puto mosquito susurrándo al oído antes de dormir (molesto, pero tienes la pereza suficiente como para no arremeterle una hostia al aire). Y Gin-chan y su voz aguda ya es un poco más grave y su cuerpo es más suave y voluminoso y, si cierra los ojos, Gintoki es capaz de ignorar que, joder, es Kagura.
Y había otro puto sofá en esa sala, ¿Y por qué ella tenía que sentarse allí, tan cerca de él? ¿Por qué, maldita sea, tenía que ser su brazo el que estuviera (in —intenta convencerse)cómodamente presionado contra sus... bueno, aquellas cosas que habían decidido crecerle sin preguntar ni pedir permiso —se obligaba a si mismo no pensar que Kagura, definitivamente, tenía tetas. Es decir, Kagura no puede tener tetas porque entonces él ya estaría firmando personalmente su sentencia de encarcelamiento porque mejor prevenir que curar y él era un maldito cerdo (sí, así de crudo y asqueroso como suena)— y que Kagura había decidido, hacían buena combinación presionadas contra Gin-chan. Y Gin-chan iba a explotar.
Y lo hace por las noches, en otro sentido, cuando su pijama le sofoca de repente y ese puto calor no le deja dormir y Kagura (no entiende como, porque él está sudando como un jodido pollo al horno) tiene frío y entra en su cama con él y se pega a él y se acurruca contra él y se abraza con fuerza a él... Y Gintoki está en ese estado de pandemonium interno porque el apocalipsis está en su mente pero su cuerpo está en el limbo y se siente muy bien como ella se presiona más y más y más contra él y Gintoki puede mover sus manos con solo una orden y tocarla.
Y aunque físicamente puede (y quiere) no puede ni quiere aún así.
Pero él es un rebelde por naturaleza y no le teme a la policía y sí que lo hace: la toca. Su cintura sus piernas, su cadera su espalda, su trasero... y no sigue un orden porque sus manos están ansiosas y hay mucho que tocar y poco tiempo, y por eso el cierra los ojos y no es Kagura, no es Kagura, no es Kagura.
Pero ah, sí que es Kagura y es el jodido zumbido de su conciencia y el puto Pepito Grillo que se lo recuerdan y no lo dejan en paz y es por eso que él acaba soltándola, y lucha por zafarse de sus pequeños (pero horriblemente fuertes) brazos de piel pálida y alejarse tanto como puede en aquella cama (se había deshecho ya del futón, y es que éste ya rogaba por una merecida jubilación, que ya había aguantado muchas cosas) pero no mide las distancias y entonces cae al suelo y Kagura no se inmuta.
Como si "Te lo mereces, cerdo". O quizás solo era la conciencia avergonzada de Gin-chan. Porque el pantalón le aprieta demasiado y no lo deja pensar bien (porque todo hombre tiene dos cerebros y uno siempre tiene más poder de convencimiento que el otro) y ¡Joder, que tiene treinta tacos y está peor que un adolescente calenturiento, mierda!
Y que iba a morir joven porque, vamos, acababa de manosear a la niña que conoce desde que ella prácticamente se había quitado los pañales un día anterior y que el jodido Umibozu había dejado a su cargo y... Y entonces se cubre la cara con las manos, y no es la primera vez que él acaba durmiendo en el suelo y luego "¿Por qué estás en el suelo, Gin-chan?" y un "Buscaba una máquina del tiempo" que no era del todo una excusa.
Empero él es un hombre, y tiene necesidades. Y también moral. Pero necesidades sobre todo y límites también. Y quizás es solo que se está volviendo majareta o que la crisis de los treinta lo ha cogido fuerte.
Pero, sea lo que sea, incluso si es la mismísima Kagura haciéndo todo eso a propósito para hundirle la vida —y no encuentra un motivo. Es un cara dura, sí, pero hasta donde sabía era también buena gente y todo eso— o para mejorarsela un poco (que también, no iba a negarlo. Era una tortura placentera, oye) pero que parase. Que parase porque él ya no podía más.
—Tú ganas, Kagura. —había lloriqueado en el silencio de la habitación, desde el incómodo suelo.
Y unos ojos azules y una sonrisa traviesa se asomaron desde arriba del colchón y Gintoki entonces supo que sí, que era un maldito viejo verde con varios tornillos menos y todo, pero que Kagura era un jodido peligro con un buen par de tetas (¿Qué más daba admitirlo ya?) y que, mierda, podía más que él en ese estúpido juego de tira y afloja.
Y quizás Gintoki tuvo que prestar más atención a la manera en la que le besaba (de aquella manera que le exigía más de él que únicamente su cuerpo) más que al hecho de que ya no tenía tanto calor y en algún momento había perdido su jodido pijama, pero ella seguía moviéndose más y más y más sobre él y Gin-chan ya no sabía si cerrar los ojos o es Kagura, es Kagura, es Kagura.
Joder, tiene que ser Kagura, o acabaría por volverse loco del todo.
De oca a oca y tiro porque me toca.
Hay poco GinKagu por aquí, pero ¡No teman! Aquí hemos llegado yo y mi obsesión para salvar al fandom.
Realmente no se que me pasa con estos dos y con este tipo de relatos, pero juro, JURO, que yo intento hacer cosas lindas y fluffys pero en algún momento todo se transforma y acaba así, lo siento por eso (siento no sentirlo, más bien, sorry not sorry).
¿Qué me pasa? Yo antes no era así...
Yo solo quiero un Gin-chan y como no puedo tenerlo, Kagura debe disfrutarlo en mi lugar y... (¡Shh, no tienen que enterarse que me he vuelto a escapar del psiquiátrico!).
En fin, si me preguntan, no puedo decir si la ship para mi se basa en amor o sexo. Quizás un poco de cada una y mucho de la otra(? Yo me entiendo.
¡Ya nos veremos por aquí!
Viernestrece.
