NOTA: Este capítulo ha sido rehecho dos veces. La primera vez se hizo en noviembre de 2015, y la segunda vez, que es esta, se ha hecho en enero de 2019. La versión original no está disponible, mientras que la primera versión actualizada la mantengo guardada, si queréis verla solo tenéis que preguntarme. Es importante que sepáis que la actual versión de la historia se está realizando después de proyectos como 'Especial' o 'Cero'.
¡Hola! Como habéis podido leer arriba, esta se trata de la segunda vez que rehago esta historia tan querida por mí, pero que a pesar de ese aprecio no puedo evitar negar que presenta errores que saltan a la vista, aparte de mi clara evolución en el estilo de escritura, y que no se ve reflejada en esta historia. Esos son los principales motivos por los cuáles estoy actualizando la historia.
No hay mucho que decir sobre la historia en sí, es mi propia versión de la película, con algunas cosas que serán cambiadas drásticamente, mientras que otras estarán muy poco modificadas. También es, si no me equivoco, la primera historia en la que se abordará el pasado de Blu de forma recurrente.
Nada más que decir, disfrutad del capítulo.
Capítulo 1 – Pasado y presente
'Es inútil volver sobre lo que ha sido y ya no es.'
-Frédéric Chopin
"¡Despierta!" Logra escuchar.
Abre sus marrones ojos y descubre a su padre tratando de despertarlo con fuerza.
"¿Papá?" Se levanta, aún algo dormido, mientras bosteza.
"¡Tenemos que irnos, Blu!" Su padre lo coge con sus garras y sale volando del nido.
"¡¿Por qué?!" Pregunta Blu, confundido. "¿Qué ocurre?" Añade.
"¡-, cuidado!" La madre de Blu, quien esperaba a su esposo en la rama fuera del nido, lo advierte.
Blu agita la cabeza, confundido, puesto que juraría que no había escuchado el nombre de su padre, sino una bizarra estática.
Sin embargo, este pensamiento desaparece cuando su padre sale despedido por los aires, sangrando por el costado, y soltando a Blu en el proceso.
"¡Papá!" Blu logra agarrarse con un ala a una de las ramas del árbol, salvándose de caer al suelo.
"¡-, lárgate con Blu!" Es lo último que dice, antes de caer al suelo, inicialmente inconsciente.
"¡-!" Grita la hembra azul entre fuertes llantos.
Blu estaba en shock. Estira el ala, viendo como su padre, casi muerto, caía al suelo, completamente ensangrentado.
"¡Blu!" Escucha por su izquierda.
Gira su cuello con velocidad, recordaba esa voz.
"¡-!" Puede verla, puede ver sus azules plumas, sus verdes ojos. Puede ver, también, las manos humanas que la estaban metiendo en una jaula.
También se percata de que, al igual que con su padre y su madre, no puede decir ni escuchar su nombre.
"¡-!" Trata de decir su nombre otra vez, pero no puede.
Y entonces, siente un pinchazo. Observa su abdomen y descubre un dardo incrustado. Comienza a perder el sentido y cae de la rama en la que esetaba. Mientras cae, puede ver a su madre en el suelo, inconsciente, sangrando por la cabeza.
"¡Mamá!"
Blu cae al suelo, y entonces unas manos humanas lo meten en una jaula.
Y entonces, todo se vuelve negro.
Despierta conmocionado, respirando agitadamente.
Sin embargo, se percata de dónde está, y se serena en unos pocos segundos.
"He vuelto a soñar con eso." Murmura, mientras se quita el sudor de la cara con su ala derecha.
Revisa el reloj que hay en la habitación.
"Las 7:13." Piensa. "Bueno, justo antes de que suene el despertador."
Se toma dos minutos para levantarse de su cama improvisada, que consistía en un pequeño cojín con una manta dentro de un cajón. Bosteza un par de veces antes de subir a la mesita de noche, y apagar el despertador antes de que suene.
Justo al apagarlo, puede escuchar el despertador de su dueña sonar en la habitación contigua, y un posterior golpe en la mesa. Blu deduce que intentaba apagar el despertador sin usar su sentido de la vista.
Camina sin prisa hacia la puerta y se asoma, viendo a su despeinada dueña Linda dirigirse hacia las escaleras del final del pasillo.
"Buenos días, Blu." Dice, aún algo somnolienta.
"Buenos días, Linda." Corresponde Blu.
Linda conocía el tono de los graznidos de Blu y, aunque desconocía lo que significaban, sabía lo que querían transmitir estos.
Blu sigue a Linda hasta el final del pasillo. Mientras que Linda baja por las escaleras, Blu sube a la barandilla de la escalera y se desliza por este.
"¿Cuál te apetece?" Dice Linda, sacando dos cajas de cereales y poniéndolos en la mesa de la cocina, que estaba justo en frente del comedor, sin ningún tipo de pared.
Blu señala con su ala los de la derecha.
Linda asiente con la cabeza y guarda los otros.
Mientras Linda preparaba el desayuno, Blu enciende la televisión y se acomoda en el sofá.
"¿Quieres jugar hoy con Tony?" Pregunta Linda, mientras comienza a preparar el desayuno.
Blu grazna en señal afirmativa.
Coloca el mando justo al lado de su pata derecha y va cambiando de canal continuamente, en busca de algo entretenido.
"Que aburrida es la televisión por las mañanas." Piensa Blu.
Tras cinco minutos sin encontrar nada, decide rendirse y deja la televisión en el canal de noticias de la mañana.
"Lo de siempre." Murmura Blu.
La ventana se convierte en su centro de atención. Mientras Linda prepara su propio desayuno y el de Blu, este abandona el sofá y se sube a un mueble cercano al enorme ventanal desde el que solo se podía ver la blanca nieve que abundaba en la ciudad.
"Ciertamente, está nevando mucho." Piensa.
Y estaba en lo cierto, Moose Lake estaba teniendo una oleada de frío y ventisca que estaba durando toda una semana. Apenas se podía ver más de tres metros por culpa de la nevada que estaba cayendo.
"Blu, ya está listo." Avisa Linda.
Blu esboza una sonrisa involuntariamente y vuelve al sofá, donde sus cereales le esperaban en la pequeña mesa que había justo en frente.
"¿Cuándo parará?" Pregunta Linda, de repente.
Blu la mira sin entender qué quería decir.
"La ventisca." Aclara Linda. "Llevamos bastantes días así, apenas vienen clientes por eso." Añade con preocupación.
Blu no responde, sino que se limita a coger la cuchara con sus habilidosas garras y comenzar a comer.
Ambos desayunan en absoluta tranquilidad mientras ven las noticias, que no variaban mucho, ya que todas se centraban en la ventisca que asolaba el norte de Estados Unidos, Canadá y los accidentes que habían ocurrido por ello.
Tras desayunar, y mientras Linda recoge los platos y los friega, Blu sube al segundo piso a lavarse el pico.
En su mente aún estaba el extraño sueño que había tenido esa noche, y que había tenido muchas otras noches.
"¿Por qué no puedo recordarlos…?" Se pregunta en su mente mientras, con su garra izquierda, echaba un poco de pasta de dientes en el cepillo, y procedía a limpiarse el pico. "Tengo muchos recuerdos sobre mi infancia, pero ¿por qué no puedo recordar sus nombres? ¿Por qué no puedo recordar nada de ellos?"
Se concentra en terminar su tarea, limpia el cepillo y su pico con agua. Tras terminar su higiene, vuelve a bajar por el pasamanos y vuelve al sofá, para ver la televisión un poco más.
El canal de noticias todavía no ha cambiado de artículo y sigue describiendo a todo detalle las decenas de desastres ocurridos.
"La ventisca, en teoría, debería parar en máximo tres días." Informa Linda. "O eso han dicho."
"Ya era hora de que parara." Piensa Blu.
Harto de ver lo mismo, decide investigar un poco entre los canales en busca de algo más entretenido, cosa que no logra.
"Pff…" Se queja en voz alta, volviendo a dejar la televisión en el canal de noticias que, afortunadamente, había cambiado de tema.
"La tala masiva de la selva amazónica no hace más que empeorar. A pesar de ser ilegal, esto no ha frenado a los delincuentes que siguen destruyendo la jungla día tras día, amenazando a diversas especies…"
Blu suspira con desánimo al escuchar las noticias.
"Menuda gentuza." Dice Linda, molesta de igual manera. "Son unos ignorantes, incapaces de ver que los árboles hacen que podamos seguir vivos."
Justo cuando a Blu le empezaban a interesar las noticias, tocan a la puerta.
"¿Quién será? Ni siquiera he abierto la librería aún." Dice, mientras se dirige a la puerta.
La ventisca no permitía ver nada, por lo que no pudo ni ver quien era.
"¡Hola, Marta!" Linda deja pasar a la invitada.
Blu esboza una tranquila sonrisa mientras se asoma por encima del sofá.
"¿Puedo dejar a Tony contigo un momento?" Pregunta la recién llegada. "Tengo unas cosas que hacer, y mi madre está de viaje, no quiero dejarlo solo."
"Claro que sí." Acepta Linda.
En cuanto obtiene su aprobación, Marta le abre la jaula a Tony, y este sale, yendo inmediatamente al sofá donde estaba Blu.
"¡Hey!" Saluda Tony, subiendo de un salto y acomodándose al lado de Blu.
Tony era un guacamayo rojo de alas verdes, una especie de lo más colorida y abundante en las selvas tropicales. Tony compartía edad con Blu, y eran amigos desde que eran polluelos.
"Hola, Tony, ¿qué tal?" Corresponde Blu el saludo.
"Igual que siempre, ¿qué haces?" Pregunta, curioso.
"La verdad es que estaba bastante aburrido, simplemente viendo la televisión."
"¿Quieres jugar a algo?" Pregunta Tony. "¿O solo quieres pasarte el resto del día viendo la televisión?" Añade con tono irónico.
Mientras Tony estaba con Blu, Linda despedía a Marta y volvía a sus tareas, como fregar los platos y preparase para un nuevo día en la librería.
"No te lo voy a negar, no me apetece hacer nada hoy." Responde Blu. "He soñado otra vez con mis padres."
Tony frunce el ceño preocupado. "Recientemente no dejas de soñar con eso." Dice Tony. "Yo también tengo pesadillas, pero no tan abundantes como tú. ¿Sigues sin poder decir sus nombres en los sueños?"
"Sí." Afirma Blu. "No sé cómo he podido olvidarlos."
"Tranquilo, tiene que haber una explicación razonada detrás de eso." Dice Tony. "Seguro que te diste un golpe o algo así que hizo que te olvidaras de eso."
"No lo sé, Tony…" Dice Blu, sin confiar mucho en sus palabras.
"Eh, escucha, cuando te metieron en la jaula estabas inconsciente." Dice Tony. "Apostaría a que eso hizo que tu memoria se volviera un poco loca y te olvidaras de ellos. ¡Eras solo una cría!"
"Sí, la verdad es que eso tiene sentido." Dice Blu, algo más animado. "Aunque sigo sin saber por qué tengo esos sueños tan a menudo."
"Sabes, creo que deberíamos hacer un viaje a algún sitio nuevo o algo así." Dice Tony, recostándose en el sofá. "¡Como Iris!"
"Hablando de Iris, ¿se sabe algo nuevo?" Pregunta Blu.
"Sí, le mandó una foto a Marta." Dice Tony. "Les roba los móviles a los turistas para hacérselas." Añade, entre risas.
Blu se contagia de su risa. "¿Dónde está ahora?"
"Sigue en Brasil, concretamente ahora está en Rio." Dice Tony.
"¿Rio?" Pregunta Blu, asombrado. "Ahí es donde nacimos, ¿no?"
"Donde creemos que nacimos." Corrige Tony, Blu lo mira extrañado. "Quiero decir, es lo más probable pero tampoco es que podamos asegurarlo al cien por cien."
"Sí, supongo que tienes razón." Dice Blu, sin ganas de seguir discutiendo. "Pero, en fin, ¿a qué se está dedicando últimamente?"
"Según dice está disfrutando al máximo, ya que su aventura se está acabando."
"¿Ya vuelve a Moose Lake?" Pregunta Blu, impresionado. Tony asiente en señal afirmativa. "No me puedo creer que ya hayan pasado dos años, el tiempo vuela."
"Sí, el que no vuela eres tú." Dice Tony, mientras se ríe.
"Ja, ja." Dice Blu, algo molesto. "En fin, ¿dónde estaba el mes pasado?"
"Creo que en São Paulo." Dice Tony.
"Genial." Dice Blu. "La próxima vez que se vaya a algún sitio nos apuntamos." Añade entre risas.
"No diría que no, la verdad."
"Y, por cierto, ¿ha cambiado mucho?"
"Si quieres en cuanto vuelva a casa le mando una foto a tu dueña para que la veas." Dice Tony. "Pero, si te soy sincero, está muy guapa."
Blu sonríe maliciosamente a Tony.
"Sabes que no es lo que crees." Dice Tony. "Estoy siendo objetivo, está bastante guapa."
El resto de la mañana transcurrió de forma normal. A la hora de comer, Marta llamó diciendo que no iba a poder recoger a Tony, y pedía a Linda que le diera de comer, por lo que Tony se quedó toda la tarde también. Aproximadamente por la noche, finalmente su dueña vino a recogerlo.
"Nos vemos, Blu." Dice Tony, metiéndose en su jaula.
"¡Adiós!" Se despide Blu de igual manera.
Tras abandonar el establecimiento, el silencio vuelve a reinar el local.
"Hacéis mucho ruido." Dice Linda con una sonrisa sarcástica. "¿Tienes hambre?"
Blu asiente con la cabeza.
"Bien, te toca fruta." Dice Linda. "¿Alguna preferencia?"
Blu grazna en señal negativa, por lo que Linda elige a su gusto.
"Pues entonces te pondré naranja." Dice Linda.
Blu sonríe ante la elección de su dueña y se va al sofá a poner un poco la televisión. Para su sorpresa, seguían hablando de la nieve en los informativos.
"La tormenta debería parar mañana." Escucha Blu.
"¡Eso es genial!" Grita Linda, quien se encontraba en el otro lado de la casa, preparando la naranja de Blu.
"Por fin algo de luz." Piensa Blu, aliviado.
Los cinco minutos siguientes antes de empezar a comer, Blu sigue viendo la televisión, cambiando entre canal y canal en cuanto se aburría.
"A comer." Dice Linda, quien traía un plato lleno de rodajas de naranja, y lo dejaba en la mesa en frente de Blu.
Blu no se hace de esperar y devora las naranjas con apetito.
"Bueno, yo ya he cenado y tengo bastante sueño." Dice Linda. "Me voy a ir a dormir, cuando termines de comer, apagas las luces y subes a dormir también, ¿vale?" Ordena Linda.
Blu grazna en señal afirmativa y Linda sube por las escaleras, yendo a su cama. Le echa un vistazo al reloj, eran las 10:01.
"Ha pasado el tiempo rápido hoy." Dice Blu.
Termina de cenar y procede a apagar las luces, que estaban justo al lado de la barandilla de la escalera. Antes de apagarlas, logra escuchar una vibración que provenía de la mesa del sofá; el móvil de Linda.
Vuelve al sofá y lo enciende, había llegado un mensaje de Marta, la dueña de Tony. Al abrirlo, era un mensaje con una foto de una preciosa guacamaya azul y amarilla, con una frase justo debajo de esta.
"Te dije que estaba siendo objetivo." Lee Blu.
"Y no mentías." Dice Blu en voz baja, ciertamente Iris estaba preciosa.
Vuelve a apagar el móvil y, ahora sí, apaga las luces y sube por las escaleras para dirigirse a su habitación.
"Tengo ganas de verla." Piensa. "Hace mucho que no la veo."
Su cama estaba preparada, probablemente Linda lo había hecho. Se tumba y cierra los ojos, esperando dormirse pronto, y esperando no volver a tener una pesadilla.
Bueno, eso ha sido todo por hoy.
Como suelo decir, las críticas son agradecidas, siempre y cuando sean constructivas.
Un saludo, nos vemos en el próximo capítulo.
