Disclaimer: ESDLA no pertecece, si no a J.R.R. Tolkien, la historia y los personajes no conocidos son míos.

Espero que disfrutes la lectura

Capitulo 1: Verdad

Valdi se encontraba en su cama, miraba a través de la ventana, había temido que este momento llegara, a su edad ya no podía ocultarle nada a su hija, ella merecía saber la verdad, miro a la puerta esperando a que se abriera, había mandado hablar a Gandalf el gris para que la apoyara en esta tarea, ella estaba muy débil y sentía a la muerte caminar por la habitación.

La puerta se abrió dejando entrar al mago con su característico atuendo, pero sin su puntiagudo sombrero, detrás de él y con un rostro que parecía no haber envejecido ni un solo segundo desde que cumplió veinte años, estaba Elin su hija, en sus grises ojos se veía la tristeza de ver a su madre moribunda.

―mi querida Valdi, ¿Cómo te encuentras?

―demasiado bien debería decir― luego para mirar con dulzura a su hija― Elin siéntate junto a mí, hay algo que debo decirte.

La chica de cabellos negros y blanca tez se sentó en una silla junto a la cama de su madre y tomo su mano entre las suyas.

―mi querida niña, nunca me pediste ninguna información acerca de tu padre, pero ahora debes saberla, es por tu seguridad.

La joven tembló, un helado escalofrió le recorrió la espalda, sabía que no podía evitar esta conversación, no sabía porque pero cada vez que intentaba pensar en su padre, se le erizaban los vellos de su nuca.

Flash back

Valdi se encontraba en el bosque recogiendo manzanas, solía ir a venderlas o cambiarlas en un pueblo que estaba cerca del bosque, le encantaba sentir el pasto bajo sus delicados pies por ello casi siempre andaba descalza, su rojiza cabellera brillaba bajo el sol que se colaba entre los árboles.

Tarareaba una cancioncilla, mientras hacia su tarea, nunca reparo en el silencio que se había formado.

― ¿sabes cual camino seguir para llegar al pueblo más cercano? ― dijo una profunda voz

Al girarse a ver quién era, se topo con un alto y apuesto hombre, vestía una túnica y botas negras, un pantalón gris oscuro que hacían resaltar la blancura de su piel. Una leve sonrisa surcaba su rostro, tenía una ligera barba que enmarcaba su boca, el cabello azabache llegaba debajo del cuello. Sus ojos grises se veían más profundos gracias a las ojeras que los rodeaban.

―claro, voy para allá si quieres te acompaño, ―dijo ella con una sonrisa.

―estaría encantado de que me guiaras― dijo ensanchando su sonrisa

Valdi se coloco sus botas, que había dejado a un lado, para poder caminar sin hacerse daño en el camino de rocas. Su ligero vestido verde ceñido al cuerpo dejaba ver su delicada figura.

― ¿de dónde vienes? ―pregunto ella

―de un lugar lejos de aquí, cerca de las montañas, pero me gusta más el bosque. Por eso planeaba viajar hasta encontrar un lugar donde establecerme.

―vaya, yo no viajo mucho, soy guardiana de este bosque, me criaron desde pequeña para poder amar a la naturaleza, llevo unos años viviendo por mi cuenta en una casita cerca de aquí.

―debe ser interesante lo que haces.

―prácticamente es cuidar de lo que me rodea.

― ¿no te preocupa la soledad del bosque o que alguien pueda hacerte daño?

―no suelo encontrar peligro, además fui entrenada para defenderme en caso de ser necesario.

Así siguieron caminando hasta llegar al pueblo. Ella le indico donde se encontraban las posadas más cercanas, ahí se separaron, ella llego hasta el mercado ofreciendo sus manzanas, la gente la estimaba mucho por ser una persona gentil y amable, si no conseguía vender todas las manzanas regalaba el resto a quienes las necesitaran.

El extraño hombre la observaba a distancia, ella seria perfecta para sus planes.

Al siguiente día Valdi fue a un rio cercano a llenar jarros de agua para sus necesidades básicas. Se le antojo darse un baño, se quito su sencillo vestido azul y en camisón se metió a la tibia agua. Nado un rato, hasta que escucho a alguien aproximarse, miro y descubrió al mismo hombre que le había pedido ayuda.

―lo siento, no quería interrumpir― dijo el girándose aparentemente apenado.

― ¿Qué haces aquí? ― pregunto la chica extrañada.

―quería saber tu nombre

― ¿Por qué?

―para agradecerte

Salió del agua y se puso el vestido sobre el empapado camisón.

―puedes voltear― dijo ella con un ligero sonrojo

El hizo lo que ella le pidió. Y ahí estaba, su vestido se había mojado y de su cabello no dejaban caer delicadas gotas cristalinas.

―me llamo Valdi

―lindo nombre

― ¿y tú eres?

―Assar ― ¿encontraste cómodo el pueblo?

―por un tiempo está bien. ¿Quieres ayuda? ― dijo señalando los jarrones llenos de agua.

―no, gracias, puedo hacerlo sola.

―así podría pagar mi deuda.

Valdi sopeso la idea un minuto, no quería que el supiera donde vivía, pero llevar el agua era una tarea pesada, además así podría alejarlo al sentir que no le debía nada.

―está bien―respondió

Assar tomo dos jarrones y los cargo sin dificultad alguna. Valdi tomo el que quedaba y se encamino a su casa, hablaron un buen rato. Ella sentía una extraña fascinación por aquel personaje, se pregunto que se sentiría recorrer el mundo ir a las montañas a los reinos de los enanos, o a las paradisiacas ciudades de los elfos.

Entre preguntas y relatos llegaron a una pequeña casa en la cima de un gran árbol, subieron las escaleras talladas en el árbol hasta llegar a la puerta de la casita, la joven lo invito a pasar. Le ofreció té, que Assar acepto encantado, mientras el agua se calentaba, ella fue a secarse y cambiarse de ropa. La casa solo tenía una cocina con un pequeño comedor, una habitación y un diminuto baño donde se encontraba una tina.

Valdi salió con un vestido verde esmeralda que resalto sus rojizos cabellos que había trenzado y sus hermosos ojos azules. Le sirvió un té a su invitado y se preparo otro ella. Le gustaba la compañía de aquel hombre, le contaba con todo lujo de detalles los lugares que había visto, que parecía que hubiera estado ahí.

Así pasaron horas hasta que llego el atardecer. Valdi lo invito a comer al día siguiente pero el declino la invitación, diciéndole que no abusaría más de su gentil hospitalidad. Entonces ella le dijo que podría visitarla cuando quisiera mientras se encontraba ahí.

Así pasaron días, el la visitaba llevándole provisiones, ella cocinaba deliciosos platillos, solían hablar hasta tarde, paseaban por el bosque e iban al pueblo juntos.

Valdi poco a poco comenzaba a sentir en su pecho un extraño sentimiento. La esperanza de verlo cada día la hacía levantarse con una sonrisa. Ese día en especial, ella parecía más risueña que de costumbre Assar apareció al mediodía.

Ya en la noche ambos miraban las estrellas en el diminuto pórtico que hacía a la vez de balcón, hablando historias acerca de las constelaciones reían hasta que Assar miro de forma atenta a Valdi.

―luces hermosa― dijo

―Gracias―respondió ella con un sonrojo.

―de todos los lugares que he conocido nunca imagine encontrarme con alguien como tú.

― ¿a qué te refieres?

―a que nunca pensé encontrarme cómodo con alguien, y menos con alguien tan dulce como tú.

―yo…― la chica se sonrojo más

El acerco su rostro al de ella y le dio un pequeño beso. Valdi tuvo una batalla interna, su cuerpo pedía más, pero una parte de su mente decía que era peligroso. Lo miro con extrañeza y el volvió a besarla pero con más pasión, sintiendo como poco a poco el cuerpo de la joven sucumbía al deseo de aquel beso. Con una mano, el tomo su cintura y con la otra la sujeto del cuello.

Aquel delicioso instinto hizo acallar las alarmas de su racional mente para dejarse seducirse por aquel placer hasta ahora desconocido para ella. Assar rompió el beso y en silencio le pidió una respuesta.

Valdi pensó unos segundos si el merecía su pureza. El había sido bueno con ella y Valdi sabía que estaba enamorada de él. Tal vez ambos habían encontrado su espacio, juntos, ella se había acostumbrado a su presencia y si él se iba, su corazón se rompería. Por primera vez en su vida decidió dejarse llevar por el impulso.

Lo beso tímidamente, mientras asentía. Él se levanto y la tomo en brazos dirigiéndose a la habitación de la chica. El comenzó a acariciarla, haciendo que el deseo de ella creciera cada vez más. Podía pedirle que parara, apenas sabían cada uno de los sentimientos del otro, pero por otro lado era demasiado difícil no dejarse llevar por sus besos y sus caricias, mando todo al infierno y decidió que no quería esperar más. Rodeo con sus brazos su cuello y él la levanto para depositarla en la cama.

Al día siguiente ella se despertó, un fuerte brazo abrazaba su desnudo y poco dolorido cuerpo, se alegro de haber tomado aquella decisión, se sentía muy feliz.

Se giro para mirar al hombre que tanto amaba, aun dormía, le beso la frente y sin despertarlo se levanto se puso su bata y fue a preparar el desayuno.

Ese día decidieron quedarse en la casa, pasando de la cama a la cocina solo cuando era necesario. Valdi no podía creer que feliz era, podía verse en un futuro ya casada con Assar, inclusive de atrevió a imaginar niños.

Después de otra intensa noche, despertó y no sintió el calor del cuerpo que había yacido a su lado toda la noche. Se levanto y no lo encontró en la casa. Se sentó en la mesa de la cocina algo desconcertada cuando vio a un objeto brillando en la ventana. Se acerco y miro con asombro una hermosa joya, un collar del que colgaba un bello rubí sin pulir, lo que le daba una extraña belleza al objeto.

Junto a al collar había un pergamino.

'fui al pueblo por mis cosas, te veré al mediodía.

Assar'

Suspiro de alivio y guardo la joya. El día pasaba lento a los ojos de Valdi, ya era pasado de la hora indicada y aun no veía a su amado. Decidió dar un paseo. Regreso a su casa al atardecer y no había rastro de Assar, con una nueva angustia naciendo en su pecho, camino al pueblo. Pregunto al posadero por el viajante.

―se ha ido esta mañana, me pregunto por donde salía del pueblo hacia la siguiente aldea.

―gracias― dijo la chica intentando que no se le quebrara la voz.

Aquel camino era el contrario al bosque donde habitaba Valdi. Regreso en el silencio de la noche sintiéndose humillada, usada e indigna. La única vez que había abierto su corazón a alguien, había sido cruelmente destrozado.

Paso más de un mes, continuaba sumida en aquella depresión, que no se había puesto a pensar en un proceso natural que se había detenido. Hasta una mañana que sintió una horrible nausea. Después de vomitar se detuvo a pensar. Una duda le asalto ¿estaría esperando un hijo de aquel hombre?

Mientras se miraba aterrada el vientre, alguien toco a su puerta. Se intento tranquilizar, se miro en el espejo para ver si lucia decente, y abrió. Un hombre con larga cabellera y barba, que vestía completamente de gris, con un sobrero puntiagudo y un bastón de madera se encontraba afuera de su puerta.

―Buenos días ¿es usted Valdi? ―dijo el anciano.

―sí, soy yo.

―podría pasar, me han dicho que entablaste amistad con un viajero.

―puede pasar, ―dijo, tal vez podría saber qué habría pasado con el― disculpe, ¿usted es?

―Gandalf el gris.

― ¿sabe que le ocurrió a Assar? ― Pregunto apenas el mago se había sentado. Gandalf suspiro.

― ¿tenias algún tipo de relación con él?

―lo conocí hace algunos meses, hace casi dos desde que se fue. El y yo…―no supo como continuar se le quebró la voz.

― ¿te dijo hacia donde iba?

―no, una mañana no volvió. Le pregunte al posadero de donde se quedaba si lo había visto, me dijo que se había ido a la siguiente aldea. ―dijo intentando contener el llanto.

― lo he venido siguiendo desde hace varios meses, es un hechicero, que ha comenzado a hacer cosas peligrosas, le he seguido el rastro hasta la última persona que sabe de él y esa eres tú. ¿Te dejo algo?

―Sí, ― la chica se levanto para ir a buscar el collar y tendérselo al mago ― esto.

Al tomarlo la piedra rechazo el contacto del mago, dejándole una leve quemadura.

―un poderoso y peligroso hechizo de protección.

―nunca había hecho eso― dijo la muchacha viendo sorprendida el objeto

―puedes usarlo, aunque no está hecho para ti. ― dijo el mago observando la joya que descansaba en la mesa. ― aun no entiendo la razón de esto,

Valdi abrió los ojos e instintivamente toco su vientre, no le quedaban dudas sobre su embarazo. Pero ¿Cómo sabia Assar que había quedado embarazada? Al mago no le paso desapercibida ese gesto.

―yo ― dijo ella asustada sin saber cómo explicarlo.

― ¿desde cuándo lo sabes?

―me acabo de enterar. ¿Cómo pudo saber que quedaría embarazada?

―fue su plan desde el inicio, jovencita estas esperando un hijo del señor oscuro.

Valdi no pudo más era tanta información, aquel a quien le entrego su corazón y su cuerpo era uno de los seres más peligrosos de la Tierra Media, se desmayo. Al despertar vio al mago caminar pensativo por la habitación.

―debemos viajar a Rivendel― dijo apenas la vio enderezarse en la cama

― ¿Por qué?

―para que estés segura

Preparo un pequeño bolso con lo más básico y siguió al mago en el camino a Rivendel.

Fin de flashback

Le había dicho a su hija solo lo más elemental de su historia, mientras recordaba. Su hija tembló de miedo y lagrimas silenciosas se paseaban por sus mejillas al escuchar la identidad de su padre.

―sabes el resto. Naciste y vivimos tus primeros años en Rivendel, luego nos mudamos a esta pequeña cabaña y ahora que moriré le he pedido ayuda a Lord Elrond, el te aceptara con los brazos abiertos y cuidara de ti.

Elin comenzó a llorar más fuerte y abrazo a su madre.

Poco después del funeral de Valdi, Gandalf llevo a Elin a Rivendel. Lord Elrond la recibió como una hija y así la criaría, por muchos años hasta aquel día en que vio a Arwen entrando al palacio con un hobbit herido.

NOTA DE LA AUTORA: Bien este es mi primer fic del Señor de los anillos, para empezar se lo dedico a mi querida hermana y editora.

El espacio temporal se verá afectado pero es con el fin de que la historia pueda llevarse a cabo, cualquier duda la contestare.

Aquí les dejo el significado de los nombres de los personajes:

Valdi: Silvestre.

Elin: medio de luz o mujer mas bella.

Assar: Desconocido.

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