I - Un bailarín

"─ Nunca serás nadie ─ le repetía constantemente ─ Eres pobre y no muy atractiva. Jamás surgirás."

Aquellas palabras las tenía en la mente constantemente al caminar, mientras meneaba la cabeza como intentando arrancar las ideas con ese movimiento.

Se trataba de Kim HyunA, una joven espectacularmente atractiva. No tendría más allá de unos dieciseis años pero era relativamente alta para su edad. Su estatura bordeaba los 1,65 metros, mientras su peso los 44 kilos. Desde un suave perfume, hasta un uniforme particularmente ceñido... no existían cabos sueltos en cuanto a su apariencia.

Entonces, ¿por qué alguien como ella tenía tantas inseguridades y le mostraba excesiva confianza a una oración aparentemente sin fundamento?

La respuesta radicaba en el hecho de que aquellas palabras fueron pronunciadas cuando aún era un niña.

Ella continuaba pensando al caminar y continuaba meneando la cabeza.

─ Las palabras de esa niña son tema superado, además... ─ se interrumpió ─ ¡Este colegio es gigantesco!

Detuvo el caminar ante semejante edificio y al pensar que ese sería su primer día en aquel lugar.

Iba más allá de ser un simple lugar, simbolizaban muchos sueños; en serio radicaba su nerviosismo.

El ingreso no fue tan complicado ya que al parecer los funcionarios la conocían, pero lo que la agobiaba era la reacción que tendrían los que serían compañeros de ella. Muchos la observaban con una incertidumbre, mientras otros mantenían una actitud de indiferencia. La diversidad le parecía interesante, pero en lo que ella realmente se enfocaba era en otra cosa.

─ No son tan bonitas ─ suspiraba de alivio ya que no quería encontrarse con alguna muchacha que la atormentara ─ pero, tampoco hay hombres bonitos. Deprimente.

─ Sí, los hay deberías buscarlos mejor, noona ─ le decía una voz tras ella.

─ Eso espero, no es que sea superficial, pero eso... ─ volteó rápidamente ─ ¿Quién eres tú?

No era más que un niño bastante más bajo que ella con una sonrisa en el rostro.

─ Me llamo Yang Yoseob, tú debes ser Hyuna-noona, ¿no es así?

En cierto sentido ella estaba totalmente avergonzada. No podía creer que ese niño haya escuchado todas sus palabras. ¿Qué pensará a contar de ahora? ¿Le contará a los demás que ella sólo se fija en los hombres? Eso arruinaría su reputación.

─ Escucha niño, lo de hace un momento sólo era por...

─ ¡Ahí viene Jun-hyung! ─ interrumpiéndola ─ ¿Querías uno atractivo noona? Ahí lo tienes. Vamos.

Definitivamente aquel famoso Junhyung tenía apariencia de galán y más de alguna mujer del lugar volteó a verle. No sólo eso, más de alguna se le acercó.

─ ¿Es verdad que derrotaste a todos esos en esa Rap Battle? ─ repetían varias.

─ Por supuesto, nadie puede contra mí ─ hablaba con total arrogancia.

A Hyuna le pareció particularmente desagradable y decidió alejarse para continuar con su camino, pero Yoseob la empujaba en sentido contrario, hasta que finalmente quedó frente a frente con Junhyung.

─ Eh, yo ─ decía totalmente avergonzada en ese momento.

─ Que mujer más hermosa ─ le dijo él con una gran fascinación.

─ Y-yo ─ aún más avergonzada ─ Me tengo que ir.

Rápidamente intentó escabullirse, pero él la detuvo sujetándole fuertemente de la mano. Estaba muy sorprendido con la belleza de ella que no le importó la opinión de las demás mujeres que los rodearon. Sin embargo, su rostro cambió de expresión al notar que junto a ella estaba Yoseob.

─ ¡Eres amiga de este niño! ─ decía espantado ─ En serio, niño, deja de espiarme en el baño, ya es incómodo. Por cierto, ¡no sigas escondiendo mi ropa! Señorita, no se junte con él, es muy raro.

─ Jun-hyung ─ decía Yoseob sonrojado ─ Y-yo no fui, créame. Esta vez no, se lo juro.

Hyuna aprovechó ese momento para irse, mientras repetía: "Me asustan, esos dos son extraños". Buscaba su salón de clases por todas partes, hasta que finalmente lo encontró.

─ Al menos creo que acá no hay seres raros ─ mientras dejaba su bolso en su pupitre.

─ No, no te preocupes noona. Si los hay me preguntas.

─ Gracias.. ¡Otra vez tú! ─ dijo perturbada al ver a Yoseob sentado junto a ella ─ En fin, ¿tal parece que nos sentaremos juntos?

─ Sí noona.

─ Dime, ¿por qué? No me conoces.

─ Si no me siento yo, lo hará Jun-hyung. Le gustas mucho a él.

─ Vaya, en el fondo tienes celos de mí. ─ decía pensativa ─ Dime, ¿por qué eres así con él? No es muy amable que digamos.

─ No lo sé ─ reía.

A ella le pareció muy tierno, pero nada fuera de razón: a Junhyung no le pareció verla sentada junto a él, ya que él planeaba hacerlo.

El día transcurrió lentamente aquel primer día pero, si no fuera por Yoseob probablemente hubiera sido peor. Él le sacó más de una carcajada. Sin embargo, su mente divagaba en distintas cosas tales como el amor. Ver tantas personas tan devotas en sus sentimientos hacia otros le hacía preguntarse si alguien algún día la amaría de manera incondicional, o si ella lo haría.

─ Dime Yoseob, ¿crees que alguien me pueda amar alguna vez?

─ ¿Por qué no noona?

─ No me refiero a una simple atracción, sino a amor. Alguien que esté dispuesto a darlo todo por mí.

─ Claro que sí noona. Todos tenemos a alguien a quien amamos, por ende, siempre existe alguien que siente lo mismo por nosotros. Sólo hay que ser paciente.

─ Eres demasiado optimista o soñador. En fin ─ mientras retiraba sus cosas ─ Es hora de irse.

Ella se despidió rápidamente de él para dirigirse al baño. Aquellas urgencias femeninas lo requerían. Ya comenzaba a correr cuando escuchó una música muy cerca.

Era un joven bailando en solitario mientras creía que nadie lo observaba. Pero ella lo hacía y muy asombrada.

─ Nunca vi a nadie bailar así ─ decía con un brillo en sus ojos producto del asombro.