Boku no Hero Academia/My Hero Academia no me pertenece.
MightyShield. Jóvenes.
Roces
—¿Qué necesitas David? —pregunta al joven cuando entra en su laboratorio.
—Sólo necesito hacer algunos análisis —responde sin dirigirle la mirada pues al parecer está buscando unos papeles.
Asiente con la cabeza aunque es obvio que el castaño no le verá hacerlo.
Toma asiento en la camilla que está al centro de la habitación y espera pacientemente hasta que David encuentra lo que sea que esté buscando.
—¿Podrías quitarte la camisa? —pide en cuanto llega a su lado.
No se toma la molestia de responder a eso y simplemente hace tal y como le ha pedido, se quita el jersey junto a la playera y tras dejar las prendas a un lado suyo mira al científico, el cual luce un poco distraído.
—¿David? —el mencionado da un respingo y gira la cabeza a un lado mientras rodea la camilla y se posiciona detrás de él —, ¿todo bien?
—Sí, sí —repite, la respuesta es más corta de lo que le gustaría pero está seguro de que su voz ha temblado.
El joven ha estado extraño los últimos días, eso lo ha notado, sin embargo David no ha dicho nada y justo como ahora cada vez que le cuestiona éste le asegura que no sucede nada. Piensa de qué manera hacer que se sincere con él pero sus pensamientos son interrumpidos cuando advierte las manos del más bajo contra su espalda.
Las manos de David se mueven por su espalda marcando sus músculos y presionando ligeramente en ciertas partes, se queda quieto mientras examina su complexión y el estado de su cuerpo hasta que apenas percibe las palmas del otro. Su toque se vuelve delicado, suave, casi imperceptible, roza con lentitud los delgados y pequeñísimos vellos en su epidermis, le provoca escalofríos y se remueve en su sitio. Sus manos bajan por sus costados y suben por sus dorsales para moverse hacia su columna vertebral y ascender por el trapecio para después desplazarse hacia sus deltoides, donde sus palmas se detienen y entonces siguen el mismo camino pero de reversa.
La caricia del más bajo es tan ajena que no sabe si es parte o no del procedimiento. No es la primera vez que el castaño le examina sólo que esta vez ha sido distinta, muy distinta a las otras.
Curioso se asoma por encima del hombro para ver al científico y lo que ve le deja asombrado. La mirada turquesa de David está absorta en su tarea, es tan intensa que le llega a avergonzar un poco; probablemente ni siquiera se ha dado cuenta de que le está viendo así que ruborizado continúa observándole.
El castaño sigue moviendo las manos por su espalda y cuando vuelve a tocar sus hombros aprovecha para alcanzar su mano.
Los ojos de ambos se encuentran y el más bajo sale de su trance.
Por un instante David se paraliza y de repente retira la mano para después darse vuelta e ir hacia su escritorio.
—Ya puedes retirarte —la voz del científico casi se quiebra
Ve la figura del joven desde su lugar y sus mejillas se pintan de rojo cuando piensa que le gustaría seguir sintiendo sus manos acariciando su espalda.
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