Aviso
Este fic ira por sagas de un solo capítulo. Es decir, capítulos muy largos que se publican cada bastante tiempo pero que comprenden una saga completa.
Al final de cada saga colocaré los nombre de los personajes y tecnicas que aparezcan y explicaré el porqué de cada tecnica y/o nombre.

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The Uchiha's Clan

Saga I: Nikuyami

-¿Qué quieres que yo la acompañe?-pregunto Akashiro con extrañeza en su voz.

-Por favor, Akashiro-Chan-le rogó Hinata mirándola

Los Uchiha desayunaban tranquilamente en su casa. Bueno, tranquilamente estaban minutos antes de que Hinata le dijera a su hija que debía ir a recoger a la chica que había llegado a Konoha desde el bosque hacia unos días.

Akashiro se aparto un mecho azulado de sus ojos grises sin pupilas y miró refunfuñada a su madre.

-¡Pero, Oka-San, yo quería ir a entrenar con Neji-San!

Dicho esto, Akashiro miró a su padre buscando algo de apoyo en aquella discusión

-Hazle caso a tu madre-fue lo único que dijo Sasuke.

-De acuerdo-se rindió la ojigris-. Pero yo no pienso aguantarla sola, que venga Minato-Dobe conmigo.

Hinata suspiró ya cansada.

-Minato está ocupado trabajando en el puesto de ramen de su tío.

-¡Pues que me acompañe Asuma-Sensei!

-Esta en una misión de rango A. Tardará unos días en volver-esta vez fue Sasuke el que habló.

Akashiro miró a su padre enfadada, pero al momento cambio la expresión de su rostro por una mueca de tristeza y miedo, parecía a la que ponía su madre cuando joven.

-Pe... pe... pero yo no qui... quiero ir soli... lita...

Su padre enseguida ablandó tanto su expresión como su voz. Aquella carita que ponía era su pequeña debilidad.

-¿Por qué no se lo pides a tu prima Tsune?

-¿Esa baka? ¡Ni hablar, O... oto-San!

Hinata gruñó por lo bajo. Sabia perfectamente que la niña tenia completamente dominado a su padre cuando quería.

-Puedes ir con Hatake Ecchiko-San-propuso Hinata, al acordarse de pronto de la hija del sensei del Hokage.

-¿Esa pervertida?

Ni al padre ni a la hija les gustaba la idea.

-Es mejor que nada.

La ojiblanco les lanzó una mirada severa en el momento en el que vio que iba a rechistar. Ella solo usaba esa mirada cuando Sasuke consentía demasiado a la pequeña de la casa.

-Bueno, Oka-San-se rindió al fin Akashiro mientras se levantaba de la mesa-. Iré a buscar a Ecchiko y a... ¿Como se llamaba?

-Taichi Mikoto-la voz de Sasuke sonó con recelo al pronunciar ese nombre. Ninguna de las dos partes le traían buenos recuerdos.

Akashiro, sabiendo bien el motivo de recelo de su padre, calló poniendo su misma expresión y se giró hacia la puerta.

-Me voy ya.

Ecchiko estaba extraña ese día. Normalmente estaba leyendo Icha-Icha-Paradise o gastando bromas y chillando para ser el centro de atención en toda la aldea. Pero ese día estaba callada y pensativa, como si algo oscuro estuviera anidando en su corazón.

-¿Te ocurre algo, Ecchiko-San?-preguntó Akashiro después de un rato de silencio.

-No, nada...-respondió la Jounnin saliendo de su ensimismamiento-Solo es que... Tengo un mal presentimiento.

Ambas kunoichis siguieron andando. A su paso, toda la aldea volteaba unos segundos a verlas.

"La heredera del Clan Uchiha y la hija del Ninja Copia" seguramente pensaban algunos.

Otros, shinobis de otras aldeas y niños pequeños, seguramente solo las mirarían por ser dos chicas lindas que paseaban por la calle. Al menos hasta que reparaban en el chaleco beige de Akashiro, con el símbolo del clan Uchiha en la espalda y el del clan Hyuuga en ambos hombros. También llevaba debajo la camiseta tradicional del clan Uchiha y unos pantalones azul oscuro, justo con las sandalias ninja.

Quizás también repararían en Ecchiko por la gabardina beige que antes era característica de su madre, la gran Hatake Anko, antes conocida como Mitarashi Anko, y su pelo violeta, largo hasta la cintura, recogido en una coleta alta y con el flequillo tapándole uno de sus ojos morado oscuro. También era observada comúnmente por ir bastante ligera de ropa, solo con la gabardina, una "camiseta" azul que justo después de cubrirle el busto era una red, una falda muy corta del mismo color que la "camiseta" y las típicas sandalias ninja.

Pero casi siempre solían reparar mas en Akashiro que en Ecchiko.

Al fin encontraron a la chica que buscaban.

Esta esperaba apoyada en la pared, con ambos brazos cruzados y el pie pegado a la pared. Tenia un pelo corto, poco por encima de los hombros, y con un mechón pasandole por el centro de la cara, de un color castaño muy oscuro, prácticamente negro. Su indumentaria, lejos de ser la de una kunoichi, se componía de una camisa beige con las mangas arrancadas, por las que salían las mangas de la camiseta negra que llevaba y que le cubría hasta poco por encima del ombligo. También llevaba unos pantalones largos y negros, y, en lugar de unas sandalias ninjas, llevaba unas botas de cuero negro.

-¿Tu eres Taichi-San?-preguntó Akashiro.

-Llamame Mikoto-la voz de aquella chica parecía tener un permanente tono socarrón.

-Hola, Mikoto-San-saludó Ecchiko-. Yo soy Hatake Ecchiko y ella, Uchiha Akashiro.

-Encantada.

Mikoto sonrió de forma algo burlona. Esa sonrisa no le gustaba para nada a Akashiro, aunque a Ecchiko le parecía divertida. Posiblemente porque tanto ella como su padre tenían una forma parecida de sonreír.

Una chica tropezó desde atrás con Mikoto. Es una chica de pelo negro azabache, que le llegaba por cerca de la cintura y piel completamente blanca. La chica miró rabiosa a Mikoto.

-¿Por qué no miras por donde vas?

-Oh, no, Sayoko-Neesan, no le hables así a la gente.

Un chico de su misma edad y altura salió de su lado. Al igual que la chica, su piel era prácticamente blanca y tanto su pelo como sus ojos negros. También vestían igual, con una camiseta corta negra y pantalones grises y, para recalcar mas todavía el parecido, unos pergaminos de un tamaño considerable adheridos a la espalda.

El chico hizo una pequeña reverencia, mas dedicada a Ecchiko que a la misma Mikoto.

-Siento las molestias que ha podido causarles mi hermana a las tres, Ecchiko-Sempai, Akashiro-San y...

-Taichi Mikoto.

El chico la miró por un segundo, como si la analizara y la cogió de una mano, apoyándose en una rodilla en el suelo.

-Yo soy Seiji. Encantado de conocerla, Mikoto-San.

Dicho esto la besó en la mano, tal y como se supone que haría un caballero, recibiendo una buena bofetada en respuesta. En reacción a eso, Sayoko, Akashiro y Ecchiko soltaron varias carcajadas.

-Seiji-San, deja de intentarlo-le aconsejó Ecchiko.

La cena en la casa Uchiha estaba siendo mas o menos tranquila. Mikoto estaba con ellos, puesto que Hinata le había ofrecido su casa mientras la joven encontraba algo. Ademas, había algo en ella que le resultaba tremendamente familiar.

Sasuke la miraba furtivamente de vez en cuando. La mirada de esa chica, la forma de hablar, la forma de moverse... Era todo como si se estuviese riendo de todos. Y eso era algo que solo parecía notarlo el.

Ademas, estaba el nombre de la joven. Taichi Mikoto. Si cambiabas el orden de los primeros kanjis de su apellido, el nombre de su hermano salia reflejado. Itachi.

Akashiro estaba mas o menos igual que su padre. Pero ella andaba mas por su nombre que por su apellido. Mikoto... El nombre de su abuela.

-Mikoto-San, perdona que te pregunte pero... Tu nombre... ¿Te lo pusieron por alguien en especial?-preguntó Akashiro después de estar un rato pensativa.

-Mi abuela por parte de padre se llamaba así-respondió cerrando los ojos-. Mi padre la quería mucho y murió cuando el era solo un adolescente y su hermano un niño pequeño. Por eso me puso este nombre, para tenerla siempre presente.

Sasuke la miró fijamente por unos minutos. Acababa de contar de forma muy light y breve lo sucedido a su madre. Morir joven, dejando a un hijo adolescente y otro pequeño en el mundo.

-Su madre también se llamaba así, ¿no, Uchiha-San?-otra vez esa sonrisa socarrona y ese tono burlón.

El Uchiha ni siquiera contesto ni dijo un simple "ya he terminado" . Simplemente se levantó de la mesa y se dirigió a su despacho. Tenia muchas cosas en las que pensar.

-Perdona a mi marido, Mikoto-San-lo disculpó Hinata-. A el no le gusta hablar de su madre con extraños.

-Ya, lo entiendo, Uchiha-San.

-No, puedes llamarme Hinata.

-Esta bien, Hinata-San. ¿Puedo levantarme ya?

Hinata asintió y la chica salió del comedor hacia el dormitorio que había habilitado para ella.

El fin había llegado. No sabia como lo había hecho, pero ahí estaba. Casi le costó la vida llegar a salvo a Kiri para conseguir esos pergaminos, pero lo había conseguido y en menos tiempo que se esperaba.

Asuma entró por la puerta de Konoha, estando ya bien entrada la noche.

Unos ojos morado oscuro se quedaron observándolo incrédulos. Asuma había vuelto, pero... ¿Como?

Ecchiko, apoyada en un poste, con su libro de Icha-Icha-Paradise en una mano y un kunai al que hacia girar en la otra, miró mas detenidamente a Asuma, como si quisiera cerciorarse de que era él.

El pelo negro azabache y los ojos rojos de Yuhi Kurenai... Las armas de Sarutobi Asuma... Si, no había duda de que era él. El legado del hijo del Tercer Hokage.

Asuma también la observó a ella, riéndose para sus adentros. Estaba seguro de que ella habría tardado el doble de tiempo en volver, aunque llevara mas años de Jounnin que él.

Ando en linea recta hasta estar en frente de su rival desde niño. Ecchiko cerró el libro al instante y paró en kunai clavándolo en el poste.

Así se quedaron varios minutos, mirándose fijamente y desafiándose mutuamente a decir la primera palabra, hasta que la hija del Ninja Copia decidió romper el silencio.

-Al fin regresaste...-murmuró. Seguidamente le dedico una sonrisa y, para sorpresa del chico, le echó ambos brazos al cuello para abrazarlo.

-¡Hey! ¿Qué haces?-exclamó Asuma separándola de él.

Ecchiko rió un poco al ver como se habían sonrosado las mejillas del chico.

-¿Qué pasa? ¿Es que no puedo saludar a un amigo con un abrazo?-dijo la chica con la total naturalidad.

-Si, ya, pero imaginate que tu padre ve que me abrazas-el chico se cruzó de brazos-. Acuérdate que la ultima vez que te vio abrazándome, él...

-¿Yo qué?

Asuma se giró asustado al oír la voz del padre de Ecchiko. Si había algo que no le gustara de Hatake Kakashi era la sobreproteccion que tenia con su hija. No dejaba que un chico se le acercara a mas de dos metros y, con mucho, le dejaba a él estar cerca de "su pequeña, dulce y tierna Ecchiko".

Tsuneino estaba pensativa. Últimamente las cosas no le iban demasiado bien. Se había dado cuenta hacia poco que no tenia amigos y los chicos solo la querían para una sola cosa. Si, ella también los buscaba para lo mismo, pero últimamente estaba necesitando algo mas que eso.

Los chicos siempre la rondaban por tener ese cabello castaño oscuro y esos ojos blancos, con cierto tono celeste, y aquella personalidad tan seca y directa que la hacia tan misteriosa. Sin embargo, ella solo los usaba durante un rato para divertirse una o dos noches, y los chicos lo sabían y se aprovechaban de eso.

Pero durante un tiempo había dejado de buscar a los chicos solo por eso. Buscaba algo mas que un polvo de una o dos noches.

Su madre, en confidencia, le había contado mas de una vez que así fue como ella llegó a ver a su padre con otros ojos. Cuando Hyuuga Ino, en esos momentos conocida como Yamanaka Ino, dejó a un lado el utilizar a los hombres y empezó a sentir un vacío dentro de ella fue cuando se fijó en Hyuuga Neji. Aquello fue cuando su madre tenia su misma edad, pero ella nunca creyó que eso le fuera a pasar algún día.

Y, sin embargo, allí estaba, pensando en solitario, como siempre, en el campo de entrenamiento en el que entrenaba cuando aun era Gennin con Cho y Shikako. Recordaba perfectamente como todos las recordaba por ser la tercera generación del Ino-Shika-Cho, ademas de ser el primer grupo completamente femenino.

Siempre le había gustado ese sitio para pensar. Era un sitio tranquilo, silencioso y solitario, sobre todo de noche.

Un ruido, justo detrás del tronco en el que ella estaba sentada, la sobresaltó. Ella se giró, buscando desesperadamente de donde procedía aquel ruido. De bruces se encontró con el rostro de Seiji, sonriendo extrañamente.

-¡Hola, tristona!

Maldita manía de Seiji de llamar a la gente por adjetivos que le fueran bien...

-¿Qué quieres, baka?-preguntó la Hyuuga con cierto recelo.

-Oye, no me hables así, que solo he venido a hacerte un poco de compañía.

Dicho esto, el chico se sentó en el tronco de al lado.

De vez en cuando la miraba de reojo. Según el, esa chica era INCREIBLE. No solo por su buen físico, si no también por su personalidad. Fría, seca, distante... Le encantaba. Era tan misteriosa a sus ojos.

La verdad era que esa chica de cabellos castaños y ojos blanco azulado era su amor platónico desde que tenia uso de razón. Y era raro, si, porque hasta su padre se pensaba que se iría a enamorar de una chica rubia.

Eso era lo que tenia ser idéntico a tu padre en prácticamente todo. Lo único en lo que no se parecían era en eso. La debilidad de su padre siempre habían sido las rubias, mientras que la debilidad de el eran las morenas, por mucho que todos creyeran lo contrario.

En una de esas miradas de reojo furtivas vio como la chica rompía a llorar.

-¿Qué te pasa?

Nunca antes había visto llorar a Tsuneino y el hecho de que ahora lo hiciera le preocupaba muchísimo.

-Dejame en paz...

-No.

Tsuneino lo miró extraña, con sus blancos ojos azulados.

Seiji vio ahí su oportunidad. Le puso su blanca mano en su mejilla y acerco su rostro al suyo.

Minutos después, el chico estaba estrellado contra un árbol y la Hyuuga con el Byakugan activado.

-No se te ocurra volver a intentarlo.

Minato llevaba ya un buen rato caminando por la calle, con su hermana, recién salida de la academia, de la mano. La niña, de nueve años, estaba deseando soltarse en el momento que pudiera y salir corriendo por delante de su hermano.

Pero los deseos de la pequeña rubia de correr por delante de su hermano cuando vio a un chico escudriñando en la oscuridad. Los ojos de ese chico se podían ver un con brillo gris en la noche.

Minato pareció notar un halo de peligro alrededor del chico, vestido con una túnica completamente negra. La vista del chico se detuvo en ellos. Acto seguido, la niña apretó mas la mano de su hermano y este la pegó un poco mas a él.

-¿Quien eres?-preguntó Minato. Sin embargo, pareció que sus palabras solo las escuchó el viento.

-¿Conoces a Nikuyami?

La voz del chico tenia algo que al hijo del Hokage no le gustó nada. El chico parecía peligroso hasta en su voz.

Haciendo gala de toda su valentía, la pequeña niña, Naruko, habló.

-No hay ninguna Nikuyami. Ninguna. Y yo lo se porque mi papá es el Hokage y sabe el nombre de todos los aldeanos de Konoha.

El chico gruñó. Le iba a costar mucho encontrar a su amiga.

"¿Amiga? Kanashimi, tío, admítelo de una vez. Nikuyami es de todo menos tu amiga" pensó el chico.

-Siento haberos molestado-se excusó Kanashimi-. Seguiré mi búsqueda en otro lugar.

Y el chico, ante la mirada asustada de Naruko y la desconfiada de Minato, fue engullido por la oscuridad.

La mañana empezaba en Konoha. Apenas había terminado de salir un pálido Sol completamente cuando fue cubierto por una nubes grises que presagiaban un mal día. Al menos eso le parecía a Hyuuga Hanabi, líder del clan Hyuuga. Hacia tres días la había visto. Una joven, de cabellos cortos y castaños, con ojos completamente negros. Idéntica a ella.

Nadie en toda Konoha parecía haberse dado cuenta del parecido, pero ella sí. Y, encima, lo que había visto no le había gustado nada. Una sonrisa burlona y falsa adornaban los labios de esa chica, mientras que aquellos ojos negros como carbones solo mostraban odio. Odio ante cuando la rodeaba. Odio ante toda Konoha.

No, aquello no le había gustado. Para nada.

-Hanabi-Oba-Chan...-la voz de Akashiro sonó a través de la puerta de su habitación.

-Pasa.

A Hanabi le extrañó que su sobrina la visitara. Normalmente solo lo hacia cuando venia con su madre, puesto que Akashiro detestaba a los dos primos que vivían en la mansión Hyuuga con sus tíos. Pero aquel día Akashiro necesitaba respuestas y rápido.

Su tía la recibió en su habitación, vestida con un lindo kimono de un tono blanquecino. Todavía seguía hermosa, aunque ya hubiese tenido dos hijos, un chico de catorce años y un bebé que nació muerto.

-Oba-Chan, quería hablarle de la chica que vino del bosque hace una semana, mas o menos-explicó la Uchiha-. Mikoto.

La líder del clan guardó silencio. Quizás no seria malo contárselo a su sobrina, puesto que ella vivía con la chica, y seguramente era su primer objetivo.

-Dudo que esa chica se llame Mikoto-dijo Hanabi-. Y dudo que simplemente venga del bosque. Es mas, juraría que sé quien es su padre y porque esta aquí.

Akashiro la miró desconcertada. ¿A donde quería ir a parar su tía?

-¿Sabes quien es Uchiha Itachi? ¿El hermano de tu padre?

-Un maldito asesino.

-Entonces sabrás que murió, ¿no?

-Si. Mi propio padre se encargó de eliminarlo.

-Bien.

Hanabi fue hacia la ventana. Volvió a observar el pálido Sol cubierto por la nubes. Si, aquel no seria un mal día. Sin siquiera mirar a su sobrina, la mujer comenzó con su relato:

-Uchiha Itachi no murió. Una joven... Una niña de once años lo encontró antes de que expirara-Akashiro se sobresaltó al oír eso-. Conocí a esa chica. Salvó a Uchiha Itachi de la muerte, dejando un cadáver falso detrás. Apenas tenia veinte años cuando se quedó embarazada... De aquel hombre. El bebé nació y su madre murió en el acto-Hanabi suspiró. Le costaba tanto contar aquello-. Al bebé también se le dio por muerto. Seguramente, Itachi se lo llevó. Y, seguramente, aquel bebé es aquella chica.

Hanabi se giró hacia su sobrina, que miraba con ojos desorbitados.

-¿Donde esta la chica?

-En... En lar ruinas del castillo de Orochimaru... Dijo que... Quería ver el lugar...-la voz de Akashiro sonó temblorosa, por la sorpresa recibida.

-Ve a buscarla. Créeme, ahora mismo... Tú eres su primer objetivo.

El cielo cubierto de nubes grises. Presagia una fuerte lluvia. Una fuerte lluvia que comenzaría pronto. Asuma entró rápido en la librería. No quería que la lluvia le cayese encima y tenia que comprar un par de libros de armas.

Encontró los libros que buscaba y fue a pagarlos. La librera le regaló una sonrisa mientras pagaba y, seguidamente, fue a salir de la tienda. Sin embargo, una mano lo paró por el hombro. Ecchiko.

Ella tenia una edición recopilatoria de Icha-Icha-Paradise en sus manos. Por alguna razón, no le extrañó encontrarla allí, y tampoco le molestó que lo hubiera parado.

-Hola, Ecchiko-Chan.

-Hola, Asuma-Kun.

Era increíble. Ni siquiera los padres de ambos podían llamarlos por "-Chan" o "-Kun" desde que tenían cuatro años, pero entre ellos se dejaban sin poner ni muecas. Era como un apodo que tenían desde pequeños.

Ambos, hablando de cosas banales como misiones que harían en un futuro, salieron de la librería y empezaron a andar por las calles de Konoha. A nadie en toda Konoha le extraño ver al hijo de Asuma con la hija de Kakashi paseando. Incluso había quien hacia sus apuestas sobre cuando pasearían cogidos de las manos o cuando se los podría ver abrazados en alguna esquina de Konoha.

Sin embargo, aquel día no era uno de esos en los que se podía oír la risa de Ecchiko por toda Konoha. Como mucho, la hija del Ninja Copia solo soltaba una risilla medio forzada. Aquel oscuro presentimiento que había en el corazón de la kunoichi mas prestigiosa de toda Konoha le tenia amargada y eso Asuma lo notó al vuelo.

Iba a preguntarle si seguía con ese presentimiento cuando, sin previo aviso, comenzó a llover. Ecchiko miró hacia arriba, sorprendida de que de pronto cayera tal lluvia. Asuma, con rápidos reflejos, cogió a su amiga por la mano y la obligó a correr hasta el techo mas cercano, justo el porche de la casa de Asuma. Quizás seria por instinto o por casualidades de la vida, pero lo ciento es que Asuma acabó pegado a la pared, abrazando a la pobre Ecchiko que temblaba de frío entre sus brazos.

-¿Estas bien?-pregunto el chico.

Ecchiko guardo silencio mientras levantaba la vista. Tenia el pelo completamente mojado, pegándose a su cara y haciendo que se vieran tan oscuros como los de Anko. Joder... Era demasiado linda. Lastima que su padre la tuviera tan protegida.

"¿Pero que estas pensando, Yuhi Asuma? ¡Ella solo es tu amiga! ¡Solo tu amiga!" pensó el shinobi,sacudiendo la cabeza para quitarse todos esas sensaciones.

-A... Asuma-Kun, creo que me he resfriado.

Asuma se sonrojo hasta que sus mejillas tuvieron el mismo tono de que sus ojos. Demasiado guapa, demasiado linda... No, no, ella solo era su amiga.

Le apartó el pelo lentamente de su cara para ponerle la mano en la frente, aquel día sin cinta. Siempre lo llevaba cubriéndose un ojo, como su padre llegaba la bandana. El sabia desde siempre que eso lo hacia para parecerse mas a él, a su héroe.

Con ambos ojos al descubierto era un mas linda. El creía recordar nunca haberla visto con ambos ojos al descubierto.

-Tienes un poco de fiebre.

Ecchiko lo miró un tanto sorprendida. Ella nunca en su vida había tenido fiebre. Nunca. Y esta vez su piel ardía como la lava. Al menos la de su rostro.

Asuma no aguantó mas. Su mente cegada por algo que ni el mismo sabia que era. Sus sentidos completamente agudizados, notando cada respiración de Ecchiko, su olor a aquella colonia que le había regalado hacia años, su hermoso rostro...

Ecchiko tampoco aguantaba mas. Se alzó un poco, cerrando sus ojos morados, y esperó a que al acercara sus labios a los suyos, prácticamente sin pensar.

Sin embargo, una voz rompió aquel momento mágico. Una voz de la que Asuma y Ecchiko se acordaran por el resto de sus días.

-¡Asuma-Sensei!

Ambos Jounnin se separaron de forma brusca. Akashiro llego hasta allí, totalmente agotada y empapada, con un semblante que recordaba mucho a su padre cuando algo no marchaba bien.

-¿Qué haces aquí, Akashiro?-Asuma intento disimular el hecho de que había interrumpido algo.

-Tenemos que... llamar... a mi... padre...-su voz sonaba entrecortada-y al Hokage... y... también... tenemos que... avisar a... Minato-Dobe...

-¿Estas bien?-preguntó Ecchiko. Se la notaba preocupada.

La heredera de los Uchiha parecía haber corrido a una velocidad increíble para estar en tal estado de nervios.

-Si, lo importante ahora es...-la Uchiha tragó saliva-No perder el tiempo.

Naruto suspiró por décimo quinta vez en el día. Aun no podía creerse que estuvieran en semejante lío.

-¿Me estas diciendo que intentaste hablar con Mikoto-San antes de que se fuera y acabaste en un jutsu ilusorio producido por el Sharingan?-Akashiro asintió-Lo siento, pero es algo que veo poco probable.

-¿Acaso dudas de mi hija, Dobe?

Sasuke, aun sin terminar de creerse la historia, no pensaba dejar que tacharan a su hija de mentirosa.

-Por favor, Naruto-sama-el tono suplicante de la chica pareció convencer al Hokage-Te digo que esa chica tiene que ser la hija del traidor de Itachi, seguro que logro hacer algo para escapar cuando mi padre "le dio muerte" .

-Hombre, si dices que fue con el Sharingan no hay duda de que se trata de una Uchiha-declaro Minato y luego miro a su compañera-¿Pero no seria mas probable que fuera tu hermana y no tu prima?

Todos los presentes miraron fijamente a Minato. Sobre todo Akashiro, que le lanzó una mirada gélida como el hielo.

-¿Acaso dudas de la fidelidad de mi padre, Dobe?

-No, yo solo barajo las posibilidades. No estoy acusando a nadie.

Pero estaba obvio que lo había pensado y, aunque lo disimulasen, lo mismo habían pensado Asuma, Ecchiko y Naruto.

-Bueno, lo importante ahora es encontrar a Mikoto-San...

-¡No profane el nombre de mi abuela, Asuma-Sensei!-exclamo la heredera Uchiha-¡A partir de ahora, llamaremos a esa chica La Hija del Traidor!

-Estoy de acuerdo-dijo el Uchiha poniendo una mano sobre el hombro de su hija-. Itachi no tiene derecho a ponerle a su legado el nombre de nuestros padres que el mismo asesino.

-Y digo yo...

-Tu dices mucho, Dobe.

-¡Dejadme terminar!-exclamo molesto el rubio, y miro a su padre-Oto-San, ¿recuerdas lo que te contamos Naruko y yo ayer?

-El tipo ese que pregunto por una chica-afirmo el Hokage-¿Crees que buscaba a Miko...digo la Hija del Traidor?

-No tengo dudas dattebayo-Minato miro a los demás presentes-Ademas, ahora que lo pienso. La túnica que llevaba se parecía mucho a la de los Akatsuki, pero sin las nubes.

Akashiro trago saliva y Asuma bajo la vista. El Akatsuki.

Los únicos ninjas posteriores al Akatsuki que sabia de su existencia eran ellos. Y tenían entendido que habían desaparecido. Todos sus miembros habían muerto o, al menos, eso parecía.

-Así que su verdadero nombre es Nikuyami...-Naruto murmuró eso pensando bien lo que decía-¿Qué creéis que querrá?

-Vengar a su padre o...

Sasuke miró a su hija fijamente.

-Recuperar su lugar como líder del clan.

Akashiro le devolvió la mirada. No, eso si que no. La hija de ese bastardo no podía reclamar su puesto como líder del clan. Ella era la hija de un traidor, un traidor que asesinó a todo su clan. No tenia derecho. No lo tenia.

Hacia ya un rato que caminaba por ese lugar. Las ruinas del antiguo castillo de Orochimaru...

Una birria.

-Este fue el sitio donde Sasuke-Ojisan estuvo de joven...-Mikoto, o, mejor dicho, Nikuyami, rió para si misma-¿No es verdad, Akashiro-Itokosan?

Akashiro estaba a varios metros de ella, con una katana de gran tamaño en su mano, de pie en una de las rocas que había en las ruinas. La bastarde la miró de reojo, sacando un tanto de mango negro, con una sonrisa sádica en los labios.

-¡Tú!

-¿Esa es forma de saludar a tu prima, Akashiro-Itokosan?

Akashiro estaba en tal ataque de nervios que no oyó a la otra Uchiha. Tan solo pensaba en una cosa: "Ella no tiene derecho"

-¡Tú, que te crees mi prima y heredera del clan, y no eres mas que la hija de un traidor!-la voz de la, por ahora, heredera Uchiha, detonaba su estado-¡Yo soy la verdadera heredera del clan! ¡Tú no!

Nikuyami se giró, mostrando aquella sonrisa sádica y socarrona.

-Mi padre era heredero antes que el tuyo.

-¡Se le acuso de traidor...!

Aquello pareció tocarle alguna fibra sensible a la otra chica. Cambio su sonrisa socarrona por una mueca de rabia y apretó mas el tanto.

-¡Mi padre no era ningún traidor!-gritó, avanzando un paso hacia Akashiro-¡Fue tu padre el que abandonó Konoha y nunca la protegió! ¡Mi padre siguió protegiendo a Konoha y a tu estúpido padre incluso cuando lo expulsaron!

-¡Mentira!-la peliazul le apuntó con la katana-¡Fue tu padre el que asesinó a todo su clan!-bajó de un salto de la roca, todavía apuntando a su recién descubierta prima con la katana-¡Dejando solo a mi padre! ¡Traumatizándolo! ¡Hasta que mi madre le dio la luz que tu padre le había arrebatado!

Nikuyami apretó tanto la daga que comenzó a sangrar.

-¡Mi padre solo lo hizo porque fueron ordenes de un superior de Konoha!

-¡Mientes! ¡Ningún Hokage mandaría esas ordenes!

-No fue un Hokage...

-¡Hemos mirado en todos los archivos! ¡Incluso lo de los ANBU! ¡Y no encontramos nada! ¡Tu padre mintió!

-No solo me lo contó el. ¡Si no también Uchiha Madara!

-Si, ya...

-¡Él me lo contó todo! ¡Y también me contó como tu padre no paró hasta que lo creyó muerto y decidió destruir Konoha!

-¡Deja ya de decir mentiras!

-¡Tan solo digo la verdad!

Akashiro se tiró hacia ella para intentar cortarla con su katana, pero Nikuyami paró el golpe en con su tanto con la total facilidad y saltó hacia un lado.

-¡Kya!

El tanto de la bastarda, usada como arma arrojadiza, cortó el costado de su chaleco, su camisa y también el de su cuerpo. La sangre que salpicó le hizo reanudar su sonrisa socarrona y sádica.

La Uchiha soltó su arma enfadado e hizo un sello, levantando un solo dedo.

-¡Ahora veras!-cerró los ojos-¡Byakugan!

Intentó golpearla, pero ella desvió el golpe con una gran facilidad. Así lo hizo durante un rato, produciéndole un desequilibrio a la heredera. ¿Como paraba con tanta facilidad los golpes de un Hyuuga sin siquiera tener el Sharingan activado?

En uno de los golpes rió entre dientes, como si supiera lo que la Uchiha pensaba.

-Hay algo que aun no sabes...

-¿El secreto del Manyakuban? ¡Esa técnica solo causa dolor y sufrimiento!

-No...

La bastarda rió aun mas fuerte al tiempo que saltaba para dejar de estar al alcance de su prima e hizo un sello, dejando dos dedos levantados.

-¡Byasegan!

-Tú... ¿Como es que has...?

-¿Nunca te has preguntado por mi madre?

Akashiro no pudo hacer mas que retroceder.

-Hyuuga Hanabi.

¿Qué había pasado? ¿Por qué le dolía la cabeza?

¡Un momento! ¡Akashiro...!

-¡Minato!

Su sensei lo ayudó a incorporarse. El hijo del Hokage tenia una gran brecha en su frente, que incluso mojaba de sangre sus rubios cabellos, tiñéndolos de rojo.

-¡Akashiro!

Minato se levanto de un saltó, pero volvió a caer al suelo en un minuto. Estaba demasiado mareado.

-¡Idiota! ¿Como se te ocurre intentar levantarte de forma tan brusca?-esta vez fue Ecchiko la que habló.

Asuma la miró extrañado. Ella habría hecho lo mismo, y bien lo sabe.

Ambos Jounnin ayudaron al hijo del Hokage a ponerse en pie con cuidado.

-¿Qué ha pasado?

-Akashiro...-murmuró el chico como pudo, cerrando los ojos para contener el mareo-Me golpeó cuando la saque de allí. Creo que...

-Fue a buscar a la chica-completaron los dos Jounnin.

Asuma y Ecchiko intercambiaron miradas preocupadas. Se imaginaban lo que estaba pasando...

Tenían que acudir rápidos.

-¿Ha... Hanabi-obasan...?

Los tartamudeos de la Uchiha hicieron a Nikuyami soltar una carcajada. Estaba divirtiéndose con aquella confusión.

Los ojos de la bastarda se habían trasformado en dos bolas color rojo sangre, ambos con un iris blanco sin pupilas, resquebrajado, y la pupila giratoria alrededor del iris. Alrededor de sus ojos, como en el Byakugan, se habían marcado sus venas.

Y los ojos le lloraban sangre. Llevaba mucho tiempo sin usar la técnica y sus ojos siempre lloraban sangre cuando la usaba. Pero eso no le importaba en ese momento.

Se puso en su posición de lucha tan peculiar. Igual a la de los Hyuuga, pero con una gran concentración de un chackra rojo en la palma de las manos... El Chackra de los Uchiha...

Fuego.

-¡Maldita bastarda!

Con ese grito, la heredera hizo un sello, con una sola mano.

-¡Shakugan!

Los ojos de la chica se volvieron rojos, con la pupila giratoria, pero resquebrajados y con aquellas venas en los alrededores de los ojos muy marcadas. Su posición de lucha, era igual a la Hyuuga, pero con ambos puños cerrados.

Y, como si fuera una señal, al caer la primera gota de lluvia, ambas Uchiha comenzaron la pelea.

Akashiro se aventuró a dar el primer golpe, sin siquiera llegar a rozar a su prima, quien esquivó el golpe con una gran facilidad saltando por encima de sus hombros. La Uchiha intentó volver a darle otro golpe por la espalda, pero lo único que consiguió fue llevarse un codazo en la cara y un gran golpe en el pecho, que quemó un tanto su chaqueta y la tiró a unos metros.

-¡Maldita!

-Tus insultos no me hieren, Itoko-San.

Con una rapidez prodigiosa incluso para el ojos de Nikuyami, su prima corrió hacia ella y la golpeo en pleno estomago. Eso la lanzó varios metros hasta darse en la espalda con una columna medio derruida.

La bastarda se levantó, con un semblante de rabia. Maldita niña mimada. Se creía que podría con ella. ¡Ja! ¡Eso nunca!

¡Nadie podría derrotar nunca a la gran Uchiha Nikuyami!

Hizo varios sellos. La velocidad con las que los hacia era tal que ni siquiera el ojo de Akashiro podía verlos con claridad.

Raiton, Denki Ito!

Dos hilos de chackra salieron de las manos de la bastarda. Uno de ellos rozó una piedra, llegando a electrificarla y hacerla explotar.

Antes de que pudiera ni siquiera rozar a su prima con aquellos hilos, un kunai, con una hoja explosiva, llenó de humo la estancia.

Asuma apareció sujetando a su discípula, mientras Ecchiko sujetaba a Nikuyami, de forma que no pudieran seguir peleando.

La bastarda llegó a zafarse, pero, con una gran habilidad, la Jounnin se colocó detrás suya y le golpeó en la nuca, dejándola inconsciente.

El Hokage volvió a mirar a la niña incrédulo. Se había negado por completo a pronunciar palabra, por muchos castigos con la que la habían amenazado. Incluso se había echo de noche después de la pelea ocurrida en las antiguas ruinas del castillo de Orochimaru.

Nikuyami tan solo giró su cabeza al oír como llamaban a la puerta del despacho de Hokage y por ella entraban dos personas.

-Disculpe, Hokage.

Hyuuga Hanabi y Uchiha Hinata entraron en el despacho. Ambas portaban sus ropas de Jounnin, al igual que sus armas. Hinata siempre había sido buena luchando con el jutte, mientras que Hanabi, al igual que su cuñado, era experta en el manejo de la katana y los tanto.

Hinata, con un gesto serio, seguro y firme, se acercó al respaldo de la silla de Nikuyami y puso sus manos en el respaldo.

-Hokage-Sama, venimos para saber cual es el castigo que le impondrá a Mikoto-San.

El Hokage, ya mas que harto del día que estaba teniendo, se levantó y giró, dándoles la espalda a las tres mujeres.

De pronto, comenzó a reír.

-¿Castigarla? ¿Yo? ¿Por qué? ¿Por ser hija de un traidor? ¡Ella de seguro que no lo eligió así!

De nuevo, Naruto se giró, sonriéndole a la chica que lo miraba perpleja desde su asiento.

-En todo caso, es Hanabi-San la que debería castigarla, como su madre que es, ¿no?

Hinata miró entre sorprendida y enfadada a su hermana, que parecía mas interesada en sus pies que en la conversación. ¿Qué su hermana era la madre de Mikoto? ¿Como podía ser eso?

-Ah, si, vosotras no sabéis, ¿no?-Naruto volvió a soltar unas carcajadas con bastantes ganas-Mikoto-San no se llama Mikoto. Su verdadero nombre es Nikuyami. Tu deberías saberlo bien, ¿no, Hanabi-San?

La líder del clan Hyuuga asintió.

-Es hija de Uchiha Itachi e Hyuuga Hanabi.

-¿Como es eso posible?-Hinata se adelantó vario pasos... y volvió a mirar a su hermana.

-Yo salvé a Uchiha Itachi antes de que muriera-confesó la Hyuuga- y no se como pasaron las cosas, pero pasaron. Yo creí que la niña había nacido muerta, pero al parecer me equivoqué.

-Mi padre me llevó con él-aquella fue la primera vez que se oía una voz seria y con otro tono que no fuese de burla en publico-. Nací con los ojos negros, ¿sabes? Pero con un Byakugan mucho mas desarrollado que el de el gran ninja Hyuuga Neji.

-Nikuyami...

Hanabi la miró de forma triste.

-¿Sabes que tu abuela materna se llamaba así? Yo no la conocí. Murió a al darme a luz, pero todos dicen que era una gran ninja. Dicen que habría sido la sucesora de Yondaime si no fuese porque se negó. ¿Sabes porque te puse ese nombre? Porque era lo único bueno que podía darte. Creí que ni siquiera podía darte la vida, pero me equivoqué.

Se arrodillo frente a Nikuyami, que la miraba con un profundo odio y desprecio, y la tomó de las manos.

-Nikuyami... Perdoname.

-No...

Al fin había acabado todo. O al menos eso parecía. Había podido darse una ducha tranquilamente, limpiarse la sangre y vendarse el abdomen. Y al fin había podido sentarse en el sofá de su casa tranquila y descansar. Había agotado mucho Chackra.

-¡Akashiro, no te creas que te has librado!

¡Mierda! ¡No había contado con eso!

Uchiha Sasuke entró en el salón de la casa Uchiha, completamente enrabietado. Se colocó delante de su hija, quien lo miró entre cansada y asustada. En ese momento lo que menos necesitaba era una bronca.

-¿Sabes el susto que nos has dado a todos? ¿Lo sabes? ¡No, claro que no! ¡No lo sabes! ¡La señorita Uchiha estaba demasiado preocupada en ir a matar a la hija del hermano de su padre! ¡Como es lo mas normal!

Aquella era la primera vez que su padre le echaba una bronca de semejante calibre. Si no hubiera estado tan cansada se habría asustado, pero así tenia el tiempo de procesar bien lo que decía y ver que tamaña tontería era. El habría hecho lo mismo de saber donde estaba su hermano, y ella eso lo sabia perfectamente.

-¡Estas castigada! ¡Vas a...!-Sasuke se pensó bien el castigo que merecía su hija por darle semejante susto-¡Cuidar de Bara-Chan durante la semana que dure la misión de sus padres!

¡No! ¡No! ¡Cualquier cosa menos esa! Akashiro no podía ver a la hija de Haruno Sakura y Rock Lee. Era una pesada, de cejas gigantes, pelo rosa y mono verde. Daba miedo y era una plasta.

Aquel era el momento de imitar a su madre. Aquella era la única forma de librarse de un castigo tan duro.

-Pe... pe... pero si yo solo inten... ten... ten... tente que la bastar... tar... tarda hiciera al... algo ma... malo...-tartamudeó la niña jugando con sus dedos y mirando a su padre suplicante.

Quizás no habría sido castigada si no llega a ser por aquella persona que entró en la casa en ese momento.

-¡Uchiha Akashiro!

Uchiha Hinata entró en el salón, enfadada y roja de ira. Menos mal que había dejado su jutte fuera, porque si no si que habría sido peligroso acercársele.

-O... Oka-San...

-¿Que es eso de que robaste la katana de tu padre? ¿Y como que fuiste en busca de pelea tu sola? ¿Como se te ocurrió?

Definitivamente, su madre daba miedo cuando se enfadaba. Y lo peor era que con ella no valía el imitarla.

-¡Encima a tu propia prima! ¡Y sabiendo que es tu prima, que es peor!

-Y Oto-San intentó matar a su hermano...

-¡No me respondas, Uchiha Akashiro!-Hinata se paró unos segundos a tomar aire y prosiguió en un tono mas tranquilo-Bien, mereces un castigo. Desde hoy, compartirás cuarto con Nikuyami-Chan.

-¿Como?-exclamaron padre e hija a la vez.

¿Como tenia que compartir cuarto con Nikuyami? ¿No querría su madre que...?

-Exacto, desde hoy Nikuyami-Chan vivirá aquí, con nosotros-anunció Hinata.

-Pero... ¿Como puede ser eso?-preguntó Sasuke completamente alterado-¡Es la hija de Itachi! ¡Es la hija de un traidor!

-Pero de eso yo no tengo la culpa.

Nikuyami hizo acto de presencia en el salón. Esta vez no tenia una sonrisa socarrona en su rostro ni un tono de burla en su voz.

-Ademas, no solo es tu sobrina, también es la mía. Y es mi deber que si la hija de mi hermana no quiere estar con ella acogerla en mi casa. ¿No creéis?

-Pero...

-Ni peros ni nada-atajó ojiblanco-y ahora acompaña a tu prima a vuestro cuarto.

Fin de la primera saga

Akashiro: Contraccion de "Akai" y "Shiroi" , que significa "Rojo" y "Blanco" , obvia referencia a las tecnicas de sus dos clanes.

Nikuyami: Combinacion de "Nikushimi" (Odio) y "Yami" (Oscuridad) . Referencia a el odio que siente la chica por Konoha y a su aspecto sombrio.

Ecchiko: Union de "Ecchi" (Genero manga) y "Ko" (Niño) . Referencia al hobbie del personaje por Icha-Icha-Paradise.

Naruko: Nombre del Sexy No Jutsu de Naruto. La chica es identica al Sexy no Jutsu de Naruto, asi que se entiende el porqué del nombre.

Sayoko: Es hija de Sai, asi que su nombre ha de empezar por "Sai-" , "Sei-" o "Say-" .

Seiji: Hijo de Sai, su nombre habria de empezar por "Sai-" , "Say-" o "Sei-" .

Tsuneino: Este nombre tiene un origen un tanto comico. "-Tsune" viene de "Kitsune" y el "Ino" viene por la madre del personaje. "Kitsune Ino" (Zorra Ino) .

Shikako: Combinacion de "Shika" (Ciervo) y "Ko" (Niño) . "Niña ciervo".

Cho: "Cho" , mariposa.

Minato: Nombre de Yondaime y padre de Naruto.

Asuma: Nombre de Sarutobi Asuma, padre de Yuhi Asuma.

Kanashimi: Palabra japonesa que significa "Tristeza" .

Shakugan: Contraccion de Sharingan y Byakugan. La tecnica de Akashiro, en la que el Sharingan tiene mas potencia. Se usa con una posicion de lucha igual a la Hyuuga pero con los puños cerrados.

Byasegan: Unico nombre que no me pertenece. Lo vi una vesz en un fic en el que salia una tecnica intermedia entre el Sharigan y el Byakugan. Sin embargo, esta tecnica es muy distinta. Es la tecnica de Nikuyami y el Byakuga tiene mas potencia. Se usa con una posicion de lucha igual a la Hyuuga, pero con un Chackra rojo en las manos.

Raiton, Denki Ito: Tecnica propia de Nikuyami. Significa algo asi como "Rayo, Hilo Electrico" . Unos hilitos de Chackra salen de ambas manos de Nikuyami con una gran carga electrica, que puede hacer explotar aquello que tenga por delante.