Link y Zelda, quedaron impresionados al ver esa acción de parte de Midna, no se esperaron que destruyera El Espejo Del Crepúsculo, quizá fue para que ningún mal de ese lugar saliera, o lograra entrar, pero fue doloroso para ellos saber que no la volverían a ver.

- … Princesa… - La voz de Link, saco a Zelda de sus pensamientos, lo vio con una mano en su hombro, y cuando vio sus ojos, de un azul más puro, hermoso y profundo que el propio Zafiro, era como si la consolara con la mirada. – Esta oscureciendo, hay que irnos… - Aconsejo. - ¿Princesa?. –

La castaña había bajado la cabeza, se sentía horrible, todo lo que había pasado, todo lo que Link y Midna habían pasado y sufrido, la gente que había muerto, los corazones que se corrompieron, los lugares que quedaron destruidos, todo, había sido culpa suya, y eso le lastimaba profundamente, por poco Hyrule caía en completa oscuridad, y por poco, hombres, mujeres, niños y ancianos inocentes, perdían la vida. – Oh Link, héroe elegido por las diosas… - Dijo con una voz quebradiza. – Te lo ruego, te suplico que me perdones… Todo lo que ha ocurrido es mi culpa, y fueron tú y Midna quienes sufrieron… Tanta gente murió, tantos corazones se corrompieron, tantos lugares fueron destruidos, tanta gente ha sufrido… Y todo ha sido culpa mía… Te ruego que me perdones… Por favor. – Esto lo dijo cubriéndose la cara con ambas manos.

Link la vio por un momento, y por puro instinto, tomo las manos de la princesa, con no tanta fuerza para no lastimarla, y las retiro, dejando ver el rostro de la Hylana, sintió una punzada de dolor en el corazón cuando vio su rostro bañado en lágrimas, debía ser demasiado el dolor que la agobiaba para verla así, inconscientemente, se las limpio de manera suave y gentil, se estremeció un poco al sentir la suavidad de la piel del rostro de Zelda, le miro con ternura antes de… Antes de abrazarla.

- Oh, Alteza… Usted no necesita pedirme que la perdone… Porque yo jamás sentí rencor de usted… Y aunque lo diga, yo sé que no tuvo la culpa de los hechos recientes… - Le respondió con una voz dulce y gentil. – Ya no llore más… Con todo el respeto que usted merece, se ve más hermosa sonriendo, Majestad. – Dijo mientras le acariciaba el cabello con su mano derecha.

Zelda, al igual que Link, estaba sonrojada, pero sentía una paz de la que no había degustado hace mucho tiempo, sentía vergüenza por que El Héroe Del Tiempo, la había visto llorar, pero también sentía una tranquilidad y una paz que le hacía temblar las piernas, ninguno de los abrazos, ni de sus padres, le hicieron sentir una calma de esa manera, ambos se miraron a los ojos, e inconscientemente, empezaron a acercar sus rostros, y justo cuando sus respiraciones se chocaron, Zelda logro reaccionar.

- ¡Ehhh!. S-Se lo agradezco, p-pero tiene razón, está oscureciendo. – Tartamudeo la Hylana, separándose u tratando de cambiar el tema, y de controlar el enorme sonrojo en su cara.

- ¡Oh!, c-comprendo. – Respondió el rubio, ya reaccionando, y también sonrojado, ambos miraron por última vez lo que fue El Espejo Del Crepúsculo, antes de irse…

- El nuevo Caballero de la Guardia Real, ¿Eh?. – Dijo Telma, con una sonrisa picarona, al ver a Link entrando al lugar, después de regresar del Desierto De Gerudo, pocas horas después, Zelda, anuncio lo que Link había hecho por Hyrule, y que ahora, era parte de la Guardia Real.

- Telma, por favor, no es para tanto. – Respondió Link, siendo modesto, mientras cerraba la puerta de la Tasca De Telma, pero hasta él sabía que lo que había hecho por el reino terminaría siendo una leyenda.

- Yo no lo creo, jovencito. – Le respondió la mujer. – Liberar a la princesa cuando fue poseída por ese ingrato, salvar a Hyrule de una amenaza que nunca antes se había visto, conmover a los descendientes de los condenados a vivir en el "Crepúsculo", y hacer alianza con la princesa de estos, salvar a los Zora de una extinción segura, hacer que los Gorons vuelvan a confiar y respetar a los Hylanos, Link, eso es mucho, y no me hagas mencionar, cuando me escoltaste a mí y a esa niña llamada Illia, además, un pajarito me conto que vio que algo paso entre Zelda y tú en el Circulo Del Espejo, en el Desierto Gerudo, ¿Hmmm?. – Esto último, hizo que en el rostro de Link, se formara un fuerte sonrojo, no podía creer lo que habían visto.

– Oye, no te sonrojes, eso es algo bueno, ¿No?. – Esta vez, fue Salma quien hablo.

- Yo… No lo sé, ¿Ok?; Eso, ni ella, ni yo lo esperamos, además, ¡¿Quién se los conto?!. – Respondió el rubio, con un fuerte sonrojo en la cara, ya era suficiente que se llevara la atención de todos los habitantes de Hyrule, por lo ya mencionado, pero era el colmo que lo que había pasado en el Desierto De Gerudo, ya estuviera cuchicheándose y haciéndose noticia poco a poco.

- Yo digo que es excelente. – El padre de Ivan, (No me sé su nombre, xD), fue quien se metió a la conversación. – La princesa, por alguna razón, a todas las ceremonias que han ido los príncipes de varios reinos diferentes, no ha elegido esposo, incluso por acosadores y abusivos, se ganaron una buena bofetada, por cortesía de la princesa, así que pienso, que tú tienes oportunidad. Te aconsejare algo; Me parece que ella no es de esas mujeres que se dicen que son "Damiselas En Apuros", así que yo te digo que no la sobre-protejas como los guardias, guardaespaldas en pocas palabras, sino de una manera indirecta, pero no TAN indirecta, como para que se empiece a pensar que odias el puesto que te otorgo. – Le aconsejo con una sonrisa.

- Si, tiene razón, pero estamos hablando de mujeres, ¿No?, ¿Quién mejor para dar consejos que una mujer?. – Dijo Salma. – Conéctate con ella, entiéndela, escúchala, una de las mejores cosas que una mujer puede ver en un hombre, es que él sepa escuchar. – Aconsejo.

- ¿Por qué no le regalas algo?, hay mucho por que escoger; Flores, joyería… -

- ¡No seas tonto!, ¡Ella es una princesa!; Tiene todo eso, de sobra diría yo, ¡Tiene, hasta para limpiarse el culo!. – Interrumpió Salma a Shad.

- ¡Hey!, ¡Ya basta!. – Ordeno Telma, haciendo que Shad, Salma, y el padre de Ivan, le prestaran atención. – No lo presionen tanto, ¡Miren como lo dejaron!. – Todos miraron al Héroe Del Tiempo, quien en ese momento se encontraba petrificado, con una cara de estúpido, y un enorme sonrojo en la cara. – Oye, Link, mira, esto no es para… ¿Link?. – Pregunto, al ver que el rubio no reaccionaba. – Link… - Dijo mientras zarandeaba una mano frente al rostro del joven. No había respuesta, ni reacción. – Link. – Nada. - ¡LINK!. – Este grito provoco que Link cayera al suelo.

- ¡AH!, ¡¿Qué, Cuando, Donde, Quien?!. – Grito después de haber caído. Sip, con ese grito si reacciono, provocando las risas de los presentes, un sonrojo mayor en él.

- ¿No prestaste atención a ningún consejo?. – Pregunto Salma, sonriendo algo burlona.

- La verdad si escuche, y en realidad, agradezco que quieran ayudarme, y sé que podrían funcionar, pero, ¿Qué oportunidad podría tener un plebeyo como yo, con alguien tan refinada como ella?, Salma tiene razón en algo; Zelda es una princesa, no creo tener oportunidad. – Pregunto Link, levantándose, mientras bajaba la mirada. Al escuchar eso, todos se le quedaron mirando. - … ¿Qué?. –

- Link. – Pronuncio Telma. – No creo que eso importe. – Le dijo mientras ponía una mano en su hombro.

- Cierto, si sucedió "Eso", en el Desierto De Gerudo, yo creo que tienes oportunidad. – Apoyo el padre de Ivan.

- Es cierto. – Afirmo Salma. – Escucha, quizá ella sea una princesa, pero algo me dice que ningún príncipe, por mucho que se esfuerce va a ganarse el corazón de la princesa, y que tu si puedes. -

- Solo se tú mismo, jovencito, y si puedes, sigue estos consejos. – Aconsejo Telma, cuando se dio cuenta de algo. – Link… ¿Qué fue lo que dijiste?. – Pregunto con una sonrisa picarona.

- Ehhh… Dije que no creo tener oportunidad con ella. – Respondió el oji-azul, un poco confundido, Telma miro a los demás, como si hablara con la mirada.

- Entonces, dijiste eso. – Comento la pelirroja, mientras volvía a mirar a Link, pero con una sonrisa más grande. - ¿Te das cuenta de lo que acabas de hacer, jovencito?. –

- No… -

- Bueno, pues… ¡Acabas de admitir que sientes algo por ella, tu solo!. – Respondió la mujer, Shad, Salma, y el padre de Ivan, se dieron cuenta de lo que el héroe había dicho, y abrieron los ojos como platos, para luego mirar a Link con una sonrisa MUY burlona, mientras Link también abría los ojos como platos, pero con la cara toda roja, ¡Telma tenía razón!, ¡Lo había dicho!; ¡Él solo!.

- Ehhh… Ahhh… -

- ¡CORREO!. – Grito un cartero abriendo la puerta de una patada, al parecer, el cartero habitual estaba ausente, por lo que vino uno nuevo, Link agradecía que haya intervenido, o si no… Bueno, no quería imaginárselo.

- ¡Oye!; ¡Ten cuidado!. – Grito Telma, algo enfadada. – Si dañas MI puerta, te prometo… Oh, ¡Te prometo que te hare pagar para que la arreglen!. – Le amenazo.

- Oh, como lo siento, es que, me dijeron que lo entregara urgentemente. – Respondió, un poco asustado. - ¿Alguien aquí se llama Link?. – Pregunto, mostrando una carta.

- Soy yo. – Respondió el mencionado, caminando hacia el cartero.

- Oí que eres un nuevo Caballero en la Guardia Real de la princesa. – Comento el hombre.

- Si… Creo que hasta en Kakariko se sabe. – Respondió el Hylano. – Oye, no quiero ofenderte, pero… ¿Qué le paso al cartero anterior?. -

- Oh, se fracturo una pierna, le recetaron 6 semanas de descanso, así que yo lo reemplazo temporalmente. – Respondió el cartero, antes de entregarle la carta. - ¡Adiós!. – Dijo, para salir por la puerta, esta vez abriéndola y cerrándola con cuidado.

- Que raro. – Comento el padre de Ivan, con el ceño fruncido en señal de confusión.

Link abrió la carta, pero se asustó al hacerlo, porque… La carta… Estaba escrita con sangre.

- ¿Link?. - Pregunto Shad, al ver al rubio paralizado, pero esta vez, reacciono al llamado. - ¿Estas bien?. –

- Eh… Es solo la carta… Jamás me habían enviado algo así. – Respondió Link, releyendo la carta.

- ¿Y qué dice?. – Pregunto Salma, provocando que los presentes le miraran. - ¿Qué?. –

Link suspiro, debía confiar en ellos. – Esta bien. – Dijo. – La carta dice así… - Dijo antes de ponerse a leer.

"Pagaras por haber interferido en mis planes"

"Tendrás el mismo final, que el tus estúpidos e insensatos padres"

"Sabrás lo que es el verdadero miedo, Link N"

Todos se quedaron mirando a Link cuando termino de leer, mientras este, tenía muchas preguntas en su cabeza, ¿Quién era el sediento de venganza?, ¿Verdadero miedo?, ¿Por qué había una "N." después de su nombre?, ¿De quién era la sangre con la que estaba escrita la carta?, ¡¿De qué padres estaba hablando?!.

- ¿Podría ver eso?. – Pregunto Telma, Link asintió y le entrego la carta, Telma soltó un pequeño grito a ver con que estaba escrita la carta, la leyó, y bueno… - ¡¿Qué significa esto?!. – Pregunto aterrada.

- ¿Qué sucede?. – Pregunto Shad, Link solo estaba callado, no podía dejar de preguntarse lo mencionado.

- ¡Esta es la carta más aterradora y extraña que he leído!. – Dijo Telma, cruzándose de brazos, después de entregarle la carta a Shad. - ¡Dice que Link pagara por interferir en los planes de alguien, que tendría el mismo final que el de sus padres, y que sabría lo que es el miedo!, y eso no es lo peor, ¡Esta escrita en sangre!. – Dijo.

- ¿Padres?. – Pregunto el padre de Ivan. – Conozco a Link desde que era un bebe. Pero él es huérfano, Bo lo cuido desde que tenía dos días de haber nacido, hasta que empezó a vivir solo a la edad de 12 años. – Dijo. – Además, ¿Por qué había una "N" después de "Link"?. – Pregunto.

- No tengo ni la menor idea, a lo mejor es ese inepto de "Ganondorf", que busca venganza, y la sangre debe pertenecer a un animal. – Comento Salma, la verdad, era buena teoría.

- No… Yo le di el golpe de gracia justo en la herida que tenía aún abierta, lo mate, Zelda y yo lo vimos morir. – Respondió el Hylano, secamente, mientras volvía a leer la carta. – Sería imposible que… Mi… Ca… ¡AHHHHHH!. - Sintió de repente un horrible dolor de cabeza, se llevó ambas manos a esta. - ¡AHHH!. –

- ¡LINK!. – Gritaron los presentes.

- Mi cabeza… Mi… ¡AHHHHHHHHHHH!. – Grito, la marca de la Trifuerza en el dorso de su mano estaba brillando con intensidad, hasta choco contra la pared, llevándose un buen golpe, ignorando que los demás gritaban su nombre de preocupación, Link se vio obligado a salir de la Tasca, tomar a Epona e irse de ahí…

Link ya estaba fuera de Hyrule, a mitad de camino para llegar a Ordon, le costaba mucho mantener los ojos abiertos, ese dolor de cabeza era horrible, además de que el dolor empezaba a esparcirse por todo su cuerpo, y como estaba lloviendo, mucho peor, su marca ardía como el fuego mismo, lo único quería, era llegar a su hogar.

No se había dado cuenta, de que en un par de segundos, ya había llegado a su casa, dejo a Epona en su lugar, y entro corriendo, pero después de cerrar la puerta, no pudo soportar más ese dolor, y cayó al suelo inconsciente…

Link despertó en un lugar vacío, es decir, sin nada, ningún paisaje, ninguna persona, ni agua, ni fuego, nada, todo era un vacío, totalmente negro. - ¿Qué es esto?, ¡¿Qué sucede?!. – Pregunto enojado, asustado y confundido, no tenía ni la menor idea de donde estaba, solo estaba él, y nada más. - ¿Hola?. – Pregunto mientras comenzaba a caminar, pero sentía y sabía que no estaba yendo a ninguna parte. - ¡¿HAY ALGUIEN AQUÍ?!. – Grito, con la esperanza de que alguien le contestara, pero nadie lo hizo. - ¿Dónde estoy?. – Pregunto para sí mismo, cuando… - ¡AHHHHHHHHHH!. – Grito cuando fue cegado por un intenso resplandor.

Para cuando abrió los ojos, ya no estaba en ese lugar vacío, se encontraba en…En… En… ¿En el campo de entrenamiento del Castillo De Hyrule?.

Se veía a varias personas, un hombre con armadura, de 45 años, por lo que parecía, varios chicos de 16 años, viendo el campo, Link vio a la misma dirección que la del general y la de los chicos, y vio algo que le impresiono;

Había un joven de unos 17 años, de cabello rubio y ojos de un hermoso avellana, tenía su cabello, que por cierto era hasta el pecho, recogido en una cola de caballo, tenía la misma vestimenta que los demás jóvenes; Un uniforme de entrenamiento, (Como el de Hyrule Warriors), este joven, tenía una espada en su mano izquierda, y estaba luchando contra alguien más.

Era… Era una chica…

Esta joven, era de 16 años, tenía el cabello castaño-rojizo, liso, que terminaba un poco más debajo de las caderas, tenía unos profundos y hermosos ojos azules, tenía su cabello suelto, y tenía el mismo traje que el joven, salvo que en versión femenina, y que el pantalón era una falda que llegaba hasta medio-muslo, tenía una hoz plateada con detalles beige, sip, era la que se estaba enfrentando al rubio.

Link estaba impresionado, esos jóvenes se parecían mucho a él, incluso la mujer, pero el chico rubio era el que más se parecía.

- ¿Te rindes… Daymon?. – Pregunto la joven de cabello castaño, al parecer, dejo al chico en el suelo, y termino apuntándole con su hoz en el cuello. (El nombre se pronuncia Deimon).

- Si, me rindo. – Respondió el joven, que al parecer se llamaba Daymon, a regañadientes, la castaña le extendió su mano para ayudarle, pero Daymon se sonrojo al sentir la suavidad de los dedos de la joven, porque los guantes del uniforme, eran de cuero, sin dedos, algo que la chica obviamente noto.

- Ehhh… Daymon, ¿Te sientes bien?. – Pregunto la oji-azul, algo preocupada. – Estas algo rojo… -

- ¡S-Si!, no es nada para que tú te p-p-preocupes, Calles. – Respondió Daymon, todo sonrojado. (El nombre se pronuncia Cales).

- ¡Daymon Nigmire!. – Llamo el hombre de 45 años, y el susodicho le prestó atención. – Tus movimientos son admirables, muy bueno la verdad, pero no eres muy rápido, Calles tienen un arma más grande que la tuya, pero es mucho más ligera que esa espada, si quieres ser un formidable espadachín, debes ser mucho más rápido que eso, es por esa razón que Calles logro derrotarte. – Le aconsejo, Daymon bajo la cabeza, y asintió, pero un poquititito.

- Sí señor. – Fue lo único que el oji-avellana respondió.

- Descansen. – Ordeno el hombre, Calles fue la primera en salir, Daymon siempre era el último, pero cuando iba a salir del campo de entrenamiento, el general le puso una mano en el hombro.

- ¿Qué sucedió?. – Pregunto el hombre.

- ¿Qué sucedió de qué?. – Pregunto Daymon confundido.

- En la pelea, Nigmire. – Respondió el general, Daymon abrió los ojos como platos, es que nunca le había preguntado eso, ni lo había detenido, JA-MAS.

- General Seyen. Usted mismo lo dijo; No tengo mucha velocidad. –

- No Daymon, eso es una mentira creíble, pero, que yo sepa, tú eres uno de los mejores que he entrenado, y pudiste con un chico que manejaba Kunais, y era rápido, tú lo fuiste más, te lo recuerdo… Pero desde que llego Calles, tú no has rendido mucho, es más, ella siempre te gana. – El rubio desvió la mirada al oír eso, esperando que no lo dijera. – Incluso, he notado, que te estas comportando muy extraño junto a ella. –Daymon se sonrojo con eso, ¡LO NOTO TODO!. – ¿Qué sucedió?. –

- Es que creo que se enfadaría si… - El oji-avellana abrió los ojos como platos al darse cuenta de lo que dijo e hizo intentos fallidos de corregirlo. - ¡NO!, ¡Es que creí que sería buena idea dejarla… !, ¡NO!, ¡Quiero decir, si!, ¡Es decir, no!, ¡Pensé que… ¡, ¡Quiero decir… ¡, ¡QUIERO DECIR… ¡. – Se estaba enredando en con sus propias palabras, Link quedo un poco perplejo, así mismo le sucedió una vez que trato de hablarle a Zelda sobre sus sentimientos hace unas horas, pero termino hablando de cómo podría ayudarle a reconstruir el castillo, al parecer ese Daymon tenía el mismo problema con Calles, Seyen arqueo una ceja sin siquiera inmutarse.

- Daymon… Habla bien… - Le pidió, más bien, le ordeno, a lo que el susodicho solo suspiro.

- Es que… Es que cuando llego Calles, la vi tan buena persona, que creo que se enfadaría si pierde contra mi… Yo… Yo creo que se enfadaría conmigo si lucho contra ella como lucho contra los demás. – Respondió el Nigmire.

- ¿Por qué?. – Pregunto el general, pero luego vio como Daymon, sin creer que fuera posible, se sonrojo aún más, el rojo le llegaba hasta sus puntiagudas orejas.

- Porque… Porque… Porque ella… Creo que me gusta, ¿Si?. – Respondió al fin. – No quiero que se enfade conmigo y llegue a odiarme, no la considero débil, ni nada de eso, solo que… No quiero, ni puedo herirla. – Agrego.

- Daymon… Ella es una guerrera, ella no se enfadara, quiere que pelees con todo, y si te gusta, díselo, punto final. – Respondió Seyen.

- ¿Qué', ¿Cómo se lo digo?; Hola, me gustas, ¿Te gusto yo?. – Dijo Daymon con sarcasmo.

- Daymon, solo díselo, seguro entenderá. –

Lo que solo Link había notado, era que Calles se encontraba espiando detrás de un pilar del campo de entrenamiento, ella estaba sorprendida, puesto que jamás había pensado en esa posibilidad, sip, estaba sorprendida, y sonrojada, pues al parecer, ella también sentía lo mismo por Daymon, así que solo se alejó de ahí, ya las arreglaría con Daymon después…

Link volvió a despertar, pero esta vez, volvió a ese lugar todo negro y vacío. – Aw, ¿Aquí de nuevo?. – Se preguntó frustrado, antes de volver a ser segado por un resplandor.

- Como odio que esto suceda. – Se quejó el rubio, para después ver el paisaje, seguía siendo el patio de entrenamiento, pero esta vez, las personas eran mayores, Link logro divisar a un hombre castaño, de ojos verdes, y piel bronceada, charlando con un hombre de 31 años, de cabello rubio y ojos avellana, además de que aun sostenía ese parecido con Link, pero este se sorprendió… ¡Cabello rubio, ojos avellana, y el parecido a él!.

- ¡Vaya que tuviste suerte, Daymon!. – Comento el hombre castaño, lo que a Link le sorprendió, ese debía ser el chico que vio anteriormente, pero más maduro.

- Y mucha… Aunque me siento preocupado, no he visto a Calles. – Respondió el ahora Daymon.

- Ella está charlando con Amentia en la mesa de comida, por cierto, ¿Es cierto que ustedes dos tienen un hijo?. – Pregunto el castaño con curiosidad.

- ¡Pero por supuesto!. – Respondió el Nigmire bastante obvio. - ¡Ven conmigo, te lo mostrare!. – Dijo tomándolo del brazo, Link estaba algo atónito, no podía decir palabra, ¿Qué estaba sucediendo ahí?.

Daymon llevo al castaño hasta una mesa de comida, al parecer estaban celebrando por algo, donde Link vio, a una mujer de 30 años, de cabello castaño-rojizo, de ojos azules, que aun sostenía ese parecido con Link, él debió sospechar que era la versión más madura de esa chica, pero ahora, traía consigo algo en sus brazos, estaba con una mujer de 30 años también, cabello negro y ojos marrones, esa debía ser la tal Amentia.

- ¿Daymon?. – Pregunto la mujer de cabello castaño. – Amor que bueno que estas aquí. – Le dijo sonriendo dulcemente, a lo que el mencionado le devolvió la sonrisa, sip, la versión madura de Calles.

- Bien… Ya estoy aquí, muéstrenme a su bebe. – Dijo el hombre de cabello castaño, emocionado.

Daymon y Calles sonrieron ampliamente, y Calles retiro un poquito esa pequeña manta de tono azulado que traía en brazos, dejando ver, a un pequeño bebe, de cabello rubio y ojos azules tan profundos como el Zafiro, que dormía dulcemente entre los brazos de su madre.

- ¡Awwww!. – Chillo la mujer de cabello negro al ver a ese pequeño.

- Shhh… Lo van a despertar. – Aconsejo Calles, Link diviso que ese bebe, había movido su bracito izquierdo, dejando que se viera el dorso de su mano izquierda, el oji-azul abrió los ojos como platos, al ver la marca que se encontraba en la mano de ese bebe; Era la marca de la Trifuerza… No podía ser… Era él…


¡OMG!; Neh… Era broma, xD

Bien, este es mi primer fic de The Legend Of Zelda; "Hilos Del Pasado"

Pues, espero que les haya gustado el fic, y les cuento que actualizare cuando pueda, (Lo cual no creo que sea pronto)

En fin

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